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domingo, 23 de enero de 2022

Nico Gomez Y Su Afro Percussion Inc. - Ritual (1971)

Es ironico que este disco, tan embebido en la cultura latina, haya sido grabado por un holandés en su Holanda natal, pero es así, Joseph Van Het Groenewoud, mejor conocido como Nico Gómez, fue un músico y compositor nacido de los Países Bajos pero que pasó su juventud en las Antillas, Cuba y otras islas del Caribe, paso por esas tierras que dejaría una influencia decisiva en su estilo artístico y personal.

Desde la década de los 50 hasta los sesenta, Nico Gómez trabajo como director de orquesta para varios artistas como Chakachas y Francis Bay, al mismo tiempo que dirigió muchos conjuntos con sabor latino. Aunque su grabación, y lanzamiento, más memorable y buscado por los coleccionistas, probablemente sea su ‘’Ritual’’ publicado en 1971 bajo el nombre de Nico Gómez And His Afro Percussion Inc., un excitante obra de música funk con notable sabor afro latin, una obra exótica de gran nivel, muy bien ubicada en el género. 

Toques de funk, elementos de música latin como el mambo, o Bossa, elementos afro y cubanos, exotismo ritual afro y sonidos de rock psicodélico dan vida a un disco que, sin ser necesariamente una mera copia del estilo de Santana, se ubica como un artefacto destacado dentro del género ‘’latin’’ en la orientación de funk o rock.

No hace falta comparar a este disco con los discos de Santana, porque este artefacto cuenta con su propia aura y su propio merito, con una fusión muy esmerada entre la psicodelia y el mundo latino, mezclando, como es costumbre en los discos de este estilo, elementos de música latinas que muchas veces aparecen crudos y no fusionados a las guitarras eléctricas u órganos Hammond.

El trabajo es divertido en su totalidad ya que cuenta con invenciones ricas en estribillos, pasajes, ritmos funk a lo que muchas veces se le suman percusiones típicas, además de una variedad de propuestas que hacen transitar al oyente por momentos más movidos y otros más lentos y melódicos. Entre sabores de mambo, música chicana, samba brasilera, rock, psicodelia, y más elementos se conjugan en el sonido del disco para dar vida a un artefacto destacado del latin funk y la música latin de la época.

Tal vez otro de los logros del disco sea la fusión con los elementos psicodélicos, que aparecen en forma de guitarra eléctrica fuzz, con el típico sonido distorsionado sesentero, además de la aparición de los Hammonds  que terminan de darle esa aura de influencia sesentera, psicodélica y chicana; psicodelia que se entremezcla como pocas veces vista entre sambas y sabores de todo tipo, entre instrumentaciones y ambientes.

Tampoco podía faltar el aura ritual que el mundo afro y latin puede aportar, es más, el disco se llama así mismo, ‘’Ritual’’, reflejándose entre las auras de cada pista pero haciéndose carne especialmente en una pista llamada exactamente de la misma manera, ‘’Ritual’’, una pieza instrumental con sabores funk y adiciones de percusiones y líneas de viento, que terminan volcándose en una sesiones de percusiones entre baterías y bongos que dominan la pista.

Y tal vez el mérito más logrado del trabajo sea la forma en que este músico holandés capto la esencia latin afro cubana que absorbió en su estadía en estos países y que supo trasladar a su Holanda natal, con yeites típicos del estilo muy bien logrados como esos agregados vocales tomados al parecer de la influencia de Perez Prado y que son tan característico de esta música, además de los sabores y la diferentes mixturas logradas en el disco.

