8 dic 2024

Fred Van Zegveld - Hammond Organ Dynamite (1969)

En su país natal el organista holandés Fred Van Zegveld supo hacer de las suyas con varios emprendimientos, por ejemplo siendo parte de la banda ‘’Roek's Family’’ con la que publarian el disco ‘’Get Yourself A Ticket’’ de 1969, pero tal vez uno de los puntos discográficos más notorios de su carrera fue este álbum en solitario, ‘’Hammond Organ Dynamite’’, publicado en 1969.

Poca información hay dando vueltas por ahí en la red sobre el autor, hay un comentario común que dice que es en realidad el estudio estaba preparado para grabar a otro artista, el cual no se presentó a la grabación, el buen Fred Van Zegveld andaba por ahí y aprovechando el momento entró al estudio con su banda y así salió el disco a la luz.

‘’Hammond Organ Dynamite’’ es un álbum típico de época con su sonido Hammond, sus reinterpretaciones de temas de The Beatles y sus búsquedas con miras amplias. Con el jazz de trasfondo y el órgano Hammond como líder de la producción, el disco presenta una serie de pistas en su totalidad instrumental y con mucha injerencia de las composiciones del artista, aunque también con algunas reinterpretaciones de temas conocidos, tres más específicamente, dos del repertorio de The Beatles y el "Whiskey" original de  Errol Garner.

Es un sonido que sabe ser suave cuando quiere, con momentos muy agradables de jazzy blues y piezas cortas de jazz fusión, y cuando quiere se acerca al rock y explota con alguna composición mucho más poderosa. 

El sonido del Hammond se adecua a cada situación de manera maestra, con sutilezas, suavidades y arreglos delicados en temas de pop, con vertiginosidades un poco mayores en algún jazzy blues cuando la ocasión lo amerita y con explosiones cuando se meter en algo de rock, o jazz rock, con un sonido mucho más frontal.

El disco es totalmente instrumental, hay un par de bluses altamente deliciosos, en los que suele aparecer una guitarra de fondo tirando algunas bases y no mucho más que eso más allá de sus segundos de gloria en el tema ‘’Round About 12’’, de todas formas no es necesario ya que el órgano interpreta lo justo y necesario para que la experiencia de su sonido solo haga brillar al sonido.

Hay mucho por escuchar aquí en el sentido de intensidades y búsquedas, la lista de tracks no es homogénea, todo el álbum es, aunque instrumental y aunque ejecutada por el mimo combo de músicos, una búsqueda de muchas cosas sucediéndose.

Es un álbum con su rock, su psicodelia, sus momentos de improvisación, sus búsquedas sonoras, piezas en su mayoría no tan extensas, y con su vena jazzera atravesando cada pasaje de las interpretaciones. No es un sonido excepcional ni mucho menos progresivo salvo por alguna suerte de fugaz momento improvisado donde sueltan las líneas un poco, pero no mucho más que eso, en general es un álbum que cuida los momentos y se maneja por un lugar estándar en la ejecución.

Publicado bajo el sello Park, el disco es una pieza extraña más allá de los conocedores de la psicodelia underground de epoca y de los amantes del sonido Hammond de época que puedan llegar a encontrar interés en esto.

Hacia finales de los 60s, con la explosión del órgano Hammond como recurso mucho más portátil y practico que un piano, este instrumento/sonido se convirtió en una pieza fundamental para el estilo de varios géneros, en especial el rock psicodélico, el rock progresivo, y por supuesto también el jazz y jazz fusión. Este lanzamiento refleja la fiebre que hubo con los lanzamientos jazzy blues y aledaños con sonidos caracterizados por el órgano Hammond.

Cod: #1782

1 dic 2024

Jeremy Steig - Legwork (1970)

Las miras de esta producción brillan por un quehacer que se refleja en una búsqueda creativa que llama la atención inmediatamente. Aunque con pocas pistas, arreglos solo instrumentales y nada de voces, se las arreglan para crear todo un mundo muy creativo instrumentalmente hablando, de fusiones, inventos y vanguardias. Un sonido que está a la altura de su época, discos que llaman la atención por lo profundo de su visión creativa y que eran el reflejo del caldo de cultivo creativo que se estaba gestado en el momento y que darían como resultado una enorme cantidad de producciones discográficas extremadamente virtuosas y creativas.

El flautista Jeremy Steig había tenido hasta entonces una muy prolífica producción discográfica, especialmente ligada al jazz, y para su disco ‘’Legwork’’, de 1970, esto no sería la excepción, siendo un trabajo muy ligado al jazz y a su ejecución líder de la flauta traversa, aunque en este caso el artista se encamina más hacia la experimentación abstracta instrumental, tal vez de estilo free jazz, además de encontrarse hacia el camino de las fusiones típicas de por aquellos años, como elementos de blues o funk.

El trabajo tiene mucho en su interior, mucho estilo, grooves pegadizos, muchas improvisaciones, mucha visión de búsqueda y experimentación, incluso The Beasty Boys llegaron a samplear algo de este disco, más especialmente de la pieza ‘’Howling For Judy’’. Dicho track se encarga de abrir el disco y está compuesto por un riff pegadizo interpretado en flauta sumado a la ejecución unísona de otras dos o tal vez tres flautas más que funcionan en una creación única en su gama, para cualquiera que tenga oído y algo de gusto por la música de la época sería imposible no quedar fascinado con esta pieza maestra, es un groove que ya desde 1970 anuncia mucho de lo que vendría a futuro.

Este trabajo es muy amplio aunque haya voces y sea aparentemente improvisado, que de improvisaciones tiene mucho, mucha buena zapada, aunque también mucha idea y planeación hay aquí para que todo este proyecto funciona y sus innovaciones salgan a la luz. No es tan común, incluso para la época, que una flauta lidere el sonido total de un disco, y que no solo lo lidere, sino que lo protagoniza, lo improvisa, lo dirige y moviliza con una fuerza creativa inagotable. Jeremy Steig demuestra ser un incansable creativo y un hábil ejecutante de su instrumento, con un el cual crea nuevos mundos.

