‘’Metempsychosis’’ es la culminación del trabajo surgido del encuentro de dos grandes vanguardistas japoneses del jazz de los 70s. Por un lado estaba Stomu Yamash'ta, un percusionista académico de enorme nivel que se avocó en gran parte de su carrera a la experimentación y la búsqueda sonora; por otro lado aparece Masahiko Satoh, todo un prócer del jazz japonés, quien por entonces era muy requerido por la escena tanto de jazz como también de rock de su país por sus profundos conocimientos teóricos dentro del jazz, además de su formación clásica, lo que lo ponía en un lugar elevado como promotor de fusiones inéditas para el momento. Ambos trocan sus habilidades, intercambian sus visiones y juntos convierten la sedienta escena vanguardista japonesa en un fértil encuentro de mundos en cierta forma disimiles pero que fácilmente se fusionarían en un sonido de punta.
Quién precede a quién? Quién acompaña a quién? La subducción de capas y estratos percusivos y armónicos son el fundamento de este sonido conformado por distintos ámbitos que se sumergen en la misma oda creacionista. Por un lado, el mundo ‘’sinfónico’’ de Satoh es el encargado de dibujar, por momentos, diversas florituras orquestales, por momentos, caos cacofónicos libres; sea cual fuere el caso esa sustancia orquestal está presente precediendo o subyugando en un sonidos que conoce de diversos estados y que en parte es gracias a esa sustancia orquestal que es capaz de conceder con crecer sus arremetidas varias. Este sentir orquestal en cuasi uno de una autentica big band porque todo un elenco de elementos brillantes de la escena participan del trabajo, más de quince músicos se hacen presentes entre saxos, trombones, y trompetas, entre los que aparecen, por ejemplo, Toshiyuki Miyama y su New Herd, formadores y creadores de un vanguardismo jazzero orquestal con un estilo propio, lo que asegura en este trabajo la presencia de una calidad excepcional en lo que orquestación y el free jazz acontece.
Y por otra parte, la participación de un Stomu Yamash'ta que se vuelca con todo su dinamismo y versatilidad posibles, ya que su labor ya no es el de un solista, como en otros de sus trabajos donde participa solo, sino que esta vez se tiene que encargar de acompañar a toda una orquesta, y no solo eso, a una orquesta que muchas veces se desborda y recae en caos cacofónicos colectivos, además de sublimarse y apaciguarse en otros estados varios más tranquilos y diversos, lo que le exige a Yamash'ta una performance estricta, puntillosa, delicada, con tiempo para hacer lo que él es mejor capaz de hacer, la libre improvisación y la creación libre con percusión, pero también con momentos donde se tiene que volver estricto y conciso, sabiendo figurar, acompañar y hasta sobresalir en medio de una orquesta; su rol compone la mitad del espíritu de toda la obra, no solo por ser un ideólogo de la misma sino también por su rol como ejecutante.
El trabajo final es una combinación de atmosferas instrumentales compuestas por, como se dijo antes, percusiones diversas y mundos sinfónicos; de este encuentro surge un quehacer innovador que explora todas las posibilidades del vanguardismo académico dentro del jazz, el free jazz, y la aparición de la influencia de la música clásica sinfónica. Estos elementos crean ambientes que por momentos se mantienen en un limbo pulsional, un estado mínimo de vanguardia donde se sostienen trazando suaves líneas melódicas, ramificándose en un sinfín de estados prototípicos medios de diversa intensidad, hasta llegar a esos caos, que por momentos aparecen en el disco, donde toda la orquesta se vuelca en un desorden colectivo finamente organizado y diversificado, esos son los momentos en los que el sonido más se acerca de una forma de free jazz rasa. El álbum está compuesto por dos extensas piezas de cerca de veinte minutos cada una, no se esperen ningún estándar sino puro vanguardismo, la escuela del jazz japonés de los 70s funcionado en su máximo esplendor.
Muchas gracias
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