Cuando los músicos grabaron este disco tenían todos alrededor de 30 años, Shivkumar Sharma, maestro del ‘’Santoor’’ (instrumento de cuerda percutida), que había hecho su primer álbum en solitario en 1960, fue responsable de establecer y popularizar el instrumento en los círculos clásicos, el guitarrista Brij Bhushan Kabra tuvo que probarse a sí mismo a causa de la concepción y las asociaciones de música popular occidental e hindú sobre lo que era la guitarra, y Hariprasad Chaurasia también se tuvo que enfrentar al reto de implementar su instrumento, el ‘’Bansuri’’ (flauta transversal alta originaria de la India, hecha de una sola pieza de bambú), ya que no era un instrumento muy concebido popularmente.
Es uno de los álbumes más exitosos de la India y se hizo popular a nivel internacional, por la adaptación del sonido y el trabajo que los músicos le saben inteligentemente impregnar. En sí, la música es tradicional, ambiental, son varias piezas de estructura clásica dentro de la música hindú, son ‘’ragas’’… ósea esquemas melódicos en que se establece una composición y una improvisación, basados en una colección dada de notas (generalmente de cinco a siete) y patrones rítmicos característicos, pero lo que le da un atractivo a la audiencia internacional es el modo en que los músicos trabajan la música, juegan con los aspectos más atractivos de dicha musica y elaboran piezas dinámicas y atractivas, además de el uso innovador de la guitarra y la flauta, todo esto hace que el sonido sea más aceptable para el público occidental.
En la tradición musical india, los raga se interpretan según la hora del día y la estación del año, por lo que en esta música (y en este disco) están muy implícita la concepción del tiempo y del espacio, el valor hacia la tierra donde viven, además de ser una música con muchas influencias e implicancias espirituales, religiosas, culturales, etc, es por eso que la música hindú tiene un aura especial, una energía mágica innata capaz de ser percibida de inmediato, capaz de transportarte hacia sones de plenitud, goce y regocijo interno…
El trio de músicos concibe el trabajo como una suite conceptual, utilizaron sus instrumentos para contar la historia de un día en la vida de un pastor en Cachemira (estado norteño de la India), utilizando ragas asociados a diferentes horas del día para hacer avanzar la narración dramática y pintar escenas típicas de la región, hermosos valles cargados de verdes y altos pinos y árboles de Chinar… bañados por el sol, picos nevados de los Himalayas, calmos lagos, un escenario maravilloso del cual los pastores y trabajadores humildes del lugar son los únicos y privilegiados espectadores…
Musicalmente, se desarrolla como una obra instrumental, conceptual, que va pasando por varios estados y pasajes sonoros, guiados por el trio de músicos que con flautas y condimentos con el Santoor van recreando las escenas, y la guitarra slide de fondo va completando el paisaje. Es un trabajo delicado y dedicado, bien elaborado y complejo, en general calmo, con un espíritu que va guiándote hacia el goce musical y espiritual.
Cod: #1091