Hay mucho en el disco por explorar, desde la agradable ‘’ Hot-Head’’ con aire de blues, y forma de blues, toda una sesión blusera en la que participa una guitarra eléctrica pero sigue siendo la flauta la protagonista, una buena jam sesión de blues es todo lo que necesita un disco de la epoca para completarse hacia su perfección posible, y aquí liderado por una flauta, mucho mejor aún.

‘’Alias’’ comienza con unas baterías funk y se mantiene por esa línea durante toda la pista, otra pista que si no fue sampleada debería serlo porque tienen mucho en su interior y tiene mucho momento que tranquilamente podría ser parte de una creación aparte. Esta pieza de cuatro minutos es, al igual que la ya nombrada ‘’Howling For Judy’’, momentos de un groove de adelantos y sonidos que reverdecen en su presencia, revitalizan al disco y tienen miras hacia el futuro con sonidos funk groove pegadizos. Más de los momentos que reflejan el fino trabajo que hizo el compositor para entrelazar varios arreglos de flauta a la vez.

Hasta allí ya hay mucho explorado sobre el disco pero todo ese mundillo del funk no es lo único que caracteriza al disco. Tal vez ‘’Howling For Judy’’ es lo que llame la atención del disco por su vinculación con los The Beasty Boys, peor lo cierto es que hay mucho más que explorar aquí en cuanto a sonidos y experimentos. Algo que caracteriza a varios de los discos de Jeremy Steig es lo amplio de sus miradas y su alcance con las composiciones, y por supuesto esta no sería la excepción, ya que en este trabajo hay lugar también para la vanguardia y la experimentación no solo ‘’pop’’ sino también hacia momentos oscuros.

Ya en ‘’Nardis’’ tenemos un sonido de un estirpe totalmente diferente a lo que se espera del disco, con Steig haciendo gala de más de sus habilidades, recursos, técnicas, imaginería, y búsquedas sonoras, en una pieza de once minutos de duración que explora hacia terrenos de jazz de vanguardia, en una pieza de estructura estándar y sonido en el que aparecen únicamente contrabajo y flauta. Aquí cada instrumento tiene su momento para lucirse y sacar de la galera su improvisación, para terminar con los motivos de composición que sonaban al comienzo de la pieza.

Otros momentos de experimentación en el disco, con ‘’Permutations’’ con el trio completo haciendo de las suyas pero en modo más libre y no tanto dependiendo de un patrón percusivo particular, allí parece que las líneas de batería se abrieron comenzando con un sonido casi indeterminado para recaer sobre momentos de jazz. O también aparece la pieza ‘’Piece Of Freedom’’ con la que cierra el disco, otro momento de amplitudes y búsquedas, esta vez si ya de mayor vanguardia y búsqueda sonora indeterminada. Toda este producción está ligada profundamente, entre otras cosas, al jazz, estilo que determina a fuego toda su producción sonora general.

Tal como en este disco se refleja, hay mucha tela que cortar en las producciones proto fusión psicodélicas de Jeremy Steig, epoca predilecta para el artista creador que dejaría varios trabajos en esa línea, aportando muchísimo al arte de por aquellos años. Desde sus comienzos con ‘’Piece Of Freedom’’ de 1964, el ya nombrado en este blog ‘’Jeremy & the Satyrs’’ de 1968, o siendo parte del trio de Bill Evans en ‘’What’s New’’ de 1969, entre tantísimos lanzamientos posteriores.

Cod: #1781

26 oct 2024

Pat Martino - Baiyina (The Clear Evidence) (1968)

¿Jazz psicodélico? La psicodèlia en sus años mozos alcanzó ciertos coqueteos con muchos géneros, entre ellos la electrónica, las vanguardias o la música sinfónica, y también entre ellos el jazz. Aunque en realidad el jazz ya era algo que andaba dando vueltas por ahí en el caldo común de cultivo del hipismo: como música predilecta de la generación Beat, como un elemento no tan primordial como el rock para el movimiento pero si en ebullición en la época y por ende siendo parte de las miras de muchos jóvenes rockeros del momento, y como una de las tantas decantaciones hacia donde fluyeron los experimentos e influencias que propició la psicodelia. El término ‘’jazz psicodélico’’ puede ser un slogan más de los tantos existentes dentro de todo este caldo primordial de vanguardias rockeras y experimentos aledaños, pero de alguna manera funciona aceptablemente para poder ilustrar en palabras aquella cosa que fue resultado de músicos de jazz acercándose a la tendencia contracultural, o en todo caso resultado de músicos de rock hippie acercándose al jazz.

Es imposible abarcar en una sola concepción lo que podría entenderse como jazz psicodélico, puesto que muchísimos fueron los experimentos que ocurrieron en este fructífero terreno de amalgamas, fusiones e inventos del cual quedaron un sinfín de grabaciones. Como todo estilo psicodélico, el jazz psicodélico, si es que existió algo como tal, tuvo que beber de la cultura de la generación de la flor para poder entender de qué se trataba esa estirpe multicolor de viajes introspectivos, extensas improvisaciones y acercamiento a culturas milenarias. Muchas veces se dice que el jazz fusión se origina del jazz combinado con el rock, pero generalmente se pasa por alto que cuando comenzó a surgir este fenómeno del fusión, el rock se encontraba en su etapa psicodélica y que por ende la psicodelia jugó un rol importante en dicha evolución del jazz. Aunque este jazz también tenía sus miras, con evoluciones previas desde el free jazz, con el comienzo de jazz espiritual, con la llegada de Ravi Shankar y su influencia y acercamiento a músicos de jazz, etc.

El álbum ‘’Baiyina (The Clear Evidence)’’ publicado en 1968 por Pat Martino se encontró en su aparición discográfica entre medio de todos aquellos fenómenos, y sus sonidos no quedaron atrapados en ningún slogan, sino que en el mismo se experimentó mucho, resaltando especialmente que dos de los cuatro tracks del mismo disco son extensas sesiones de improvisación con secciones internas, sonidos de tanpura (instrumento hindú) de fondo en lo que se refleja la influencia de oriente, y el estirpe psicodélico al cual se intenta y seguramente se logra llegar, con ambientes más que de una instrumentación volátil, áurica, cargada de misterio, búsquedas, misticismo, etc.