Cod: #1632

miércoles, 12 de enero de 2022

Mongo Santamaria - Mongo '70 (1970)

Este seguramente sea uno de los acercamientos más estrechos del conguero Santamaria con la música de rock y especialmente de funk estadounidenses, gran parte del repertorio del disco contiene un boogalo con buenas dosis de funk y en un estilo norteamericano, aunque el estilo ‘’latin’’ marca también con su dosis exótica toda la producción, una buena conjunción de sabores se combina para dar este trabajo que no es de los más destacados del percusionista pero que es de los más entretenidos dentro de su acercamiento al funk. En ese sentido el disco funciona a la perfección, demostrando que el artista ya lejos estaba de las percusiones tribales del comienzo de su carrera solista, ya amoldándose a los sonidos contemporáneos de la época, dentro del espectro ‘’moderno’’ de los 60/70 con acercamiento al funk, toques de rock y una portada que le hace el guiño a la psicodelia, demostrando además, con un repertorio completamente propio de la banda, que era capaz de mostrase competente en el terreno del funk.

Y es que para no ser un artista necesariamente de funk, el álbum tiene unos sonidos que bien algunos de los tracks podrían figurar en compilados de mejores piezas del género, por ejemplo el primer corte del trabajo, ‘’Windjammer’’, exquisito funk. Para el funk propiamente dicho aplican buenos riffs y buenas bases sobre la que funcionan las descargas y los atascos y apareciendo las improvisaciones, aunque también hay otros sonidos embrionarios que funcionan entre el funk, el boogaloo y lo que con recelo se podría decir ‘’latin jazz’’, con sonidos más melódicos como en ‘’Yesterday's Tomorrow’’, o sonidos más latinos como en ‘’Adobo Criollo’’ que no está tan lejos de los sonidos de la salsa contemporáneo.

Las percusiones de Mongo en el disco son una delicia por supuesto y acompañan a la perfección a la música, como si supiera tocar algo el señor, pero en realidad todo el conjunto funciona perfecto para el género que ejecutan, siendo la banda la estrella principal del grupo, con buenos acompañamientos de Neal Creque al piano que es quien arregló seis de las diez pistas del disco, y apariciones de arreglos de viento y orquesta, flauta traversa, saxo, vibráfono, algún buen solo de guitarra eléctrica por allí y demás buenos aditivos a la salsa funky latina.

Fuentes de esta informacion biográfica: Mongo Santamaria: Sonando En CubanoRamón "Mongo" Santamaría por Israel Sánchez-Coll

Al maestro Mongo Santamaría se le conoció como el conguero más influyente en el desarrollo que ha tenido el Jazz Latino en los EUA.  El sonido del tambor de Mongo abarcó desde el típico  sonido cubano del son tradicional, hasta una variedad de ritmos como el Boogaloo, Guajiras Boogaloo, Rock, Soul, Pop, Salsa, Música Religiosa de la Tradición Afrocubana, Pachangas, Charangas, fusiones de Panchangas Twist, entre otros.

Son relativamente pocos los congueros con un sonido tan individual que uno podría distinguirlos entre la multitud, Ramón Mongo Santamaría era uno de ellos.  Le daba mayor importancia al timbre más oscuro de sus congas, y se quedaba un poco atrás del beat para crear un notable swing en su estilo de percusión afrocubana, dejó una marca indeleble en el jazz.  Su obra influyó tanto en sus contemporáneos como en músicos e intérpretes más jóvenes: Ray Barretto, Giovanni Hidalgo, Poncho Sánchez, Patato Valdés, etc.  El propio Tito Puente expresó alguna vez: “Mongo me adelantó en la rumba y el son más que si hubiera ido a una Universidad”.

La biografía musical de Mongo Santamaría lo ubica en un constante vaivén entre la ejecución de la música cubana más tradicional, e.g. el son, la rumba, el danzón, el bolero, la pachanga, y un estilo fusión muy propio de él, que combina el jazz con la música negra norteamericana soul y motivos y ritmos de origen cubano. 

Empero, Mongo, quien ha cursado la mayor parte de su vida artística en los Estados Unidos, es, en el fondo, un sonero de corazón. Defensor a muerte de la música de su país -al que visita de vez en cuando a pesar de las dificultades vigentes- y promotor del elemento Afro en la misma, Mongo se ha destacado por sus célebres críticas hacia la "salsa", a la que considera una imitación. A pesar de esta posición impopular, debemos destacar que Mongo ha sido admirador y promotor de las músicas autóctonas de otros países de la cuenca del Caribe, como Puerto Rico, República Dominicana, Colombia y Trinidad.

Cod: #1629

viernes, 14 de octubre de 2016

Perez Prado & Shorty Rogers - Voodoo Suite (Plus Six All-Time Greats) (1955)

La información principal para la elaboración de esta reseña fue obtenida de el Blog Desmemoriados. Historias de la Música Cubana, muchas gracias a su creadora por permitirme copiar algunos parrafos de su pagina, saludos amiga!

Conocido universalmente como ‘El Rey del Mambo’, el cubano Pérez Prado fue uno de los músicos más importantes de la música popular de baile latino, con su estilo festivo y brillante colaboró en el desarrollo del mambo a un nivel mundial, hizo aportes en el danzón cubano y daría pauta al surgimiento y desarrollo del chachachá, así como también de la música surgida a finales de la década de 1950 y conocida luego, desde principios de los años 1970, como salsa. Como pianista, compositor, arreglista y director orquestal, siempre mantuvo un estilo vivaz y festivo,  popularizando el mambo y creando un estilo inequívoco y característico.

Su carrera internacional comenzó a tener éxito cuando se mudó de Cuba a la Ciudad de México en 1948. Allí grabó para el sello disquero RCA con una gran orquesta que le dio un sonido dramático al mambo con tempos rápidos, compases de saxofón y trompeta que se entrelazan. Su legado musical es inmenso pero en ocasiones es víctima de una mirada reduccionista centrada  en la trascendencia universal del mambo, sin apreciarse justamente otros aportes suyos, más atípicos, dentro de la composición orquestal.

En  abril de 1954, el Rey del Mambo  cumplía contrato en el Oasis, de Hollywood, estableciendo durante su primera semana en escenario, un record comparativo de recaudación para ese sitio con respecto a los dos años anteriores, lo que motivó que fuera contratado por otra semana más.  Paralelamente,  entra en el estudio Radio Recorders, de Hollywood, con su orquesta, reforzada con músicos afincados en Los Ángeles. Graba entonces  los temas ‘St. Louis Blues Mambo’ y ‘Ballin´The Jack’, producidos por Hernán Díaz Jr., quien entonces era ejecutivo de la división de jazz de  la RCA Víctor. 

Es en esos días que Perez Prado recibe el encargo del propio Díaz Jr. para componer una obra de alto vuelo e impacto que rompiera con algunos esquemas, que fusionara música cubana y en el que apareciera música nativa africana y jazz. La propuesta fue hecha a futuro pero tal fue el interés de Prado que se puso a trabajar en ello e inmediatamente se encargó a la tarea de escribir la música. 24 hs más tarde Prado ya tendría la obra escrita, lista para ser interpretada. No pasaría mucho para que comenzaran con la grabación, casi sin preparativos previos ni ensayos.


Miembros de RCA se dedicaron a buscar a los músicos necesarios, el trompetista y compositor Shorty Rogers fue llamado como consultor y arreglista, y terminó siendo un pilar fundamental para la gestación del sonido por sus conocimientos orquestales. Se consiguieron varios músicos de jazz, varios talentos de sesión de jazz de Hollywood, entre ellos el trompetista Maynard Ferguson y Shelly Mane en batería, entre otros prominentes instrumentistas. Imprescindible e inusual resulta la sección de percusión, donde destacaban los cubanos Modesto Durán y  Carlos Vidal Bolado, junto a Leo Acosta, Mike Pacheco, Ray Vasquera,  Eddie Gómez, Estephan Valera y Juan Cheda; sumados todos ellos a la orquesta típica del mismo Perez Prado. El 8 de abril, todo el mundo estaba de vuelta en el estudio, y la grabación se inició como si hubiera sido planeada durante meses. 

