10 mar 2025

Phil Yost - Bent City (1967)

Esta es una música de jazz que por su extravagancia entra en ese mundillo de lo improbable y el vanguardismo, un estilo muchas veces dejado de lado por muchos e incluso excluido por varios jazzeros. El disco explora muchos momentos no convencionales de la música de jazz, siempre con ecos, reverberaciones y efectos, para a partir de allí volcarse hacia terrenos deseados por el artista.

El delirio no se deja esperar y aparece al comienzo mismo para no abandonar nunca más al oyente, con instrumentos de viento especialmente en flautas, además de saxo, bajo,  guitarra eléctrica, maracas y pandereta, siendo todos los instrumentos interpretados por el Sr. Yost. Este lanzamiento oscuro explora las posibilidades que la vanguardia personalista puede ofrecer, ubicándonos en plena era hippie por lo que la experimentación estaba en el aire, el sonido no podía evitarse a si mismo y a su creador, que sin limitaciones ni temores nos presenta extra exploración, esta búsqueda, esta ida hacia mundos oscuros de jazz.

Aquí hay una búsqueda puramente artística, con monólogos en flauta, interpretaciones en saxo, momento con participación de bajo o guitarra eléctrica, que no pierden el dejo delirante, y entre tanto las búsquedas sonoras se suceden en el tiempo. Hay delirio, experimentación, vanguardismo tal vez.  ‘’Vision At 1000 Centigrade’’ es una de las piezas del disco, de once minutos, siendo un extensa exploración sonora que circunda por varios lugares entre bajo, guitarra, saxo y efectos agregados que dan el color final a un delirio inevitable.

La instrumentación suele ser ‘’sencilla’’ en cuanto a cantidad de instrumentos, con una flauta mayormente como líder y protagonista, por momentos sola en el aire y con el agregado de algún eco que aparece como para dotar ese condimento que suma a la mágica de la interpretación y la propuesta. Ese efecto suele hacer que la gente piense en este disco como en un disco de ‘’jazz psicodélico’’. Tal vez sea un prejuicio común con el que se piense que cualquier cosa ‘’delirante’’ sea psicodélica. 

El mundo psicodélico rodeaba al autor a la hora de crear este lanzamiento, el mismo Phil Yost era de la zona de la bahía de San Francisco, por lo que la teoría de que se trata de jazz psicodelico podría tener cierto asidero, teniendo en cuenta que el hipismo y su psicodelia hicieron mucha historia por esa zona de los Estados Unidos.

Por otro lado hay bases que suelen aparecer por allí en bajo, y momentos más cercanos a un jazz algo más entendible por una vision convencional. Entre tanto también el free jazz siempre suele ser una insinuación en el intento de comprensión de este tipo de jazz delirantes, por lo que podría ser otro elemento presente en la vision del autor.

El disco cuenta con poca fama o interés popular y, sumado a la muy poca información que hay dando vueltas sobre el artista, la faceta biográfica del artista y su obra se vuelve algo difícil de apreciar y el disco una rara gema que brilla con luz propia. El trabajo fue concebido únicamente por la propia visión del artista y hace gala de un delirio que nació en su totalidad bajo el delirio del mismo autor.

El disco fue publicado bajo el sello discográfico Takoma, un sello cofundado por John Fahey y que cobijaba otros artististas como el blusero Bukka White, y otros delirantes como Charlie Nothing, Bernie Krause (de Beaver & Krause) o Robbie Basho, etre otros, por lo que se trataba de un sello ideal para este tipo de delirios y visiones por parte de Phil Yost.

Phil Yost era un músico bastante desconocido. Lanzó tres discos, ‘’Bent City’’ en 1967 y ‘’Fog-Hat Ramble’’ en 1968, ambos en Takoma Records, además de ‘’Touchwood's Dream’’ de 1970 ya publicado bajo el sello North Star, para luego desaparecer totalmente de la escena de la zona y de cualquier escena.

Cod: #1794

8 mar 2025

El Trio (Lapouble, Lew, Cevasco) - Todo En Su Medida Y Armoniosamente (1974)

Este post está dedicado a la memoria de Adalberto Cevasco, quien partió el pasado lunes 3 de marzo. Maestro, vuela hacia el centro del corazón del mar, tu música siempre alumbrará toda penumbra.

La evolución del jazz en Argentina alcanzó niveles superlativos en la década de los 70. No obstante, se conoce poco sobre el desarrollo del jazz fusión; se habla poco del talento y valentía de muchos músicos de jazz que buscaban, casi simultáneamente al ámbito rockero, nuevos lenguajes y formas de transmitir su música. Con esto quiero decir que, mientras bandas como Aquelarre o Invisible gestaban álbumes como Brumas y el debut homónimo de Invisible, en el ámbito jazzero más vanguardista también se encontraban creando y explorando con la misma intensidad e ímpetu que cualquier joven de la época.