Se podría tender un puente entre este disco y su relación con algunos estilos del jazz de vanguardia por venir para la época, tanto con el jazz espiritual y el jazz fusión. Es fácil acceder a la relación de este con sonidos espirituales en jazz posteriores logrados por Alice Coltrane, Phaoroah Sanders o Don Cherry. Por otro lado, las extensas sesiones plagadas de misticismo y experimentos dejan una sensación en el aire como de jazz fusión temprano, el jazz está, y la psicodelia también por lo tanto el rock o al menos la influencia de la cultura de la libre improvisación, el delirio y la búsqueda introspectiva.

El álbum es una suite dividida en cuatro pieza, dos tracks por lado del vinilo original de época de 1968, con Pat Martino en guitarra acompañado por Bobby Rose en la segunda guitarra, Gregory Herbert en alto y flauta, el bajista Richard Davis, el baterista Charlie Persip, Reggie Ferguson en tabla y Balakrishna en tampura. En la portada del disco aparece una inscripción que dice ‘’A psychedelic excursion through the magical mysteries of the Koran’’, con una clara referencia a su acercamiento al Corán, libro sagrado de los musulmanes. 

Las piezas del disco llevan nombres de elementos del Corán, incluyendo instrumentos hindúes que dan una sensación psicodélica muy alta en todo el disco, ya que el tanpura aparece de fondo y a lo largo de todo el sonido del disco, sin embargo esta inclusión del tanpura suena algo anticuada y muchas veces parece descompaginada de los demás instrumentos. Aquí hay drones, instrumentos hindúes, extensas improvisaciones en sesiones de extensión, declaraciones de intereses psicodélicos en un sonido proto fusión que aunque a veces anticuado también por momentos con sensaciones de que se está haciendo algo en buena forma para la época pre fusión y con un carácter bastante personal. Los resultados del disco no fueron abiertamente comerciales, es un trabajo con profundidad y un aparente interés y sentimiento por Martino en atreverse a incluir todos estos elementos en una misma cosa.

Al inicio de su carrera el guitarrista estadounidense Pat Martino trabajó para algunos músicos de jazz como Don Patterson, Jimmy Smith, Jack McDuff o Jimmy McGriff, pero hacia 1966 comenzaría a liderar sus propias sesiones y comenzaría a volcar sus propias visiones en sus lanzamientos solistas. Hacia 1968 aparece también otro disco de Martino de declarada influencia oriental, llamado simplemente ‘’East’’.

Cod: #1780

20 oct 2024

Paul Horn - In India (Ragas For Flute, Veena And Violin) (1967)

Así como la aparición del sintetizador Moog y su revolución electrónica tuvieron lugar al mismo tiempo que la era psicodélica, y en muchos casos se vincularon, fue el new age y todo el comienzo del bagaje espiritual oriental en occidente lo que también tuvo su origen prototípico hacia mediados de los 60s, también vinculándose mucho con la corriente hippie. Tal vez el disco por excelencia citado como el precursor en ese terreno de new age sea el temprano ''Music For Zen Meditation And Other Joys’’ de 1965 por Tony Scott, pero hubo otros elementos en la época que también marcaron los momentos prototípicos de esta nueva era.

Si bien ya había habido incursiones de la música hindú en los Estado Unidos, entre discos de fusiones con el jazz hacia finales de los 50s, como por ejemplo los primeros discos del mismísimo maestro del sitar Ravi Shankar publicados hacia esa época, la aparición primordial y aceleración de la invasión de la cultura de la India en los Estados Unidos se dio durante la década de los 60s, con acentuación desde mediados de la misma en adelante, especialmente por su vinculación con la psicodelia hippie. En esos años aparecieron varios discos que se vincularon íntimamente con la contracultura, influenciándola  y retroalimentándose en un cruce de culturas que significaba el llegar de maestros de la India a los Estados Unidos como también el partir de viajeros buscadores o iconos del pop occidental hacia la India en busca de instrucciones espirituales y musicales.

En esa época aparece otra figura clave para los momentos prototípicos del new age y/o de la fusión oriente/occidente, como lo fue el saxofonista, flautista y compositor de jazz neoyorkino Paul Horn, quien fue uno de los que cayó bajo la influencia de la llegada del maestro Ravi Shankar a los Estados Unidos, de hecho Horn participó de la grabación del disco ‘’Portrait Of Genius’’ publicado 1965, del mismísimo Shankar, además de llegar a ser Horn quien introdujo al músico indio a algunos de los músicos más prominentes de Los Ángeles. Bajo la enseñanza de Ravi Shankar, Horn se introdujo hacia las formas y exigencias de la música clásica de la India.

En ese año Horn comienza a desarrollar una predilección particular por desarrollar un carácter étnico en su propia música, gracias a esas experiencias, comienza a experimentar la composición hacia esos terrenos, lo que lo terminaría convirtiendo en una figura importante para futuros géneros y desarrollos. En 1966 Horn viaja a la India para estudiar meditación trascendental, momento en el que aprovecha para incursionar en sus grabaciones con algunos de los músicos más prometedores de dicho país.

Si bien Horn ya había mostrado algún interés por ese costado ‘’etnico’’ o ‘’religioso’’ participando en discos como ‘’ Zen: The Music Of Fred Katz’’ de 1957 por Fred Katz, o publicando ‘’Jazz Suite On The Mass Texts’’ en 1965, es su llegada a India lo que lo haría volcar definitivamente hacia el costado más profundo de su carrera y su carácter personal. Hacia 1967 aparece la publicación de su disco ‘’In India’’, un disco que sigue siendo temprano en muchos aspectos, tanto en su relación con lo ‘’new age’’, como en su participación de la aceleración de la llegada de la cultura religiosa milenaria de dicho país a los Estados Unidos, como también siendo el mismo Horn un personaje que propició dicha llegada ya desde algunos años antes con su cercanía a Ravi Shankar y su trabajo conjunto.

