26 dic 2024

Jim Pepper - Pepper's Pow Wow (1971)

Este disco es una bella fusión de diversas culturas, desde las herencias culturales Crook y Kaw por el  lado nativo americano de Jim Pepper, como también de pop y rock, además de por supuesto el jazz, es más, Jim Pepper, además de su impacto sobre la cultura pop, tuvo una carrera incluso más inclinada al jazz sobre todo. Ese costado jazzero aparece en el disco desde el lugar de saxofonista profesional y la excelsa técnica y estilo con la que contaba Jim Pepper, su aporte en saxo es vital en el disco y le da un toque suave que remarca más la combinación de elementos diversos en la mezcla de todo lo que hace.

El tema que abre el disco es ‘’Witchitai-To’’, surgido de la tradición nativa americana que recibió Jim Pepper desde la infancia, una canción de peyote de la Iglesia Nativa Americana que había aprendido de su abuelo. Este tema es muy famoso y fue reversionado por muchos artistas a lo largo de la historia incluidos Harper's Bizarre, Ralph Towner (con y sin Oregon), Jan Garbarek, Pete Wyoming Bender, Brewer & Shipley, Larry Smith bajo el seudónimo de Topo D. Bill,[4] y una versión grabada por The Supremes en 1969 que no se publicó hasta 2022. También fue versionada en 1973 por el cantautor quebequense Robert Charlebois.

Aunque ese costado proveniente de la cultura nativa americana no se presenta solo en la canción ‘’Witchitai-To’’, sino en muchos elementos que aparecen adrede en el disco, desde las entonaciones, agregados fonéticos, isntrumentaciones, hasta las partes con cantos autóctonos y ritmos originarios que suelen aparecer tanto en tracks individualizados como también como parte de las introducciones de algunas canciones, sea cual fuere el caso está presentes en todo el disco como queriendo reflejar una orgullosa muestra de su cultura natal. El canto de Jim Pepper, incluso en los momentos más pop, también refleja esa cultura natal que mamó de chico, prácticamente es parte de su espíritu y la combina a la perfeccion con la cultura pop.

El rock está presente en general, no como un elemento duro sino que, salvo algún que otro tema, se suaviza ante tanto elemento. La instrumentación en general es particular, muy personal el estilo y las composiciones, hay momentos con aires de country, aires de blues, elementos de rock, mesmerizado todo por los elementos nativos en lo que se termina derivando en una profunda fusión hibrida de rock.

‘’Fast War Dance-Now War Dance’’ presenta un momento experimental en el disco, comenzando con antiguos cantos originarios y prosiguiendo por un momento de caos rockero a la ‘’free rock’’, y por lo que el nombre del track pronuncia se podría entender a esa parte de rock como a una modernización de las antiguas tradiciones hacia los estilos contemplaremos de rock de la época.

Es un disco calmo, suave, y hasta romántico, bueno para escuchar tranquilamente y desmenuzar sus varios elementos, sus interesantes fusiones y sus tantas bellas melodías, su fusión con el rock, y el encuentro de la cultura nativa americana con el jazz. He aquí un bello disco, uno de los elementos más llamativo de la fusión hibrida que combina la cultura ancestral americana con la cultura rock y pop más contemporánea en el tiempo.

Tras su llegada a Nueva York hacia mediados de los 60s, Pepper se hizo famoso hacia unos años mas tarde como miembro de The Free Spirits, un grupo de jazz-rock fusión en el que también participaban Larry Coryell y Bob Moses, el grupo grabó un disco con elementos de psicodelia pero también con la noticia de ser parte de esa corriente temprana que combinaba elementos de jazz y rock en una misma cosa.

Pepper continuó su carrera en el jazz, grabando casi una docena de álbumes como líder de banda y muchos más como solista o acompañante. Don Cherry (de ascendencia Choctaw y afroamericana) y Ornette Coleman alentaron a Pepper a reflejar sus raíces y herencia e incorporarlas a su interpretación y composición de jazz.

