Este seguramente sea uno de los acercamientos más estrechos del conguero Santamaria con la música de rock y especialmente de funk estadounidenses, gran parte del repertorio del disco contiene un boogalo con buenas dosis de funk y en un estilo norteamericano, aunque el estilo ‘’latin’’ marca también con su dosis exótica toda la producción, una buena conjunción de sabores se combina para dar este trabajo que no es de los más destacados del percusionista pero que es de los más entretenidos dentro de su acercamiento al funk. En ese sentido el disco funciona a la perfección, demostrando que el artista ya lejos estaba de las percusiones tribales del comienzo de su carrera solista, ya amoldándose a los sonidos contemporáneos de la época, dentro del espectro ‘’moderno’’ de los 60/70 con acercamiento al funk, toques de rock y una portada que le hace el guiño a la psicodelia, demostrando además, con un repertorio completamente propio de la banda, que era capaz de mostrase competente en el terreno del funk.
Y es que para no ser un artista necesariamente de funk, el álbum tiene unos sonidos que bien algunos de los tracks podrían figurar en compilados de mejores piezas del género, por ejemplo el primer corte del trabajo, ‘’Windjammer’’, exquisito funk. Para el funk propiamente dicho aplican buenos riffs y buenas bases sobre la que funcionan las descargas y los atascos y apareciendo las improvisaciones, aunque también hay otros sonidos embrionarios que funcionan entre el funk, el boogaloo y lo que con recelo se podría decir ‘’latin jazz’’, con sonidos más melódicos como en ‘’Yesterday's Tomorrow’’, o sonidos más latinos como en ‘’Adobo Criollo’’ que no está tan lejos de los sonidos de la salsa contemporáneo.
Las percusiones de Mongo en el disco son una delicia por supuesto y acompañan a la perfección a la música, como si supiera tocar algo el señor, pero en realidad todo el conjunto funciona perfecto para el género que ejecutan, siendo la banda la estrella principal del grupo, con buenos acompañamientos de Neal Creque al piano que es quien arregló seis de las diez pistas del disco, y apariciones de arreglos de viento y orquesta, flauta traversa, saxo, vibráfono, algún buen solo de guitarra eléctrica por allí y demás buenos aditivos a la salsa funky latina.
Fuentes de esta informacion biográfica: Mongo Santamaria: Sonando En Cubano y Ramón "Mongo" Santamaría por Israel Sánchez-Coll
Al maestro Mongo Santamaría se le conoció como el conguero más influyente en el desarrollo que ha tenido el Jazz Latino en los EUA. El sonido del tambor de Mongo abarcó desde el típico sonido cubano del son tradicional, hasta una variedad de ritmos como el Boogaloo, Guajiras Boogaloo, Rock, Soul, Pop, Salsa, Música Religiosa de la Tradición Afrocubana, Pachangas, Charangas, fusiones de Panchangas Twist, entre otros.
Son relativamente pocos los congueros con un sonido tan individual que uno podría distinguirlos entre la multitud, Ramón Mongo Santamaría era uno de ellos. Le daba mayor importancia al timbre más oscuro de sus congas, y se quedaba un poco atrás del beat para crear un notable swing en su estilo de percusión afrocubana, dejó una marca indeleble en el jazz. Su obra influyó tanto en sus contemporáneos como en músicos e intérpretes más jóvenes: Ray Barretto, Giovanni Hidalgo, Poncho Sánchez, Patato Valdés, etc. El propio Tito Puente expresó alguna vez: “Mongo me adelantó en la rumba y el son más que si hubiera ido a una Universidad”.
La biografía musical de Mongo Santamaría lo ubica en un constante vaivén entre la ejecución de la música cubana más tradicional, e.g. el son, la rumba, el danzón, el bolero, la pachanga, y un estilo fusión muy propio de él, que combina el jazz con la música negra norteamericana soul y motivos y ritmos de origen cubano.
Empero, Mongo, quien ha cursado la mayor parte de su vida artística en los Estados Unidos, es, en el fondo, un sonero de corazón. Defensor a muerte de la música de su país -al que visita de vez en cuando a pesar de las dificultades vigentes- y promotor del elemento Afro en la misma, Mongo se ha destacado por sus célebres críticas hacia la "salsa", a la que considera una imitación. A pesar de esta posición impopular, debemos destacar que Mongo ha sido admirador y promotor de las músicas autóctonas de otros países de la cuenca del Caribe, como Puerto Rico, República Dominicana, Colombia y Trinidad.
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