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jueves, 25 de junio de 2020

Don Cherry & The Jazz Composer's Orchestra ‎- Relativity Suite (1973)

Don Cherry estaba experimentado, por esos años, por un tránsito total desde el vanguardismo hacia la experimentación más orgánica, lo que lo llevó a convertirse prácticamente en uno de los mayores exponentes del jazz espiritual. Sus fusiones se acentuaban, se profundizaban, los diversos elementos étnicos, rituales y religiosos comenzaban a aparecer cada vez más en su música, la cual se había convertido en un crisol de condimentos exóticos y místicos.

Entre 1973 y 1974 publicaría varios discos, todos ellos fundamentales en su discografía, o por lo menos fundamentales para comprender la mutación que su música estaba sufriendo. Uno de esos trabajo es ‘’Relativity Suite’’, publicado en 1973, un trabajo que publica en conjunto con la emblemática The Jazz Composer's Orchestra, lo que le asegura la presencia en su sonido de orquestación de big band especializada en jazz libre y experimental.

Después de haber participado de los dos primeros discos de la Jazz Composer's Orchestra por Michael Mantler y Carla Bley, Cherry recibió el encargo de escribir el tercero en 1970. Utilizó a muchos de los mismos músicos que contribuyeron a los dos primeros discos y moldearon en una suite una serie de piezas. Cherry había estado componiendo y actuando en los años anteriores. Al estudiar con Pandit Pran Nath , Cherry usaba cada vez más el canto karnático hindú en sus grabaciones y conciertos.

La presencia orquestal de The Jazz Composer's Orchestra sumada a su estilo espiritual crean un sonido que se asemeja considerablemente a los experimentos vanguardistas de otro de los grandes representantes de la música jazz espiritual, Alice Coltrane, quien por ese entonces experimentaba también con fusiones entre free jazz, libre improvisaciones, música étnica, espiritual, elementos hindúes y arreglos orquestales.


Tal es el estilo espiritual de Cherry que este disco, ‘’Relativity Suite’’, comienza prácticamente como si estuviera en medio de un templo budista, con cantos típicos rituales en medio de una conmovedora calma ambiental y con algunos sonidos de percusiones también de instrumentos típicos de esas culturas, lo que termina derivándose en un atasco de piano y batería sobre el que la orquesta dibuja algunos bellos motivos en cuerdas.

En la bella pieza ‘’The Queen Of Tung-Ting Lake’’ se incursiona en la música típica japonesa, con una sutil fusión con el jazz. Algo similar ocurre en la pieza ‘’Trans-Love Airways’’, que comienza con instrumentación típica de raga, de música hindú, para fusionarse también con el jazz. O en la pieza llamada ‘’Mali Doussn'gouni’’ nos podemos encontrar algunos cantos tipo africanos fusionados en medio de ritmos repetitivos en batería, junto a la improvisación de Cherry en saxo. 

Para finalizar tenemos dos piezas en las que también se continua con el desfile de diversos estirpes: ‘’Infinite Gentleness’’ que comienza con un piano que pareciera provenir del jazz vanguardista más clásico y estricto, sobre el que desfila florituras en cuerda de la orquesta. Y para la última pieza del disco aparecen insólitamente patrones de música de marcha con ritmos en batería de Ed Blackwell. 

Vanguardismo, elementos rituales budistas, música hindú, cantos tipo africanos, música típica japonesa, sin duda en este disco hay todo un encuentro de etnias y culturas de todo el mundo. Si bien este disco no es tan impresionante o cohesivo como alguno de sus otros trabajos, aún sigue siendo sorprendente la cantidad de estilos presentes.

Cod: #1462

viernes, 20 de septiembre de 2019

Carla Bley & Paul Haines - Escalator Over The Hill (1971)

A ‘’Escalator Over The Hill’’ se la conoce principalmente como una pseudo-ópera de jazz , pero fue lanzada como una "cronotransducción", con textos de Paul Haines , adaptación y música de Carla Bley, producción y coordinación de Michael Mantler , e interpretada por la Jazz Composer's Orchestra, una enorme orquesta compuesta por músicos de jazz, originada en la ciudad de Nueva York, como resultado de la asociación autosustentada de músicos independientes de free jazz, entre los que se encontraban Sun Ra, Michael Mantler, Cecil Taylor, Dixon, Archie Shepp, John Winter, etc.