‘’In India’’ representa el comienzo del viaje del artista, ya despegado un tanto del jazz tradicional y del costumbrismo del estilo de vida de Hollywood. El disco significa el comienzo de su viaje, la introducción del artista hacia la música de la India, con un carácter nostálgico y calmo que se desenvuelve en todas las piezas, entre el comienzo del rigor técnico y la fascinación sinsera por alguien comenzando un viaje de autodescubrimiento, además de ser una representación accesible de este tipo de música y una buena manera de comenzar en este estilo. El trabajo cuenta con tres adaptaciones del mismísimo Ravi Shankar de melodías clásicas  especialmente adaptadas para el disco. Las piezas fueron grabadas en Nueva Delhi y cuentan con estudiantes de Ravi Shankar tocando con Horn. Las piezas son relativamente no extensas para lo que suele ser un raga original, pieza de ensueño que no dejan de demostrar el profundo costado milenario de toda esta cultura.

Para la época, el rock había dado de qué hablar con sus incursiones de raga rock y la aparición posterior de este término en 1968. El jazz había hecho lo suyo con su fórmula de east meet west en algunos trabajos anteriores hacia finales de los 50s, y también estaría haciendo lo suyo en ese terreno la música new age, que con su ‘’Music For Zen Meditation And Other Joys’’ de Tony Scott, ya de 1965, marcaría un precedente temprano entre la fusión oriente/occidente, el encuentro de culturas disimiles en una misma grabación y la incursión de una música del otro hemisferio en la cultura occidental. La fascinación de Paul Horn por la cultura de la India y su irrupción en este terreno con sus publicaciones discográficas ya especializadas serían otro peldaño más en la cadena evolutiva que se desarrolló progresivamente entre India y Esados Unidos y que representó un puente musical entre hemisferios disimiles hasta entonces.

Por su parte, a los hippies y bohemios del momento, imbuidos en la cultura de la época entre alucinógenos, búsquedas introspectivas, sexo libre, contracultura y experimentación artística, les cayó muy bien la aparición de la música de oriente que vino a encajar en sus miras hacia búsquedas supuestamente más profundas. Por su parte, a los maestro y músicos orientales les interesó la idea de extender sus fronteras musicales y espirituales al resto del mundo, aunque para estos últimos puede que les haya resultado a la vez interesante como también disímil y complejo de aceptar el tener que incursionar en un mundo de fusiones y comercios que comenzaba a globalizarse cada vez más y por ende sobre el cual podían perder control alguno. 

Hoy en día con internet y redes funcionando de puente, con velocidad inmediata, entre culturas de cualquier lugar del planeta, parece fácil decirlo, pero en aquella época de entre los años 50s y 60s esto recién comenzaba a tomar noción en la cultura universal, con la globalización musical y la repercusión de géneros en las escenas de todas partes, abriendo fronteras, ampliando influencias, aunque también marcando limites, pero además haciendo de la música un algo de consumo universal, la aparición de los discos de larga duración y de los medios de comunicación cumplieron un rol importante en este fenómeno de difusión de culturas disimiles hacia otros hemisferios del planeta. 

Cod: #1779

21 sept 2024

Sandy Bull - Fantasias For Guitar And Banjo (1963)

Discos como ‘’Fantasias For Guitar And Banjo’’ de 1963 por Sandy Bull, así como otros lanzamientos como ‘’The Seal Of The Blue Lotus’’ de 1965 por Robbie Basho, ‘’Rainy Day Raga’’ de 1966 por Peter Walker, o ‘’Holy Music’’ de 1966 por Malachi, demuestran que el folk estuvo a la altura y tuvo la visión de la vanguardia, tanto así como para ubicarse en una época temprana en cuanto a su relación con lo ‘’oriental’’ que había comenzado a llegar a la música de los Estados Unidos, demostrando que la relación de lo oriental con la música de occidente no comenzó exclusivamente con el rock y mucho menos siendo un fenómeno único de The Beatles.

Por otro lado, ‘’Fantasias For Guitar And Banjo’’ es un disco muy adelantado también en su relación con lo ‘’psicodelico’’, siendo 1963 un año muy temprano para un disco como este que abre con una sesión de veinte minutos con motivos en guitarra acústica con aires orientales, sumado a batería y banjo, un sonido único para su época, adelantado, muy enraizado ya en sonidos y culturas que recién se terminarían de madurar años más tarde en discos desde 1966 en adelante.

La visión que tuvo Sandy Bull ya para 1963, con esa fusión de lo acústico con lo oriental, y su especialización en cuerdas y géneros, dan cuenta de una noción avanzada para su época. ‘’Fantasias For Guitar And Banjo’’ es un trabajo liderado por la guitarra y banjo acústico de Sandy Bull, y el cual comienza con la ya nombrada suite de veinte minutos ‘’Blend’’, una pieza muy compleja que transita varios estados, entre introducción, motivos y desenlace, utilizando escalas orientales en guitarra acústica y encontrándose con lo psicodélico incluso de manera más profunda de lo que lo harían sonidos de discos muy posteriores, por lo que se trata de una visión de adelanto.

Esta odisea estilística de 21 minutos y 57 segundos cuenta con un don de influencia oriental entre la música de Oriente Medio y la India, con fusiones entre jazz, folk y estilos orientales también, por ende también con un aire místico ya encaminado hacia la música popular que lo acerca a lo psicodélico, con una dosis de experimentación alta dentro de la música popular, siendo a la vez una pieza extensa de exploración, experimentación e improvisación similar a una jam session hippie, además de, según dicen algunos, ser uno de los primerísimos sonidos de ‘’musical del mundo’’. ‘’Blend’’ es tanto una declaración de intereses, como de valores y adelantos, grabada por Sandy Bull y acompañada por el baterista de jazz de Ornette Coleman, Billy Higgins.

