Es ironico que este disco, tan embebido en la cultura latina, haya sido grabado por un holandés en su Holanda natal, pero es así, Joseph Van Het Groenewoud, mejor conocido como Nico Gómez, fue un músico y compositor nacido de los Países Bajos pero que pasó su juventud en las Antillas, Cuba y otras islas del Caribe, paso por esas tierras que dejaría una influencia decisiva en su estilo artístico y personal.
Desde la década de los 50 hasta los sesenta, Nico Gómez trabajo como director de orquesta para varios artistas como Chakachas y Francis Bay, al mismo tiempo que dirigió muchos conjuntos con sabor latino. Aunque su grabación, y lanzamiento, más memorable y buscado por los coleccionistas, probablemente sea su ‘’Ritual’’ publicado en 1971 bajo el nombre de Nico Gómez And His Afro Percussion Inc., un excitante obra de música funk con notable sabor afro latin, una obra exótica de gran nivel, muy bien ubicada en el género.
Toques de funk, elementos de música latin como el mambo, o Bossa, elementos afro y cubanos, exotismo ritual afro y sonidos de rock psicodélico dan vida a un disco que, sin ser necesariamente una mera copia del estilo de Santana, se ubica como un artefacto destacado dentro del género ‘’latin’’ en la orientación de funk o rock.
No hace falta comparar a este disco con los discos de Santana, porque este artefacto cuenta con su propia aura y su propio merito, con una fusión muy esmerada entre la psicodelia y el mundo latino, mezclando, como es costumbre en los discos de este estilo, elementos de música latinas que muchas veces aparecen crudos y no fusionados a las guitarras eléctricas u órganos Hammond.
El trabajo es divertido en su totalidad ya que cuenta con invenciones ricas en estribillos, pasajes, ritmos funk a lo que muchas veces se le suman percusiones típicas, además de una variedad de propuestas que hacen transitar al oyente por momentos más movidos y otros más lentos y melódicos. Entre sabores de mambo, música chicana, samba brasilera, rock, psicodelia, y más elementos se conjugan en el sonido del disco para dar vida a un artefacto destacado del latin funk y la música latin de la época.
Tal vez otro de los logros del disco sea la fusión con los elementos psicodélicos, que aparecen en forma de guitarra eléctrica fuzz, con el típico sonido distorsionado sesentero, además de la aparición de los Hammonds que terminan de darle esa aura de influencia sesentera, psicodélica y chicana; psicodelia que se entremezcla como pocas veces vista entre sambas y sabores de todo tipo, entre instrumentaciones y ambientes.
Tampoco podía faltar el aura ritual que el mundo afro y latin puede aportar, es más, el disco se llama así mismo, ‘’Ritual’’, reflejándose entre las auras de cada pista pero haciéndose carne especialmente en una pista llamada exactamente de la misma manera, ‘’Ritual’’, una pieza instrumental con sabores funk y adiciones de percusiones y líneas de viento, que terminan volcándose en una sesiones de percusiones entre baterías y bongos que dominan la pista.
Y tal vez el mérito más logrado del trabajo sea la forma en que este músico holandés capto la esencia latin afro cubana que absorbió en su estadía en estos países y que supo trasladar a su Holanda natal, con yeites típicos del estilo muy bien logrados como esos agregados vocales tomados al parecer de la influencia de Perez Prado y que son tan característico de esta música, además de los sabores y la diferentes mixturas logradas en el disco.
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