Esta banda, la Jazz Composer's Orchestra, que más que banda era una autentica big band, alcanzó a lanzar dos discos, dentro del jazz de vanguardia o free jazz, mostrando una notoria evolución desde la primera a la segunda publicación, publicados entre 1965 y 1968. Estos lanzamientos servirían como base para establecer a un grupo organizado de grandes músicos que participaban juntos en presentaciones en vivo y que servían como apoyo para sustentar musicalmente los proyectos y lanzamientos que cada miembro del grupo lanzaría.

Entre 1968 y 1971 la pianista, arreglista, compositora e integrante de la orquesta, Carla Bley, concibió, escribió, grabó y produjo un enorme y ambicioso trabajo al que apodó ‘’Escalator Over The Hill’’, una especie de pseudo-ópera con trazos de rock, jazz, música de vodeville, cabaret, poesía e improvisación colectiva. Originalmente editado como un triple LP, “Escalator Over The Hill” sobrevivió a la prueba del tiempo con sus más de 2 y media horas de música y sus más de 40 músicos participantes. Este albùm, el primero, es sin duda unos de sus màs grandes trabajos de su carrera.

Esta obra merece lugares mayúsculos en nuestra escucha y en nuestra concepción, viendo y considerando el calibre y tamaño musical desplegado por una enorme masa de grandes músicos. Una creación gigantesca y ambiciosa que desafía los límites de lo posible composicionalmente y se ubica entre los trabajos más experimentales que hayan salidos del jazz de vanguardia, porque eso es de lo que se trata este trabajo, una creación con raíces culturales e ideológicas que surgen del free jazz, la libre improvisación y la vanguardia, una serie de eventos y visiones que, al unísono, coincidieron y se plasmaron bajo una misma concepción, que no hizo más que eclosionar en una serie de composiciones orquestales y experimentales únicas.


Es difícil elegir un genero tras el cual consignar esta música, es más, no es posible, ya que se trata de una creación que propone sonidos nunca antes oídos hasta el momento y que difícilmente se hayan vuelto a oír, es un trabajo experimental propiamente dicho que explora muchas de las posibilidades creativas que se pueden obtener de una big band, con arreglos orquestales y coros, se presenta como una autentica opera jazz o, en todo caso, enorme obra magna de jazz de vanguardia; sea cual sea el caso son muchas las posibilidades que se plantean a cada segundo en este trabajo.

Se dice generalmente que esta obra es una ‘’opera’’ debido a la forma y estructura en la que fue compuesta y presentada, una obra gigantesca de larga duración, con arreglos corales con voces de ambos sexos y un despliegue mayúsculo que llega a plasmarse en un sinfín de ‘’tracks’’ de diversa manufactura, estilo y duración, aquí hay tiempo no solo para el jazz sino también para el rock, algo de música hindú, música de cabaret, aunque lo que más prima son las composiciones instrumentales sobre las que desfilan arreglos corales, esta característica constituye la mayor parte de la masa musical de la obra.

Los límites fueron corridos más allá, los conceptos y nociones morales fueron puestos en juego y se manifestaron temáticas que lindaban con los extremos de la moral y el buen juicio, se trata de una enorme puesta en juego de visiones surrealistas y creaciones que exceden los límites de lo uno podría llegar a imaginar, con composiciones eclécticas y fuera de lo común, una puesta en juego musicalmente brillante por ejecutantes maestros en lo suyo, que combinaron sus poderes en una comedia oscura, una arremetida con un pleno convencimiento surgido de un concepto poético inmoral, excéntrico e irracional. 

‘’Escalator Over The Hill’’ es la culminación de varios años de trabajo, compuesto por Carla Bley y grabado junto con un elenco de cerca de 100 músicos divididos en varias agrupaciones, así como el letrista Paul Haines, y un sinfín de estrellas destacas entre los que se encuentran, por nombrar algunos: Charlie Haden, Jack Bruce, Gato Barbieri, John McLaughlin, Don Cherry, Michael Mantler y Don Preston. Esta obra es tan gigante que es difícil divisarla y mucho menos comprenderla, en cada escucha se encuentra algo nuevo, y en la medida en la que la atención que se preste sea mayor, mayor serán los elementos que se divisen y se descubran. Las letras en ingles dificultan el mayor entendimiento del concepto expresado pero igualmente musicalmente no deja de ser un trabajo que presenta un desafío enorme para ser escuchado.

