Este es el Aquelarre ya evolucionado desde sus primeros discos con un rock más cancionero y algo clásico, y aunque aquí siguen por la línea de la canción, ya demuestran otra soltura instrumental, un avance, una aventura con aplicaciones progresivas que vuelven a la música una incursión por terrenos de sofisticaciones mayores.
Desde la intro del disco que cuenta con unos arpegios acústicos que sirven como introducción al primer tema, ‘’Parte Del Día’’, el cual cuenta también, además de una fantástica sección rítmica y progresiva desde lo estructural, con una intervención instrumental interna que funciona en forma de ‘’solo’’ y que demuestra que la banda volaba. O la pieza ‘’Aniñada’’, que cuenta con una pequeña intro rockera, para una canción tranquila casi pastoral, que además hacia el final de la misma cuenta con la aparición de más intervenciones rockeras en intervenciones progresivas que sacan a la canción de la mera ‘’canción’’.
Otra mención particular en el disco hay que hacer para la sinfónica ‘’Brumas en la Bruma’’, que además de ser una formidable canción cuenta con arreglos sinfónicos de orquesta, arreglados y dirigidos con ayuda del talentoso compositor argentino Rodolfo Alchourrón, lo que hace que la canción se eleve a lugares insospechados y con toques clásicos.
Y otro párrafo aparte hay que hacer para la fresa que cierra el disco y lo termina de coronar como una gran joya del rock argentino, y es la pieza ‘’Mirando Adentro’’, con formas fieles al sonido de la banda en este disco, con intro, interludio interno de canción, e intervenciones acústicas finales. Un tema letal que ya desde sus primeros instantes demuestra que es cosa seria con esa intro jazzera poderosa a más no poder que es un infierno instrumental a la altura de los mejores, conectándose con el tema en cuestión con grandes riffs y armonías también típicas del disco y momentos progresivos, una canción con estructura normal pero volviéndose particular por las intersecciones internas que llega a transitar, para terminar luego con ese final acústico que termina de cerrar la magia sonada en el tema y da cierra al disco de la misma forma que este empieza, acústico.
La banda estaba en llamas, tocada lo que quería y sumaban elementos de jazz a su rock, a los cuales manejaban de manera formidable y con la prestancia de hacerlo desde la fusión, la unión en velocidad, prestándose a progresiones sin nombre que solo la banda podía manejar desde el talento de sus ejecutantes.
Todo el sonido cuenta con la prestancia de la banda hacia el rock, jazz, la velocidad de las armonías, las inventivas y ejecuciones instrumentales, los atascos que parecía que a la banda le eran muy familiares, además de las poéticas letras que cuentan todas las canciones entre visiones sobre la época, influencia de la estética de Spinetta, referencias políticas de las ideologías del grupo.
El grupo supo hacer su ruido en el rock argentino ya desde su nacimiento, integrado ya por dos ex Almendra como lo eran el baterista Rodolfo García y el bajista y cantante Emilio Del Guercio, un plantel de lujo a los que se sumaban más nombres pesados, Héctor Starc en guitarra y voz y Hugo Gonzáles Neira en teclados y voz. Dos de sus miembro venían de la experiencia previa de haber formado la banda Almendra, experiencia de la cual parecen haber traído mucho, aunque en la continuación con Aquelarre recobran todas esas influencia en una manera más de impacto y enérgica, con la fusión y el aporte rocker blusero aportado a su vez por Héctor Starc y Hugo Gonzáles, la fusion de estlos se hizo presente y los frutos no tardaron en llegar.
Si bien su debut discográfico no apareció hasta marzo de 1972, ya se habían presentado en el B.A.Rock II de noviembre de 1971. El lanzamiento de sus dos primeros discos los terminan de ubicar entre la crema del rock de la época en Argentina. En 1972 presenta el primer álbum, “Aquelarre”, y seis meses después sale el segundo disco, “Candiles”.
En 1973 editan su tema más conocido, “Violencia en el parque”, lo que representó el punto más alto de reconocimiento y fama del grupo, con un tema que hasta hoy muchos lo siguen cantando. Luego, en 1974, publicarían otro de sus discos destacados, ‘’Brumas’’.
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