lunes, 28 de abril de 2025

Kubero Díaz - Kubero Díaz y La Pesada (1973)

Los lanzamientos de La Pesada junto a los distintos invitados que participarían con protagonismo en cada uno de esos discos, en este caso había sido el turno del guitarrista Kubero Diaz, han sido en su mayoría discos de rock pero bastante experimentales en mayor o menor medida, con búsquedas proto progresivas con mucho ingrediente rockero, mucha experimentación de estudio, y además con mucho encuentro de ese mundillo hippie de aquella época en Argentina, con letras que hacen referencia a lo cósmico y a lo interno y con músicas alteradas muy a la manera psicodélica, además de otras referencias a las drogas, sexo libre, y tratando de mantener muchas veces algún mensaje que ayude al ciudadano promedio, generalmente no acostumbrado a estas músicas desafiantes, a vislumbrar un cambio hacia algún más allá con mejor perspectiva y apertura.

Estos discos que publicó el grupo, junto a varios de los músicos invitados que justamente también eran parte del mismo conjunto y lo frecuentaban para engrosar su poderío artístico, son discos que han sobrevivido muy bien al tiempo, han logrado trascender con su influencia, han revivido gracias coleccionistas y conocedores, se han establecido como hitos del rock nacional fundacional, y se han mantenido en un nicho de consideración estable entre conocedores de la historia del rock argentino. Aun así, también vale aclarar el hecho de que se trata de discos bastante experimentales, no solo de rock a secas con canciones sueltas, sino discos muy experimentales con conceptos y letras particulares, carácter que le ha concedido a estos trabajos un aura particular y ha generado esa mística reflejada aun en su influencia a las generaciones más contemporáneas que siguen, desde los ámbitos under, curtiendo estos sonidos oscuros de rock y blues pesado, pero por otro lado este efecto ha generado una apoteosis dicotómica que se reflejó en el alejamiento de los grandes públicos en cuanto a la consideración de estos discos con sonidos inalcanzables para el oyente promedio.

Se dice que no son discos fáciles de escuchar, eso suele ser real en tanto no se esté acostumbrado a abordar este tipo de músicas tan alteradas que suelen salirse de la canción para plantear algunos desafíos sonoros muchas veces inspirados en los efectos y alteraciones de estudio, en la psicodelia hippie, en el rock experimental y proto progresivo, etc. En el caso de Kubero Díaz, La Pesada planeó junto a él otro de los tantos lanzamientos apoyados y producidos por el grupo, siempre con su fiel estilo rockero y su vena cósmica explicita que ayuda a que este trabajo sea un experimento de rock pesado con blues y muy buenas zapdas, además de que Kubero Díaz es un alucinante guitarrista eléctrico de rock, otro elemento que se suma al disco en forma de grandes solos y arreglos en guitarra.

Los temas de este disco no suelen ser sencillos ni cuadriculados, sino que cuentan con ese carácter de sesión nacido del espíritu libre que manejaba el grupo, por lo que, por más corto que sea el track, siempre terminan cayendo en atascos o sesiones libres de rock, ese ambiente por el que estos músicos suele manejarse con una soltura esplendida, como si se hubieran manejado por allí toda su vida. Todas las canciones del disco son inventos, experimentos, canciones enriquecidas con búsquedas psicodélicas rockeras.

‘’Polvo He De Sacudir’’, otro elemento complejo del disco y ya una pista que apunta a lo progresivo, nos muestra el poderío rockero del grupo y su imaginación para manejarse por un rock bastante complejo, que comienza desde la canción, pero parte hacia progresiones rockeras sumadas a sesiones aparentemente improvisadas. En ‘’Creciendo En Espiral’’ otro tema del disco, pero ya una canción acústica, otro elemento recurrente del grupo, los arreglos acústicos, un tema con una letra cósmica que invita al encuentro entre las personas y no al alejamiento.

Estos trabajos de La Pesada suelen reflejar de manera directa el ambiente creativo que manejaban entre ellos en el grupo y en general muchas bandas del rock de la época, además de reflejar esa esencia hippie que había en la juventud del momento, manifestada desde las letras utópicas que refieren a epopeyas celestes o eventos espirituales internos, blues y rock & roll, folk, experimentaciones con muchas miras hacia lo psicodélico, intervención de canciones acústicas, sesiones libres y todo un bagaje creativo muy alegórico de esa generación contracultural. 

Es verdad que esos músicos se encontraron de frente con la dictadura militar y las represiones policiales tan típicas de esos años en Argentina y especialmente contra cualquier joven artista que llamara la atención, aunque también supo declarar Billy Bond que la mayor represión que solían recibir estos músicos no era por parte de los militares sino de los vecinos y ciudadanos promedio de la sociedad argentina, acostumbrados una vida de traje y corbata y a un mundo hostil que los forzaba a convertirse en auténticos enfermos con tal de estar bien amoldados al mundo y así poder sobrevivir. En ese ambiente, los músicos rockeros de la época llamaron la atención de inmediato y llegaron para romper los mandatos cuadriculados de las sociedades aun hermetizadas en una dinámica tradicionalista pacata. 

Las letras de los temas de estos discos de La Pesada y de muchos artistas del rock contracultural argentino de la época, hacen mella de ese estado mental común y suelen mandar mensajes para sacudir la letrina publicar y tratar de expandir mentes, o por lo menos para tratar de espantar y escandalizar la moral pública del conservadurismo, tradicionalismo y lo cuadriculado. No son letras al azar o porque sí, y muchas veces esto también es otro elemento que hace al alejamiento de los grandes públicos, acostumbrados a metáforas intrascendentes que refieren a la estupidizacion del público y no a su crecimiento, cosa que la gran mayoría ve con muy buenos ojos.

En este caso La Pesada grabaría junto a Kubero Diaz para publicar un trabajo solista para dicho artista, llamado ‘’Kubero Diaz y La Pesada’’ y publicado en 1973. Billy Bond y La Pesada han también publicado y producido discos solistas para Claudio Gabis, Jorge Pinchenvsky y Alejandro Medina, entre tantos otros lanzamientos propios y ajenos, producciones y demás. Estos discos engrosan las filas del rock nacional de época que promediaba por entonces un momento de mucha creatividad y producciones discográficos por doquier, muchas con repercusión entre conocedores y coleccionistas del todo el mundo.

Cod: #1805

sábado, 26 de abril de 2025

Almafuerte - Woodstock En Panama (1971)

Almafuerte (Woodstock Band) fue una banda pionera de rock en Panamá, habiendo sido parte de una pequeña ola de rock hippie latino en dicho país. Esta banda icónica para el rock de su país de los años 60s, estaba conformada por Enrique Malek, Bey Mario Robles, Joaquín Vallarino, Junior Contreras, Agustín Leiro, Roberto Bocanegra y el legendario Esteban “Chicho” Arenas, a quien se le considera como el padre del Rock Nacional panameño, también fueron parte de la banda posteriormente Georgie Thomas y Franz Gutiérrez.

El único lanzamiento de los panameños de Almafuerte fue el disco ‘’Woodstock in Panamá’’, otro suceso de la banda, siendo el primer disco de rock nacional de su país, publicado por el sello ‘’Loyola’’ en 1971. Aun con fuertes vínculos con la música local tropical del su país, el grupo dota a su repertorio tradicionalista una dosis de rock e incluso de psicodelia, por lo que el resultado de todo esto es una fusión de rock con mucho sabor, muchos elementos y sabores locales a partir de donde nacen las canciones propuestas aquí.

Los teclados hipnóticos y las guitarras fuzz dan el toque psicodélico al asunto, y la batería ‘’rompe’’ los ritmos latinos con atascos rockeros, donde la fusión tiene lugar y el rock ‘’latino’’ surge en todo su esplendor. La superposición de ritmo que se suceden en las canciones es algo que suele ocurrir aquí, esa fusión entre lo tropical y el rock está allí. El disco abre con la pieza ‘’Panamá Viejo’’, una reversión oscura de un tema original de Ricardo Fábrega.

El disco es oscuro, psicodélico, con sabores locales, solos de guitarra acidos, y letras que refieren al espíritu de la música tradicional local, el rock en esa época parece haber llegado como un factor disruptivo que se abre paso entre tantos elementos tradicionales y plantea nuevas formas de la canción y la composición. Otro de esos elementos disruptivos en el disco son las letras de algunas de las canciones, que reflejan el estigma del espíritu de los jóvenes músicos, generalmente hippie, de la época, que casi siempre chocaban con su presencia per se ante las sociedades convencionalistas.

Tal vez no se trate de atascos a lo Santana, ni fusiones virtuosas, sino que la banda plantea un sonido desde la canción, desde las baladas o elementos románticos, desde donde se fusionan los elementos de rock, lo psicodélico, y entre tanto las reinterpretaciones a lo rockero surgen, pero bien sincronizadas con el estilo local.

La historia del rock en Panamá tuvo desarrollo similar a la de cualquier país, con unas bandas primeras en la década de los 60s entre beat y rock and roll con mucha influencia del rock extranjero de primer mundo, y especialmente norteamericano ya que Panamá por aquellos años supo contar con bases militares estadounidenses, en zonas del país liberadas para que dicho país pueda instalarse. Los bares y pubs que frecuentaban las tropas norteamericanas era un lugar donde las primeras bandas del rock del país podían ir a tocar en vivo.

En la década de los 70s tuvo lugar un fenómeno de rock progresivo influenciado por el rock progresivo y el hard rock también extranjero. Pero no fue hasta la década de los 80s cuando el rock panameño supo emerger y tener un auge con mayor masividad. Fue hasta entonces esa masividad ya que el rock local de dicho país siempre tuvo en frente a la identidad local y, por lo tanto, la lucha por consolidarse y emerger en un país donde géneros como la salsa, el reggae y la música tropical han dominado el panorama musical.

En ese ámbito, la banda Almafuerte fue parte de la era prototípica del rock panameño, con una estima particular por lo conocedores del rock local y habiendo marcado hitos como haber publicado el primer disco de rock de su país, el grupo parece haberse manejado en un ambiente marginal para ellos. ‘’Woodstock in Panama’’ es una pieza acida de rock latino muy interesante y que vale la pena tener en cuenta entre los discos emergentes latinoamericanos.

Cod: #1804

jueves, 24 de abril de 2025

Jean Paul "El Troglodita" - Vudú (1972)

Enrique Roberto Tellería tenía aproximadamente 27 años de edad al momento de grabar su álbum más enigmático. Pero primero intentemos definir de quién estamos hablando: Enrique, cantante peruano que adoptó el sobrenombre de Jean Paul “El Troglodita” fue un auténtico baluarte en los inicios del rock peruano, se podría decir que era un auténtico front man, un tipo con un gran carisma y talento que cautivaba a la audiencia.

El Perú nunca fue ni será un país con una cultura rockera masiva, es un hecho, por lo tanto, el alcance que tuvieron figuras como las de El Troglodita, en los inicios del rock peruano, fue un alcance ínfimo, bastante local. Hoy en día figuras como estas se encuentran en el absoluto olvido por la masividad y es que culturalmente esta música nunca alcanzó grandes niveles de popularidad a nivel del país. Los circuitos juveniles entusiastas tuvieron su época, pero nunca se solidificó en una escena musical coherente con perspectiva de futuro. Cada uno tiraba para su lado y así el rock peruano de los 60s y 70s es difícil de agrupar como un movimiento en si mismo, ya que encontramos ejemplos bastante disgregados, por aquí y por allá, sin una línea evolutiva coherente, el cantar en inglés seguía siendo un camino a seguir mientras que cantar en español aún era poco cool.

Quizás esta es una breve pero concisa crítica al rock peruano de los 70s, aunque ciertamente el país nunca tuvo un circuito donde esta música pudiera ser difundida para así tener un mayor alcance, pero también fue responsabilidad de los mismos artistas seguir trazando la brecha del idioma, ya que al seguir cantando en inglés un gran margen de la población iba a asumir de forma diferente la música, en lugar de una comunicación directa, el inglés era como una barrera que condenaba aún más el alcance musical del rock en aquella década en Perú.

Algunos grupos saltaron esa cerca y cantaron en español, e igual no alcanzaron la masividad, es cierto, pero la gente que escucha su música asume con mayor facilidad el mensaje, o incluso se propicia algún tipo de lazo de identidad a través de su música debido a que la barrera del idioma no existe en esos casos.

Por lo tanto, para poder analizar de forma satisfactoria un álbum como Vudú y a un artista como Jean Paul “El Troglodita” debemos entender que, en el Perú, una propuesta de estas características no iba a tener jamás un gran alcance, debido a diversos factores, dentro de los cuales está el hecho de que el rock nunca caló en la masividad, siendo siempre superado por otros géneros musicales, que siempre tuvieron las puertas abiertas con respecto a lugares dónde tocar y posibilidades de promoción.

Por allí se dijo que el álbum Vudú no vendió muchas copias ni tuvo repercusión, a esto sumémosle que por alguna razón Jean Paul “El Troglodita” quien ya había empezado a cantar en español en la década de los 60s, decidió volver a cantar algunos temas en inglés para este nuevo álbum, lo cual para mí es un pequeño retroceso ya que el idioma impide contemplar de forma plena el contenido de canciones como Vudú, que tienen un trasfondo muy inquietante y que incluso nos daría muchas pistas respecto a la personalidad tan incorregible que tenía El Troglodita.

Manifestada esta respetuosa crítica, pasemos entonces a analizar primero la música del álbum Vudú para luego derivar en la persona, en el artista, en el ecléctico enigma llamado Jean Paul “El Troglodita”.