En sus propios proyectos, Pepper grabó con Don Cherry, Naná Vasconcelos, Collin Walcott, Kenny Werner, John Scofield, Ed Schuller, Hamid Drake y muchos otros. También trabajó con la Liberation Music Orchestra, el quinteto de Paul Motian, Bob Moses, Marty Cook, Mal Waldron, David Friesen, Tony Hymas y Amina Claudine Myers, y realizó giras por Europa extensamente a lo largo de su carrera. Además de grabar sus discos solista como líder, dentro del jazz, y sus composiciones personales y búsquedas con fusiones nativas.

Cod: #1784

22 dic 2024

Sexedelic - Sexedelic (1969)

Funcionando entre un lanzamiento de explotación comercial y una publicación bastante groovy que refleja el acontecer de la era hippie, este artefacto tiene su gracia y, pese a su condición de expresamente comercial, contiene algunos sonidos que aun así son disfrutables desde el lado psicodélico y hasta experimental. No encontraremos aquí un trabajo cósmico del krautrock, pero sí un sonido con bases de funk y groovy y algunas guitarras de distorsión, que a su vez construyen piezas muchas veces instrumentales que recorren suavemente algunos momentos entre las sonoridades, agregado de efectos, solos de guitarra y otros elementos de una psicodelia ‘’suave’’.

Claramente aquí la temática que se intenta retratar es la parte más erótica de la época y de la psicodelia, y especialmente esta música fue utilizada para musicalizar tres películas clásicas de clase B de 1970 dirigidas por el cineasta español Jess Franco: ‘’Vampyros Lesbos’’, ‘’The Devil Came From Akasava’’ y ‘’She Killed In Ecstasy’’. Al provenir de una industria de explotación comercial, con música que le hace honores a dicha condición, y al tratarse de composiciones utilizadas preferentemente para musicalizar films eróticos, no podremos esperar de esto grandes experimentaciones que no funcionen más allá del formato easy listening entre composiciones de ritmos pegadizos y simples, piezas cortas, agradables y escuchables a primera escucha, y momentos más que nada para seducir y agradar al público, mas que para ponerlo en un aprieto.

Aun así la psicodelia está presente y hay muchos momentos aquí que nos puede regalar un gran goce psicodélico y si se quiere algo ‘’experimental’’. Todas piezas mayormente instrumentales en las que se pueden llegar a escuchar solos de guitarra, solos de órgano, agregados sonoros, búsquedas instrumentales variadas, e incluso la aparición de varias piezas denominadas como ‘’People's playground versión’’, que funcionan como una suerte de conectores entre algunas piezas y suelen presentarse como momentos intermedios entre la musica, y por ende gozan de un pequeño don de ‘’libertad expres’’ lo que nos puede dejar algún momento interesante, también instrumentalmente variado.

Este artefacto de la psicodelia de explotación tuvo un hermano discográfico llamado ‘’Psychedelic Dance Party’’ y que fue publicado bajo el nombre de The Vampires' Sound Incorporation. En realidad ambos lanzamientos fueron concebidos por los mismos creadores, los compositores alemanes Manfred Hübler y Siegfried Schwab. Ambos colaboraron juntos tanto en ‘’Psychedelic Dance Party’’ como en ‘’Sexedelic’’, y ambos discos fueron utilizados para musicalizar las películas eróticas nombras anteriormente.

Aunque ambos músicos tuvieron destinos distintos y por separados luego de estas producciones. El trabajo de Manfred Hübler, puede encontrarse al haber hecho bandas sonoras para varias otras películas y series de televisión desde 1966 hasta 1969, entre ellas ‘’Intercontinental Express’’ (serie de televisión, 12 episodios en 1966), Code Name Is Kill (1967), Polizeifunk ruft (serie de televisión, 6 episodios en 1968), Der Partyphotograph (1968) y The Butterfly (1970). Siegfried 'Siggi' Schwab, por otro lado, tiene una extensa carrera con cientos de grabaciones, incluyendo bandas sonoras y discos, y especialmente tuvo un lugar participando en bandas importantes del krautrock alemán como lo fueron Et Cetera (de Wolfgand Dauner) o Embryo.

