13 oct 2023

The Fugs - Sing Ballads Of Contemporary Protest, Point Of Views, And General Dissatisfaction (1965)

Entre los orígenes prototípicos de la psicodelia aparecen algunos personajes y bandas que hicieron de las suyas en épocas germinales, entre el comienzo del uso de alucinógenos de forma masiva, el contagio entre los jóvenes por la adopción de la actitud contracultural, o el acercamiento a estilos vanguardistas y rupturistas, siendo The Fugs otro de esos conductores entre las generaciones anteriores hacia el trocar rumbo a la psicodelia ya bien formada de 1966 y 1967. Además, The Fugs reflejó algunas actitudes adoptadas en los próximos años por los hijos de la flor, con esa dosis de aquelarre descontracturado, contestatario, político, en una música con poca identidad hacia algo ya existente y que nace de ese espíritu creativo de esa época en la que se crearon varios géneros musicales.

Los miembros fundadores del grupo fueron dos jóvenes intelectuales llamados Ed Sanders y Tuli Kupferberg, dos bohemios estudiosos de literatura, músicos, artistas y emprendedores que se conocieron en Nueva York y se codearon con la crema intelectual hippie de la época y la zona. Ed Sanders había fundado su tienda llamada ‘’Librería Peace Eye’’, en la cual celebraban hapennings con los círculos intelectuales de la ciudad. Muy cerca del local de Sanders vivía Tuli Kupferberg, un héroe beat que apareció en antologías como The Beat Scene y que publicó varias revistas. A los hapennings organizados en la ‘’Librería Peace Eye’’ solían concurrir personajes tales como Andy Warhol, y literatos tan diversos como William Burroughs, George Plimpton y James Michener. Fue en ese ambiente que Sanders y Tuli Kupferberg se hicieron fervientes amigos y fundaron a The Fugs, lugar donde también hicieron la primera presentación en publico de la banda, junto a Steve Weber y Peter Stampfel de Holy Modal Rounders, que eran amigos y acordaron actuar en la gran inauguración de la librería, en 1965.

El primer álbum del grupo, lanzado originalmente bajo el título ‘’The Village Fugs Sing Ballads of Contemporary Protest, Point of Views and General Insatisfaction’’ por ‘’Broadside Records’’, una subsidiaria de ‘’Folkways Records’’, a finales de 1965, se grabó en dos sesiones de grabación diferentes utilizando instrumentación acústica y eléctrica, respectivamente, interpretadas por dos formaciones diferentes de músicos. La primera sesión de grabación de Fugs, en abril de 1965, contó con Sanders, Kupferberg, Weaver, además de Steve Weber y Peter Stampfel. Algunas de las melodías del primer álbum de Fugs provienen de las 23 melodías grabadas en esta sesión. La segunda sesión de grabación de Fugs tuvo lugar en junio de 1965. Su propósito era crear una cinta de demostración para Verve/Folkways, un nuevo sello. En esta segunda sesión estuvieron Sanders, Kupferberg y Weaver, con John Anderson al bajo, Vinny Leary a la guitarra y Steve Weber. El mismo álbum fue lanzado nuevamente en 1966 por ESP Disk, bajo el nuevo título, ‘’The Fugs First Album’’.

Si la música de The Fugs tiene algún rigor técnico, eso de difícil de decir, eran intelectuales muy formados pero su estilo era conocido por la comicidad y la sátira, por lo que la propuesta musical carece de formalidad para pasar a ser un delirio en sí mismo. El canto es informal, los arreglos se entrecruzan y parece ser un caos generalizado, un aquelarre. Muchas veces se los tilda como una de las primeras bandas de rock underground. Seguramente sobre estos fenómenos morales surja el interrogante del interés artístico y las paradojas creativas que surgían de estos, paradojas artísticas de interés para los buscadores de estilos poco idealizados bajo estándares populares.


Algunos tracks que aparecen en el disco tiene alguna formalidad en cuanto a fusión con estilos tipo country, blues, folk, incluso también de hecho hay algunas melodías interesantes dando vueltas en las pistas, que si hubiesen contado con una formalidad mayor podrían haberse vendido y no ser de un bajo de freaks creativos. Aunque a la vez, hay un fenómeno de intransigencia en todo esto, de no querer pertenecer ni a la contracultura, incluso habiendo nacido en el seno de la misma. Hay un fenómeno instalado en la psique del inconsciente colectivo humano y es el de que en su mayoría la manada se autoidentifica con lo más fácil de escuchar que haya dando vueltas en el momento, y de ahí hacia abajo se comienza a reducir la cantidad de oyentes en la medida que la propuesta musical comience a contener mayor dosis de poesía, o fusiones, o experimentos, o sofisticación, o una mezcla de todo eso, u otros elementos que hagan profundizar el concepto de la propuesta. 

