18 sept 2021

Jorge López Ruiz - Bronca Buenos Aires (Concierto Para Recitante, Solistas, Coro y Orquesta de Jazz) (1971)

Jorge López Ruiz es uno de los pesos pesados del jazz argentino, con una historia de fulguraciones y creaciones dentro del campo del jazz vanguardista que tuvo lugar especialmente en la década de los 70s. Aportó discos fundamentales al jazz argentino desde su rol de músico, compositor y arreglista, como ‘’B.A. Jazz’’ de 1961, compuso la suite ‘’El Grito’’ a manera de respuesta a aquellos años de violencia militar que estaba viviendo Argentina y que fue publicado en 1967, o su ‘’De prepo’’ de 1972 publicado por un quinteto liderado por él mismo. 

Como compositor y director, Jorge López Ruiz ha realizado la música de más de 60 films, 40 obras de teatro y cerca de 400 recitales. Varias ediciones de sus discos fueron realizadas en EEUU, Europa y Japón. Participó en la creación del exitoso sello discográfico TROVA. Durante este período se realizaron la mayor parte de las grabaciones de artistas como Vinicius De Morales (Vinicius en La Fusa), Astor Piazzolla, (con quien también colaboró como productor en New York para el sello Clavé), Dorival Caymmi, etc. Tuvo un histórico record de ventas discográficas (nunca superado hasta hoy) como productor, arreglador y director de estrellas como Sandro, Piero, Leonardo Favio, Sergio Denis, etc. En 1975 ocupó el cargo de director de A&R, en Emi-Odeon de Argentina. En la primera mitad de la década del 70' fue Profesor del Instituto De Cinematografía de Argentina, en la materia correspondiente a Música de Cine. Con su cuarteto fue premiado por la Fundación Konex como uno de los 5 mejores conjuntos de jazz de la década en la Argentina.

También es conocido otro de sus emprendimientos también contestatarios con el poder de entonces, ‘’Bronca Buenos Aires’’ compuesta en 1969, grabada en 1970, publicada en 1971, una obra para orquesta de jazz vanguardista que recogía mucho de la época y lo evocaba con aires porteños, seños orquestales en lo que seguía deslumbrando por sus habilidades como arreglista, y una composición en general muy desafiante que transita por diversos pasajes entre orquestación, coros, solos y otras partes de improvisación y arreglos de orden vanguardista, configurando un sonido de grandes complejidades y despliegues. Tanto ‘’El Grito’’ como ‘’Bronca Buenos Aires’’ fueron prohibidas por la dictadura militar. Es al día de hoy que "Bronca Buenos Aires" sigue vigente, por su frescura y sus innovaciones de punta que lo ubican como un artefacto destacado dentro del jazz vanguardista argentino.

La obra recrea en música los textos de José Tcherkaski, textos que por demás eran desafiantes con el poder militar de la época, y qué manera perfecta de musicalizar ese espíritu contestatario con el poder que con una música de vanguardia que desafía los estándares de la música popular y hasta de la misma música de jazz? Sobre todos estos andamiajes aparecen algunas voces que recitan los citados textos en lo que es una aventura artística entre poesía hablada y jazz de orquesta. Por momentos el sonido deja la orquestación y entra en atascos a pura libre ejecución, entrando en terrenos de free jazz con sus típicas cacofonías y delirios en grupo. López Ruiz recuerda lo siguiente sobre el origen de la obra: "se me ocurrió a partir de El Cordobazo, esa magnífica revuelta popular encabezada por sindicalistas y estudiantes, que hizo que Onganía tuviera que dejar de ser presidente aunque la dictadura militar continuó en el poder".

Este es otro de esos trabajos de corte progresista que tiene cierto reconocimiento por la ideología pero que en realidad no es tan apreciado por el progresismo en general, ni si quiera por tener una historia marcada dentro del estilo moral. Es un disco conocido entre círculos de jazz, coleccionistas, o hasta en círculos de intelectuales progresistas, pero en general no es un disco muy bien visto por el público en general y mucho menos por el público masivo progresista, es que la revolución se vende mejor cuando es con una canción pop pegadiza sonando en la radio, nadie quiere una revolución adosada a una suite para orquesta de jazz vanguardista con recitaciones de poesía y aplicaciones de free jazz.  

