Henry Cowell fue uno de los grandes vanguardistas del siglo XX, con formación académica formal, e influencia de una amplia variedad de tradiciones musicales orientales, la herencia folclórica irlandesa de su padre y las melodías folklóricas del medio oeste de su madre. Sumado a esto fue un inventor de particulares técnicas de ejecución, una de ellas fue la ejecución del piano manipulando directamente las cuerdas del mismo y no desde la teclas, técnica que desarrollaría más a fondo posteriormente otro vanguardista, su alumno John Cage. Lou Harrison y George Gershwin fueron otros de sus alumnos.
Sus innovaciones aparecen particularmente en las obras para piano escritas entre 1912 y 1930. Buscando nuevas sonoridades, desarrolló unos coros que se producen al tocar simultáneamente varias teclas adyacentes del piano, por ejemplo, con todo el antebrazo. Estas sonoridades, que él llamó "armonías secundarias", se basaban en el intervalo de una segunda, en contraste con las teorías tradicionales de una tercera. Estas armonías de segundas aparecen en su Piano Concerto (1930) y también en sus primeras piezas para piano, como en The Tides of Manaunaun (1912) y Synchrony (1931), para orquesta y solo de trompeta. (Este parrafo fue extraido de mcnbiografias.com)
Ya componiendo en su adolescencia, Cowell comenzó su entrenamiento formal a los 16 años con Charles Seeger en la Universidad de California. Otros estudios se centraron principalmente en las culturas de la música mundial. Su uso de materiales sonoros variados, procedimientos de composición experimentales y una rica paleta coloreada por múltiples influencias no europeas y populares revolucionaron la música estadounidense y popularizaron, sobre todo, el grupo de tonos como un elemento en el diseño compositivo.
Las primeras composiciones del autor aparecieron hacia finales de la década del 20, componiendo en su totalidad música de todo tipo, música de cámara, suites, conciertos, sonatas, ensambles, música para orquestas, etc. En 1951 aparece una de sus primeras grabaciones que no forma parte de su discografía oficial sino hasta 1993 pero que es una muestra perfecta de lo particular de su inventiva y de cómo trastocó todo ese mundo sinfónico clásico en un sonido vanguardista por demás, que lo ubicaría como un innovador por naturaleza.
Aquí aparecen todas piezas en piano, pero ninguna con forma tradicional en cuanto armonías y melodías, son todas incursiones oscuras en piezas de vanguardia creadas desde una amplia gama de técnicas y visiones aplicadas a la composición, pero son todas formas atípicas, inesperadas, donde se experimenta con el tempo, con la fuerza de ejecución y los exabruptos, extrayendo del piano sonido muy atípicos y que muy pocos han logrado obtener. Aunque sutilmente también se dejan ver, por momentos, algunas armonías y melodías entre el caos, que son muy agradables cuando quieren, siempre dentro de su espectro descocido, su visión holística de la construcción del sonido.
La música de Henry Cowell cubre una amplia gama tanto en expresión como en técnica que la de cualquier otro compositor vivo. Ningún otro compositor de nuestro tiempo ha producido una obra tan radical y experimental. Inventando formas de tocar el piano que nadie había considerado hasta entonces y que fueron de inspiración para muchos grandes compositores que vendrían posteriormente en el siglo XX. Tomando todo el mundo de la música como su herencia, Cowell creó música con implicancias académicas pero con un espíritu que hizo que trascendiera la formalidad de cualquier estilo, para presentar su propio sonido, sus propios experimentos y técnicas.
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