Aquella fue una época excitante para el jazz japonés, apareciendo muchas obras de vanguardia y habiendo mucha experimentación con orquestación y composición, desde Toshiyuki Miyama y su New Herd, hasta los experimentos de Masahiko Sato, pasando por el free jazz de Masayuki Takayanagi, las vanguardias de Stomu Yamash'ta o los lanzamientos de Toshiaki Yokota. Por otra parte también comenzaron a aparecer lanzamientos dentro de esa línea pero fusionados con estilos tradicionales del folklor japonés, como el ‘’Four Jazz Compositions’’ de Toshiyuki Miyama y compuesto por Masahiko Sato, ‘’Rock Joint Biwa’’ de Hiromasa Susuki, ‘’Kokezaru Kumikyoku’’ de Keitaro Miho, y hasta la banda de rock People experimentó sobre este terreno en su ‘’Ceremony: Buddha Meet Rock’’. Sería también Minoru Muraoka quien incursionaría en una fusion similar en su ‘’Osorezan’’ de 1970.
Minoru Muraoka fue un popular ejecutante japonés del instrumento de viento shakuhachi (una especie de flauta hecha de bambú). Manejándose dentro de un estilo de jazz fusion y de vanguardismo, Muraoka lanzó muchos álbumes, tanto como solista como con varios grupos, incluidos sus grupos Zen, New Dimension Group y Minoru Muraoka Orchestra.
‘’Osorezan’’ de 1970 es otro de sus tantos lanzamientos y probablemente uno de sus más destacados, ya experimentando en terrenos de fusión de jazz con la música tradicional japonesa, e incluyendo para ese cometido a una banda de ejecutaba varios instrumentos típicos de la región como Biwa, Koto y obviamente el Skakahuchi ejecutado por el mismo Minoru Muroaka, quien lidera el sonido a todo momentos con su sentida técnica y completa todas las sesiones con su sonido, dotándole de un sabor folklórico a todas las interpretaciones, sensación que se acrecienta con la incursión en melodías y tramas también típicas.
El trabajo es pintoresco en el sentido de que combina elementos muy disimiles entre sí pero que de alguna manera se logran encontrar en una misma cosa, desde la fusión del jazz con la música tradicional japonesa, lo que implica la fusion de instrumentos de jazz con instrumentos de tipicos japoneses. También esta peculiaridad de fusiones se ve plasmada en la ejecución de un blues con dichos instrumentos típicos del folklore japonés, un encuentro entre culturas, una celebración de las músicas del mundo funcionando en una misma cosa. Otro momento pintoresco del disco es la ejecución de la pieza clásica de jazz ‘’Take Five’’ también con instrumentos y fusiones con estilos del folklor japonés.
Este sonido probablemente también sea una de las incursiones menos comerciales de Muraoka, debido principalmente a la complejidad que se maneja en las composiciones, ya alejado de las piezas cortas y pegadizas de muchos de sus trabajos, para presentar en esta ocasión, grabada en vivo en concierto, todo un repertorio de seis piezas de composición y fusión, con un considerable desarrollo y complejidad, amalgamas internas, fusiones de varios estilos, folklore japonés, rock, y jazz de vanguardia; todo circulando por las venas de un mismo sonido y fluctuando cada sabor de acuerdo a lo que la pieza lo amerite. A todo esto también hay que sumarle la aparición de la orquestación que se hace lugar en varios pasajes de las piezas, también de manera fluctuante, dotándole al sonido una mayor peculiaridad al sumarse al caldo de cultivo instrumental que representa el encuentro de tantos elementos.
En ‘’Take Five’’ aparece el jazz, en ‘’Blues De Memphis’’ aparece el blues, y ‘’Bamboo Rock’’ es una buena oportunidad para incursionar en el jazz rock, Muraoka no se priva de la fusión con estos estilos occidentales que estaban puestas tan de moda en ese momento por las generaciones del rock y la música progresiva, aprovechando la oportunidad para fusionarlos a su repertorio en sofisticadas piezas de composición, siendo la inclusión de dichos estilo un desafío en el que el compositor no solo superpone instrumentos o estilos sino que los fusiona a sus visiones de jazz vanguardista y de música tradicional japonesa, el resultado es un estilo sin nombre manifestado en piezas de notable sofisticación, complejas y no lineales debido a que transitar por un sinfín de momentos y pasajes, en un desarrollo progresivo de la composición.
Y por supuesto, la música tradicional japonesa tiene su lugar preponderante en el disco, apareciendo desde los instrumentos y tramas que se fusionan a las piezas, y apareciendo más precisamente también en algunas piezas donde se incursiona específicamente en este sonido tradicional, como en las piezas ‘’Oiwale’’ o ‘’Ma’’, con instrumentación relajada, instrumentos típicos y melodías también típicas, reinventadas sutilmente desde la visión de vanguardia aplicada por Muraoka y su banda. Este álbum "Osorezan" se grabó en vivo en un concierto que se realizó el 7 de abril de 1970. Originalmente el concierto constó de dos partes, la primera parte se llamó “Soul shakuhachi” y la segunda "New Dimension". El orden de ejecusion de las pistas en vivo difiere del orden que se le dio en el lanzamiento del disco. En el álbum, "Osorezan" fue la primera pista en aparecer, pero en realidad, fue la última pista del concierto.
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