Formados en Nueva York, The Tea Company es uno de los primeros grupos de la escena psicodélica norteamericana. Se originan a principio de los 60s, en Queens, Nueva York, bajo el nombre de ‘The Naturals’, abriendo conciertos para Mamas and the Papas, The Lovin´ Spoonful, Bob Dylan, Ritchie Havens y muchos otros. Aunque en 1967 sufren una ruptura, por cuestiones contractuales, y el grupo se desarma. Poco después se rearmarían bajo el nombre de The Tea Company, apareciendo Frankie Carretta y Al Vertucci para completar la formación. Este cambio rotundo en la formación traería también un cambio en el estilo musical, dejando el beat más convencional y sumándose a la oleada de rock psicodélico del momento. El grupo la pitica banda norteamericana de mediados de los 60s. Su único lanzamiento sería, el de 1968, ‘Come And Have Some Tea With The Tea Company’, grabado en el estudio ‘Ultra-Sonic Studios’, Hempstead, de Nueva York, y lanzado ese mismo año por ‘Smash Records’. Para esa época el ‘Tea’ (Té) era una referencia más para denominar a la marihuana, así que la banda y este álbum son toda una demostración de lo que ocurría en la época. Lo que tenemos aquí es rock psicodélico experimental, claramente influenciado por la movida Beat y especialmente por la etapa psicodélica típica de los Beatles de esos años, por lo que el sonido se vuelve bastante experimental, ecos, con efectos de sonido, alteraciones, displicencias rítmicas, con armados de temas y ejecuciones rítmicas también similares a la de los cuatro fantásticos ingleses. Parece que el grupo se había interesado mucho por la explosión musical de los Beatles, incluso estaban equipados con los mismos instrumentos.
Una característica sonora emblemática que refleja el estilo de la banda, la cual desde sus orígenes se sumó al movimiento beat de moda, y que luego en la etapa hippie se sumó a la moda psicodélica y contracultural, por lo que seguramente a este disco lo elaboraron como parte de ese envión cultural o comercial, más que como una búsqueda propia, el sonido cuenta con algo de inocencia y precocidad. Pero a la vez se trata de un sonido fundamental para la época y la propagación de la psicodelia, lo que aquí presentan es muy llamativo y contiene elementos que lo hacen único en ciertos aspecto. Estos sonidos están sumergidos en ambientes de lisérgica, por lo que lo temas no caen en la mediocridad beat o la convencionalidad típica sino que, con elementos sonoros ácidos, con una esmerada intención de desarrollo o elaboración, con un espíritu interesando en la experimentación, logran un sonido de buen tránsito y agradable escucha dentro del género psicodélico experimental. Beat-rock con mucha presencia de efectos volátiles, contraculturaldiad, inocencia adolescente, hippismo y parafernalias sonoras, y algo de garaje rock. El grupo pasó sin pena ni gloria durante su periodo, dejando un disco que no tuvo mayores repercusiones populares pero que hoy resurge con una joya imprescindible para cualquier colección de psicodelia. Si quisiéramos escuchar un sonido íntimo y típico de la psicodelia experimental y el rock contracultural hippie pues este sería un ejemplo perfecto.
Según cuenta la historia Don Robertson fue ya desde chico un niño prodigio de la música, desde muy temprana edad comenzaría a estudiar música, en su ciudad natal Denver, Colorado. Su interés siempre lo mantuvo estrechamente relacionado con lo musical desde la colección de discos, hasta su propio programa radial. Al final de su carrera en la secundaria, se enlista en la prefectura naval pero rápidamente se da cuenta de que eso no era para él, pronto lo dejaría para abocarse de lleno a lo estudios musicales de orquestación, teoría y contrapunto. En 1965 se muda a Los Angeles donde comienza con estudios de musica del mundo, aprendiendo sobre música de China, Grecia, África, Persia y el medio oriente. En 1966 se Muda a Nueva York donde estudia sobre musica experimental con Morton Feldman. El siguiente paso en su formación fue el hinduismo, la tabla, sitar con Ali Akbar Khan, Pandit Pran Nath, Rajeev Taranath y David Trasoff. En Nueva York consigue un contrato para grabar con MGM Records para grabar sobre sus desarrollos, el resultado comenzaría a verse como algo muy exoerimental por lo que el sello inmediatamente lo dejó de lado, pero esto llamó la atención de otro sello, Mercury Records, quien estaba dando vida a un nuevo sello, una subdivisión llamada Limelight, dedicada especialmente a la música de vanguardia y el jazz rock experimental. Para esa ocasión es llamado Don, por sus innovaciones y sus trabajos que comenzaban a dar que hablar. Es en esta oportunidad donde Don puede dar vida a su desarrollo temprano y a todos sus intereses e ideas, publicándolo en su primer álbum, ‘’Dawn’’ (Amanecer), de 1969, un trabajo clásico en su discografía, que marcaría el estilo de sus siguientes trabajos y de su música en general. Este álbum redefine el género de la fusión indo con la psicodelia, se trata de música psicodélica cósmica que manifiesta la trascendentalidad espiritual desde la influencia budista, la metafísica, el interés hacia lo interno, lo místico. Manifestado todo desde un costado lisérgico y experimental, o por lo menos eso insinúan algunas palabras recitadas en el primer track del disco, que son frases tomadas de un libro sagrado hindú, el ‘Isa Upanishad’.