Ahí se podría encontrar una conexión de esta psicodelia de explotación alemana con el krautrock local, habiendo sido producida Sexedelic por un futuro miembro de bandas de krautrock, y tal vez varios momentos puedan atesorarse ya que atestiguan dicha conexión, pocos y concisos, y sublimados en piezas cortas y de fácil escucha, pero presentes al fin.

La psicodelia de explotación suele tener su gracia y suele dejar momentos interesantes, incluso discos considerados muchas veces de culto, o por lo menos considerados así por algunas personas, además de que se trata de ‘’psicodelia cool’’, ‘’música moderna’’ de la época, o la ‘’música joven’’ del momento, y al contenerse en un envase comercial y de fácil escucha muchas veces puede haber llegado a más personas e impactado en ellas como algo interesante por lo menos. No es psicodelia que vaya de la mano con grandes obras de experimentación profunda, pero si puede tener su culto por ser concebida, como en este caso, como música de bandas sonoras, lo que hizo que haya sido creado con la seriedad que lo amerita.

La psicodelia tuvo un encuentro con el mainstream durante algunos años, y su llegada a la palestra pública hizo que la vibra multicolor apareciera no solo como un fenómeno juvenil musical, sino también que repercutiera en la moda, la vestimenta, la televisión, etc., y en este caso también el cine. Cientos de películas de explotación también fueron rodadas, y más allá del fenómeno comercial que supo tener alrededor, este fenómeno acercó la fibra experimental a las grandes masas, generalmente opuestas por valores a esto de ‘’experimentar’’,  el efecto que esto causó en la cultura universal está a las claras y ayudó de alguna u otra manera a terminar de romper algunos valores cuadriculados de las sociedades del gran sueño americano y de las sociedades que negaban o subestimaban la juventud.

Cod: #1783

8 dic 2024

Fred Van Zegveld - Hammond Organ Dynamite (1969)

En su país natal el organista holandés Fred Van Zegveld supo hacer de las suyas con varios emprendimientos, por ejemplo siendo parte de la banda ‘’Roek's Family’’ con la que publarian el disco ‘’Get Yourself A Ticket’’ de 1969, pero tal vez uno de los puntos discográficos más notorios de su carrera fue este álbum en solitario, ‘’Hammond Organ Dynamite’’, publicado en 1969.

Poca información hay dando vueltas por ahí en la red sobre el autor, hay un comentario común que dice que es en realidad el estudio estaba preparado para grabar a otro artista, el cual no se presentó a la grabación, el buen Fred Van Zegveld andaba por ahí y aprovechando el momento entró al estudio con su banda y así salió el disco a la luz.

‘’Hammond Organ Dynamite’’ es un álbum típico de época con su sonido Hammond, sus reinterpretaciones de temas de The Beatles y sus búsquedas con miras amplias. Con el jazz de trasfondo y el órgano Hammond como líder de la producción, el disco presenta una serie de pistas en su totalidad instrumental y con mucha injerencia de las composiciones del artista, aunque también con algunas reinterpretaciones de temas conocidos, tres más específicamente, dos del repertorio de The Beatles y el "Whiskey" original de  Errol Garner.

Es un sonido que sabe ser suave cuando quiere, con momentos muy agradables de jazzy blues y piezas cortas de jazz fusión, y cuando quiere se acerca al rock y explota con alguna composición mucho más poderosa. 

El sonido del Hammond se adecua a cada situación de manera maestra, con sutilezas, suavidades y arreglos delicados en temas de pop, con vertiginosidades un poco mayores en algún jazzy blues cuando la ocasión lo amerita y con explosiones cuando se meter en algo de rock, o jazz rock, con un sonido mucho más frontal.