Cod: #1388

viernes, 21 de diciembre de 2018

The Jazz Composer's Orchestra ‎- The Jazz Composer's Orchestra (1968)

Esta historia comienza cuando el estadounidense Bill Dixon, un trompetista de jazz, artista y profesor de música, quien en 1964 organizaría el festival de jazz ‘’October Revolution’’, en el ‘Cellar Café’ de Nueva York. Un evento maratónico de cuatro días de duración, realizado entre el 1 y el 4 de Octubre de 1964, en el ‘‘Cellar Café’’, una pequeña casa de café ubicada en el lado oeste de Nueva York, lejos de los grandes centros de performance de jazz, era difícil pensar que en un lugar como ese se podría dar una auténtica revolución musical. Por aquel entonces el ‘Cellar Café’ contaba con un rustico y ecléctico espacio donde se ofrecían películas, se recitaba poesía, además de hacerse música folk y jazz en vivo.

En busca de ofrecer oportunidades a músicos de free jazz desempleados, Dixon arregla con el dueño del lugar para organizar un evento donde ofrecer una serie de conciertos del nuevo jazz que surgía. Sumados al propio combo de Dixon, se presentarían Paul Bley Quartet, the Free Form Improvisational Ensemble, y el Sun Ra Sextet, entre otros. Una serie de emergentes músicos formarían parte de estos grupos: Pharaoh Sanders, Giuseppe Logan, John Tchicai, el trombonista Roswell Rudd, pianista Bley, Sun Ra, Burton Greene, el bajista David Izenson, y el percusionista Milford Graves, Sonny Murray, y Rashied Ali. Cada una de las cuatro jornadas del festival estuvo repleta de público, con mucha gente esperando por tocar, y personalidades del género que se presentaron autoconvocados como parte de la audiencia o para participar de los debates que también se realizaron, como Ornete Coleman, Gil Evans, Cecil Taylor, Archie Shepp, Steve Lacy, entre otros.

El éxito del festival y los sucesos en el ambiente del jazz tuvieron una continuación natural, la creación de la ‘’Jazz Composers Guild’’. Muchos de los participantes del festival se unieron en un grupo independiente con la idea de auto-promover y auto-administrar sus propias presentaciones, fechas, eventos, grabaciones, etc.; apoyándose mutuamente y salvaguardándose de las antipáticas compañías discográficas, propietarios de clubes, etc., en toda la ciudad de Nueva York. El Gremio organizó y promovió conciertos presentados por sus miembros, que en mayo de 1964 incluyó a Paul y Carla Bley, Michael Mantler, Cecil Taylor, Dixon, Archie Shepp, John Winter, Sun Ra, Burton Greene, Roswell Rudd y John Tchicai. 

Para una serie de conciertos en diciembre de 1964, Paul Bley sugirió a Carla que ella y Mike Mantler formaran una gran banda formada por los miembros del Gremio, con el fin de atraer a la audiencia. Este fue el comienzo de la ‘’The Jazz Composer's Orchestra’’. Esta orquesta grabó su primer álbum en vivo, las cintas de dos conciertos, con composiciones de Michael Mantler y Carla Bley, realizados en diciembre de 1964 y abril de 1965, fueron vendidas al pequeño sello holandés Fontana, así apareció ‘’Communication’’, el primer registro del grupo.


Para 1968 aparecería su segundo trabajo, el homónimo ‘’The Jazz Composer's Orchestra’’, otro trabajo realizado por el grupo, que en esta ocasión también contó con un elenco de lujo, entre las figuras que participaron de la grabación estuvieron luminarias como Cecil Taylor, Don Cherry, Roswell Rud, Pharaoah Sanders, Larry Coryell y Gato Barbieri; e movimiento había tomado cierta notoriedad como para lograr atraer a una buena cantidad de músicos de calidad de la escena y poder contar con ellos para las grabaciones y representaciones.