En realidad el disco se compone en su totalidad por cinco piezas instrumentales, ‘’Blend’’ ocupaba todo el lado A del vinilo original, mientras que el resto del álbum, el lado B, sigue por la línea acústica entre guitarra y banjo, continuando con piezas como ‘’Carmina Burana Fantasy’’ que es una reinterpretación de Carmina Burana, un canto goliardo proveniente de entre el siglo XII y XIII, obra del compositor alemán Carl Orff, además de aparecer la reinterpretación de la pieza ‘’Non Nabis Domine’’, un himno latino proveniente de la tradición de los caballeros templarios y las cruzadas, compuesto por William Byrd.

El resto del disco se completa con ‘’Little Maggie’’, pieza de autoría por el propio Sandy Bull, una canción sencilla para guitarra y banjo, disco que se completa a su vez con ‘’Gospel Tune’’, que en realidad es otra sesión de extensión considerable con sus diez minutos de largo y sus sesiones interesantes, ya con Sandy Bull en guitarra eléctrica haciendo un monologo brillante de estilo góspel / blues que dan cuenta de las mayores miras del artista y terminan de ampliar otro de los tantos lugares que exploraría el sonido del mismo.

Para 1963, este tipo de saltos estilísticos, fusiones y emprendimientos varios era toda una novedad, un enfoque poco ortodoxo que Bull creó en parte gracias al compartir un departamento con el maestro del laúd nubio Hamza El Din. Entre sus desarrollos personales, sus estudios y sus influencias, Bull terminó creando un disco que no tendría grandes ventas por sus fusiones atípicas y tampoco contaría con grandes famas, pero que luego sin saberlo habría terminado creando un trabajo que cuenta con altos dones de innovación y búsquedas que para su época eran una novedad.

Incluso para su segundo disco, ‘’Inventions’’ de 1965, Bull continua por una senda de adelanto para su época. Tenía mucho tiempo por delante con sus invenciones, sus fusiones, sus formas personales de ejecución, su incursión en la imitación del estilo de ejecución del sitar con su guitarra y sus fusiones que lo acercan por mucho a la psicodelia y sus tantas virtudes ya nombradas. Bull luego pasó por una rehabilitación por problemas de drogas y continuó afortunadamente su vida con varios trabajos discográficos más. Este pequeño apartado es creado en su memoria y para resaltar alguna de las tantas nociones que el artista ayudó a promocionar en su época con sus visiones.

Cod: #1778

11 ago 2024

Ya Ho Wa 13 - I'm Gonna Take You Home (1974)

Este es otro delirio más de los Ya Ho Wa 13, músicos que eran parte de una comunidad de jóvenes ‘’espirituales’’ creada en torno a la veneración de su líder ‘’Father Yod’’. Vivian en comunidad en las colinas de Hollywood, se auto sustentaban económicamente, y permanecían como un grupo excéntrico con actividades que ellos solos conocen y que mantenían en secreto.

El grupo contenía un núcleo central de 150 personas aproximadamente, con actividades varias, principalmente todo giraba en torno a Father Yod y al culto a su persona, se sabe que ‘’Father Yod’’ tenía 14 esposas y 3 hijos. También se sabe que promovían la salud natural, las dietas vegetarianas orgánicas, la vida en comuna, y otros ideales.

Nada bueno puede pasar cuando un grupo de gente sigue ciegamente a un líder, y especialmente en terrenos de los espiritual, pero lo bueno de esta historia es que entre estos fanáticos había algunos músicos, y dentro de sus actividades auto gestadas decidieron incluir la música, armando una banda, creando su propio estudio de grabación y grabando por ellos mismos un sinfín de discos.

Entre su producción hay muchísimo material y variado en su sonido, alguno con canciones, aunque en general su material gira en torno a la música improvisada, música de rock se sesión, atascos generalmente libres en tiempo y forma, con instrumentaciones liberadas, búsquedas espontaneas, cantos o recitaciones y ambientes de delirio que solo ellos sabían manejar a la perfección. 

Lo característico de dichas sesiones es que, al ser producidas por un grupo con prácticas ‘’espirituales’’ y actividades afines, la música que generaban rondaba en torno a esas tierras de misterio, misticismos, exotismos ambientales de rock, rituales místicos, y búsquedas varias hacia ese lugar de misterio tan psicodélico y ritual.

Hay muchos trabajos de ese calibre dejado por el grupo y rescatado en el tiempo, los discos originales deben ser prácticamente muy difíciles de conseguir, pero se los rescató y reeditó en un lanzamiento que compila buena cantidad de ellos, en 1998. También hubo lanzamientos discográficos modernos.

Aunque la historia detrás de esta gente sea perturbadora, el material música que dejaron es alucinante, música de sesión psicodélica instrumental con recitaciones y búsquedas de los misterioso a través de la música, un emprendimiento plagado de exotismos y con arribos a lugares instrumentales insospechados y que solo se puede alcanzar con el rigor de la improvisación de rock libre, que suele llevar a los músicos a momentos de descubrimientos artístico, exploración, aprendizaje y unión  a través del arte.

‘’I'm Gonna Take You Home’’ de 1974 es otro de sus tantos lanzamiento y cuenta con ese calibre de música psicodélica instrumental de rock, en cinco sesiones libres de exploración rockera, búsqueda musical sin ataduras o ideas preconcebidas sino de emprendimiento de salida pero sin seguridad a donde se puede llegar. No es un material para cualquiera, es música psicodélica muy inmiscuida en la experimentación, la búsqueda instrumental y lo mistico.

Ellos comenzaron lanzado discos en 1973 y desde entonces, durante varios años, se mantuvieron constantemente produciendo cosas, que en general se trataba de música improvisada grabada de una sola toma, sin ensayos. Aunque sólo nueve discos fueron producidos y puestos en libertad, se rumorea que más de 65 discos fueron grabados por el grupo, pero se perdieron en los últimos años. La mayoría de los álbumes fueron publicados en pequeñas series de 500 a 1000 copias, por en el sello ‘Higher Key Records’, propiedad del grupo, y fueron vendidos al público en general en el restaurant propiedad de Father Yod.

