Como todas las vanguardias experimentales, esta tampoco sería la excepción de ser una creación que proviene de un background retorcido, es más, esto fue creado por un grupo de amigos y colaboradores de diversos orígenes, incluidos músicos, artistas visuales y científicos. Emprendidos hacia la tarea de la experimentación y la libre ejecución, este grupo diverso pretendieron que el álbum fuera una exploración de los efectos de la saturación tecnológica en la sociedad, particularmente en los niños.
El grupo debuta discográficamente con un trabajo homónimo que sería ejecutado por una bandada de trece delirantes, entre lo que había trompeta, trombón, saxo alto, guitarra, piano, bajo, voz, percusión, etc., grupo fundado y liderado por compañeros científicos e ingenieros de radio comunitarios Mark Derbyshire y William Sharp, aunque también había en el grupo artistas, músicos y bohemios universitarios.
El álbum fue grabado en marzo de 1979 en Fort Collins, Colorado, EE.UU., y publicado el mismo año bajo el sello ‘’Dys Records’’. El registro contiene un inserto de 8 páginas con varias impresiones artísticas realizadas por el proyecto. LP en tapa gruesa pegada a mano. Limitado a alrededor de 100 copias. Mark Derbyshire es el manipulador de cintas que reúne cientos de fragmentos libres; Bill Sharp es el ideólogo y el portavoz.
En esencia esto es un delirio hermoso creado por la música de libre ejecución y los vanguardismos causantes ramificados en varias direcciones dentro de lo que fue la experimentación para aquella década: musique concrète, free jazz, libre improvisación y noise, además de industrial, dark ambient, y elementos de música de cine ya que había expertos visuales metidos en el tema, lo que puede explicar esa capacidad extra sonora que tiene el disco y que hace que no solo sea una experiencia musical.
En suerte para el oyente y más aún para los amantes de la experimentación, este trabajo está dividido en cuatro piezas de alrededor de doce minutos cada una, una suerte de sinfónica caótica dividida en cuatro partes en la que el caos cacofónico, las lecturas existencialistas y la alteración de cintas de grabación son los elementos de se confabulan para que funciones y finalmente se edite este sonido.
La música rara vez se vuelve hacia cierta superficie ‘’entendible’’ para el oído convencional, esto es más bien un caos colectivo cuasi interdisciplinario en el que varias ramas de la locura se unen para potenciar la misma locura, con algunas reminiscencias de lo que fueron las vanguardias hippies de hacía una década anterior a la que fue grabado esto, incluso con mucha similitudes como las lecturas de textos y los ruidos y alteraciones de cintas, aunque ya con nuevas miras para la época como lo industrial, y la cierta sofisticación en ejecución, aunque es caótica, demuestra estar en vanguardias bien instruidas académicamente.
Dicho esto, dos cosas vale aclarar, no hace falta estar instruido académicamente en musica para crear o ejecutar este tipo de caos (aunque cualquier instrucción pueda nutrir y dar posibilidades), además de que, se trata de una propuesta en realidad también bastante oscura, lo que sería otra diferencia con la vanguardia hippie de finales de los 60.
Los cuatro movimientos del disco se desarrollan de forma independiente, caóticamente libre y con la aleatoriedad del caso, con monólogos, improvisaciones de jazz (o free jazz), ruido, distorsiones de fondo, ruidos de juguetes, fanfarrias electrónicas, guitarras electicas, golpes, objetos rotos, tictacs de reloj, chapas golpeadas, percusiones libres, cacofónicas, además de las alteraciones del caso y la unión de un sinfín de piezas pequeñas en una sola cosa bastarda, lo que hace más inentendible y caótico el asunto. Aunque lo esencial aquí no es sentarse a entender nada sino dejarse llevar por el delirio colectivo y la música que, creada por el caos en conjunto, llega a recrearse en una sola cosa que no parece tener naturaleza terrena.
Esta música, aunque caótica, causa un efecto interesante, tiene cierta dosis acogedora que hace de la escucha un reposo en un lugar que no está saturado necesariamente como un sonido netamente noise, o cacofónico como lo sería un free jazz más clásico, y aunque sí hay caos, este caos reconforta y da la sensación de estar siendo acompañado.
Es un ritual paranoico que e desarrolla bajo una moción emocional muy concreta, una desfiguración convulsiva que conduce al colpso psíquico por mediante el enrarecimiento progresivo de la materia y el espíritu. Es música ‘’absurda’’ que no responde a casi nada en el área, y aunque este tipo de vanguardias ya habían existido para entonces y más en los Estados Unidos, siempre el en esta área, por tratarse de algo creado bajo la premisa de la libertad total, tiene mucho que ofrecer y hasta parece ser una fuente inagotable de delirio y goce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario