Al igual que el sonido de agrupaciones como Flute & Voice o Bill Plummer and the Cosmic Brotherhood, Cosmic Eye también fusiona la música clásica hindú con el jazz, combinación que siempre da como resultado un sonido exótico, de una extrañeza que resalta en experimentos por demás místicos, y que en esta ocasión no sería la excepción, con una fusión que es todo un experimento de estudio, por la aparición del jazz y la música hindú en un combo de estilo ‘’east meets west’’, sino también por los experimentos intermedios que aparecen entre medio de esos dos polos transversalmente opuestos pero que en el sonido ya no está tan atravesados por esas supuestas diferencias.
Por momentos el sonido se centra puramente en la música clásica hindú, en otros momentos los instrumentos de jazz se suman al combo hindú, dando como resultado el comienzo de la fusión con una guitarra jazzera punteando sus escalas típicas de jazz sobre un estilo hindú, o apareciendo saxos también improvisando sobre los aires místicos hindúes. A partir de allí aparecen algunos sonidos sin nombre surgido ya no solo de la mezcla de estilo sino de fusiones prototípicas y experimentales que los dos estilos emprenden y que ya no pertenecen a ninguno de los dos estilo sino que son de aire, son del éter, tomando el virtuosismo del jazz y el misticismo del raga hindú para conducirse hacia momentos indefinidos e indescriptibles.
El álbum está dividido en dos partes, en las dos consecutivas partes del vinilo original de época, conteniendo cada parte todo un lado que funciona en continuo en una ‘’secuencia onírica’’ pensada para funcionar sin divisiones, como si todo un continuo sonoro apareciera a cada lado, lo cual es relativo ya que, por más que lo tracks estén unidos aun así están compuestos por piezas no unidas en una sola composición sino pegadas en estudio. Y aunque se diga que se trata de dos extensas piezas a cada lado del disco, en realidad son dos pasajes en los que aparecen un sinfín de ideas fragmentando cada piezas, y en donde aparecen además una buena variedad de instrumentos dotándole de su favor al sonido, desde saxos, flautas, guitarras y violines, además de los ya nombrados instrumentos típicos de la música hindú como el sitar, tabla y tanpura, además de algún cantante que aparece también para improvisar con su voz.
El sonido no alcanza el mote de ‘’raga’’ en cuanto a extensa sesión donde se improvisa en un continuo interminable, este es más bien un sonido expresado en muchas pequeñas piezas de corta duración, algunas tan solo de un par de minutos, lo que asegura que el sonido se diversifique en una buena cantidad de diversos sonidos, entre sonidos tradicionales hindúes y otros de fusiones inciertas. El sonido demuestra además la guitarra virtuosa y conmovedora de D'Silva, un estilo con una prestancia determinante ante la posibilidad de poder improvisar jazz sobre ambientes de música del mundo y con un virtuosismo llamativo, alcanzando en alguna oportunidad un dúo con un cante en el que tanto guitarra como voz ejecutan un parafraseo al unísono.
Grabado en 1972 en los legendarios ‘’Lansdowne Studios’’ de Londres, Cosmic Eye es una pieza de extraña manufactura en la que se encuentran el jazz y la música clásica hindú, dando como resultado un experimento sin nombre que sobrepasa los imites esperados y se posa como un artefacto único en su tipo. El proyecto fue ideado por el compositor y guitarrista hindú Amancio D'Silva quien, radicado en Gran Bretaña, propuso estas fusiones ya desde años anteriores a la aparición de este trabajo. En 1969 estuvo a cargo de dos proyectos de un estilo prototípico anterior a la concesión de Cosmic Eye, como lo fueron ‘’Hum Dono’’ publicado bajo el nombre de Joe Harriott & Amancio D'Silva Quartet e ‘’Integration’’ publicado ya bajo el nombre del mismo D'Silva.
Si bien Amancio D'Silva ya había experimentado con fusiones similares anteriormente, fue en ‘’Dream Sequence’’ donde se inmiscuye mucho más en ese encuentro de paradigmas del mundo, ya no solo aportando melodías o armonías sino tomando sabores y aromas provenientes de diversas culturas y sublimándolas en un solo sonido fusión sin nombre, en lo que pareciera insinuare un trabajo centrado en la música hindú a la que se le agrega elementos de jazz, como improvisaciones en guitarra eléctrica o instrumentaciones como baterías occidentales. El elemento psicodélico también está dando vueltas, aportado por el misticismo de la música tradicional hindú, aparecido en las fusiones experimentales de los estilos, y sugerido por haber funcionado este experimento en la escena británica del momento, en un contexto en el que la psicodelia todavía estaba presente. Finalmente queda un trabajo de fusión de estilos que dan como resultado un sonido experimental sin nombre que se erige con un gran mérito entre la amalgama con jazz y música del mundo.
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