Aunque es cierto que aquella fue una época muy especial, con acercamientos a los aquelarres, las vanguardias, las experimentaciones, las extensas jams sesions en vivo, aun así, hay un punto de inflexión del que no pudieron escapar, el de la autoidentificación de la manada con las canciones románticas (o de otra índole popular) de los iconos pop, y el del correspondiente alejamiento de las músicas de vanguardia por dichas manadas. Aunque el caso de The Fugs sea muy probablemente un fenómeno adrede, sin buscar necesariamente el éxito comercial sino el quehacer artístico sin las pormenorizaciones e inquietudes de la formalidad popular.

En el otoño de 1965, los Fugs emprendieron su primera gira por todo el país, como parte de una protesta contra la guerra de Vietnam, y actuaron aquí y allá en universidades, y mientras estaban en San Francisco dieron conciertos con el gran bardo Allen Ginsberg, los Mothers of Invention, Country Joe and the Fish y otras bandas. Los Fugs entonces estaban formados por Sanders, Kupferberg, Weber y Weaver.

Estas son algunas palabras de Ed Sanders sobre los orígenes del grupo: ‘’Los Fugs regresaron a Nueva York con muy poca posición en el mundo de la música, pero decididos a dejar su huella. Nos sentimos un poco como Rastignac al final de Pere Goriot de Balzac , parados en la cima del cementerio Pere-Lachaise, contemplando París y expresando una determinación de prosperar y sobrevivir. Prometimos vivir de nuestro arte, divertirnos y festejar continuamente y grabar nuestros cerebros.

No iba a ser fácil. Estábamos desafiando al sistema en varios niveles y, sin embargo, estábamos decididos a sobrevivir de alguna manera en el aparato económico del sistema. Sabíamos que habría problemas; de hecho ya hubo problemas. La policía allanó la librería Peace Eye unas horas después de un concierto de medianoche de Nochevieja (1965-66) en el Bridge Theatre. Se apoderaron de ejemplares de mi revista y me arrestaron. La ACLU, para mi eterna gratitud, tomó mi caso, que finalmente gané después de un juicio en el verano de 1967. Comenzamos a actuar en el Café Au Go Go en Bleecker Street en Greenwich Village, donde compartimos cartel con Danny Kalb, Al Kooper and the Blues Project, con la Jim Kweskin Jug Band y con un joven llamado Richie Havens, que estaba sentado inclinado cerca de su guitarra cantando melodías de Bob Dylan, a veces mejor que Bob Dylan.''


Ellos (The Fugs) burlaban de ellos mismo, satirizaban sobre ellos mismos, y celebraban ya desde sus años los credos de los hippies: el sexo libre, las políticas de izquierda, la poesía, la posición en contra de guerra, etc., envueltos en un paquete musical que puede chocar hasta a los despabilados, por su extravagancia propia y porque el uso musical como oyente de estas propuestas tal vez sea raro de abordar y peor aún para los oyentes de hoy en día, salvo por la juventud de la época que se acercaba  ellos con el entendimiento del concepto como fenómeno local, juvenil, y supuestamente innovador, o por lo menos, llamativo.

Esta música se encuentra entre los orígenes del rock, no del rock and roll surgido hacia la década de los 50s, sino del rock sesentero que era una manifestación del encuentro con el blues, elaboraciones más experimentales, fusiones con variedad de estilos y subgéneros locales, y presentaciones de trabajos de conceptos sofisticados. Desde el origen de la década de los 60s hasta promediar la mitad de dicha década, especialmente hasta 1965, el rock surgido hasta entonces y especialmente en relación con lo ‘’contracultural’’ y ‘’freak’’, fue de origen prototípico, germinal, siempre ligándose fuertemente hacia expresiones bizarras como manera de buscar la ruptura de algunas de las formalidades del rock hasta entonces, además de buscar la ruptura del estatus quo moral, político, militar, social, etc. Sin aun la aparición de los iconos del rock sesentero y su influencia psicodélica, lo propuesto por esa generación en esos primeros años roza lo bizarro casi como forma de vida, como una manera de ser no contenida por el embace que luego le ofreció el formato rock cancionero. El rock psicodélico le dotó de una identidad más definida a la música de la contracultura, pero antes de ello, los primeros atrevidos en delirar, lo hicieron en estados expresivos no contenidos, o sea, que carecían de la forma posterior de la psicodelia pero que por ende parecían a la vez manifestarse desde una fuente mucho más pura y directa de la psicodelia.

Hay varias agrupaciones que rondaron ese estilo de dudosa trascendencia artística pero que eran colectivos vivientes que encarnaban de manera viva todos los yeites de su generación y que eran personajes queribles, aunque solo por los integrantes de su generación. Entre ellos, gente como The Godz, Dr. West's Medicine Show and Junk Band, o incluso The Holy Modal Rounders quienes tuvieron relación artística con The Fugs. Un par de años más tarde también David Peel & The Lower East Side hizo lo suyo con música que era casi como un manifiesto viviente de una generación.

Cod: #1751

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