Es música psicodélica propiamente dicha, experimental, ambiental, se dice que es uno de los primeros trabajos del new age, por tratarse de 1969 y por contener una enorme carga espiritual, una estética desarrollada por el mismo Don Robertson.
El estilo de este disco, inmerso dentro de la cultura hippie de la época, saborea la música hindú, la música del mundo, un new age temprano, entremezclado con grabaciones de sonidos naturales y otros ruidos, por lo que también está presente la música concreta. Intrínsecamente el estilo insinúa también un especie de significado extraño que Robertson le asigna a su música, nacido de sus conocimientos musicales y sus intenciones espirituales, de esto nace un lenguaje creado por él. Según Don Robertson la cara 1 (temas 1-5) del vinilo resalta ‘lo positivo’ o ‘armonía concordante’, y la cara 2, ‘lo negativo’ o ‘la armonía discordante’, o lo que él llama duochord. Irónicamente y en contradicción de toda su formación profesional, ‘Dawn’ fue reproducido espontáneamente y de manera improvisada, sin notaciones escritas, y la forma de las piezas fue ideada durante la grabación, por supuesto con un desarrollo anterior pero una formalidad musical, y fue grabado de una sola toma, ejecutado tan solo una vez en su grabación. Editado por Limelight Records en 1969 después que Robertson se mudara de Nueva York a San Francisco. Robertson toca el órgano, guitarra, piano, arreglos, citar, arpa, tabla, campanas... y colaboran con él: Suzie (tamboura,voces), Marcia (flauta, voces), Michael Dahlgren (tambores, gong, campanas, voz) y Rand Elias (bajo). Este trabajo es el fiel reflejo de un artista que vivó con interés y con una búsqueda que lo llegaría a transitar por fusiones inesperadas y relaciones de lo musical con la espiritualidad. Su búsqueda lo mantuvo, a través de los años, en un constante desarrollo personal, de búsqueda interior, de estudio, de lectura, dejando una una buena cantidad de discos lanzados bajo su propio estilo, transitando el new age. También ha publicado una buena cantidad de libro, entre ellos ‘Tabla: A Rhythmic Introduction To Indian Music’ de 1968, y ‘Kosmon’ de 1970.
La información principal para la elaboración de esta reseña fue obtenida de elBlog Desmemoriados. Historias de la Música Cubana, muchas gracias a su creadora por permitirme copiar algunos parrafos de su pagina, saludos amiga! Conocido universalmente como ‘El Rey del Mambo’, el cubano Pérez Prado fue uno de los músicos más importantes de la música popular de baile latino, con su estilo festivo y brillante colaboró en el desarrollo del mambo a un nivel mundial, hizo aportes en el danzón cubano y daría pauta al surgimiento y desarrollo del chachachá, así como también de la música surgida a finales de la década de 1950 y conocida luego, desde principios de los años 1970, como salsa. Como pianista, compositor, arreglista y director orquestal, siempre mantuvo un estilo vivaz y festivo, popularizando el mambo y creando un estilo inequívoco y característico. Su carrera internacional comenzó a tener éxito cuando se mudó de Cuba a la Ciudad de México en 1948. Allí grabó para el sello disquero RCA con una gran orquesta que le dio un sonido dramático al mambo con tempos rápidos, compases de saxofón y trompeta que se entrelazan. Su legado musical es inmenso pero en ocasiones es víctima de una mirada reduccionista centrada en la trascendencia universal del mambo, sin apreciarse justamente otros aportes suyos, más atípicos, dentro de la composición orquestal. En abril de 1954, el Rey del Mambo cumplía contrato en el Oasis, de Hollywood, estableciendo durante su primera semana en escenario, un record comparativo de recaudación para ese sitio con respecto a los dos años anteriores, lo que motivó que fuera contratado por otra semana más. Paralelamente, entra en el estudio Radio Recorders, de Hollywood, con su orquesta, reforzada con músicos afincados en Los Ángeles. Graba entonces los temas ‘St. Louis Blues Mambo’ y ‘Ballin´The Jack’, producidos por Hernán Díaz Jr., quien entonces era ejecutivo de la división de jazz de la RCA Víctor.
