Política, dadaísmo, patafisica y vanguardia, experimentación, jazz rock temprano, psicodelia, hipismo, contracultura, invención de nuevos géneros, etc., todos estos aspectos y más componen el universo de la banda inglesa Soft Machine, universo tan influyente en la historia del rock progresivo como para ubicarse entre los grandes del estilo.
La banda fue un producto de la escena Canterbury que generó fenómenos de culto como Caravan y Hatfield and the North. Soft Machine fue el extravagante combo de art-rock cuyos integrantes eran capases de hazañas instrumentales, armados con ambiciosas ideas musicales puestas a prueba constantemente, así como una interpretación lucida en su delirio. Cuando comenzaron a publicar albums, Soft Machine ya era una sensación en el rock underground británico, gracias a sus ahora legendarias actuaciones en clubes londinenses como el UFO, el Speakeasy y Middle Earth, donde compartían escenarios con los como Pink Floyd y Tomorrow.
El primer lanzamiento de Soft Machine es todo un auténtico experimento que sin duda comprende el jazz y la psicodelia pero difícilmente pueda definirse estrictamente bajo estos términos, porque la combinación de estos elementos, aunados al rock, al pop y a la experimentación, dan como resultado una música de rock vanguardista con una identidad estrictamente propia y un lenguaje de vanguardia donde el rock se expresa bajo visiones poco comunes, aun aunque contengan elementos conocidos para la época. Lo mismo ocurre con su segundo disco, ya con piezas más cortas, siendo un trabajo experimental, de similar estilo al primero, tomando influencia supuestamente de ‘’Absolutely Free’' de The Mothers of Invention, con muchas piezas de muy corta duración en un delirio generalizado con sarcasmo y vanguardismo.
Aunque para la ocasión de su tercer lanzamiento la banda emprende un viaje de improvisación y experimentación no de menor calibre experimental pero si de distinta manufactura, ya alejándose poco a poco de la psicodélica más pura aunque siempre con el jazz presente, para esta vez encaminarse a un trabajo doble dividido en cuatro extensas piezas de aire progresivo y que entran también en la era prototípica del jazz fusión más propiamente dicho. Aunque esta extensas excursiones son difíciles de consignar bajo una sola cosa, solo bandas como Soft Machine pueden lograr semejantes sonidos, semejantes experimentaciones, alcanzando un sonido propio con el que lograron influir a toda la escena del mundo, especial a la del fusión y prog.
Estas cuatro piezas que componen el disco son hartas el complejidad, divididas y subdivididas en pasajes internos, progresiones, mucha improvisación y solos, siendo básicamente uno de los pináculos de la banda. Aquí converge también todavía el estilo psicodélico que estaba dando sus últimos coletazos en la influencia de las bandas de la época, viéndose reflejado en la instrumentación, los sonidos de los instrumentos y la experimentación instrumental propiamente dicha.
Muchas veces la complejidad de las mismas piezas no se logra mediante un atasco continuo sino mediante la superposición de pasajes varios que terminan conformando un pastiche enorme entre los que circulan muchos momentos de desosiego experimental el cual funciona como un caldo de cultivo para el fusión temprano y propicia aún más ese carácter de pastiche, superposición y experimentación, incluso donde podría detectarse algo de free jazz en el sonido.
Esto representa un salto cuántico de lo que había sino el sonido de la banda hasta entonces, habiendo publicado anteriormente dos discos de corte experimental dentro del jazz fusion pero de duración de temas más corta, acercándose a lo convencional pero siempre con la tan característica manufactura de progresivo temprano del grupo, pero aquí para el tercer disco, la banda se encamina a composiciones hartas y muy complejas, ya asumiendo un rol de jazz o jazz fusión temprano bien demarcado, es uno de los hitos de la banda (uno de tantos), una de sus obras maestras, asentándose en buen lugar y tiempo en el momento, mismo año en el que aparecería el ‘’Bitches Brew’’ de Davis, Tony Williams Lifetime haría lo suyo también en el terreno temprano del fusión ya desde 1969, y algunos o670tros ejemplos tempranos, aunque no mucho más.
Para el momento del lanzamiento de ‘’Third’’, su justamente tercer disco, la banda ya no contaba con los iniciáticos bajista Kevin Ayers y el guitarrista Daevid Allen. Para esta ocasión el grupo consistía en un cuerteto formado Mike Ratledge en órgano, Hugh Hopper en el bajo, Elton Dean en saxo, y el mítico, por entonces todavía baterista, Robert Wyatt. La formacion también contó con el apoyo de Lyn Dobson, Nick Evans y Jimmy Hastings en los vientos y Rab Spall en el violín.
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