Los datos nos dicen que Vudú se terminó de grabar en el mes de febrero de 1972, contó con la participación de algunos de los integrantes del grupo de rock psicodélico peruano llamado Laghonia, entre estos se encontraba Ernesto Samamé quien tocó la guitarra en las sesiones de grabación (en Laghonia era bajista) y Manuel Cornejo en la batería. Este dato no es menor, ya que podría decir que la música del tema que da el nombre al álbum fue de alguna manera una creación de Ernesto o Manuel, bajo la dirección de El Troglodita. 

Lo que si es de indiscutible autoría de El Troglodita, es la letra de Vudú; en ese sentido, el columnista Arturo Vigil dijo que según El Troglodita, la canción Vudú había sido compuesta para “defenderse de sus demonios internos”. Lamento muchísimo que haya tan poca información sobre la historia de esta canción, su gestación, su significado, etc. Por allí dicen que hubo gente que entrevistó extensamente a El Troglodita antes de que falleciera el año 2004, pero pareciera que a nadie le importó ahondar en el significado de la letra de la canción, ni tampoco hay datos que esclarezcan toda la letra de la canción.

Entonces, según lo que yo puedo llegar a entender de la letra y también tomando en cuenta el contexto en el que posiblemente se encontraba El Troglodita, Vudú estaría hablando sobre los abismos de la locura, el extravío en el que uno ingresa al asumir un estilo de vida salvaje y libre de prejuicios, en otras palabras, como si se tratase de manejar al borde de un acantilado, donde confluyen esa necesidad impía de disfrutar la vida pero a su vez no medir las consecuencias del consumo de psicoactivos, por supuesto, el amor también está, quizás como un antídoto fugaz ante el fuego de la locura, pero aquellas siluetas femeninas parecen tan sólo espejismos ya que después de todo, si no se pisa el freno, nadie más querrá irse al abismo contigo.

Puedo estar equivocado con mi interpretación de Vudú, por supuesto, pero dada la poca data que hay sobre el contenido de la canción, es lo que yo puedo intentar entender. Por supuesto que hubiera querido que estuviera cantada en español, pero nada de eso quita el gran afecto que siento por esta joya del rock psicodélico peruano, el álbum Vudú lo escuché cuando tenía 15 años al sumergirme en mi investigación sobre el rock peruano de los 70s, y la canción que da título al álbum siempre me resultó entrañable, es como una síntesis muy bien lograda de un rock psicodélico bastante crudo, con una magnifica guitarra, una batería sólida, una voz cautivadora y un intermedio muy espiritual, donde el piano y la guitarra te llevan a otra dimensión. Estamos pues ante una magnífica creación, una de las mejores canciones de El Troglodita, sin duda.

Otro importante columnista peruano llamado Hugo Lévano, rescató una entrevista en una revista local de 1972, donde acompañada de un manifiesto, El Troglodita contó un par de detalles interesantes sobre su perspectiva en aquel momento ya que se había publicado recientemente su álbum Vudú. En una de esas respuestas, El Troglodita, alegaba que el público local no tenía la capacidad de conectar con la energía que brotaba de una presentación musical visceral y energética. También decía que había que lograr que “el aura, tu cuerpo astral se proyecte hacia la gente”, y ante la comparación de esa frenética energía con el arrebato por parte del periodista que lo entrevistó, él respondió que no era lo mismo, que el arrebato era en realidad una forma de agresión, una forma de perder la identidad. Curiosa observación ya que precisamente ese fue quizás uno de los dilemas en la vida de El Troglodita, la autodestrucción.

A la canción Vudú, le siguen una serie de covers muy bien ejecutados y bellamente cantados por el Troglodita, lo cual deja notar su enorme talento y versatilidad. Tintes funk y soul acompañan las canciones, asimismo, una magnífica versión de la canción Peace and Love, del grupo mexicano del mismo nombre es cantada con maestría por El Troglodita.

Un par de temas más adelante tenemos una canción en español titulada Te Amo Más, cover de la banda mexicana El Amor, aquí el sonido de la guitarra de Ernesto Samamé vuelve a brillar, acompañada por un órgano, la canción nos retrotrae un poco a los sonidos garageros de los 60s, la voz de El Troglodita cantando en español es solo la cereza al pastel, un tema enérgico y redondo.

La canción titulada Remeber My Love, es una de las canciones más sentidas de El Troglodita, fue compuesta por él y es una balada que al escucharla me es inevitable pensar en los mejores momentos de la vida de este artista, aquella frenética y vitalista juventud que vivió, tan hermosamente sintetizada en esta canción dedicada a algún amor extraviado en alguno de esos veranos, fugaces en la vida real pero imperecederos en la memoria.

La última canción del álbum titulada Pórtense Bien, es un cover sobre el cual El Troglodota le añadió una letra cantada completamente en español, una letra que yo asumo como crítica e irónica, ya que el “pórtense bien” podría referirse a un posible juicio “celestial” al que todos se verán sometidos según ciertas religiones o también podría ser una burla a las directrices sociales conservadoras de aquella década en el Perú, donde bajo el juicio de “pórtate bien” los adultos pretendían imponer cierta moral a la juventud. La música de este último tema del LP, ronda entre el pop y el rock, aunque la aparición estelar de la guitarra de Ernesto Samamé le da mayor solidez e intensidad a la canción.

Vudú en líneas generales es un álbum bastante ecléctico musicalmente, con temas en inglés, y otros en español. También cabe mencionar que este álbum fue desde mi punto de vista el mayor acercamiento que Jean Paul “El Troglodita” tuvo hacia la contracultura de aquellos años, entendiendo primeramente que él provenía del rock and roll con cierto toque glam. Ciertamente muchos rockeros vinieron de allí pero El Troglodita era un caso diferente.

Jean Paul “El Troglodita” fue el front man más visceral y rockero que tuvo el Perú. Algunos dirán “pero también cantaba baladas”, si claro, pero en su esencia, El Troglodita siempre fue rockero, tan rockero que su actitud ante la vida quizás fue la del eterno adolescente, crítico, rebelde pero autodestructivo. Aunque, también se podría decir que la contracultura influyó en su personalidad en cierta medida, evidencia de esto se puede encontrar en las referencias religiosas que tiene la letra de la última canción del álbum Vudú, o en la misma contratapa del LP, que contiene un collage hecho por el mismo artista donde se pueden ver referencias al budismo.

Situémonos pues en el contexto de un joven como El Troglodita, quien provino de un colegio militar, con una educación anticuada que evidentemente fue uno de los alicientes de una naciente rebeldía. Rebeldía bien o mal canalizada, pero que marcó profundamente la personalidad de un artista que, en un país como Perú, lamentablemente nunca iba a tener acogida, a pesar de que tuvo una época donde le fue muy bien, pero luego de esa explosión que significó la llegada del rock al Perú en los 60s, todo se fue aquietando y reacomodando al punto que cuando El Troglodita lanzó el álbum Vudú, pareciera que muy pocos estaban en esa misma sintonía.