Es en esos días que Perez Prado recibe el encargo del propio Díaz Jr. para componer una obra de alto vuelo e impacto que rompiera con algunos esquemas, que fusionara música cubana y en el que apareciera música nativa africana y jazz. La propuesta fue hecha a futuro pero tal fue el interés de Prado que se puso a trabajar en ello e inmediatamente se encargó a la tarea de escribir la música. 24 hs más tarde Prado ya tendría la obra escrita, lista para ser interpretada. No pasaría mucho para que comenzaran con la grabación, casi sin preparativos previos ni ensayos.
Miembros de RCA se dedicaron a buscar a los músicos necesarios, el trompetista y compositor Shorty Rogers fue llamado como consultor y arreglista, y terminó siendo un pilar fundamental para la gestación del sonido por sus conocimientos orquestales. Se consiguieron varios músicos de jazz, varios talentos de sesión de jazz de Hollywood, entre ellos el trompetista Maynard Ferguson y Shelly Mane en batería, entre otros prominentes instrumentistas. Imprescindible e inusual resulta la sección de percusión, donde destacaban los cubanos Modesto Durán y Carlos Vidal Bolado, junto a Leo Acosta, Mike Pacheco, Ray Vasquera, Eddie Gómez, Estephan Valera y Juan Cheda; sumados todos ellos a la orquesta típica del mismo Perez Prado. El 8 de abril, todo el mundo estaba de vuelta en el estudio, y la grabación se inició como si hubiera sido planeada durante meses. "Voodoo Suite" es una de las composiciones orquestales clásicas de Prado, aquí combina música nativa afro-cubana, mambo y jazz, en una suite de gran despliegue que transita por varias intensidades; una fusión de distintos estilos, aunados bajo la mirada recelosa de la música tribal africana, estilo que fascinó de inmediato a Prado desde que se le fue propuesto. Se percibe que la obra no contó con mayores ensayos ni elaboraciones, se trata más que nada de una suite de música tribal africana en la que, de entre medio, van apareciendo pinceladas de jazz y mambo, ritmos que se contraponen y cortan con el tribalismo, como si se tratara de distintos temas pero dispuestos en uno solo. Aunque por supuesto no deja de ser una obra de altísimo nivel, música tribal reinterpretada por una big band de mambo, arreglos complejos para decir lo que se suele decir con gritos y tambores, una fusión intima. La orquestación de la misma banda de Prado se fusiona con ritmos tribales, una avalancha de metales interactuando con una tanda percusiva extraordinaria, acentuada por la dramaturgia vocal de sus instrumentistas a través de los cuatro movimientos de su estructura. La obra se construye con estructuras que se forman de la unión de fragmentos, caracteres diversos puestos consecutivamente, esta visión progresiva es muy arriesgada y adelantada para la época, y por supuesto fue rechazada por el público en su momento. Cantos tribales en idiomas nativos dan pie al tribalismo africano, y la suite por momentos se vuelve un ritual voodoo, plagado de misticismo y emotividad. Por su parte además los músicos de jazz invitados hacen lo suyo aportando distintas improvisaciones en saxo y esplendiditas bases rítmicas. Por otro lado aparecen además los quejidos de Prado, directrices sonoras con las que dirige la orquestación de su big band de jazz y mambo. Esto es una muestra fiel del profundo cruce cultural que significa la obra, ya que yeites y elementos muy íntimos de distintas culturas, que poco tienen que ver entre sí, se cruzan en una sola música.