Cod: #1777

10 ago 2024

The Godz - Contact High With The Godz (1966)

Dentro de la proto psicodelia (o acaso dentro de la psicodelia propiamente dicha) hubo algunos irreverentes que ya hacia mediados de los 60s hacían de las suyas pero con un carácter bastante avanzado dentro de la idiosincrasia hippie, de irreverencia contra las instituciones, sátira política, caos, y búsquedas sin forma ni formalidad, o tal vez solo se trataba del desenfreno, expresado sin límites, de una creatividad virgen y pura que surgía como espasmos creativos espontáneos y que no pretendían ni por asomo acercarse a cualquier convención musical más que la de sonar y replicarse en un disco que, por lo pronto, no era seguro que a alguien le fuera a gusta, pero que tampoco eso les significaba una limitación.

La proto psicodélica, como cualquier origen prototípico de cualquier género, puede llegar a significar muchas cosas, como los cantos de Maria Sabína bajo efectos de hongos psilocibios nativos publicado en un disco en 1957, o lanzamientos de spoken Word como’’Re-birth’’ de 1961 por el filósofo Gerald Heard, o tal vez el ‘’This Is It’’ de 1962 por el filósofo espiritual gurú del hipismo Alan Watts, entre otros. Pero una cosa puede resaltarse de esa etapa temprana y es que se comenzaban a debatir, correr y reformular muchos estándares del convencionalismo popular o de las convenciones de la tradición. La música hizo mella de eso y no pudo evitar reflejar ese ambiente de ruptura del hermetismo imperante ya desde la juventud en las personas, para mostrarlo de manera sonora en producciones que muchas veces eran inentendibles, especialmente antes de la aparición del rock, o incluso también ya habiendo aparecido el rock en la escena.

El rock trajo una formalidad, una plataforma en la que esa irreverencia logró encontrar algún cauce y manifestarse de forma más ordenada, efecto siendo aprovechado por bandas y compañías que vendieron por millones y cambiaron el rumbo de la música popular. Y si bien el rock tuvo su encuentro con la psicodelia y sus ramificaciones fueron enormes, aun en los bajos hubo quienes insistieron con esto de mantenerse puros en lo que a la psicodelia respecta. Psicodelia, o sea una manifestación que choca contra lo conocido por la civilización popular y busca romperlo desde adentro, atacando los valores podridos de las instituciones, replanteándolos de forma caótica de manera que ya no hubiera bases firmes donde pararse sino mas bien un caos donde la manifestación final sea el medio presente de ejecución y no hecho artístico consumado cual disco cuadriculado preparado para imprimirse y venderse por millones.

El rock de los 60s trajo avances, pero también significó la promoción de un estándar, y por tanto de una limitación a la cual adaptarse si se pretendía sobrevivir en la música. Antes del rock, en la proto psicodelia, pareciera haber una liberación a la que no cualquiera logró acceder en los años posteriores de psicodelia hippie. Si bien el hippismo puro fue un delirio en sí, tenemos en la proto psicodelia trabajos muchas veces inentendibles y que hay que bucear en sus idiosincrasias e historias para poder acercarse a algo que pueda llegar a ser su significado, si es que lo tienen en absoluto.

El folk también fue utilizado como plataforma en la que varias agrupaciones estadounidenses aprovecharon la andanada para salirse del cauce moral, o tal vez sea para continuarlo, continuar el ambiente de hipismo contracultural que se venía gestando poco a poco desde principio de la década y que los más atrevidos ya comenzaron a reflejarlo en lanzamientos discográficos desde mediados o incluso principio de los 60s. En ese ambiente de psicodelia temprana tenemos ya el ‘’This Is It’’ de 1962 por Alan Watts que ya mostraba un desenfreno por la ejecución y una falta de temor alguno por las formalidades. O de 1965 el ‘’Sing Ballads Of Contemporary Protest, Point Of Views, And General Dissatisfaction’’ por The Fugs, era otro artefacto delirante de este ambiente.

Por su parte The Godz, que provenían de la misma escena del Lower East Side que The Fugs, también hicieron de las suyas y mostraron su encantador desencanto. Hacia 1966 aparece ‘’Contact High With The Godz’’ de The Godz, que un principio nadie comprendió y recibió críticas no favorables. Para el momento se había adelantado a muchos, metidos en la vanguardia de la canción sin ataduras, metidos en la propia psicodelia como pocos, haciendo música sin limitaciones más que nada de lo moral, y manifestando un arte vivo que puede ser visto de reojo por la exigencia que surge de los músicos avanzados en técnicas y estudios.

Tal vez no sea lo más acertado llamar ‘’canciones’’ a estos sonidos, son más bien pistas acústicas de un folk con baterías, ejecutadas de forma intencionalmente imprecisa, cual músicos vírgenes que planean grabar algo desde el amateurismo más inocente, y que sin saberlo seguramente plantaron bases para sonidos sin precedentes aun para el momento y dejaron la semilla para la inspiración de mucha gente que luego de las décadas comenzó a verlos con ojos de culto.

Su música no es la dulce incompetencia de The Shaggs que fallaron intentando alcanzar la gloria y que finalmente dejaron algo encantador, ni el romántico manifiesto hippie folk ‘’Have A Marijuana’’ de David Peel & The Lower East Side que luchaba en las calles y proclamaban la libertad a los gritos y bajo alucinógenos. The Godz no tenían otra cosa más que su naturaleza viva y sus impulsos más primitivos, por lo que parecieran no tener precaución por el sonido o cualidad de sus ejecuciones, sus arremetidas son momentos acústicos indeterminados que fluyen al son de una aura extraña, muchas veces con sus instrumentos sonando llamativamente desencajados, con ritmos polirítmicos extraños y cantos convencidos de lo que dicen o no dicen.

No tenían miedo de sonar incompetentes, con canciones sin forma, arremetidas de un arte sin hogar y de pocos seguidores, música incierta, formas desprolijas pero que cuentan con un aire propio de ser lo que quisieron y no representar a nada en su época. El virtuosismo está en el espíritu no en la formalidad de alguna técnica de ejecución de la que nunca saldrán jamás.