Los años 70s terminaron y con el mismo muchos sueños se esfumaron, la realidad hizo acto de presencia y de repente había que trabajar para poder comer y solventar demás gastos corrientes, ¿cómo sostener entonces una vida artística tan caótica como la de Jean Paul “El Troglodita”? Algunos se amoldaron y dieron vuelta a la página, El Troglodita no, su estrella interior siempre lo llamó a cantar, a pisar el acelerador de un vitalismo por momentos salvaje, por momentos lúcido. No estamos aquí pues para juzgar la forma en que terminó sus días este talentoso cantante, autodestructivos somos muchos y me resulta ambiguo juzgar la vida de alguien sabiendo lo complicado que es vivir en un contexto tan despiadado para un artista como lo es el Perú.

Vudú es por lo tanto el álbum que resume una parte de lo que musicalmente era capaz de interpretar un front man brillante y visceral como Jean Paul “El Troglodita”, su parcial acercamiento a la contracultura le añade un condimento particular a este álbum, pero en esencia el Troglodita fue una estrella prendida en llamas mientras en su interior intentaba proteger su conciencia, no fue hippie, fue más un espíritu vitalista y hedonista que asumía la vida el día de hoy sin medir quizás las consecuencias del mañana.

Pero el hecho de que fuera capaz de parar al menos un momento en su loca carrera y componer una canción como Vudú, para así dejar el testimonio de esa lucha interna en la que muchos al menos una vez en la vida nos hemos visto envueltos; ese sólo hecho de mirar un poco para adentro, me invita a pensar que después de todo Jean Paul “El Troglodita”, fue un artista valiente frente a un contexto que únicamente se preocupa por sumarle ceros a su cuenta bancaria.

Cod: #1803

viernes, 18 de abril de 2025

Bwana - Bwana (1972)

Este estilo recuerda inmediatamente a grupos como El Chicano, o en su defecto claramente al gran Santana y su sonido fundacional en este mundo del fusión, el rock, el jazz y los ritmos afro cubanos. En este caso, Bwana proviene de Nicaragua, y ha logrado un sonido muy embebido en ese estilo y muy bien plasmado desde la calidad de ejecución y las sesiones.

Similar también a otros estilos afro funk del tipo del estilo de bandas como Osibisa, o grupos como Mandrill, Malo, o Sapo, que siempre jugaron con todos estos elementos, reformulándolos y replanteándolos en distintas composiciones, pero siempre con esa característica de ritmos robustos, sesiones con percusiones, rock y mucho sabor.

Bwana parece tener un rumbo hacia el mundo fusión afro cubano, pero más hacia el mundo percusivo, el fusión más de sesión y exploración. Si bien Bwana tiene canción, el mayor cuerpo sonoro que parece obtenerse de aquí son las sesiones caracterizadas por aplicaciones en percusiones latinas y atascos con mucho ritmo y percusión.

Es un mundo de sesión con el que es posible volar, pero no es una sesión libre porque sí, sino que es un mundo muy bien planeado de antemano, con progresiones bien pensadas, ritmos estudiados, pasajes y arreglos que fueron organizados para funcionar en la sesión, por ende, todo lo que ocurre aquí funciona por una línea bien organizada. 

A partir de allí la magia ocurre y las sesiones se desatan, muchas veces recordando estrictamente al Santana de esa época, y otras veces con aires propios de Bwana, ya con sonoridades propias, arreglos melódicos proveniente de lo centroamericano, e inventos que insisten en la sesión y con inspiración del género, pero no motivos propios del grupo.

El nivel de los ejecutantes es el requerido para la tarea, mucha percusión especializada, excelentes solos de guitarra y todo un conjunto unificado en un mismo sonido, funcionando en una amalgama sonora muy bien combinada. En este disco la canción es la excusa, la excusa perfecta para que la banda se vuelque a la sesión con percusión, la especialización del grupo.

Pareciera Bwana también manejar su propia lógica en las composiciones, con muchos atascos que no tienen el sentido que se podría esperar, sino que vuelven hacia otros lugares, cambiando la lógica y apareciendo otras percusiones, de distintas intensidades y formas.  Este grupo se ha metido en un sonido característico, pero lo ha utilizado a su favor.

Además de todo el sonido que está emparentado con el rock psicodélico, hay algo de psicodelia experimental allá hacia el final de la pieza ‘’Chapumbambe’’, con algunos efectos de sonido experimental y experimentación, poca pero interesante.

Bwana es otro ejemplo de la explosión del rock latino en la escena psicodélica rockera contracultural norteamericana, una influencia iniciada en la epoca y tomada por muchos en el momento, un estilo en sí y una forma de reinterpretar, a la jazz fusión, los estilos centroamericanos, afro cubano.

Este grupo publicó solo dos discos, ambos hacia 1972, siendo el primero de ellos, el de la portada blanca, el que contó con mayor éxito y generó buena fama en el área al grupo, llegando a ganar premios y tocar en eventos importante. Bwana supo tener su momento y nos ha dejado un gran sonido en este estilo tan característico, logrando marcar su propio sello en el genero.

Cod: #1802

lunes, 14 de abril de 2025

The Speakers - En El Maravilloso Mundo De Ingesón (1968)

En el Maravilloso Mundo de Ingesón es un álbum sumamente encantador, vanguardista y lisérgico. Tan sólo remitámonos a Junio de 1968, Colombia, un grupo de jóvenes inspirados quizás en toda la ebullición musical que se venía gestando en el mundo artístico, ya los Beatles habían publicado Revolver y Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, The Jimi Hendrix Experience ya había publicado el monolítico Are you experienced? El LSD y los alucinógenos estaban cada vez más ligados con una floreciente contracultura, unos se abrían con mucha convicción frente a estos cambios, otros eran más timoratos y medían los próximos pasos a dar.

Los Speakers sin lugar a dudas no era una banda timorata, decidieron abrazar muchos tópicos que la contracultura empezaba a irradiar, no tuvieron miedo en tomar el volante y crear, crear sin ataduras, sin expectativas comerciales, crear con el único objetivo de transmitir tanto las inquietudes más sencillas como las más intrincadas de su joven alma.

Muchas bandas contemporáneas del continente midieron mucho más sus pasos, prefirieron hacer una transición mucho más segura, para así no perder contratos con sus respectivas discográficas o simplemente por temor a no ser comprendidos por el público. Los Speakers ciertamente rompieron con todas estas expectativas y decidieron respetar lo que en principio sentían que era el camino que debían seguir. Es así como tomaron la fundamental decisión, la de producir de forma independiente su nuevo álbum, nada más acertado o quizás desafortunado ante ojos timoratos ya que evidentemente sea cual fuere el resultado de la grabación, la distribución del Lp siempre iba a tener una mayor limitación y menor alcance.

