Klockwerk Orange fue una banda austriaca de corta duración, que solo vivió entre 1974 y 1976, y solo alcanzaron a publicar un solo disco en vida, además de otras varias grabaciones que dejaron de vivos de la banda y que vieron la luz en reediciones posteriores. El líder de la banda era el multi instrumentista y compositor Herman Delago, guitarrista, trompetista y tecladista, formado en la Academia de Música de Innsbruck. Posteriormente formó parte de Austria Trio y Viller Spatzen además de algunos grupos de Jazz.
En 1975 aparecería su único trabajo, llamado Abrakadabra. El sonido de este disco no tiene piedad y no se anda con medias tintas o rodeos, comienza como termina, en una búsqueda progresiva total, ramificándose en tres extensas piezas de un calibre progresivo muy complejo y sofisticado, de una sofisticación temerosa, un sonido aplastante que remueve sensaciones internas y despierna un ansia que se sincroniza con las piezas, ansia que estas a la vez van apaciguando en la medida que avanzan a lo largo de diversos e infinitos pasajes, partes, arreglos, progresiones, sucesiones e invenciones progresivas. Nada está librado al azar aquí, nada es casualidad, nada es porque sí, todo está perfectamente planeado para suscitar un remolino bastante ingenioso.
Es un trabajo en el que es muy fácil de perderse debido a la enorme sofisticación de las piezas, y es allí donde radica la dificultad de la escucha de este material, tantos pasajes y partes sucediéndose puede tornar tosca la escucha por eso es necesario prestarle rigurosa atención, en la medida de lo posible, a cada momento y pasaje. Las piezas se componen de un sinfín de pequeñas partes que se suceden en el tiempo y dejan de entrever, por ejemplo, algunos matices como sutiles elementos de algún influencia de flamenco, alguna influencia de Keith Emerson, tanto sea con The Nice o ya con su Emerson, Lake & Palmer, especialmente se puede apreciar en algunos pasajes donde predominan los teclados muy al estilo del artista nombra; además la enorme sofisticación hace de un sonido sinfónico que emula momentos rústicos, momentos más concretos y contundentes de rock, otros momentos de una sutil fusión y/o arreglos símil jazz fusión, además de aparecer la influencia de la música clásica como coagulante de muchos otros pasajes también.
Se podría tender un puente hacia alguna reminiscencia con otras bandas pero sin dudas que lo que propone Klockwerk Orange trasciende muchas fronteras y se ubica en un lugar propio, con un entramado de composiciones sucesivas que se congenian entre sí en una sola confabulación progresiva, con diversos quehaceres que brotan, mostrando todo un costado todavía prototípico de la banda, como por ejemplo esa trompeta que suele aparecer por momentos y deja una desazón y una inquietante sensación de rustica calidez, un dejo sonoro que parece tomado de otra época y puesto en medio del disco. La enorme sofisticación recuerda a discos como Stained Glass Stories, de la banda Cathedral.
El sonido propuesto por la banda ronda entre lo complejo y lo rustico, entre la sofisticación y la visión prototípica que los músicos manejaban. El trabajo se compone de tres extensas piezas, dos de diez minutos de duración que ocupan la cara A del vinilo original, y una tercera pieza de veinte minutos de duración que ocupa todo el lado B del vinilo original. Es en esa última pieza donde aparece otro elemento que podría desconcertar a muchos pero hacer la delicia de los vanguardistas; hasta entonces todo ocurre en un quehacer progresivo total, pero es en la mitad de la última pieza donde aparece la experimentación sonora, unos minutos de desconcierto que dan un aire inusitado a la pieza y la salvan de una inevitable repetitividad o monotonía. Todo el trabajo está pensado y propuesto bajo manifiestas introducciones, desarrollos, divisiones, partes y conclusiones.
Este trabajo no es fácil de escuchar, es recomendado especialmente para fanáticos del progresivo que tengan el oído avezado con bastos discos y puedan apreciar la enorme propuesta manifestada en este trabajo. Por momentos inconexo, abrumador, monótono, por momentos glorioso y acertadamente experimental, es una propuesta que se sumó a la ola progresiva europea y rindió culto con una propuesta por demás sofisticada que no alcanzó el éxito pero tampoco necesitó hacerlo para mostrar su alma en el sonido. Esta es otra joya progresiva de Austria, una pieza de sofisticación y colección, un disco de épicas y propuestas de engranajes sofisticados.
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