‘’La condición básica para el conocimiento de sí mismo, el conocimiento de la superación de la personal, la máscara entre el ego y el mundo objetivo y entre el ego y el mundo subjetivo. Nos colocamos frente a un espejo que nos muestra nuestra figura con fidelidad, nos hace ver aquel rostro que nunca, nunca mostramos al mundo, justamente porque cubrimos con la persona, una máscara de actor. Cuando el espejo está detrás de la máscara muestra el verdadero rostro.’’ - palabras introductorias en el disco, pronunciadas por Roberto Campadello
Este curioso emprendimiento brasilero representa toda una experiencia introspectiva que, entre la electrónica y a psicodélia, ofrece un viaje introspectivo muy curioso erigido en torno a una función ritual conceptual, por lo que toda la experiencia es un tránsito ritual tropicalista hacia el descubrimiento de sí mismo mientras se viaja en un trip por los rincones internos del propio ser. Es un trabajo por demás oscuro y particular, reflejando los ecos de la tropicalia y mostrándose experimental a todo momento, siendo todo el disco un experimento vivo que transita por pistas y sonidos diferentes entre sí.
La música ha sido compuesta e interpretada por Roberto Campadello, y el guitarrista brasileño Luis Carlini, líder de la banda Tutti Frutti, de Rita Lee. El artista Roberto Campadello concibió "El juego de la persona", en el contexto de una instalación para la XII feria Biennale de arte de Sao Paolo en 1973. Descubriendo las propiedades visuales del vidrio dorado, investigó los efectos de la superposición de imágenes, un misterioso momento de transparencia en el que dos personas se funden en el reflejo de la imagen, creando una única persona fantástica, de ahí la portada del disco. Campadello desarrolló un espacio de viajes ‘’intronáuticos’’, meditaciones, vanguardismos, experimentación y danzas cósmicas. La historia de este LP comienza justo para apoyar esas sesiones de iniciación ritual colectiva.
La primera edición original de época del disco fue publicada en 1975 y originalmente consistía en una caja con un disco de vinilo de 10", además traía un espejo, 2 velas y una base hecha con 2 piezas de madera para mantener el espejos en posición vertical. El manual de instrucciones del juego estaba impreso en la parte posterior de un póster que también venia en la caja. La música del disco era la creación musical que acompañaba al participante del juego mientras experimentaba con los objetos que venían en la publicación. Todo el paquete era una invitación a replicar aquellas experiencias que habían desarrollado en privado los autores y creadores del disco y su concepto original.
El sonido recorre por muchos momentos varios, comenzado con algunas recitaciones existencialistas, momentos oníricos, aplicaciones electrónicas, hasta llegar a momentos instrumentales más orgánicos como pistas con percusiones y guitarras eléctricas, voces y más existencialismo psicodélico. Todo lo presentado funciona a manera de presentarse como un viaje atípico que invita a la introspección, al viaje interno hacia lugares de encuentro con entidades internas. Cada pista del disco está inspirada en un elemento del I Ching (montaña, cielo, tierra, agua, lago, viento) que representó una fuente primaria de inspiración para Campadello. El sonido onírico y oculto no solo sugiere la atmósfera de esa experiencia, sino que aún revela los ecos de la mejor temporada del rock brasileño y el tropicalismo.
El disco fue publicado en una tirada privada, auto gestionada y en un número limitado de copias casi imposible de encontrar hoy en día. Fue grabado en ‘’Estudio Mídia’’ en Diciembre de 1975. La aparición de los momentos electrónicos le dan un toque particular al sonido, apareciendo el vanguardismo, mientras que la aparición de las guitarras distorsionadas recuerdan a lo mejor del tropicalismo que para ese año estaban dejando ya su última estela creativa en la escena under de Brasil. Particparon del disco: Roberto Campadello en voces, Carmen Flores como cantante, Franklin Paolillo en percusión, Luis Carlini en guitarra, además de Erico M. Muller, Silvana Perez, Osmar Flores y Zeca
Este extraño artefacto tropicalista se encuentra entre los más oscuros y experimentales lanzamientos que hayan salido de la tropicalia brasilera, comparable con otros artefactos como ‘’Krishnanda’’ de Pedro Santos, ‘’Paêbirú’’ de Lula Côrtes e Zé Ramalho, o ‘’Estrelando Embaixador’’ de Tribo Massáhi; todas obras atípicas y oscuras provenientes de una era en Brasil en la que se produjeron sonidos oscuros, obras desconocidas paras las grandes masas pero de culto en los ámbitos del under.
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