The Godz se formó en Nueva York por Jay Dillon en teclados, autoarpa, voz, Larry Kessler en bajo, violín, voz, Jim McCarthy en guitarra, flauta, armónica, voz, y Paul Thornton en batería, maracas, guitarra. El grupo dio con el sello discográfico "ESP Disk", un sello dedicado a la música libre, especialmente al free jazz. Larry Kessler tuvo la oportunidad de trabajar como vendedor para el sello "ESP Disk", se hace amigo del director artístico y diseñador gráfico del sello Jay Dillon quien se une a los Godz. Stollman, el jefe de ESP Disk, firmó con el grupo, el álbum "Contact High With The Godz" fue grabado en septiembre de 1966.

Cod: #1776

5 ago 2024

Clouds - The Clouds Scrapbook (1968)

He aquí otro artefacto de la era proto progresiva, que inspiró a muchos de los artistas continuadores del progresivo, y continuó demostrando que la extravagancia más pretenciosa de las obras psicodélicas sí podían lograr llegar a buen puerto, incluso consolidándose como una fuerza en su época y llegando a dejar una marca en una era.

Con una colección de inventos, cancines pop, momentos sinfónicos y rock de power trio liderado por órganos, Clouds plantea nuevas formas para la época, con una fórmula que cada vez se estaba intensificando cada vez más en el ambiente y que haría que las bandas del momento desencadenaran los sucesos irreversibles en el desarrollo de la música popular a partir de allí.

Hay una extravagancia que manejan muy bien, cierto delirio, cierto descontento artístico, que los lleva a construir este disco que se sale de muchos estándares cancioneros y ofreces muchas alternativas dentro de la canción popular, que para la época ya tenía una plataforma de aparición magistral dentro de trabajos de culto.

La duración promedio de los temas es corta, por lo que se llega a once tracks en el disco, con una cantidad de propuestas variadas de excelente manufactura compositiva. Hay canciones aquí pero también hay búsquedas de romper con la misma, momentos orquestados, momentos de improvisación, rock pero con ese sonido particular del órgano hammond del momento, baladas, y en general queda esa esencia en el aire de rock proto prog, de obra conceptual, de obra psicodélica compleja y rompedora de pisos, con sus búsquedas innovadoras y sus propuestas que vienen de otros lugares.

Podría ubicarse a Clouds, junto a otros artistas que fueron los encargados de marcar la era psicodélica y hacerla direccionar, gracias a sus inventos discográficos, hacia la era progresiva, con gente como Don Shinn, The Crazy World Of Arthur Brown, The Nice, Renaissance, entre otros. 

La historia de la banda no tuvo un desenlace como pudo tener con otros afortunados y talentosos en la escena inglesa, pero Clouds logró varios títulos y membresías entre la consideración del público y de sus contemporáneos, inspirando a músicos, planteando nuevas e inspiradoras formas, codeándose con Brian Epstein en la primavera de 1967, y llegando a publicar ya en 1968 su primer disco, este álbum conceptual que sería un eslabón importante en la escena inglesa.

Tal vez no lograron el acercamiento a lo masivo, y su historia fue algo incierta, especialmente hacia el final de su corta carrera. Comenzando hacia mediados de los 60s y terminando de separarse hacia 1971. En medio de ello se consolidan como trio, algo power trio peor no de rock pesado sino de un rock fino, de fulguraciones y adelantos para el momento en la escena inglesa y la psicodelia en general.

el grupo tocó mucho en el club Marquee de Londres a finales de los años 60, especialmente hacia principios de 1967, junto a bandas como The Nice, The Syn (posteriormente Yes), Jethro Tull, The Yardbirds y Jimi Hendrix. Un joven David Bowie en su momento escribió un entusiasta artículo de periódico sobre la banda, del que se puede encontrar un facsímil en el sitio web de la banda.

Cod: #1775

20 jul 2024

Ramses Shaffy - Sunset-Sunkiss (1969)

Esta es una aventura musical de vanguardia, un invento, una innovación que para su época estaba bien ubicada, ya que suele atreverse a decir que incluso también se trata de rock progresivo, es que lo que aquí ocurre implica el surgir sucesivo de partes de rock que aparecen entre ambientes experimentales. De lo que más sabe este lanzamiento es de ambientes, momentos de delirio dentro de los que ocurre todo, como si de un experimento y un sonido conceptual se tratase. Es dentro de ese contexto donde surgen los elementos varios que enriquecen al sonido, entre gritos y voces, recitaciones habladas, y por supuesto esas partes de rock que dan la sensación de lo progresivo y pervierten aún más lo perverso.

Las continuas partes de rock surgidas en un sinfín de momentos, se pierden sucesivamente entre otras partes, con recitaciones, ruidos, delirios, instrumentaciones, fenómeno que deja en el aire esa sensación de que progresiones relacionadas con el rock están ocurriendo. Las partes de rock surgidas tienen que ver con momentos instrumentales, arremetidas acertadas y bien dinámicas entre lo que pareciera ser algo de música rock psicodélica. Las partes instrumentales se vuelven llamativas debido a que las mismas fueron ejecutadas por auténticos músicos de sesión de mucha calidad, entre los que estaban, entre otros, miembros de Focus.

Aunque el elemento que más sobresale por sobre todo lo demás es esa voz masculina que se encarga de recitar, con dotes expresivos y una voz profunda, algunas recitaciones que terminan de desparramarse durante todo el trabajo y vuelven el asunto hacia tierras de recitaciones y palabra hablada. Un sinfín de poemas son recitados con intensidad a lo largo de todo el trabajo.

El álbum fue creado por el conocido cantante holandés Ramses Shaffy, quien también participa en piano y voz en el mismo disco. El cantante y actor holandés-francés Ramses Shaffy se hizo popular durante la década de 1960, especialmente por sus canciones enérgicas y conmovedoras con las que sedujo a los holandeses, quienes, al menos hasta finales de los años 60, eran conocidos por su falta de extravagancia. Se dice que durante los años 60 todo el mundo en Ámsterdam estaba enamorado de él.