Carlos Alberto Lapouble, más conocido como Pocho Lapouble, uno de los bateristas más talentosos del jazz latinoamericano, tenía aproximadamente 31 años en 1973. Mientras que Adalberto Cevasco, eximio bajista y pianista, tenía 27 años; tan solo un año mayor que Ricardo Lew, grandioso guitarrista y respetado músico de sesión. Pero, El Trío tenía un cuarto miembro tras las sombras, y era Víctor Díaz Vélez, otro talentoso pianista que, según las notas de la contratapa del LP, aportó a la banda muchos acordes de su vasta colección. Y como si fuera poco, una jovencísima Patricia Clark aportó su hermosa voz en dos canciones del álbum.

Poca información existe sobre cómo El Trío se conformó; lo más probable es que haya sido una unión natural entre tres músicos talentosos, ya que varios músicos de jazz se dedicaban simultáneamente a trabajar como músicos de sesión, y se podría decir que no eran pocas las ocasiones en que podían juntarse y jamear libremente. En ese sentido, también asoma la figura monolítica de Jorge López Ruiz, quizás el más prominente músico de jazz de vanguardia de Latinoamérica, quien fue uno de los encargados de la producción del presente álbum, junto a Pocho Lapouble. Está claro que, bajo la supervisión de un genio como Jorge López Ruiz, nada podía salir mal; y, de hecho, nada salió mal en este álbum.

Ciertamente, el jazz nunca será un género ni por asomo masivo; mucho menos lo son estas derivaciones experimentales del jazz. Por lo tanto, se puede afirmar que el jazz argentino suele ser subestimado incluso por muchos asiduos del rock vanguardista local. Pero la intención al experimentar con instrumentos eléctricos, creo yo, fue toda una declaración de intenciones. Estos tres prodigios, como Lapouble, Lew y Cevasco, no solo pretendían traspasar fronteras generacionales demostrando que el jazz no se quedaba atrás en la búsqueda de nuevos lenguajes musicales, sino que, a su vez, se atrevían a difuminar las barreras entre uno y otro género, lo cual es ciertamente peligroso para quienes son acérrimos puristas, pero extremadamente excitante para quienes adoramos las propuestas arriesgadas y sin arraigos en el temor a quedar desclasificado.

En otras palabras, todo género musical tiene una raíz, un tallo y unos frutos bien consolidados, lo cual es cierto, y eso se respeta, pero no te hace destructor de algo el hecho de aventurarte al menos una vez en tu vida en una grabación tan aventurera y vanguardista como la realizada en este álbum, ¿cierto? Era inevitable contener la hiperactividad musical de estos tres genios, y era, por lo tanto, consecuente que una obra así quedara grabada para la posteridad como un testimonio único de una confluencia mágica, que es, a su vez, el reflejo auténtico de una época convulsa y difícil, aspectos que, en lugar de someter la creciente creatividad artística, propiciaron que esta se manifieste aún con mayor fuerza: la vitalidad ingeniosa que buscó cómo salir hacia la luz en medio de las tantas grietas que se acontecían en el día a día de la Argentina de 1973.

Por otra parte, se ha dicho que este álbum fusiona jazz modal, big band, post-bop y folklore local argentino; claramente este hecho hace que no sea un álbum accesible a la primera escucha. Poder sumergirte en una propuesta así requiere mucha paciencia, dedicación y cariño por el trabajo de estos tres músicos. Pero una vez logras encontrar esa medida y armonía de la que te habla el título del LP, entonces, escuchar cada canción se convierte en una travesía atípica hacia la libertad.

En medio de toda la epopeya experimental en la que se sumergió el jazz argentino, el álbum Todo En Su Medida y Armoniosamente es indudablemente uno de sus pilares (y hay muchos más) que, ciertamente, nunca alcanzarán la popularidad ni siquiera en los círculos jazzeros, pero está claro que no fue una obra concebida para ser popular, sino, quizás, y aquí entramos en la plena especulación poética, para trazar lazos con las comisuras más extrañas del alma. Un álbum que, si es escuchado con receptividad, será un perfecto himno para aquellas personas hábidas de creatividad y espiritualidad.

Cod: #1793

4 mar 2025

Renaissance - Renaissance (1969)

Hacia 1969, más allá de los clásicos del género, en el rock inglés ya había más gente planteándose crear nuevos sonidos y experimentar con las fusiones, de ello nacería el rock progresivo y su interminable ramificación hacia un sinfín de estilos, motivos, ramas y sub géneros. Keith Relf y Jim McCarty, ex Yarbids, hacia enero de ese mismo 1969, decidieron unir fuerzas para colaborar junto en un nuevo proyecto prometiéndose experimentar para buscar así un sonido que nacieron de la combinación del rock y la influencia de la música clásica.

Esta nueva etapa del rock se diferenciaba de la psicodelia, con sonidos más virtuosos en ejecuciones  y visiones liricas más profundas y existencialistas, no es que la psicodelia no haya sido existencialista, de hecho lo fue, pero ahora todo el hedonismo revolucionario se había transmutado en visiones filosóficas y poéticas más refinadas si se quiere. Aunque la psicodelia fue fundamental para el desarrollo del rock progresivo. 

Hacia finales de 1969 aparecería el primer disco de Renaissance, el homónimo ‘’Renaissance’’, presentando un primer track cuyo estilo compositivo se remonta a la influencia de la psicodelia y sus típicas jam sessions en vivo, llegando a tomar canciones pop para estirarlas hasta versiones de diez minutos o más, enriqueciéndolas con zapadas e interludios experimentales. 

‘’Kings And Queens’’ es dicho primer track del disco y consiste básicamente en un estándar del prog rock de la época, una canción con sus estrofas y estribillos pero estirada para convertirse en una pieza de casi once minutos, entre introducción, estribillos, interludios, y motivos finales,  ideas inspiradas de las intervenciones proto progresivas ocurridas en la era hippie.

El resto de este disco continúa por la senda progresiva, y el elemento sinfónico no se deja esperar, especialmente por ser un virtuoso pianista el encargado de ejecutar las composiciones, ya sin distorsiones rockeras, dirigiéndose hacia un sonido pensado de manera similar a composiciones clásicas, estilo cuya influencia pesa claramente en las miras de las composiciones del disco. El piano virtuoso encabeza el sonido de mucho de lo que pasa aquí, muchas veces emulando o ejecutando fragmentos de piezas clásicas universales a modo de guiño a esa influencia.

Entre ‘’Innocence’’, ‘’Island’’ y ‘’Wanderer’’ el disco continúa por la senda prometida por el grupo, las experimentaciones en progresiones continúan, canciones alteradas con inventos progresivos muy interesantes que recuerdan a pilares futuros del prog inglés, apareciendo aquí también la voz de una cantante femenina dando un toque especial al asunto en algunas piezas.

‘’Bullet’’ es la pieza encargada de cerrar el LP, otra composición primigenia y prototípica de un prog ya bastante consumado en sí y devenido en momentos muy complejos, pero aun con la premisa de ser un sonido en vías de experimentación. 

Este pieza comienza con un atasco bastante rockero con piano, voces y hasta sabores bluseros, un sonido poderoso que sigue demostrando los orígenes de todo esto, para continuar con el mismo elemento proto progresivo de la primer pieza, un interludio con elementos compositivos experimentales disueltos en el vacío, como arreglos y aplicaciones instrumentales varias hasta y coqueteos con lo vanguardista por algunos momentos sonoros extraños que aparecen hacia el final de la pieza. Aunque la banda no provenía del vanguardismo no resulta extraña esta intervención debido a que todo era parte de la misma cosa, del mismo caldo de cultivo allá por esos años de creacionismo absoluto.

El disco ‘’Renaissance’’ es un disco entretenido en el que las progresiones no se dejan esperar, progresiones que ya habían comenzado a despegarse lo suficiente de lo meramente orgánico y azaroso, con una imaginería por detrás que sustentaba cada composiciones con visiones de adelanto. 

La banda hace gala de la experimentación y ostentan una búsqueda sonora que se refleja en la composición, la búsqueda del sonido, el acercamiento a lo clásico que se acrecienta con un piano como ejecutor principal, entre otras experimentaciones y visiones ya nombradas. El disco es una piedra angulas de la musica progresiva británica de por aquellos años que se encontraba en momento prototípicos pero que ya para 1969 era una realidad con un sinfín de lanzamientos discográficos que anunciaban el pronto surgimiento de algo grande.

Cod: #1792

2 mar 2025

Decibel - El Poeta Del Ruido (1980)

El rock vanguardista es testimonio de una era, un peldaño que forma parte de los fenómenos evolutivos fundamentales de la música del siglo XX. Hacia principios de la década del 70, las vanguardias seguían floreciendo y continuaban coqueteando con la música popular, coqueteo que nunca jamás terminaría, posterior al advenimiento de la psicodelia a la escena mundial. La profundización de la experimentación en el rock fue un paso coherente de la evolución de la música vanguardista, experimentación que no llevaba de por sí un sello prefijado sino que podía llegar a ser muchas cosas, desde una compleja suite, hasta el vanguardismo sonoro, la electrónica y el ruido.