El disco es totalmente instrumental, hay un par de bluses altamente deliciosos, en los que suele aparecer una guitarra de fondo tirando algunas bases y no mucho más que eso más allá de sus segundos de gloria en el tema ‘’Round About 12’’, de todas formas no es necesario ya que el órgano interpreta lo justo y necesario para que la experiencia de su sonido solo haga brillar al sonido.

Hay mucho por escuchar aquí en el sentido de intensidades y búsquedas, la lista de tracks no es homogénea, todo el álbum es, aunque instrumental y aunque ejecutada por el mimo combo de músicos, una búsqueda de muchas cosas sucediéndose.

Es un álbum con su rock, su psicodelia, sus momentos de improvisación, sus búsquedas sonoras, piezas en su mayoría no tan extensas, y con su vena jazzera atravesando cada pasaje de las interpretaciones. No es un sonido excepcional ni mucho menos progresivo salvo por alguna suerte de fugaz momento improvisado donde sueltan las líneas un poco, pero no mucho más que eso, en general es un álbum que cuida los momentos y se maneja por un lugar estándar en la ejecución.

Publicado bajo el sello Park, el disco es una pieza extraña más allá de los conocedores de la psicodelia underground de epoca y de los amantes del sonido Hammond de época que puedan llegar a encontrar interés en esto.

Hacia finales de los 60s, con la explosión del órgano Hammond como recurso mucho más portátil y practico que un piano, este instrumento/sonido se convirtió en una pieza fundamental para el estilo de varios géneros, en especial el rock psicodélico, el rock progresivo, y por supuesto también el jazz y jazz fusión. Este lanzamiento refleja la fiebre que hubo con los lanzamientos jazzy blues y aledaños con sonidos caracterizados por el órgano Hammond.

Cod: #1782

1 dic 2024

Jeremy Steig - Legwork (1970)

Las miras de esta producción brillan por un quehacer que se refleja en una búsqueda creativa que llama la atención inmediatamente. Aunque con pocas pistas, arreglos solo instrumentales y nada de voces, se las arreglan para crear todo un mundo muy creativo instrumentalmente hablando, de fusiones, inventos y vanguardias. Un sonido que está a la altura de su época, discos que llaman la atención por lo profundo de su visión creativa y que eran el reflejo del caldo de cultivo creativo que se estaba gestado en el momento y que darían como resultado una enorme cantidad de producciones discográficas extremadamente virtuosas y creativas.

El flautista Jeremy Steig había tenido hasta entonces una muy prolífica producción discográfica, especialmente ligada al jazz, y para su disco ‘’Legwork’’, de 1970, esto no sería la excepción, siendo un trabajo muy ligado al jazz y a su ejecución líder de la flauta traversa, aunque en este caso el artista se encamina más hacia la experimentación abstracta instrumental, tal vez de estilo free jazz, además de encontrarse hacia el camino de las fusiones típicas de por aquellos años, como elementos de blues o funk.

El trabajo tiene mucho en su interior, mucho estilo, grooves pegadizos, muchas improvisaciones, mucha visión de búsqueda y experimentación, incluso The Beasty Boys llegaron a samplear algo de este disco, más especialmente de la pieza ‘’Howling For Judy’’. Dicho track se encarga de abrir el disco y está compuesto por un riff pegadizo interpretado en flauta sumado a la ejecución unísona de otras dos o tal vez tres flautas más que funcionan en una creación única en su gama, para cualquiera que tenga oído y algo de gusto por la música de la época sería imposible no quedar fascinado con esta pieza maestra, es un groove que ya desde 1970 anuncia mucho de lo que vendría a futuro.

