viernes, 20 de junio de 2025

Angus MacLise - The Invasion Of Thunderbolt Pagoda (1999)

La psicodelia fue, en su momento, una derivación de todos los vanguardismos ocurridos hasta allí durante el siglo XX, tomando elementos desde el surrealismo, el dadaísmo, luego la música concreta y la electrónica más intelectual, la música de vanguardia, el minimalismo, las orquestas experimentales, y la música experimental en general. Todo ello convergió en la psicodelia, terminando de convertirse esta en un compendio de elementos de vanguardia que no hicieron más que nutrirla, inspirara, darle sustancia para los experimentos que en ella tendrían lugar, para terminar incluso de convertirse la psicodelia misma en uno de los vanguardismos más importantes del siglo XX.

Esta importancia radica en el hecho de que la psicodelia sirvió como fenómeno que contribuyó decisivamente al trocar de la vanguardia desde un lugar exclusivo e intelectual, para pasar a ubicarse esta hacia terrenos de la música popular, de allí el nacimiento del rock psicodélico, con todas sus ramificaciones, inventos e innovaciones importantes traídas para la evolución del rock y la música popular desde allí en adelante. 

Pero el nacimiento de este rock psicodélico, que mucho tuvo de impacto en la música popular al romper muchas convenciones y traer la experimentación al campo de la música grabada, fue tan solo un aspecto derivado de la psicodelia y el ámbito del underground, que era donde se fermentaba todo ese real caldo de cultivo en el que las generaciones de jóvenes artistas plasmaban sus experimentos en muchas áreas del arte y así se retroalimentaba todo el entorno. Desde los lugares como la poesía de vanguardia o más bien la literatura en general, el cine, la pintura, escultura, teatro y ni hablar de la música, etc. Todo ello estaba allí y era parte del caldo de cultivo en el que jóvenes, artistas e intelectuales circulaban creativamente y se enriquecían del floreciente ambiente artístico que tuvo lugar ya desde primeros años de la década de los 60s en los Estados Unidos, e incluso posiblemente también desde algunos años antes.

Ese ambiente fue el lugar donde floreció el hipismo y de donde surgieron muchos referentes y/o bandas icónicas que aún se recuerdan hoy en día como precursoras. Desde Timothy Leary y su revolución ácida, hasta Grateful Dead y sus fiestas de ácido, artistas innovadores como Andy Warhol, o la misma Velvet Underground, etc. En ese ambiente se construyeron muchos referentes que son figuras hoy en día, pero también hubo personajes que se reusaron a la búsqueda de la popularidad y lo masivo, prefiriendo quedarse en la periferia para no relegar su arte a algo que encaje con el montón, y por ende emprender un viaje artístico lo más auténtico posible, toda una decisión filosófica de vida.

Quedan muchos rastros artísticos de esa vanguardia de la baja escena estadounidense, algunos referentes que generalmente también han sobrevivido al paso del tiempo pero no con una fama masiva sino muchas veces como personajes de culto reconocidos por los allegados a esas artes más marginales frente a lo popular, desde novelas y poesía de escritores como los poetas de la generación beat y otros, cine alternativo experimental como las películas de Ira Cohen, entre otros cineastas, y en música también hay mucha tela que cortar. 

De esa época fue el origen de la música minimalista, vanguardia que estuvo allí en ese momento del underground cuando surgió la psicodelia, por lo que estos géneros llegaron a codearse gracias a los artistas que circulaban el ambiente y llegaron a realizar muchos experimentos de forma conjunta. La psicodelia originaria pareciera algo crudo, ya luego se vertió hacia la música popular y la generación del rock la tomó para la creación del rock psicodélico, pero antes de esa generación, hacia los primeros años de la década de los 60s, pareciera que la psicodelia se encontraba en sus orígenes y, aun sin el encuentro con el rock, ya gozaba de un carácter muy profundo en cuanto a lo experimental, expresada muchas veces en forma de música drone, ejecutada en aquelarres experimentales, expresada en rituales por artistas con curiosidades místicas, lo dicho en su encuentro con el minimalismo, además de todo ese mundillo vanguardista que se nutrió de lo experimental.

Arte por Angus McLise

De los tantos personajes de ese underground psicodélico aparece un nombre que es el que Angus MacLise, un personaje que fue fiel reflejo del típico joven contracultura de la época, que se negó a llevar una vida formal y rechazó muchas convenciones, tal fue el punto, tanto se negó a ser encasillado, que rechazó las formalidades en su producción artística, cosa que lo llevó a rechazar también la búsqueda de fama para reafirmar así su pertenecer a un lugar de oscuro under creativo. En parte este artista es conocido porque fue el primer baterista que tuvo la formación de la mítica Velvet Underground, banda que en algún punto comenzó a refinar sus producciones alternativas para darle forma de canción y así buscar más afinidad con lo popular. Angus MacLise se negó a esa propuesta y abandonó la banda de inmediato cuando esta decidió tomar ese camino. En su lugar, el artista prefirió seguir pululando por ese ambiente más bajo pero de mayor libertad, su obsesión fue la de la libertad sin concesiones, y en ese lugar llega el planteamiento que es el de hacer el arte por hacerlo, por convicción y pasión, y no por una búsqueda de fama o popularidad.

