30 may 2023

The Khan Jamal Creative Art Ensemble - Drum Dance To The Motherland (1973)


Cuando el afro futurismo, el vanguardismo espiritual, el free jazz, el radicalismo negro, la música cósmica, y la psicodelia se encuentran, ocurren cosas como estas, olas de plateadas ondas mega surfeando los movimientos contiguos de los latidos energéticos emitidos desde el centro de la galaxia, o algo por el estilo. El afro futurismo fue un interesante fenómeno negro al que incluso el mismo Jimi Hendrix, con su Electric Ladyland, supo aportar su cuota de ciencia ficción musical, y Khan Jamal con su Creative Arts Ensemble también lo ha logrado en parte en este emprendimiento que muchas veces se vuelve cósmico desde un lado que parece ser definido, por algunos atrevidos, como ‘’jazz psicodélico’’,… el delirio está y la alteración sonora también.

Como todo free jazz, este es un bello caos cacofónico, a lo que se le agrega lo orgánico de las sesiones con instrumentaciones afro, y a ello sumarle algunos ecos, efectos y reverberaciones agregados, lo que hace de este emprendimiento un algo diferente a todo en el terreno de las vanguardias libres. Efectos psicodélicos que revitalizan las búsquedas libres, liberan al sonido de las monotonías de lo cacofónico porque sí, y dan carne viva a ese intento de volverse cósmico y que finalmente, gracias a estos efectos, se vuelven realidad en un sentido más estricto, aunque en realidad en un sentido mucho más carnal lo cósmico está ya presenta en el espíritu afro que combina percusiones de distinta índole en una oda afro con fuertes remembranzas hacia la música afroamericana y especialmente africana. La búsqueda de una música afroamericana que sea contemporánea, culturalmente progresista, pero arraigada en la herencia africana, es el corazón y el alma de esta música. 

Cuatro piezas componen el disco, dos de ellas no bajan de los diez minutos, son suites percusivas que funcionan entre cacofonías y swings muy agradables, por lo que las búsquedas libres se presentan a veces sobres ritmos enriquecidos con buenos grooves que por momentos arremeten el tiempo y el espacio y dan una sensación de proto fusion en el ambiente. Hay un ritmo de fondo sonando muchas veces, lo que da lugar a que el caos se acomode y las sesiones libres se suelten pero sobre unos carriles sutilmente dirigidos, es allí donde la banda entra en un ritmo, un latido, un groove percusivo que propicia el baile y el encuentro con la madre tierra. 

Esos momentos en los que las sesiones entrar en ritmos marcados y las cacofónicas se van del free jazz para volcarse hacia ritmos y sutilezas, son esos momentos en los que el sonido entre en terrenos de jazz fusion, muy bien logrado por cierto, lo que demuestra la versatilidad de los ejecutantes para trocar entre free jazz y jazz fusion. Incluso para ser 1973 este disco sigue siendo innovador en lo que a lo psicodélico respecta e incluso es un artefacto interesante dentro del terreno del vanguardismo libre y el afro jazz.


Todo el sonido es un completo viaje de exploración musical por terrenos libres, por momentos de libre ejecución aleatoria, y por otros momentos de libre improvisación en bases más afirmadas, aunque también el conjunto se afinca muy bien en un conglomerado groove donde cada uno aporta lo suyo sin salirse de la raya, hay momentos para el caos y también momentos para las sutilezas y las búsquedas concisas. El trabajo es resultado de un viaje de principio a fin grabado en vivo que captura la esencia práctica desde estos exploradores. 

Es un documento que captura una partícula de tiempo artístico que un grupo negro con un espíritu radical para su arte debeló y manifestó en una presentación en vivo, grabado en vivo en el Catacombs Club de Filadelfia en 1972, con técnicas de innovación de alteración sonora tipo dub que dotan a esta psicodelia negra de un germen de exploración musical como pocos en la época, un documento que bien vale la pena descubrir para las vanguardias negras.

‘’Drum Dance To The Motherland‘’, solo uno de los tres álbumes lanzados en el sello ‘’Dogtown’’ con sede en Filadelfia,  apenas se distribuyó más allá de los límites de la ciudad cuando salió a principios de los años 70, con un  lanzamiento limitadísimo de 300 copias en 1973, convirtiéndose el disco original prácticamente en un mito, pasando varias décadas hasta que Eremite Records lo revivió y lo reeditó en cd en 2006.

Cada obra presentada marca su propia historia y su propio camino, hay disco que simplemente son tan creativos que jamás llegaran a las grandes masas, y hay otros que podrán trascender a la vez que dobleguen su búsqueda creativa en pos de vender más. Hay excepciones, por supuesto, porque las vanguardias han logrado éxitos de calibre popular y de grandes influencias, pero siempre estarán a un lado por el recelo de muchos. ‘’Drum Dance To The Motherland‘’ es uno de esos trabajos ubicados en buena forma en su tiempo, que juegan con los estándares y los utilizan a su gusto, unificando gran cantidad de elementos en una sola cosa bastarda que es jazz pero no en su forma estándar, es jazz pero no lo es. 

Es una improbable fusión de elementos ubicados aleatoriamente en el terreno del expresionismo afro donde el jazz y los ritmos africados que nacen de percusiones aleatorias se hacen pie frente a alteraciones sonoras en tiempo real y fusiones con ritmos modernos para la época. Toda una declaración de intereses y una búsqueda, aunque con remembranzas a otro referentes, casi única en su tipo.

Cod: #1733

No hay comentarios:

Publicar un comentario