3 ago 2015

Ikarus - Ikarus (1971)

Alemania no solo fue cuna de grandes bandas de krautrock, como Can, Ash Ra Tempel, Tangerine Dream, Amon Düül II, etc, sino que también dio enormes frutos progresivos más clásicos dentro del género, podemos nombrar algunos conocidos como Nektar, Eloy, Novalis, etc., aunque otros han quedado ocultos, es el caso de los ya nombrados en este blog Odin o Nine Days Wonder.

En esta ocasión nos adentraremos un poco en un trabajo de otra de esas bandas progresivas alemanas que quedó en las sombras de la historia, pero que ha dejado algunos sonidos progresivos asombrosos. 

‘Ikarus’ fue un sexteto de jazz-rock progresivo, nacido en 1970, en Hamburgo, Alemania, y liderado por el productor y multiinstrumentista Joachen Peterson, quien luego de terminado el proyecto Ikarus se dedicaría de lleno a su trabajo como productor. La banda estaba integrada por el ya nombrado Jochen Petersen, ademas del pianista Wulf Dieter struntz, el guitarrista Manfred Schulz, el bajista Wolfgang Kracht , el cantante Lorenz Köhler, y el baterista Bernd Schröder.

En 1971 lanzan su primer y único trabajo, el homónimo ‘’Ikarus’’, que en líneas generales es bastante arduo, consta de cuatro piezas progresivas extensas, de las cuales dos rondan entre los 12 y 15 minutos de duración, y en ellas se encuentran mundos progresivos propiamente dichos. 

Se trata de un rock progresivo algo rustico y sinfónico, no tan estilizado pese a contar con arreglos orquestales, pero con una elaboración profunda, de gran despliegue, y una complejidad llamativa, en la cual aparecen elementos de folk rock, pasajes pesados e instrumentales, etc. Se nota la presencia de la influencia de King Crimson y Van Der Graaf Generator, también se nota un poco algún toque de krautrock en algunos arreglos, pero en líneas generales crean un sonido arduo y propio, pergeñado bajo sus propias reglas progresivas. 


Con esa avanzada sonora tan propia que elaboran, reflejan la visión profunda que tienen sobre el uso y la dinámica de los riffs y sobre la combinación de melodías y pasajes. El sonido se construye en base a guitarras acústicas y mellotrones, impecables bases rítmicas, y distintas aplicaciones de cuerdas sinfónicas, flautas, saxos y guitarras eléctricas.

En el primer tema, por ejemplo, dejan algunos arreglos sinfónicos que rozan con lo clásico, para luego pasar a arreglos sinfónicos de cuerdas. En los siguientes temas se siguen viendo los arreglos sinfónicos, entremezclados entre tanto cambio y fluidez de pasajes. La última pieza del disco, llamada ‘’Early Bell’s Voice’’, que aunque dura solo 7 minutos de duración, la mitad que otras dos, es aun así es más compleja que las anteriores.

También hay lugar para cierto acercamiento a la extravagancia compositiva o ‘avant prog’, extravagancia que los lleva a desarrollan un sonido que, aunque es muy complejo, a la vez es algo minimalista, las progresiones y pasajes se van formando con melodías muchas veces repetitivas y simples. Y a la vez son algo oscuros y rústicos, una rusticidad un tanto post psicodélica. 

De esta mescla tan particular de sonidos, sale un rock progresivo muy poético, tipo art rock, con melodías épicas, letras que hablan sobre la devastación del mundo (por lo mínimo que entendí de las letras en inglés), y una complejidad que, por momentos, demanda ser escuchada varias veces para alcanzar a apreciar el tremendo valor compositivo que desarrollan, un deleite para el oído progresivo setentero.

Muy poca información he encontrado sobre la historia de la banda, por lo cual recaigo en la deducción unilateral de que seguramente se desintegraron sin dejar rastros, luego de haber lanzado su único trabajo, historia repetida ya por muchas otras bandas fugaces de similar condición. Así que nos queda este trabajo de jazz rock progresivo, que se disfrute y pronto volveremos con más.

Cod: #1051

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