El disco puede llegar a no ser sencillo de escuchar debido a la extravagancia del mismo. Dividido en dos extensas partes, de entre 20 y 25 minutos cada una, y que ocupaban cada una un lado original del lanzamiento época en vinilo, se presenta toda una aventura musical en la que no hay canciones sino dos extensas partes de incursión sonora y experimentación instrumental. 

Seguramente se trata del álbum más ‘’extravagante’’ de Ramses Shaffy, o por lo menos en el que experimentó más, saliéndose de los sonidos populares y la canción. En gran medida esto es típico de la época, este tipo de extravagancia que solían surgir en las discografías de las bandas y artista solistas del momento no aparecían por casualidad. Había en la era hippie una fascinación por los vanguardismos, fascinación que encajó a la perfección con la cosmovisión del artista de época que buscaba en la psicodelia una forma de romper con los estándares e instituciones, la vanguardia no tardaría en llegar y complotar con la psicodelia del momento.

Esas vanguardias provenían de las escuelas europeas de música electrónica y concreta, de orquestas vanguardistas, e incluso antes de ello, de vanguardias como los surrealistas, dadaístas y futuristas, todo ello terminó de arribar a la década de los 60s en gran forma, y hacia finales de la década se vieron revitalizadas al encontrarse con la música popular. Este encuentro hacía que muchas veces la música de aquella época dorada no sea tan sencillo de escucha, pero es un buen ejercicio el de escucharla para romper con la estructura eterna del mote del hit cancionero popular que enloquece a las masas sedientas de divertimentos vanos.

En el inconsciente colectivo suele estar instalada la noción de que la música tiene que ser una canción, y si es pegadiza y exitosa se vuelve mucho más atractiva, percepción por la que se llega a despreciar cualquier música que se sale de estos requerimientos morales. Esta tendencia pareciera estar instalada a fuego en la percepción sobre la música, que nace de la percepción humana en sí misma, y que por supuesto se ve reflejada en las elecciones musicales de la mayoría.

Cod: #1774

19 jul 2024

Ghost - Ghost (1990)

Este álbum cuenta con una sensación de misterio que lo envuelve y lo protege, en sí la banda misma tuvo ese halo de culto psicodélico a su alrededor, por lo que no eran una banda más de cualquier escena, eran un grupo particular, con sonidos encaminados en mayor parte hacia arreglos acústico, aunque también se codeaban con el rock, y por supuesto con la psicodelia, además de agregar muchas vece a sus composiciones sonidos de instrumentos autóctonos de Japón.

Creada en 1984, la banda Ghost floreció lentamente, tocando al principio solo música improvisada y de forma libre, esencia musical que marca a fuego sus ejecuciones discográficas. Cuando comenzaron a grabar por primera vez en 1988, música ya había virado hacia composiciones pero que nunca perdieron su aura mística y psicodélica.

Su discografía comienza en 1990 con el homónimo ‘’Ghost’’, una bella pieza musical plagada de misterios y bellezas internas, entre predominancia de instrumentación acústica y muchos elementos de lo ritual y místico de la psicodélia. Aunque contiene buena dosis de improvisación, las composiciones no fueron pensadas a la ligera, todo este disco debut es un expendio de momentos delicados, bellos arreglos acústico que se van desenvolviendo en el tiempo y el espacio, sensación por la que suele decirse que este disco es ‘’espacial’’, cuota con la que cuenta realmente. 

El trabajo es variado en su amplitud, desde canciones acústicas, hasta momentos con intervención de batería o momentos de aire ritual donde la canción pasa a un segundo plato y los ambientes y sonidos místicos copan el protagonismo del disco. Lo que fundamenta el sonido del disco son los arreglos de guitarra acústica, estos forman parte del sonido vital de este disco y en general de muchas de sus grabaciones, siendo la base desde donde parecen partir sus miras y desde donde luego surgirán los demás agregados instrumentales, como bajo, batería, flauta, entre otros.

Hay muchos momentos muy auténticos de la banda, los tracks rituales como ‘’Moungod Te Deum’’ o ‘’Moungod Radiant Youth’’ son momentos que intensifican la sensación misteriosa del disco y a la vez le brindan un aire diverso con sonidos que se salen de lo esperado. O la bella ‘’Ballad Of Summer Rounder’’, una pieza de casi diez minutos que comienza con intervención austica y canto pero a lo que en el desarrollo se le suma una batería, una pieza de culto.

El disco comienza con el tema ‘’Sun Is Tangging’’, el cual abre el disco con una gran explosión sónica antes de comenzar la canción, ese detalle marca el comienzo de un estilo, y es un estamento que determina que no va a ser un viaje común y corriente. Aunque el disco presenta canciones, la mayoría se las arregla para estar muy bien condimentadas para sonar a los Ghost y para salirse del cauce corriente de las cosas. Muchos misterios sonoros hay dando vueltas, vientos oscuros, momentos rituales, explosiones, auras de luz y búsquedas articulares en las composiciones.

No es un sonido de virtuosismos, es más bien una búsqueda interna y sentida de exploración musical, con un aura propia, su personalidad, sus misterios, sus búsquedas exploratorias, sus vanguardias, y sus miras hacia desarrollar una música de carácter propio que, desde su escena y hasta el momento de la disolución de la banda, lograron alcanzar sus seguidores y fanáticos. 

Por lo místico del sonido y las remembranzas que se pueden tejer de muchos momentos, la relación con lo psicodélico es directa. También parecen beber de lo ‘’escénico’’ de las vanguardias japonesas, del rock, y el folk. El homónimo ''Ghost'' fue lanzado originalmente por ‘’P.S.F. Records’’ en 1990, y reeditado por Drag City en 1997. La canción Sun is Tangging también apareció en el recopilatorio Tokyo Flashback Vol. 2 de 1992.

Cod: #1773