Para esta ocasión el grupo muestra una nueva cara, ya habían dejado el ‘’despilfarro’’ de sus inicios y ahora se inmergirían en composiciones mucho más complejas y elaboradas, con un orden de fondo y con una sofisticación que demuestra el progreso compositivo de Michael Mantler y Carla Bley, que eran los lideres espirituales y encargados de mantener el grupo unido. No se sabe como es que adquirieron la formación pero lo cierto que las composiciones de este segundo disco son mucho más maduras, no caen jamás en la locura sino que son piezas extensas que van variando en intensidades y en distintos arreglos, logrando maniobrar la big band dentro de piezas planeadas de antemano, haciendo orden del caos que podría significar tantos grandes músicos (ego) juntos. 

Las piezas están formadas en sofisticadas y extensas estructuras, véase el ‘’Communications #11’’, una composición de 34 minutos en dos partes, un concierto para Cecil Taylor y orquesta, donde el piano juega un chisporroteo en el apogeo de sus poderes, y una avalancha de vientos suena sobre este, con algunos pasajes improvisados que se entremezclan con líneas compositivas metálicas. ‘’Communications #8’’ sigue este lineamiento con un interjuego entre piano y fanfarria. ‘’Communications #9’’ es una pieza un poco más corta, caracterizada por un clima más calmo donde desfila la guitarra saturada y la distorsión de Larry Coryell, un juego con ruidos y solos cuasi virtuosos que desfian sobre la tensión de los vientos. ’’Communications #10’’ es tal vez la pieza más, por así decirlo, calma de todo el trabajo, con una apertura suave con un contrabajo y una sesión de vientos que se va acoplando pero que nunca pierde la senda de la sobriedad.

Las tensiones dentro del Gremio estaban muy altas en 1965, los choques filosóficos estaban definitivamente presentes (Dixon se enfureció cuando se enteró de que su antiguo compañero musical Archie Shepp había aceptado un contrato para los discos de Impulse!). También existe el rumor de que Sun Ra no aprobó la presencia de Carla Bley en el grupo debido a su género. En cualquier caso el Gremio se disolvió a mediados de 1965, pero Carla Bley y Michael Mantler decidieron tratar de mantener a la Orquesta funcionando, así que juntos formaron la ‘’Jazz Composer's Orchestra Association’’, otra organización para mantener la administración de la orquesta. En su tercer lanzamiento presentaron el épico ‘’Escalator Over The Hill’’, una obra de dimensiones épicas, un triple LP con más de 40 músicos participantes, con un sonido que fusiona el jazz con un sinfín de elementos musicales y que dio a Carla Bley un prestigio inmenso entre el vanguardismo de la época. El resto de los álbumes de la ‘’Jazz Composer's Orchestra’’ fueron lanzados en ‘’JCOA Records’’, un sello discográfico independiente creado por formado por Carla Bley y Michael Mantler, también nacido del intento de auto-gestionarse en sus propios trabajo. La orquesta continuó funcionando hasta 1975, dieron su último concierto ese mismo año.

Cod: #1336

domingo, 9 de julio de 2017

The Jazz Composer's Orchestra - Communication (1965)

De entre los distintos movimientos vanguardistas musicales norteamericanos, habidos en la década de los 60s, surgió una revitalización que favoreció al jazz experimental, o también llamado ‘’free jazz’’. Una oleada de free jazz que daría resurgimiento al jazz vanguardista en los Estados Unidos, impulsada por el estadounidense Bill Dixon, un trompetista de jazz, artista y profesor de música, quien en 1964 organizaría el festival de jazz ‘’October Revolution’’, en el ‘Cellar Café’ de Nueva York. Este evento, de inesperada popularidad y repercusión, tendría un impacto tal que daría pie a nuevos movimientos y asociaciones concernientes al género y ayudaría, junto a otros factores, a establecer al free jazz como una nueva parte de la tradición del género.

En realidad este sería el segundo surgimiento del free jazz en los Estados Unidos. Originalmente la primer oleada de ‘’jazz contracultural’’ se dio a finales de los años 50s, más específicamente en 1959, cuando Ornette Coleman, tras una residencia en un club de jazz en Nueva York, impactó al ámbito del género y a la prensa con sus controversiales nuevos sonidos de jazz atonales y aparentemente sin estructuras. Tal sería el impacto de sus sonidos que grandes del género, como Miles Davis, Red Garland o Coleman Hawkins,  saldrían a criticarlo duramente, pero finalmente, tras ser aceptado y reconocido por otros grandes de la escena, lograría colocarse dentro del ‘mainstream’ popular; publicando tres discos, uno de ellos sería ‘’Free Jazz’’, nombre que sería utilizado finalmente para definir este, por aquel entonces, ‘’nuevo’’ estilo de jazz tan extraño y aparentemente ‘libre’ o sin estructuras.

