28 feb 2020

Dzyan - Time Machine (1973)

Provenientes de la Alemania de la primer mitad de década de los 70s, contemporáneos a la primer camada de bandas del kraut alemán, Dzyan, un nombre con papiros dentro del género pero con una impronta propia, con caminos trazados hacia un estilo fusionado en el que aparecería también el jazz fusión y el progresivo. El grupo es fundado por el compositor y multi-intrumentista Reinhard Karwatky hacia finales de 1971,  surge como un proyecto de estudio con intenciones inciertas al princio pero que inesperadamente comenzaría a tomar forma y terminaría siendo un grupo de grandes trabajos futuros.

Karwatky era un músico académico con estudios académicos clásicos, y podía ejecutar gran cantidad de instrumentos, también tenía fascinación en el esoterismo y la metafísica, estos elementos tendrían gran impacto en el grupo, cuyo nombre hace referencia, justamente, a ‘El libro de Dzyan’, es un supuesto antiguo texto de origen tibetano, sirvió de base para La doctrina secreta (1888), una de las obras fundacionales del movimiento teosófico, de Helena Petrovna Blavatsky.

La banda se forma originalmente como un quinteto, formación bajo la que publican un primer discos, de un sonido bastante embrionario y de un carácter algo ‘’accidental’’ por así decirlo. La versión en quinteto del grupo no duró mucho tiempo, ni siquiera alcanzaron a tocar en vivo, y al poco tiempo del lanzamiento del primer trabajo el grupo se reduciría a trio, tras la partida de Braun y Kramer. Bajo esta nuevo formación, la banda, compuesta por Eddy Marron en guitarra, Reinhard Karwatky en bajo y Peter Giger en batería, lanzaría sus próximos y últimos dos discos.

Su segundo lanzamiento sería ‘’Time Machine’’, de 1973. La música de ‘’Dzyan’’ siempre presenta un reto a la hora de escuchar y analizar, podría decirse que se trata de rock progresivo pero este no corresponde a un estándar o estilo conocido, sino que este tipo de rock cuenta con características propias que llevan a la música a volcarse en concepciones compositivas muy particulares. Nociones de jazz, también aparecen ejecuciones de baglama, lo que le da un aire étnico al asunto, escalas particulares en guitarra, composiciones dentro de un ámbito armónico amplio, etc., distintos elementos que dotan al sonido de un aura inespecífica y muy seductora.


Sin duda una de las fuerzas impulsoras más potentes del sonido de este disco es el guitarrista Eddy Marron, quien a pura potencia derrama un virtuosismo instrumental que completa con aplicaciones alucinantes en guitarra cada rincón habido y vuelve muy complejo lo ya complejo aun. Su versatilidad es prueba de su gran técnica y sus feroces y constantes arreglos constituyen el principal canal melódico y armónico de las sesiones y los diversos pasajes por los que transitan. 

Algo llamativo de todo esto es que, pese a que nos encontramos con un sonido aplastante y bien nutrido, son solo tres músicos los encargados de llevar adelante la sonoridad y las composiciones, esto demanda a cada uno de los participantes una ejecución exquisita y exigente, que complete y se ramifique de manera que funcionen en una amalgama, y sí que lo logran y con creces, el resultado es una serie de composiciones de un nivel altísimo que rozan con el virtuosismo. 

Párrafo aparte se podría hacer acerca de la primer pieza que aparece en el disco, ‘’Kabisrain’’, tratándose de una música fusión étnica, con aires espirituales y ambientes acústicos de ensueño donde los músicos se abocan a la creación de un ambiente volátil, soltando al aire diversas aplicaciones, pequeños arreglos e improvisaciones que crean, al final, una masa sonora que se ubica en un limbo musical muy sutil y, como ya se ha dicho antes, espiritual. Es todo un sonido llamativo y, pese a que los arreglos acústicos volverían a aparecer en el sonido del disco, esta pieza muestra una faceta que amplía las visiones de la banda para este lanzamiento.

También cabe destacar el nivel de complejidad y fortaleza que despliegan en muchos de los pasajes dentro de las tres primeras piezas del disco pero especialmente en la cuarta y última de ellas, la formidable ‘’Time Machine’’, pieza que da nombre al disco y que se erige como una composición progresiva de un nivel y una complejidad muy alta. En esta pieza se aprecian todas las bondades del sonido ya nombradas anteriormente, desplegadas de manera de construir una intersección de diversos arreglos, progresiones, improvisaciones, riffs, etc.

Cod: #1420

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