La música de este extraño personaje ha logrado alcanzar cierto runrún con algunos momentos memorables dentro de su corta discografía de tres trabajos solistas, siendo un creador que siempre actuó desde una visión que utilizó al pop y la psicodelia de la época para trascender muchos motes, creando sonidos bien elaborados, con fusiones, o por lo menos con conceptos y experimentos en terrenos de la canción.
Robert Callender, mejor conocido como Bobby Callender, fue un artista afroamericano bastante enigmático del cual no hay mucha información, se sabe que era poeta, letrista, compositor y cantante, proveniente de Boston, EEUU. Fue una figura bastante enigmática y mística de la psicodelia de finales de los 60s, un músico con una marcada influencia espiritual, una búsqueda que lo llevaría a relacionarse muy íntimamente con la cultura hindú, búsqueda espiritual que se reflejaría en su música y en los conceptos que exploraría, conceptualmente su universo musical ofrece toda la originalidad propia de su libertad artística. Los dos primeros discos que lanzó tienen esta marcada característica de conceptualismo en lo que a los estilos y motivos respecta.
En su primer trabajo solista, ‘’Rainbow’', lanzado en 1968, había experimentado arrimándose mucho a la psicodelia y creando amalgamas dentro de esos motivos, con un estilo fusión con el estilo hindú, R&B, y barroco, en un conjunto de 9 composiciones con letras que dictaban un estado de ánimo relacionado con los colores orquestales de un arcoíris e historias anecdóticas sobre la naturaleza, el yo espiritual y la sociedad en 1968.
Pero para su segundo trabajo se aleja de la psicodelia más lisérgica, aunque siempre dentro de su influencia de la cual heredó la fusión con lo hindú o la espiritualidad misma, ahora plasmándose en piezas con mucha poesía, recitación, y continuando también con los motivos orquestales por los que parece que tenía debilidad y los utilizaba muy bien; demostrando también que era un músico de conceptos y elaboraciones por el desarrollo de la misma música en un invento que combina motivos varios en una concepción del trabajo plasmado de un sinfín de muchas piezas cortas de variado índole.
"The Way", de 1971, fue creado en realidad como banda sonora para una producción teatral de ballet / narrativa hindú en vivo basada en el ‘’Primer Libro de Experiencias’’ Hindú, que fue retratada en el escenario por actores y bailarines indios destacados. Producida por Alan Lorber, se presentó en varios lugares de Nueva York en 1971. La hermosa y fluida "Historia de Rasha & Dhara" es el tema central de la obra. Los destacados participantes en el disco en su grabación de estudio, y que aparecen en ambos primeros álbumes del autor, incluyen al difunto sitarista Collin Walcott, ex líder de Oregon y Codona; Donald Robertson, tamboura; órgano, piano y clavecín de Paul Harris; con la sección rítmica más occidental con el baterista Bernard Purdie; los guitarristas Eric Gale y Hugh McCracken de Wings de Paul McCartney.
Esta segunda entrega del autor está dividida, originalmente en su tirada primer en vinilo, en una enorme cantidad de piezas, las cuales en su mayoría no alcanzaban a durar un puñado de segundos, apareciendo entre medio las canciones propiamente dichas. La idea del trabajo fue concebida como obra conceptual y por ende toda la elaboración del mismo está presentada de esta manera, con recitaciones, piezas instrumentales, coro, orquestación, buenas canciones con aire pop, y movimientos internos que retratan el transcurso del mismo disco hacia una desarrollo evolutivo que originalmente se creó en fusión de una obra de teatro y que por ende también es capaz de transportar al oyente del disco por una senda progresiva similar. En las reediciones posteriores del disco en formato cd la diversidad en cantidad de tracks se vio reducida debido a que algunas fueron pegadas entre sí con el afán de acortar la lista por el problema que eso podría conllevar, y porque eso se aleja de las concesiones comerciales de la actualidad.
Es un disco raro en su concepción y que promete una aventura dentro del sonido pop y soul, ya lejos del fusión psicodélico de su primera obra, ambas conceptuales. Un trabajo propio de un artista que hasta entonces no defraudaba y no extrañaba por sus trabajos siempre conceptuales y bien logrados, aunque esto no sería una constante en su discografía ya que además de estos primeros dos discos tan solo publicaría un disco más, para desaparecer de la escena, habiendo poca información sobre su vida o su carrera. Solo quedan tres discos, de los cuales por lo menos sus primeros dos son aventuras conceptuales, piezas bien elaboradas y con un estilo espiritual muy marco que salpica su producción armónica, melódica y lírica.
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