Coleman propuso nuevos desarrollos en el jazz, abriendo un nuevo campo de actividad, después de que las grandes innovaciones del bebop se volvieran un cliché. Pero pronto la fanfarria disminuyó, los conciertos de free jazz desaparecieron, Coleman se retiró, su mano derecha Eric Dolphy falleció, y la bossa nova surgió como un gran interés. Para 1964, luego de tres años de desaparecer prácticamente de la escena, el jazz de vanguardia ya no era un suceso, pero habría un evento socio/cultural que cambiaría esta situación radicalmente, el ‘’October Revolution’’. 

Muy probablemente Bill Dixon no previó el impacto que tendría el festival que estaba organizando y al que llamo ‘’The October Revolution’’. Un evento maratónico de cuatro días de duración, realizado entre el 1 y el 4 de Octubre de 1964, en el ‘‘Cellar Café’’, una pequeña casa de café ubicada en el lado oeste de Nueva York, lejos de los grandes centros de performance de jazz, era difícil pensar que en un lugar como ese se podría dar una auténtica revolución musical. Por aquel entonces el ‘Cellar Café’ contaba con un rustico y ecléctico espacio donde se ofrecían películas, se recitaba poesía, además de hacerse música folk y jazz en vivo.


En busca de ofrecer oportunidades a músicos de free jazz desempleados, Dixon arregla con el dueño del lugar para organizar un evento donde ofrecer una serie de conciertos del nuevo jazz que surgía. Sumados al propio combo de Dixon, se presentarían Paul Bley Quartet, the Free Form Improvisational Ensemble, y el Sun Ra Sextet, entre otros. Una serie de emergentes músicos formarían parte de estos grupos: Pharaoh Sanders, Giuseppe Logan, John Tchicai, el trombonista Roswell Rudd, pianista Bley, Sun Ra, Burton Greene, el bajista David Izenson, y el percusionista Milford Graves, Sonny Murray, y Rashied Ali. Cada una de las cuatro jornadas del festival estuvo repleta de público, con mucha gente esperando por tocar, y personalidades del género que se presentaron autoconvocados como parte de la audiencia o para participar de los debates que también se realizaron, como Ornete Coleman, Gil Evans, Cecil Taylor, Archie Shepp, Steve Lacy, entre otros.

El evento había generado suficiente agitación para merecer dos sustanciales reseñas por los escritores de la revista ‘’Down Beat’’, Martin Williams y Dan Morgenstern, quienes sugerían iniciar un debate, que estallaría con fuerza algunos meses más adelante. Una nueva generación de músicos organizados tomaba parte con sus propias bandas. Reaparecería Coleman y una estrella mayor, John Coltrane, aparecería en la escena y uniría sus fuerzas al free jazz. La industria de la grabación del jazz vanguardista aparecería de pronto, más prolífica que nunca. Los discursos se intensificarían en la prensa de jazz, con debates cada vez más ácidos. Mientras tanto, las nuevas revistas culturales afro-americanas se hicieron eco de lo acontecido y entrarían en la batalla mediática para impartir una dimensión política y radical a la estética vanguardista. Esta ráfaga de eventos, impulsados en parte por el ‘’October Revolution’’, tuvieron lugar en menos de un año.

El éxito del festival y los sucesos en el ambiente del jazz tuvieron una continuación natural, la creación de la ‘’Jazz Composers Guild’’. Muchos de los participantes del festival se unieron en un grupo independiente con la idea de auto-promover y auto-administrar sus propias presentaciones, fechas, eventos, grabaciones, etc.; apoyándose mutuamente y salvaguardándose de las antipáticas compañías discográficas, propietarios de clubes, etc., en toda la ciudad de Nueva York. El Gremio organizó y promovió conciertos presentados por sus miembros, que en mayo de 1964 incluyó a Paul y Carla Bley, Michael Mantler, Cecil Taylor, Dixon, Archie Shepp, John Winter, Sun Ra, Burton Greene, Roswell Rudd y John Tchicai. 