El mismo Jorge López Ruiz declararía lo siguiente acerca del disco y su historia, orignenes e incumbencias politicas y morales, es una buena forma de profundizar el lo que el autor quiso representar con la obra:

''Los argentinos hemos sufrido demasiadas dictaduras cruentas, que por cierto no comenzaron en 1976 sino mucho antes, ya en 1930. Y yo jamás he sido capaz de soportar menoscabo a mi libertad, a nuestra libertad; no reconozco en nadie - absolutamente en nadie – autoridad moral y/o intelectual para decirme lo que debo o no debo pensar, hacer o decir en el momento en que se me ocurra. Rechazo con todas mis fuerzas toda clase de dogmatismo y me considero un “libre pensador”.

Cuando ya creíamos que volvíamos lentamente al pleno goce de la libertad, durante el gobierno de Illia y a pesar de que todavía persistían proscripciones políticas (al peronismo) se produjo el golpe de estado encabezado por el Gral. Onganía.

Mi rabia y mi enojo por el brutal y mesiánico avasallamiento ejercido tan irracionalmente eran incontenibles. Como un verdadero “kamikaze” despotricaba contra la dictadura en cuanto reportaje periodístico, radial o televisivo tenía la oportunidad de expresarme.

Precisamente en un programa de Televisión tuve el privilegio de participar junto a una figura que imponía un respeto inmenso: el gran escritor e ideólogo político Arturo Jauretche, creador del grupo “Forja”. Fue él, quien con palabras muy fuertes, muy sabias, me incitó enfáticamente a traducir en Música eso que pensaba. Compuse, estrené y grabé mi primer Obra, mi primera Suite, “El Grito”. No tenía texto, era solo música, a pesar de lo cual produjo un fuerte impacto que se tradujo en grandes notas periodísticas.

El despotismo militar siguió acentuándose y fue creando las condiciones sociales para una fantástica asonada popular que se conoció como “el Cordobazo”, que derrumbó de un plumazo al gobierno, pero no logró terminar con la dictadura, que continuaría por varios años más. Por segunda vez me sentí profundamente conmovido y decidí escribir otra obra, esta vez con un texto que reflejara con palabras aquello que sentía. Tuve la fortuna de contar con un joven periodista y fantástico escritor y poeta como José Tcherkaski, que se sumó apasionadamente a la idea.

En aquellos años de furibunda rebeldía (1968-70) yo estaba haciendo “eso” que se llamaba Jazz de vanguardia (Free Jazz, la escuela creada por Ornette Coleman) con tres colegas, amigos de muchos años y admirados como artistas: Fernando Gelbard, el “Chivo Horacio Borraro (saxo tenor) y Carlos “Pocho” Lapouble (batería). Ellos, al igual que yo, estaban imbuidos de una rebeldía y creatividad rayana en la locura. Éramos cuatro individuos tocando con absoluta libertad, pero con una coherencia, con un discurso grupal tan preciso, que de entrada supe que utilizaría ese formato como un “grupo concertante” dentro de la Obra. Así es que el Cuarteto y el relato de José Tcherkaski fueron el núcleo creativo sobre el cual instrumentar una importante Orquesta completa de Jazz más el agregado de un Coro mixto.

Esa “masa” orquestal estuvo integrada por figuras de renombre, por músicos con una muy prestigiosa trayectoria. Ante mi imposibilidad de tocar y dirigir al mismo tiempo, el trabajo de la dirección lo delegué en mi hermano Oscar López Ruiz, creador de una gran cantidad de música para la Cinematografía y durante casi 25 años integrante de los grupos del gran Astor Piazzolla. Todo dicho.

Encarar, producir y finalmente realizar esta obra en la Argentina, en el Buenos Aires de aquellos años fue una epopeya artística y económica. Durante muchos años - y gracias a esa espantosa y sangrienta dictadura militar que nos cubrió de luto - estuvo prohibida, de la misma manera que “El Grito”. Ni que hablar de la continuidad de “Bronca Buenos Aires”, “Coraje Buenos Aires”, cuyos masters fueron quemados en la RCA de aquel entonces por miedo a represalias mayores.

Hoy, “Bronca Buenos Aires”, a un poco más de cuarenta años, ha recuperado definitivamente su libertad. Y gracias a los esfuerzos de mi amigo y “compinche” en estas “aventuras musicales” Fernando Gelbard – a través de su sello LiquidJazz - ha sido reeditada nuevamente para todo el orbe.''

Cod: #1596

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