Angus MacLise nació en Bridgeport, Connecticut, el 4 de marzo de 1938, trabajó en multimedia y en el movimiento Fluxus, diseñó su propia caligrafía, fue poeta místico, actor, editor, librero y viajero por el mundo. También fue miembro fundador del Theatre of Eternal Music junto a La Monte Young, grupo participe de la creación de los primeros minimalismos, grupo por el que pasarían músicos como John Cale y Terry Riley, entre tantos otros. Como músico MacLise tomó clases de percusión latina, estudió técnica de jazz, música de danza medieval europea y percusión de forma libre.

La vida de Angus MacLise fue una de bohemia, dedicó gran parte de su existencia terrena a viajar por el mundo, a experimentar con su arte al cual nutria con experiencias con otros artistas, conociendo personas y aprendiendo de cada lugar. En sus propias palabras: ‘’Seguí un camino a través de la poesía, la caligrafía, la música y el viaje, vibrando con tantos seres como fuera posible’’. MacLise mantuvo una estrecha relación con la mayoría de las figuras creativas de su época, especialmente más con algunos, entre ellos el artista Ira Cohen, un poeta, cineasta, fotógrafo y artista visual que también viajó por el mundo. 


Ira Cohen fue además el creador de lo que él denominó como la ‘’Mylar Chamber’’, una sencilla sala de paneles con bisagras cubiertos por películas reflectantes de Mylar. El espacio que funcionó, entre 1968 y 1971, en un loft de la calle Jefferson de Nueva York, donde el artista creó algunas de las imágenes más míticas de finales de los años sesenta. A través de contactos Ira Cohen invitó a los visitantes a interpretar su propio yo en este pequeño teatro, entre ellos Jimi Hendrix, William Burroughs, Vali Myers, Jack Smith, Alejandro Jodorowsky, Lionel Ziprin, Ching Ho Cheng, Petra Vogt, Charles Ludlam, John McLaughlin y el grupo de rock Spirit. Por supuesto, Angus MacLise también pasaría por esa cámara y sería fotografiado.

Las creaciones de Ira Cohen pasaron también por la realización de algunos films experimentales, dirigidos por él mismo, entre ellos ‘’Kings With Straw Mats’’ y ‘’Brain Damage’’. ‘’The Invasion of Thunderbolt Pagoda’’, de 1968, fue originalmente otra de sus películas, un mediometraje experimental dividido en tres partes: "The Opium Dream", "Shaman" y "Heavenly Blue Mylar Pavilions", que muestra el quehacer de unos personajes oscuros y sus andanzas entre opiáceos y rituales extraños. El film fue creado y dirigido por Ira Cohen, con participación de Angus MacLise como parte del reparto de actores, MacLise también se encargaría de componer la música que luego sería utilizada como banda de sonido de la película. 

El film pertenece al under psicodélico de la época y con el tiempo se ha convertido en un elemento de culto referente para el cine alternativo o experimental. En este film Cohen utiliza sus inventos con reflectantes de Mylar para capturar las escenas de muchos momentos del mismo, por lo que muchos de los momentos de la película transcurren por un lugar de alteración visual de estilo psicodélico.

Angus MacLise en el Mylar Chamber, foto por Ira Cohen

La música compuesta por Angus MacLise es tan incierta como el film mismo, por lo que resulta perfecta para musicalizar dicho delirio fílmico. Esta música también es un reflejo del arte de MacLise, algo amplio, indeterminado, totalmente experimental, lisérgico, casi como un fragmento de la psicodelia misma, una concepción musical en la que no hay comienzo ni final, solo una cosa sucediéndose cual ambiente psicodélico perdido en un ritual de oscuridades y misterios. La música de la película es una cosa que se sucede sin cortes, de principio a fin dentro de una ejecución muy extensa de casi media hora de duración. Estos sonidos son un reflejo de la inquietud del artista por nutrirse de muchos elementos, por lo que en esos ambientes indeterminados convergen percusiones de tipo hindú, con drones también salidos de tampuras hindúes, y otros agregados como voces, órganos, flautas y guitarras. Esta musical tiene un vinculo directo con el minimalismo, debido a que toda la producción sonora es una cosa indeterminada que fluye en una misma aura, casi como el minimalismo mismo, la influencia está a la vista, y es un reflejo del vinculo intimo que tuvieron la psicodelia con el minimalismo, compartiendo estrechos lazos con la espiritualidad de la India, cohabitando el mismo ambiente creativo y teniendo en común esa inquietud por experimentar y salirse de las convenciones.

Las grabaciones musicales de Angus MacLise quedaron archivadas en su época, pero con los años han comenzado a aparecer en la palestra pública gracias a algunas publicaciones independientes. Ya en 1988, Fierce Records lanzó un sencillo con algo de su música. Luego otros sellos han hecho su parte, apareciendo en 1999 el cd llamado ‘’The Invasion of Thunderbolt Pagoda’’, un lanzamiento que compila, entre otras cosas, la música creada por el artista para la película que lleva el mismo nombre, de ahí el título de dicho lanzamiento. A partir de ese lanzamiento de 1999, otras varias publicaciones de larga duración han sido liberadas a lo largo de las últimas décadas, y con ellas, algo del basto material musical dejado por Angus MacLise ha logrado salir a la luz y llegado a la superficie. Este prolífico artista siempre pertenecerá a un lugar del arte más ‘’marginal’’ por su condición tan experimental como creador, pero su legado es basto y vale la pena explorarlo, especialmente para amantes de la lisérgica y las artes alternativas.

Cod: #1814

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