El ímpetu creativo puede más que las expectativas realistas, este grupo de jóvenes sentía muchas ansias por dar un gran paso hacia adelante, y no era para menos, Sudamérica tenía mucho por aportar al mundo musical, y este primer paso, el de romper con ciertas directrices como la de cantar en inglés, tenían que ser asumidas con convicción y con esperanza. Esperanza de que algún día la música elaborada con tanto cariño, llegue al corazón de algún joven y así sembrar la semilla de la libertad. Un hecho que, según mi perspectiva, es el concepto central de este álbum.

El contexto musical dentro del cual se encontraba la banda era muy interesante, otras bandas colombianas como Los Flippers o Los Yetis se encontraban también siguiendo tendencias nuevas, pero aún recurriendo en muchos casos a los covers, y a combinar el cantar en español con el inglés. Por lo tanto a nivel de Sudamérica, al momento de gestar este nuevo álbum, Los Speakers estaban a la vanguardia. Quizás en Brasil se pueden encontrar ejemplos contemporáneos de experimentación psicodélica, también en Argentina, principalmente en las grabaciones más vanguardistas del naciente sello Mandioca. Pero en esencia lo que Los Speakers estaban a punto de grabar, estaba un paso por delante con respecto a muchas de estas bandas o producciones. Os Mutantes de Brasil habían logrado un contrato con Polydor para la grabación de su álbum debut, mientras que Los Speakers colombianos fueron rechazados por todas las disqueras importantes de su país, a nadie le interesaba producir aquella delirante música que este grupo de soñadores tenían en mente.

El 1968, la banda se encontraba compuesta por el colombiano Humberto Monroy en el bajo, el italo-colombiano Roberto Fiorilli en la batería y el multiinstrumentista español Rodrigo García. Entonces, luego de ser rechazados por las disqueras, deciden encarar el álbum de forma independiente, por lo cual crean su propio sello, denominado Producciones Kris. El siguiente paso era encontrar un estudio de grabación, es así como contactan con Manuel Drezner, dueño de los Estudios Ingesón, quien aceptó prestarles el estudio para la grabación del álbum bajo una interesante condición que los mismos músicos le habían propuesto: el álbum de la banda incluiría una curiosa publicidad que aludiera al estudio, es así como la obra resultante se habría de llamar En El Maravilloso Mundo de Ingesón.

Una vez contento el dueño del estudio con la publicidad que habría de obtener, Los Speakers empiezan en Junio de 1968 a grabar un verdadero hito, un álbum que probablemente significó un punto de ruptura dentro de la escena musical colombiana, o si esto es demasiado romántico, al menos podemos considerar que este álbum debió de significar la ruptura y apertura de nuevos caminos, ya sea para los seguidores de la banda o para los hippies curiosos que se atrevieron a escuchar el álbum.

Sería inoportuno decir pues, que En El Maravilloso Mundo de Ingesón, significó un clásico instantáneo en la escena de rock psicodélico Sudamericano, por supuesto que no. Hay evidencia de que un año después, en 1969, Polydor publicó el álbum en México, lo cual es realmente extraño, pero muy probablemente dicha tirada tuvo una escasa repercusión. Tampoco tengo conocimiento de cuantas copias logró vender la banda, pero dada la hermosa presentación del Lp, que venía con un libreto y una falsa píldora de ácido (que era en realidad goma de mascar), dudo mucho que la gente pudiera resistirte a no comprar el álbum, al menos los más aventureros debieron de estar muy atraídos por este Lp al momento de su publicación.

Retornado al tema ligado a la grabación del álbum, es evidente que los Estudios Ingesón eran el lugar ideal para desarrollar con gran libertad todas las lisérgicas ideas que tenía en mente la banda. El solo hecho de que en pleno 1968 tuvieran a disposición una grabadora de varios canales ya le suma mucho a la producción y al sonido ya que en muchos casos la precariedad en la que aún estaban muchos estudios en aquellos años no propiciaban el mejor ambiente para la grabación de este tipo de propuestas decididamente vanguardistas.

Musicalmente el álbum transita por distintos estadios, pero siempre me resultó curioso el hecho de que el álbum abriera con el sonido de un tipo caminando de lo más tranquilo y que de repente sea aparentemente arrollado por un tren a toda velocidad. ¿Qué quisieron denotar con esto?, quizás el tipo que camina despreocupado es la sociedad retraída, conservadora, inerte, mientras que el tren que lo termina arroyando es la nueva generación, que con mucho ímpetu y ganas de cambio, empiezan a colocar hitos que en muchos casos romperán con el orden gris y pusilánime conservado hasta ese momento.

En ese sentido uno de los puntos altos de este álbum es la canción Oda A La Gente Mediocre, cantada y compuesta por el baterista Roberto Fiorilli, la letra refleja perfectamente el concepto y búsqueda del álbum:

Abre tu mente a tiempo
corta con el pasado
vete hacia el futuro
emplea tu fantasía
libérate en este día
echa tus complejos fuera
abre tu mente a los sueños

¿No es acaso esta letra el fiel reflejo de una época?, donde las inquietudes espirituales se hacían patentes en la juventud, quizás se visualizaban muchas utopías, si, pero nadie puede negar que detrás de toda esa intención de ruptura y libertad yace una semilla que siempre asomará ante el hastío y necedad de una vida rutinaria, que convierte y reduce la vida humana en simples números y documentos de identificación, que nacen, crecen, se reproducen y mueren sin mayor trascendencia.

¿Pero de que clase de trascendencia estamos hablando?, pues tan solo me remito a aquella necesidad prístina de querer dejar algo en favor de la sociedad, por más minúsculo que sea. No consagrar la vida únicamente al ego, sino, intentar al menos ayudar o contribuir en mejorar la cotidianidad humana, por ejemplo, la música recomendada y reseñada en este blog, le sirve a muchas personas, quizás para hacer catarsis o simplemente para hacer más manejable su rutina, es así como el arte puede contribuir en alegrar nuestros días, por más monótonos que estos nos resulten, en algún punto, la música siempre estará, y Los Speakers sabían esto perfectamente. En la canción Reflejos De La Olla, compuesta por Rodrigo García, la letra nos dice:

…este mundo de dementes
nos resulta ya inmamable
escuchad lo que os digo
no penséis que en este mundo
sois vosotros el ombligo
porque es un error profundo…

En 1968 la hostilidad en las calles era patente, hoy en día damos todo por sentado, andar desalineado por la calle no era una cuestión irrelevante como lo es hoy, no obstante aún hoy y siempre, persistirá el hecho de tirar la piedra y esconder la mano, de increpar ética y moral cuando en realidad bajo las cuatro paredes de casa, se es todo lo contrario a lo que se predica. Y si, Los Speakers comprendían contra quienes se enfrentaban, contra esa mentalidad arcaica de posguerra que poco a poco iba haciendo pedazos muchas vidas mediante la prédica consumista:

…por qué insultas a tu hermano
¿porque tiene el pelo largo?
lleva el tuyo como quieras
mientras no te quedes calvo
 
Te la pasas criticando
a la nueva generación
no es más santa que la tuya
pero en fin, tampoco es peor
 