Todo este vanguardismo sentó las bases de lo que ocurriría luego en la historia, siendo primero la psicodelia y luego el rock progresivo los dos momentos primarios en los que las vanguardias se acercaron al rock y por lo tanto la música popular, por ende el comienzo del rock vanguardista fue también el puntapié para todo lo que ocurriría luego en la experimentación tanto en el rock como el los tantos sub géneros y estilos populares aledaños. Este puntapié se configuró como tal debido no solo a su precursoriedad en el tiempo sino también a lo profundo de dicho encuentro y a los tantos experimentos resultantes que quedaron y dan prueba de este fenómeno, siendo también a la vez uno de los puntos clave de la evolución de la música popular, en el siglo XX.

Los poetas del ruido en México han hecho un gran trecho en estos terrenos y su producción artística suele ser recordada por muchos en el campo del rock progresivo y las vanguardias. Decibel comenzó como un trío de rock progresivo hacia finales de 1973, fundado por Walter Schmidt en bajo, Carlos Robledo en teclados y Moisés Romero en batería. Poco a poco el grupo fue creciendo y sumando por tanto mayores miras con diversidad de instrumentaciones y formaciones, aunque para su primer lanzamiento discográfico, ‘’El Poeta Del Ruido’’, de 1980, la banda ya se encontraba casi disuelta, cuyos miembros pasarías a formar otras bandas que redefinieron el género en México.

‘’El Poeta Del Ruido’’ es un trabajo grabado en 1979, una producción mítica por su creatividad, encuentro de elementos, profundidad de las composiciones, entre tantas cosas más que lo convierten en un lanzamiento pilar y muy influyente en el rock mexicano. El trabajo comienza con una enorme suite conceptual de clara influencia de rock progresivo y el Rock in Opposition, debido a su temerosa complejidad estructural que la vuelve en una pieza de obsesiones y experimentaciones. Esta composiciones denominada ‘’El Poeta Del Ruido’’ pareciera otorgar el alma al disco y fundamentarse como una apertura progresiva como pocas, un portal que da inicio a la locura, desatando un vendaval de progresiones absolutas.

Pero la proyección de este trabajo no se queda en las progresiones en rock, sino que inmediatamente después el trabajo se mete de lleno en experimentaciones electrónicas y de música concreta, elementos que no siempre son sencillos para escuchar pero que son tratados con el delirio requerido para que de ello resulte una experiencia de innovación agradable. Buena parte del disco es dedicada a este mundillo de lo concreto y electrónica, por lo que esto parece ser una parte también vital de la música del grupo y sus visiones.

Por otro lado, en el track ‘’Manati’’ el grupo pareciera meterse en el mundo metafísico o chamanico (o como se diga) de las culturas antiguas locales mexicanas, brotando de la tierra sonora un mundo de brujería y canto, ritual, sobresalto, misterio y misticismo, o por lo menos eso pareciera emularse con los elementos que se tenía a mano en el rock y con toda la diversidad instrumental anexa que manejaba el grupo. Ello combinado con la parte electrónica del grupo da cuerpo a una fusión muy enriquecedora y muy propia del grupo.

Cuando se destaca que no había una notación prefijada para las bandas que se inmiscuían hacia esos sinuosos terrenos de las vanguardias en el rock, se puede resaltar esto mismo en un hecho particular que es el demarcado por las bandas que tomaban elementos de sus culturas locales para reflejarlos en sus músicas, de ello revivían elementos que, aunque siempre antiquísimos y en suerte hasta milenarios, siempre mantenían una distinción con los sonidos extranjeros, sea cual fuere su origen. Eso sí, la consumación de este florecimiento de elementos autóctonos en el rock de las bandas locales se daba exclusivamente en bandas cuya visión no estuviera marcada por ningún prejuicio y ambición comercial, y por lo tanto que pudiera cobijar a los elementos nativos como un elemento más de los tantos a disposición en el rock.

Estos experimentos no siempre fueron tomados de buena manera en su época, por lo que la creatividad de este tipo de bandas dependía de su valentía y su creatividad para afrontar el devenir de los sucesos corrientes de la vida y aun así mantenerse en una senda artística casi marginal. Estas valentías son pocas veces reconocidas por el corriente del componente social pero el tiempo siempre termina dando la razón, y los trabajos vanguardistas que terminan resultando de estas experiencias, en su mayoría terminan siendo tildados como obras de culto, precursoras, innovadoras, etc.

Cod: #1791