Para una serie de conciertos en diciembre de 1964, Paul Bley sugirió a Carla que ella y Mike Mantler formaran una gran banda formada por los miembros del Gremio, con el fin de atraer a la audiencia. Este fue el comienzo de la ‘’The Jazz Composer's Orchestra’’. Esta orquesta grabó su primer álbum en vivo, las cintas de dos conciertos, con composiciones de Michael Mantler y Carla Bley, realizados en diciembre de 1964 y abril de 1965, fueron vendidas al pequeño sello holandés Fontana, así apareció ‘’Communication’’, el primer registro del grupo.


Obtenidas de presentaciones en vivo, estas grabaciones son un fiel reflejo de lo que se vivía en la atmosfera del grupo y de qué manera interpretaban su repertorio, que era por demás ecléctico y revuelto. La orquesta era una auténtica fanfarria, con un contrabajo, algún piano y batería, pero compuesta casi exclusivamente por saxos, trompetas y trombones. La música pareciera una muestra seminal o prototípica, el arrebato de un grupo aun en organización pero repleto de ímpetu, fuerza, y con un entusiasmo vanguardista. Se dejan ver destellos de cosas por venir o de grandes aspiraciones quizás, pero en esta primera grabación aun suenan como una masa homogénea gestándose, donde es difícil diferenciar los arreglos de las improvisaciones. 

Parece más bien una avalancha de vientos, algo confusa y moldeada a lo largo de estructuras vagas, donde las intensidades y caracteres se muestran muy sutiles, los arreglos se pierden detrás de las improvisaciones constantes y hace falta prestar atención para encontrar algunas concordancias estructurales entre los instrumentos. Un sonido que se ramifica a fuerza de improvisación, con un aura decadente, convulsa, que guarda entre si gotas de un swing que lucha por salir pero que jamás lo logra, la misma fuerza de empuje es el mismo estado en el que comienzan y terminan, donde la extrañeza y la dulzura arrasan con la misma intensidad. Este ímpetu tal vez se deba a que la orquesta estaba repleta de grandes personajes del género, tal vez un grupo de tal magnitud era difícil de organizar. Pero aun así, este material, cuenta con su importancia histórica, es el sello de lo que ocurría por aquellos convulsionados años, en los que todo cambiaba rotunda y rápidamente, y esto no sería la excepción para el futuro del grupo. 

Las tensiones dentro del Gremio estaban muy altas en 1965, los choques filosóficos estaban definitivamente presentes (Dixon se enfureció cuando se enteró de que su antiguo compañero musical Archie Shepp había aceptado un contrato para los discos de Impulse!). También existe el rumor de que Sun Ra no aprobó la presencia de Carla Bley en el grupo debido a su género. En cualquier caso el Gremio se disolvió a mediados de 1965, pero Carla Bley y Michael Mantler decidieron tratar de mantener a la Orquesta funcionando, así que juntos formaron la ‘’Jazz Composer's Orchestra Association’’, otra organización para mantener la administración de la orquesta. 

No se puede saber a ciencia cierta que ocurrió en los siguientes tres años, ya sea que Mantler o (Carla) Bley hayan adquirido algún entrenamiento formal en orquestación (si alguna vez lo tuvieron en absoluto), pero cualquier fuera el caso mostraron una notable evolución para las siguientes obras. Su segundo álbum, el homónimo ‘’The Jazz Composer's Orchestra’’, de 1968, contó con solistas como Cecil Taylor, Don Cherry, Roswell Rudd, Pharoah Sanders, Larry Coryell y Gato Barbieri. Y en su tercer lanzamiento presentaron el épico ‘’Escalator Over The Hill’’, una obra de dimensiones épicas, un triple LP con más de 40 músicos participantes, con un sonido que fusiona el jazz con un sinfín de elementos musicales y que dio a Carla Bley un prestigio inmenso entre el vanguardismo de la época. El resto de los álbumes de la ‘’Jazz Composer's Orchestra’’ fueron lanzados en ‘’JCOA Records’’, un sello discográfico independiente creado por formado por Carla Bley y Michael Mantler, también nacido del intento de auto-gestionarse en sus propios trabajo. La orquesta continuó funcionando hasta 1975, dieron su último concierto ese mismo año.

Cod: #1284