Tienes limpia tu conciencia
que te pones a juzgar
la decencia y la indecencia
en la vida de los demás

Yo mi amigo te conozco
eres un hipócrita más
como hay muchos en el mundo
como siempre los habrá…

En este punto la canción Historia de un loto que floreció en otoño, compuesta por Fiorilli, parece ser una metáfora al surgimiento de una nueva generación: la contracultura floreciente representada en una flor de loto. Pero en lugar de un típico final idílico, la letra refleja de forma muy inteligente la inevitable retracción a la que llega todo fenómeno cultural, hecho que se vislumbraría muchos años después con la disolución o mutación de la contracultura en otras manifestaciones de diversa índole:

…florecer significaba un esfuerzo terrible
ya que había algo que andaba mal
el calor y la luz ya no eran suficientes
y había una apatía general que lo inhibía
y entonces sucumbió
no por miedo
sino porque su vida se extinguió al florecer
fue la última manifestación de su presencia
dejó una marchita flor sobre las aguas y se fue
pero prometió volver en el próximo otoño…

Volviendo al análisis musical, este álbum presenta detalles muy interesantes, por ejemplo la utilización por parte de Roberto Fiorili de unos bongoes “árabes” en la canción Oda A La Gente Mediocre, así como el sonido de las guitarras eléctricas ejecutadas por Rodrigo García, que se distinguen e interactúan entre si de forma parcialmente caótica y experimental, creando un ambiente sumamente psicodélico, emulando en cierta medida sonidos de la música de oriente medio. La canción titulada Un Sueño Mágico, compuesta y cantada por Humberto Monroy, es otra de las incursiones abiertamente psicodélicas del álbum, el sonido lisérgico de las guitarras más el efecto de la voz te sumergen en un breve viaje psicodélico hacia el centro del alma.

Detalles experimentales se pueden percibir en todo el álbum, evidentemente la banda utilizó el estudio como un instrumento musical más, lo cual le añade mucho más carácter y originalidad a esta hermosa obra. Pero, en lugar de terminar el álbum sonoramente en la cima, Los Speakers, deciden volver a pisar tierra y dejarnos un mensaje que siempre estará vigente. La canción Psalmo Siglo XX, era de la destrucción, compuesta por Fiorilli, relata el circulo vicioso en el que inevitablemente la humanidad siempre estará y del que probablemente nunca saldremos, ese círculo donde la política se diluye en violencia, amenazas de guerra, paranoias y mucha egomanía mesiánica:

…pero en la superficie hay guerra y desolación
¿hasta cuando crees posible mantener la situación?
¿es acaso hasta el día en que opriman el botón?

Si eso pasa
puede ser la solución
de los muchos problemas que nos tienen en tensión

Sin embargo
la pregunta es si esta situación
no podrá arreglarse sino con la explosión…

En síntesis y a modo de conclusión de la presente reseña, puedo afirmar con gran seguridad que el álbum En El Maravilloso Mundo de Ingesón es uno de los mejores de la década de los 60s en Sudamérica, una obra que a nivel de originalidad y vanguardia está a la par de los grandes álbumes de esa década, ya sea en Argentina o Brasil. Por otra parte, espiritualmente hablando, esta obra es el fiel reflejo de una generación juvenil que vio la gran oportunidad de romper con los acomplejamientos transmitidos por sus padres, no con un afán pirómano, sino con una perspectiva constructiva. Hubo mucho caos, por supuesto, eso no se puede negar, pero las drogas presentes o no, fueron solo un elemento más y no se puede pretender caricaturizar a toda una generación como un “acontecimiento tribal absurdo que puso las drogas de moda”.

Por supuesto que definiciones reduccionistas como la mencionada anteriormente son simples maquinaciones que pretenden desacreditar propuestas artísticas que le hablaban directamente al oyente, a un oyente que veía cómo el mundo recobrada sus colores luego de tanta pólvora y muerte en el ambiente. Lamentablemente hoy en día la influencia de la contracultura en la juventud masiva es casi inexistente, hoy en día las nuevas tendencias juveniles más mainstream abrazan con furor el consumismo y el hedonismo como filosofía de vida. No obstante, frente a un contexto tan totalizador como este, álbumes como el que reseñamos en este post, no hacen más que recordarnos que aquellos caminos depresivos hacia la acumulación pueden ser burlados mientras mantengamos firme la intención de seguir alimentando el alma con música, con arte.

Cod: #1801

sábado, 12 de abril de 2025

Aguaturbia - Volumen 2 (1970)

El estilo de los chilenos de Aguaturbia siempre fue, por lo menos en sus discos de estudio, el de un rock muy acertado, que no vacila y por lo tanto genera revuelo, además de tender puentes hacia la psicodelia contracultural norteamericana con similitudes en ejecuciones y por un estilo rockero que suele asemejarse. Esa personalidad que tuvieron los llevó a causar ruido con sus discos, primero por las portadas de los mismos, y seguido a eso, por el muy buen sonido rockero pesado y psicodélico que manejaban, una insignia de la psicodelia chilena y un punto de referencia ineludible del rock fundacional de Latinoamérica.

A diferencia de muchas otras bandas latinoamericanas, Aguaturbia no toma aun elementos folkloricos locales, sino que presenta un sonido netamente rockero pesado, con muchos agiles solos de guitarra eléctrica, adición del blues y acercamiento a lo psicodélico. Todo este repertorio los llevó a ser referentes en su país natal, referentes en Latinoamérica y referentes entre los conocedores de la psicodelia universal. Sus discos, con pocas tiradas originales, son hoy elementos codiciados en el coleccionismo del mundo psicodélico.

Como universalmente suele pasar con los artistas pioneros, Aguaturbia tuvo un paso rápido y con solo dos discos en la escena rockera de Chile, discos con poca tirada, y siendo la banda fuertemente castigados por la crítica y medios, pero su desenfado y su estilo rockero pesado marcaron la escena y lograron ser posteriormente reivindicados como lo que realmente eran, una banda pionera y de gran influencia. La inocencia que tuvieron para ejecutar sus acciones artísticas, sus discos y su sonido es tal vez otro carácter importante en estos músicos que para entonces eran unos jóvenes muchachos que estaban comenzando sus carreras profesionales y que de pronto se encuentran con la fama y la controversia.

La banda es formada en 1968 por la pareja de Carlos Corales y Denise, el baterista Willy Cavada y Ricardo Briones en el bajo. Ya armados, comenzaron a ensayar en septiembre de 1968, dejándose llevar por la influencia de los sonidos más psicodélicos como de bandas como The Jimi Hendrix Experience y Jefferson Airplane, aunque también en sus orígenes y gustos había música de soul y blues el estilo de canto de Denise se inspiraba en Janis Joplin, Aretha Franklin y Billie Holiday.