"Voodoo Suite" es una de las composiciones orquestales clásicas de Prado, aquí combina música nativa afro-cubana, mambo y jazz, en una suite de gran despliegue que transita por varias intensidades; una fusión de distintos estilos, aunados bajo la mirada recelosa de la música tribal africana, estilo que fascinó de inmediato a Prado desde que se le fue propuesto. Se percibe que la obra no contó con mayores ensayos ni elaboraciones, se trata más que nada de una suite de música tribal africana en la que, de entre medio, van apareciendo pinceladas de jazz y mambo, ritmos que se contraponen y cortan con el tribalismo, como si se tratara de distintos temas pero dispuestos en uno solo. 

Aunque por supuesto no deja de ser una obra de altísimo nivel, música tribal reinterpretada por una big band de mambo, arreglos complejos para decir lo que se suele decir con gritos y tambores, una fusión intima. La orquestación de la misma banda de Prado se fusiona con ritmos tribales, una avalancha de metales interactuando con una tanda percusiva extraordinaria, acentuada por la dramaturgia vocal de sus instrumentistas a través de los cuatro movimientos de su estructura. La obra se construye con estructuras que se forman de la unión de fragmentos, caracteres diversos puestos consecutivamente, esta visión progresiva es muy arriesgada y adelantada para la época, y por supuesto fue rechazada por el público en su momento.

Cantos tribales en idiomas nativos dan pie al tribalismo africano, y la suite por momentos se vuelve un ritual voodoo, plagado de misticismo y emotividad. Por su parte además los músicos de jazz invitados hacen lo suyo aportando distintas improvisaciones en saxo y esplendiditas bases rítmicas. Por otro lado aparecen además los quejidos de Prado, directrices sonoras con las que dirige la orquestación de su big band de jazz y mambo. Esto es una muestra fiel del profundo cruce cultural que significa la obra, ya que yeites y elementos muy íntimos de distintas culturas, que poco tienen que ver entre sí, se cruzan en una sola música.


La suite por otra parte no deja de tener un costado que apunta a lo popular, a lo bailable, al entretenimiento musical, cosa que finalmente por supuesto no logra, es que el mambo más clásico no tiene tanto lugar. Lo que le da a la obra el sentido de ‘bailable’ es ese ese espíritu de la música africana nativa que ínsita a la danza, al baile, en este caso salvaje, tribal, erótico, de sumisión ritual ante un ambiente de misterios exóticos. 

A la sombra de "Voodoo Suite" quedan los temas, de relleno, los " Plus Six All-Time Greats", que fácilmente se los suele pasar por alto, ya que no tienen nada que ver con la suite; son mambos más convencionales (no por eso con menos merito), pero con todo el sabor típico del mambo cubano, en el estilo de Mambo Mania. Esta inclusión de temas más convencionales es otro reflejo de que la obra fue elaborada rápidamente y se la completó con lo que tenían a mano.

El disco sale al mercado en 1955 y obtiene excelentes críticas en las revistas Billboard y High Fidelity, como consecuencia, en 1957, el director Fred F. Sears y el guionista Robert A. Kent eligen la ‘Voodoo Suite’ para la banda sonora del filme “Cha Cha Cha Boom!”, en el que Pérez Prado se representa a sí mismo,  asumiendo la dirección de la orquesta.

Esta suite es uno de los tres conciertos con tintes sinfónicos escritos por Prado, a esta se le suma la ‘Exotic Suite de las Américas’ de 1962, y ‘Concierto para Bongó’ de 1967. Tanto la “Voodoo Suite” como el aún más imponente, psicodélico y potente “Concierto Para Bongó” constituyeron fracasos comerciales, pero su calidad compositiva y originalidad trascendieron a la poca difusión e interés que, en su momento, despertó en los seguidores del mambo (cómo no pasaría esto, si hablamos de piezas de 18 minutos cada una).

Cod: #1257