Nobleza obliga, algunos párrafos para esta reseña fueron tomados literal y directo de este artículo, Redescubriendo... ANATOLY VAPIROV, de la página freeformfreejazz.org
El free jazz comenzó a florecer en la entonces Unión Soviética en la década de 1970. Músicos que venían incursionando en el universo jazzístico desde mediados de la década anterior, como Vladimir Tarasov y Vyacheslav Ganelin –que formarían el mítico y pionero GTCh o Ganelin Trio– estaría en la base del desarrollo de esta música en el país comunista. En la primera ola del New Jazz soviético también estuvo el saxofonista Anatoly Vapirov. Como muchos de sus compañeros generacionales, Vapirov (nacido en 1947 en Berdiansk, Ucrania) fue principalmente un estudiante de música clásica. En 1971 se licenció como clarinetista en el Conservatorio de Leningrado, donde continuó sus estudios y, cinco años más tarde, recibió el título de Maestro en el que sería su principal instrumento, el saxofón. En el mismo conservatorio, trabajó como profesor de jazz y música clásica, entre el 76 y el 81. Paralelamente a su vida académica, Vapirov se involucró en diferentes proyectos musicales underground, en un matrimonio cada vez más intenso con la vanguardia.
El saxofonista creó el “Cuarteto de Jazz Vapirov” en 1976, tiempo durante el cual grabó sus dos primeros trabajos en el sello oficial soviético, Melodia. En esta primera etapa, cuando también comenzaba a comandar su big band, destaca “Mysteria”, grabada en 1977 y editada en 1980. Durante este período, la música de Vapirov (al menos la poca que nos llegaba) llevaba elementos de fusión, en medio de un soplo que ya apuntaba al universo libre, como podemos ver en “Mysteria”.
“Mysteria” es un misterioso trabajo del under soviético, un trabajo que guarda en sus entrañas una mística que se disuelve en el aire y se funde con los paisajes que el mismo sonido replica a lo largo de las dos extensas sesiones, de alrededor de veinte minutos cada una, que componen el trabajo en su totalidad. Aquí Vapirov en el líder absoluto, especialmente en la primer pieza del álbum, la cual ocupaba todo el lado primero del vinilo original y que lo tiene representado con un solo de saxo que se desparrama a lo largo de gran parte de la suite. Por momentos más jazzero rockero, por momentos pasando por libertades más del free jazz, la ejecusion de Vapirov es intensa, reflejando su técnica y maestria academica, y repreentando una suerte de concepto que el álbum demuestra en su estructura, formas, armoninas, fusiones y su sonido total.
La música es de un estilo experimental siempre encaminada dentro del jazz rock con armonías en guitarra eléctrica limpia y los parafraseos de Vapirov que se replican en exceso. El sonido transita a lo largo de muchos momentos, con estructuras de jazz de sesión donde por momentos, entre medio, la banda se silencia para dar lugar al solo libre del líder creador. El primer track del disco está situado en esa tendencia mencionada, de jazz rock libre de sesión. La segunda pieza, aunque también es un atasco de sesión, está vez aparece algo más de ritmo, acercándose al funky, y siguiendo por esa línea de improvisaciones y solos desparramados a lo largo de extensas sesiones libres. Para la segunda cara es una guitarra eléctrica que, en ritmos agiles y armonías sueltas, sabe desplegar su magia de solos, ligados, yeites y demás técnicas que demuestra poseer el guitarrista en su monologo a lo largo de varios minutos.
Otra curiosidad de este disco es la participación de un coro, lo que remite a cierto espiritualismo eslavo. Una intervención coral que aparece eventualmente que determinadas partes, como al comienzo del disco, o en medio de la segunda parte de este mismo, dotando al sonido de esa dosis de mágica coral, con irrupciones vocales conmovedoras, que dan un toque sutil al sonido, salvándolo de la monotonía de la improvisaciones excesiva, dotando magia y misticismo en una aproximación al estilo espiritual, y presentado una faceta mística coral que se encuentra por ejemplo con momentos funky, un encuentro de elemente disimiles muy interesante. Este elemento es destacable también en ciertos trabajos futuros del artista.
Como todo artista o banda que manifestó su vida creativa en el mundo soviético, se vió envuelto en represiones y sensuras, peor aun por estár en el momento de guerra fría. Acusado de ‘’empresa privada’’, con una sentencia de dos años de prisión y, tiempo después de recuperar su libertad, decidió en 1987 que lo mejor que podía hacer era emigrar a Bulgaria, donde todavía vive hoy. Vapirov, un ciudadano soviético nacido en Ucrania, se convertiría en un símbolo del nuevo jazz en Bulgaria. Allí crearía su sello discográfico, AVA Records, mediante el cual ha lanzado la mayor parte de su producción desde los años 90. También estaría involucrado en la creación del “Festival Internacional de Jazz de Verano de Varna”, siendo su director artístico desde 1992. Vapirov está activo a día de hoy, más de cuatro décadas de historia musical, y cuenta con unas decenas de títulos en su discografía.
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