En 1970 aparecerían sus dos primeros y únicos discos publicados en la época, comenzando con el homónimo ‘’Aguaturbia’’, un hito del rock psicodélico chileno, que causó revuelo y marco el puntapié para nuevos sonidos. Este primer disco está compuesto por varias reinterpretaciones de temas de rock extrajero y con algunos otros tracks creados por la banda con lo que también causarían revuelo, como la pieza ‘’Erotica’’.

Ya para su segundo lanzamiento aparecería ese mismo año su ‘’Volumen 2’’, otra pieza de rock muy acertada, un rock actualizado, con carácter propio, una guitarra eléctrica especializada que sabe muy bien lo que está ejecutando, y una voz femenina que marca tendencia y da un toque especial al rock de la banda.

Este disco contó con una nueva polémica que fue la portada insignia del mismo, con los rostros de los músicos y de fondo pudiéndose apreciar a la cantante del grupo, Denise, crucificada, imagen inspirada en la obra ‘’Cristo de San Juan de la Cruz’’ de Salvador Dalí.

El disco posee varios rock pesados al estilo de manufactura de la banda, mucha dinámica y poder, mucha vena rockera, y una frescura en la composición que hace de los temas un pasaje muy agradable y divertido. Los temas de esta banda no son de molde y tiene una personalidad propia, seguramente esa frescura es la que hizo que llamaran la atención en su momento y la sigan llamando. La pieza llamada simplemente ''Evol'', es un track de casi nueve minutos, un atascos pesado, duro y puramente rockero psicodelico, una autentica delicia con toques experimentales y un aire proto progresivo.

Una fusión de blues y rock pesado, tal vez heavy psyh, con mucho de atascos y un dinamismo que los hace volar en cada ejecución. ‘’Volumen II’’ fue grabado originalmente en estudios RCA y producido por Camilo Fernández. Este, tanto como el primero de la banda, son clásicos indiscutibles del rock chileno.

Cod: #1800

lunes, 7 de abril de 2025

La Kábala - La Kábala (1972)

Existe muy poca información oficial acerca de los orígenes del grupo, y lo poco que hay son solo suposiciones y teorías desparramadas por fanáticos en el internet, donde se suele decir que se trata de un grupo peruano ya que varias de las tiradas del disco que publicó la banda fueron hechas justamente en Perú, o también se suele decir que se trata de un grupo con base en México, pero con músicos de varias nacionalidades, o en su defecto también que puede tratar de un disco grabado en los Estados Unidos.

Lo poco que ha quedado de toda esta historia, y seguramente lo más interesante, es este disco homónimo llamado ‘’La Kábala’’, de 1972, un trabajo por demás desconocido, ubicado entre las rarezas y con misterios ocultos en su historia que pocos conocerán. Es una obra que está a la altura de lo que se puede esperar de la música ‘’rock’’ latina de época, con sesiones, aplicaciones libres, pero siempre dentro de la canción y los ritmos latinos.

Musicalmente es una obra interesante, un trabajo a la altura de su condición de desconocido y under, o sea una fusión de ritmos latinos, elementos de rock, algo de jazz, latin funk, y la psicodelia que eventualmente va apareciendo como un condimento más entre las sesiones, como agregados sonoros, órganos ácidos o pasajes oscuros.

En general es una obra amplia en su concepción musical, siempre dentro de estilos latinos, pero fluctuando entre sus distintas vertientes en estilos de la época, por lo que hay varios motivos sonoros para escuchar en la lista de temas. En su mayoría se vuelcan hacia ritmos con percusiones y letras simpáticas, ritmos latinos tipo salsa, pero fusionados dentro del estilo del disco.

Los más psicodélico del disco tal vez pueda encontrarse en la ambientación de la música de acuerdo a la época, teclados cavernosos, funk, o ritmos, fusiónes y canciones con aires de sesión improvisada, además de la inclusión de varios instrumentos que terminan de confabularse hacia ese aire de ejecuciones libres tipo sesión, sin necesariamente tratarse nunca de zapadas libres.

Hay algunos momentos misteriosos en el disco, donde tal vez traten de retratar el concepto de la kabala, aunque las letras cantadas en español no denotan ningún mayor misterio. Hay en esto también una dosis de ‘’exotica’’ dando vueltas por entre la mezcla, con esa dosis erótica que aplica la voz femenina encargada de la voz principal.

Motivos no faltan para generar ese misterio acerca del origen del disco y sus músicos, el disco contiene referencias diversas que remontan a varias representaciones regionales, desde temas como ‘’Miami Beach’’, ‘’Lindo Panamá’’ o ‘’Rio de Janeiro en Carnaval’’, pero finalmente la preponderancia de ritmos centroamericanos dan una cuenta sugerente acerca de donde podría provenir este proyecto.

En su época, en 1972, el disco fue editado en Perú, México, Panamá, Ecuador y El Salvador, y hay una reedición no oficial contemporánea, todos seguramente totalmente complejos de conseguir. 

El disco es una rareza, difícil de conseguir, pero entretenido para escuchar, con una historia oculta y un misterio de su origen. El trabajo es interesante, con acercamiento a la psicodelia y especialmente dedicado a sonidos centroamericanos.

Cod: #1799

viernes, 4 de abril de 2025

Laghonia - Etcetera (1971)

Laghonia es otra de las tantas bandas que ha dado el rock peruano de época, una escena muy fructífera en cuanto a bandas y discos, país que tiene mucho por aportar a la noción que es posible formarse sobre el rock latinoamericano y psicodelia de aquel momento. Por aquellos años en Perú surgieron una serie de bandas clásicas en la escena local y todas referentes ineludibles de los fenómenos rockeros latinoamericanos, aun con cierto estigma underground, poco conocidas y/o valoradas, con sonido de culto por lo tanto estigmatizadas por el oyente promedio, malconsideradas como ‘’rarezas’’, ignoradas por las grandes masas, y tal vez también con escena locales no tan fervientes en cuanto al rock, por lo que no pudieron prosperar de manera tan determinante como otros artistas rockeros en otros países latinoamericanos.

De todas formas, hubo entre estas bandas muchos lanzamientos muy significativos, discos que tenían mucho para decir, trasmitir, y por supuesto para sonar. El espíritu joven de la época, el espíritu underground, compartido por los muchos artistas emergentes que se negaban a estilos tipo ‘’la joven guardia’’ o estilos muy comerciales, esos jóvenes rupturistas fueron los encargados en plasmar en Latinoamérica los primeros grandes álbumes de culto regionales de rock y psicodelia. Siempre con el estigma ambivalente de la creatividad sin concesiones y armados con una astucia que hacía que aprovecharan de la mejor manera los recursos de sonido que tuvieran a su alcance, creando muchas obras que vale la pena seguir reviviendo y teniendo siempre presente, especialmente en Perú, cuna de muchos hitos de rock.

Laghonia surge hacia 1965 bajo el nombre de New Juggler Sound, grupo fundado por los hermanos Saúl y Manuel Cornejo, pero que pronto cambiaría su nombre al de Laghonia, incluyendo un órgano hammond en su formación. Tras el lanzamiento de algunos simples por parte del grupo cuando aún funcionaban como New Juggler Sound, publican su debut discográfico formal en 1968 ya como Laghonia y bajo el sello discográfico ‘’MAG’’.