La suite por otra parte no deja de tener un costado que apunta a lo popular, a lo bailable, al entretenimiento musical, cosa que finalmente por supuesto no logra, es que el mambo más clásico no tiene tanto lugar. Lo que le da a la obra el sentido de ‘bailable’ es ese ese espíritu de la música africana nativa que ínsita a la danza, al baile, en este caso salvaje, tribal, erótico, de sumisión ritual ante un ambiente de misterios exóticos. A la sombra de "Voodoo Suite" quedan los temas, de relleno, los " Plus Six All-Time Greats", que fácilmente se los suele pasar por alto, ya que no tienen nada que ver con la suite; son mambos más convencionales (no por eso con menos merito), pero con todo el sabor típico del mambo cubano, en el estilo de Mambo Mania. Esta inclusión de temas más convencionales es otro reflejo de que la obra fue elaborada rápidamente y se la completó con lo que tenían a mano. El disco sale al mercado en 1955 y obtiene excelentes críticas en las revistas Billboard y High Fidelity, como consecuencia, en 1957, el director Fred F. Sears y el guionista Robert A. Kent eligen la ‘Voodoo Suite’ para la banda sonora del filme “Cha Cha Cha Boom!”, en el que Pérez Prado se representa a sí mismo, asumiendo la dirección de la orquesta. Esta suite es uno de los tres conciertos con tintes sinfónicos escritos por Prado, a esta se le suma la ‘Exotic Suite de las Américas’ de 1962, y ‘Concierto para Bongó’ de 1967. Tanto la “Voodoo Suite” como el aún más imponente, psicodélico y potente “Concierto Para Bongó” constituyeron fracasos comerciales, pero su calidad compositiva y originalidad trascendieron a la poca difusión e interés que, en su momento, despertó en los seguidores del mambo (cómo no pasaría esto, si hablamos de piezas de 18 minutos cada una).
Provenientes de la Alemania de la primer mitad de década de los 70s, contemporáneos a la primer camada de bandas del kraut alemán, Dzyan, un nombre con papiros dentro del género pero con una impronta propia, con caminos trazados hacia un estilo fusionado en el que aparecería también el jazz fusión y el progresivo. El grupo es fundado por el compositor y multi-intrumentista Reinhard Karwatky hacia finales de 1971, surge como un proyecto de estudio con intenciones inciertas al princio pero que inesperadamente comenzaría a tomar forma y terminaría siendo un grupo de grandes trabajos futuros. Karwatky era un músico académico con estudios académicos clásicos, y podía ejecutar gran cantidad de instrumentos, también tenía fascinación en el esoterismo y la metafísica, estos elementos tendrían gran impacto en el grupo, cuyo nombre hace referencia, justamente, a ‘El libro de Dzyan’, es un supuesto antiguo texto de origen tibetano, sirvió de base para La doctrina secreta (1888), una de las obras fundacionales del movimiento teosófico, de Helena Petrovna Blavatsky. Los músicos de la banda en su mayoría ya se conocían, por haber integrado juntos otras banas o distintos proyectos relacionados al jazz. Originalmente el grupo estaba integrado por el guitarrista Harry Chandler, el cantante Jochen Leuschner, el batería Ludwig Braum, Reinhard Karwatky en bajo y Gerd Ehrmann en el saxofón. Como quinteto, a tan solo un par de meses de haber nacido, la banda grabó un álbum homónimo, Dzyan, un trabajo embrionario y algo accidental en cuanto a lo sonoro respecta, distinto de los siguientes trabajos que lanzarían, publicado en Abril de 1972. Su tirada pasó casi desapercibida, fue publicado en un pequeño sello llamado ‘Aronda’. Un disco con un sonido extraño y áspero, tan oscuro como la portada que lleva, difícil de acercársele, pese a tener grandes momentos de jazz rock; se trata de un jazz rock psicodélico oscuro, algo progresivo, con muchos condimentos de jazz, y al ser proveniente de una banda que en el futuro se adentraría hacia caminos más experimentales aun contiene además algo extraño que es denominado por algunos como krautrock, talvez por la oscuridad, por algunos elementos sonoros agregados, por algunos efectos electrónicos, y por la extraña fusión de elementos de presenta.
El trabajo parece una exploración experimental, una avanzada entusiasta dentro de tierras nuevas, trayendo distintos elementos de varios puntos sonoros, unido bajo un lema oscuro y extraño, para este comienzo discográfico que presentarían. Una exploración plagada de ambientes extraños y oscuros, improvisación propia del jazz fusión, rock oscuro, y un determinismo virtuoso que mantiene cada momento en un nivel superlativo. A veces pareciera no mucho más que la unión de distintos fragmentos para dar así el sonido final, y otros pasajes algo inciertos para escuchar, como una idea que recién está surgiendo, pero esto no le quita mérito al trabajo, las estructuras son complejas y fuertes, con esplendidos momentos de jazz fusión, un sello distintivo del grupo. No sería la mejor cosecha musical de la banda pero aun así es destacable como para adentrarse en sus trabajos, y más aun siendo lo primero lanzado por ellos. Esta banda sería una de las pocas en las que en su discografía se puede encontrar tanto rock progresivo, como jazz rock/fusion, y algo que por algunos es denominado como krautrock, y esto se puede percibir en el ambiente de su álbum debut, que no es todavía tan krautrock pero que contiene insinuaciones y oscuridades que abren puertas, por las cuales más tarde terminarían de pasar, hacia tierras fantasmales y étnicas. La versión en quinteto del grupo no duró mucho tiempo, ni siquiera alcanzaron a tocar en vivo, y al poco tiempo del lanzamiento del primer trabajo el grupo se reduciría a trio, tras la partida de Braun y Kramer. Ya como trio, y tras algunas modificaciones, el grupo lanza dos discos más, 'Time Machine' de 1973, y 'Electric Silence' de 1974, en estos trabajos el grupo demostraría una nueva faceta, mucho mas experimental y con fusiones mucho mas arriesgadas. Ese mismo año, 1974, el grupo se separa definitivamente, tras la partida de Reinhard Karwatky, el último miembro fundador original que había en la formación.