Este trabajo es muy amplio aunque no haya voces y sea aparentemente improvisado, que de improvisaciones tiene mucho, mucha buena zapada, aunque también mucha idea y planeación hay aquí para que todo este proyecto funciona y sus innovaciones salgan a la luz. No es tan común, incluso para la época, que una flauta lidere el sonido total de un disco, y que no solo lo lidere, sino que lo protagoniza, lo improvisa, lo dirige y moviliza con una fuerza creativa inagotable. Jeremy Steig demuestra ser un incansable creativo y un hábil ejecutante de su instrumento, con un el cual crea nuevos mundos.

Hay mucho en el disco por explorar, desde la agradable ‘’ Hot-Head’’ con aire de blues, y forma de blues, toda una sesión blusera en la que participa una guitarra eléctrica pero sigue siendo la flauta la protagonista, una buena jam sesión de blues es todo lo que necesita un disco de la epoca para completarse hacia su perfección posible, y aquí liderado por una flauta, mucho mejor aún.

‘’Alias’’ comienza con unas baterías funk y se mantiene por esa línea durante toda la pista, otra pista que si no fue sampleada debería serlo porque tienen mucho en su interior y tiene mucho momento que tranquilamente podría ser parte de una creación aparte. Esta pieza de cuatro minutos es, al igual que la ya nombrada ‘’Howling For Judy’’, momentos de un groove de adelantos y sonidos que reverdecen en su presencia, revitalizan al disco y tienen miras hacia el futuro con sonidos funk groove pegadizos. Más de los momentos que reflejan el fino trabajo que hizo el compositor para entrelazar varios arreglos de flauta a la vez.

Hasta allí ya hay mucho explorado sobre el disco pero todo ese mundillo del funk no es lo único que caracteriza al disco. Tal vez ‘’Howling For Judy’’ es lo que llame la atención del disco por su vinculación con los The Beasty Boys, peor lo cierto es que hay mucho más que explorar aquí en cuanto a sonidos y experimentos. Algo que caracteriza a varios de los discos de Jeremy Steig es lo amplio de sus miradas y su alcance con las composiciones, y por supuesto esta no sería la excepción, ya que en este trabajo hay lugar también para la vanguardia y la experimentación no solo ‘’pop’’ sino también hacia momentos oscuros.

Ya en ‘’Nardis’’ tenemos un sonido de un estirpe totalmente diferente a lo que se espera del disco, con Steig haciendo gala de más de sus habilidades, recursos, técnicas, imaginería, y búsquedas sonoras, en una pieza de once minutos de duración que explora hacia terrenos de jazz de vanguardia, en una pieza de estructura estándar y sonido en el que aparecen únicamente contrabajo y flauta. Aquí cada instrumento tiene su momento para lucirse y sacar de la galera su improvisación, para terminar con los motivos de composición que sonaban al comienzo de la pieza.

Otros momentos de experimentación en el disco, con ‘’Permutations’’ con el trio completo haciendo de las suyas pero en modo más libre y no tanto dependiendo de un patrón percusivo particular, allí parece que las líneas de batería se abrieron comenzando con un sonido casi indeterminado para recaer sobre momentos de jazz. O también aparece la pieza ‘’Piece Of Freedom’’ con la que cierra el disco, otro momento de amplitudes y búsquedas, esta vez si ya de mayor vanguardia y búsqueda sonora indeterminada. Toda este producción está ligada profundamente, entre otras cosas, al jazz, estilo que determina a fuego toda su producción sonora general.

Tal como en este disco se refleja, hay mucha tela que cortar en las producciones proto fusión psicodélicas de Jeremy Steig, epoca predilecta para el artista creador que dejaría varios trabajos en esa línea, aportando muchísimo al arte de por aquellos años. Desde sus comienzos con ‘’Piece Of Freedom’’ de 1964, el ya nombrado en este blog ‘’Jeremy & the Satyrs’’ de 1968, o siendo parte del trio de Bill Evans en ‘’What’s New’’ de 1969, entre tantísimos lanzamientos posteriores.

Cod: #1781