El grupo supo publicar tan solo dos discos, el primero de ellos de 1970, ‘’Glue’’, un disco más rockero y psicodélico con referencia al rock psicodélico universal y con uno de los primeros sonidos del Hammond B2 en su haber como banda en la zona. En su primer lanzamiento todavía estarían en sonidos de rock psicodélico más estrictos, pero hacia la segunda obra el grupo comenzaría a mutar sus visiones.

El segundo álbum de Laghonia, el llamado ‘’Etcétera’’, originalmente editado en 1971, pareciera continuar a senda creativa de la banda, y es verdad que en esta segunda entrega el grupo se vuelca hacia una búsqueda más amplia en cuanto a las composiciones, con algunos tracks que parecieran tener un aire progresivo y composiciones con bastante personalidad. El grupo presenta este trabajo ya con otras miras, sin tanto un rock pesado, blusero y con riffs, sino adentrándose en este caso hacia la canción y hacia el mundo del rock progresivo, por lo que hay algunos experimentos de rock interesantes en la lista de temas que ofrece desarrollos ricos para apreciar, como tracks como ‘’Mary Ann’’ o ‘’I'm A Niger’’.

Pese a continuar por las ondas psicodélicas, ya lo sonidos presentados cuentan con una dosis de madurez y visión, ya alejada de la ebullición rupturista de la juventud y con un planteamiento no tan duro, pero sí más elabora, centrado, con miras hacia la búsqueda y la experimentación en composición. 

Buena parte del disco es ya con aires de canción melódica, las pistas ‘’Someday’’ o ‘’Everybody On Monday’’ dan prueba de ello, y entre tanto, en algunos temas las progresiones y arreglos surgen no abruptas, sino cono agregados adicionales, muchas veces hacia los finales de los temas, sumándose a esta noción melodiosa de la canción popular, una interesante mirada que unifica sutilmente dos mundos en una misma cosa y que con ello se crea un disco muy entretenido. No es un disco de rock progresivo cerrado, sino que se maneja por el rock y más que nada la canción, a partir de allí, los distintos arreglos que proponen brotan como un aire fresco que da al disco una sensación interesante de búsqueda y creatividad.

Mientras grababan su último álbum ‘’Etcetera’’, Eddy y Alex dejaron la banda para emprender un viaje espiritual. Así terminaron el disco Manuel, Saúl, Carlos y David, pero al poco tiempo la banda se separó. Tras el colapso del grupo, Los hermanos Cornejo y Carlos Salom formaron posteriormente We All Together. Tanto Laghonia, como We All Together, y tantas otras banda peruanas como Telegraph Avenue, Traffic Sound, Gerardo Manuel & Humo, Los Holy's, etc., forman parte de una camada histórica del rock peruano.

Cod: #1798

miércoles, 2 de abril de 2025

Grupo Pan - Pan (1970)

Esta experiencia del rock ‘’latino’’, este sonido enriquecido con vientos y percusión, tiene una gracia muy bella, un disco psicodélico a lo ‘’latino’’ en cuanto a algunas de las tantas y variadas características que la música latina puede ofrecer según el país, en este caso con percusiones y vientos traídos de la salsa, riffs pesados traídos del rock y guitarras fuzz traídos de la psicodelia juvenil contracultural de la época, todos elementos que se terminan de conjugar en una misma cosa muy entretenida, enaltecida con ritmos robustos y pegadizos, y una guitarras distorsionadas de delicia.

Sin lugar a dudas que una de las virtudes de este sonido es el ritmo, con las percusiones, la fusión de rock con el aire de salsa que termina de dejar un sonido muy rico, un rock psicodélico con mucho sabor que ciertamente no pasa desapercibido, en un disco que no tiene nada de más ni de relleno, con muchos momentos entretenidos y todo un significativo de principio a fin.

Muchas veces este disco recuerda al Santana de la época, con atascos de improvisación con percusiones y fusiones con ritmos latinos, aunque al contrario de Santana, Grupo Pan no parece codearse tanto con el fusión o el jazz, sino más bien directamente con el rock con cierta dureza, y por supuesto con la salsa que marca todas la composiciones de esta robusta fusión con ingredientes y elementos variados.

Es un disco de rock que sabe tener sus solos de guitarra, sus guitarras fuzz y buenos riffs, pero estos se fusionan a los ritmos latinos y de manera maestra, una fusión en ritmo y velocidades que fluye con facilidad pese a su sofisticación, lo que denota la calidad de los músicos ejecutantes, entre arreglos de viento y pasajes muy divertidos. Es imposible desembarazar la herencia caribeña del sonido, esta participación fundamental de ritmos de salsa en el disco dota a las composiciones no solo de un don percusio muy fuerte, sino que también da a las melodías un cause particular proveniente de los infinitos pormenores de esta influencia latina traída a este rock por estos músicos provenientes de experiencias con banda de salsa.

Hay un manejo maestro de las fusiones, y de las intensidades, con momentos rockeros pesados, con momentos de salsa pura, momentos instrumentales en atascos o solos, y momentos de fusión entre el rock y esa herencia latina. Entre tanto el disco se va desenvolviendo y con ello se despliega toda la fuerza que ese sonido latino rockero tiene para ofrecer.

El reflejo final de esta andanza es un una experiencia muy divertida, bailable, enriquecida, virtuosa, con mucho para decir, una fusión que sobresale de muchos de los discos convencionales psicodélicos de época, locales o extranjeros, que suelen contener canciones per ser, pero no es el caso del Grupo Pan que presenta toda una experiencia muy variadas de composiciones y arreglos aun dentro del espectro del rock de canción.

Se trata de un disco fundacional del rock latino y del rock venezolano, publicado en Venezuela en 1970. La banda se forma por iniciativa de Carlos “Nené” Quintero, quien contó con el apoyo de su hermano Jesús “Chu” Quintero, ambos junto al baterista Gustavo Colón forman el trio fundamental de la banda. El grupo pronto comenzó a tomar fuerza y con ello se sumaron los músicos Alfredo Padilla en percusión, David Azuaje y Carlos Guerra en trombones, Ruben ‘’Micho’’ Correa en guitarra líder, y Henry Camba en la trompeta.

Publican un único álbum en 1970, el llamado ‘’Pan’’, bajo el sello ‘’Souvenir’’ en diciembre de 1970. La banda permanece unida hasta alrededor de 1973, habiendo dado varios conciertos en festivales importantes. Luego de eso ese año comienza a disolverse, dando lugar a otros proyectos.

El disco pasa a enriquecer las ricas filas de las obras fundamentales del rock psicodélico surgido en Latinoamérica, en este caso un disco nacido con la estirpe local de Venezuela, y que, cantado en español, es otro ejemplo de las tantas obras sobresalientes de psicodelia local latina. 

Cod: #1797