El grupo sueco Algarnas Tradgard ( Jardín de los alces ) se formó en Göteborg, en 1969, y jugó un papel activo en el movimiento musical ‘progg’ de su país, en los pocos años de vida que tuvieron. El grupo era una especie de colectivo musical, a menudo se mantuvo actuando en festivales gratuitos, siempre dentro de la escena under. La banda deja un solo álbum tras su paso, de 1972, el formidable ‘Framtiden ar ett Svavande Skepp, Forankrat I Forntiden’, un clásico de culto de la psicodelia sueca, una reinterpretación de los movimientos experimentales del rock contemporáneos desde la mirada sueca de la época. Fue grabado en 1971, algunos de los miembros del grupo apenas tenían 17 años y era la primera vez que entraban a un estudio, sin embargo todos ellos estaban capacitados en la interpretación de varios instrumentos, entre los que había sitares, flautas, violines, contrabajos, tablas, por lo que el álbum se convierte no solo en el producto de una banda de rock propiamente dicha, sino en un trabajo psicodélico mucho más amplio. Este registro es un gran artefacto del ‘progg’ sueco, un registro en el que convergen muchos de los distintos artilugios y recursos usados en las varias músicas de vanguardia que tuvieron lugar en distintas épocas y estilos, aparecen elementos ambientales de electrónica, rock psicodélico oscuro, folk rock, ambientes espaciales, grabaciones de ruidos y voces, sonidos, elementos de música folclórica sueca, y melodías de música hindú con sitares y tablas; un abanico de amplios elementos desplegados de forma extraña y unidos en una sola música, demostrando que esta gente no tenía límites, y que eran realmente representantes del liberacionismo musical sueco que se destacaba por aquel entonces, en el cual hacían lo que querían musicalmente.
Pocos momentos ‘cómodos’ se pueden encontrar aquí, los ambientes se predisponen siempre a volcarse hacia caminos oscuros, con pasajes instrumentales con un estilo que años más tarde se conoció como ‘rock alternativo’ o ‘post rock’, pues aquí lo tenemos en sus primeros ejemplos, fusionado como un sinfín de elementos de vanguardia. Es difícil aseverar bajó que estilo se puede calificar este sonido, se dice mucho que es psicodélico, lisérgico, que hay LSD, que es similar al algunas bandas de krautrock o psicodelia, que es netamente hippie, pero lo cierto es que cometen ciertos riesgos que también se encuentran en la psicodelia pero que hay que bucear en ella para encontrarlos, elementos que no muchos se han animado a usar; están influenciados por la psicodelia pero no caen en yeites y copias cómodas, sino que la usan a su favor. Por momentos pareciera escucharse el sonido ambiente de un mercado en alguna antigua ciudad medieval nórdica, en la que caravanas provenientes de distintos puntos del mundo convergen, en un auténtico cruce de culturas y folclores e intercambios de especias y artículos, donde las melodías ser cruzan sin límites y lo que comenzó como un raga termina siendo un oscuro folclor sueco. Todo esto es regido y medido por la visión particular de la banda que siempre termina siendo sombría, plasmando una psicodelia oscura y experimental, que es la conectora de todo, que es el producto bruto creado por ellos. Talvez no sea justo llamarlo ‘psicodelia’, sino rock experimental, desarrollado por una banda proveniente de un movimiento que se proponía crea nuevas músicas. Después del lanzamiento del álbum se mantienen juntos un tiempo, en el que alcanzan a dar varias presentaciones en vivo, tiempo en el cual también dejan algo de material, grabado entre 1973 y 1974, aunque el material fue lanzado recién en 2001, en un cd titulado "Delayed". La banda finalmente se separó en 1976. No existen otras grabaciones oficiales, aunque debe haber bootlegs. Años mas tarde Algarnas Tradgard fue incluido en la ‘Nurse with Wound list’, se trata de una lista de bandas y artistas elaborada por la banda británica ‘Nurse with Woun’, para destacar a los grupos y artistas que los han influenciado musicalmente.