8 mar 2025

El Trio (Lapouble, Lew, Cevasco) - Todo En Su Medida Y Armoniosamente (1974)

Este post está dedicado a la memoria de Adalberto Cevasco, quien partió el pasado lunes 3 de marzo. Maestro, vuela hacia el centro del corazón del mar, tu música siempre alumbrará toda penumbra.

La evolución del jazz en Argentina alcanzó niveles superlativos en la década de los 70. No obstante, se conoce poco sobre el desarrollo del jazz fusión; se habla poco del talento y valentía de muchos músicos de jazz que buscaban, casi simultáneamente al ámbito rockero, nuevos lenguajes y formas de transmitir su música. Con esto quiero decir que, mientras bandas como Aquelarre o Invisible gestaban álbumes como Brumas y el debut homónimo de Invisible, en el ámbito jazzero más vanguardista también se encontraban creando y explorando con la misma intensidad e ímpetu que cualquier joven de la época.

Carlos Alberto Lapouble, más conocido como Pocho Lapouble, uno de los bateristas más talentosos del jazz latinoamericano, tenía aproximadamente 31 años en 1973. Mientras que Adalberto Cevasco, eximio bajista y pianista, tenía 27 años; tan solo un año mayor que Ricardo Lew, grandioso guitarrista y respetado músico de sesión. Pero, El Trío tenía un cuarto miembro tras las sombras, y era Víctor Díaz Vélez, otro talentoso pianista que, según las notas de la contratapa del LP, aportó a la banda muchos acordes de su vasta colección. Y como si fuera poco, una jovencísima Patricia Clark aportó su hermosa voz en dos canciones del álbum.

Poca información existe sobre cómo El Trío se conformó; lo más probable es que haya sido una unión natural entre tres músicos talentosos, ya que varios músicos de jazz se dedicaban simultáneamente a trabajar como músicos de sesión, y se podría decir que no eran pocas las ocasiones en que podían juntarse y jamear libremente. En ese sentido, también asoma la figura monolítica de Jorge López Ruiz, quizás el más prominente músico de jazz de vanguardia de Latinoamérica, quien fue uno de los encargados de la producción del presente álbum, junto a Pocho Lapouble. Está claro que, bajo la supervisión de un genio como Jorge López Ruiz, nada podía salir mal; y, de hecho, nada salió mal en este álbum.

Ciertamente, el jazz nunca será un género ni por asomo masivo; mucho menos lo son estas derivaciones experimentales del jazz. Por lo tanto, se puede afirmar que el jazz argentino suele ser subestimado incluso por muchos asiduos del rock vanguardista local. Pero la intención al experimentar con instrumentos eléctricos, creo yo, fue toda una declaración de intenciones. Estos tres prodigios, como Lapouble, Lew y Cevasco, no solo pretendían traspasar fronteras generacionales demostrando que el jazz no se quedaba atrás en la búsqueda de nuevos lenguajes musicales, sino que, a su vez, se atrevían a difuminar las barreras entre uno y otro género, lo cual es ciertamente peligroso para quienes son acérrimos puristas, pero extremadamente excitante para quienes adoramos las propuestas arriesgadas y sin arraigos en el temor a quedar desclasificado.

En otras palabras, todo género musical tiene una raíz, un tallo y unos frutos bien consolidados, lo cual es cierto, y eso se respeta, pero no te hace destructor de algo el hecho de aventurarte al menos una vez en tu vida en una grabación tan aventurera y vanguardista como la realizada en este álbum, ¿cierto? Era inevitable contener la hiperactividad musical de estos tres genios, y era, por lo tanto, consecuente que una obra así quedara grabada para la posteridad como un testimonio único de una confluencia mágica, que es, a su vez, el reflejo auténtico de una época convulsa y difícil, aspectos que, en lugar de someter la creciente creatividad artística, propiciaron que esta se manifieste aún con mayor fuerza: la vitalidad ingeniosa que buscó cómo salir hacia la luz en medio de las tantas grietas que se acontecían en el día a día de la Argentina de 1973.

Por otra parte, se ha dicho que este álbum fusiona jazz modal, big band, post-bop y folklore local argentino; claramente este hecho hace que no sea un álbum accesible a la primera escucha. Poder sumergirte en una propuesta así requiere mucha paciencia, dedicación y cariño por el trabajo de estos tres músicos. Pero una vez logras encontrar esa medida y armonía de la que te habla el título del LP, entonces, escuchar cada canción se convierte en una travesía atípica hacia la libertad.

En medio de toda la epopeya experimental en la que se sumergió el jazz argentino, el álbum Todo En Su Medida y Armoniosamente es indudablemente uno de sus pilares (y hay muchos más) que, ciertamente, nunca alcanzarán la popularidad ni siquiera en los círculos jazzeros, pero está claro que no fue una obra concebida para ser popular, sino, quizás, y aquí entramos en la plena especulación poética, para trazar lazos con las comisuras más extrañas del alma. Un álbum que, si es escuchado con receptividad, será un perfecto himno para aquellas personas hábidas de creatividad y espiritualidad.

Cod: #1793

1 comentario:

  1. Querido compañero de blog y amigo, excelente reseña, bienvenido de vuelta al blog y espero que este sea el primer de muchos más aportes tuyos aquí en el jardín psicodélico!

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