17 mar 2019

Musica Elettronica Viva - Friday (1969)

Musica Elettronica Viva se inició una noche en la primavera de 1966, integrada por Allan Bryant, Alvin Curran, Jon Phetteplace, Carol Plantamura, Frederic Rzewski, Richard Teitelbaum e Ivan Vandor, en una habitación en Roma con vistas al Panteón. La música de este grupo desde el principio fue totalmente abierta, lo que permitió a los integrantes manifestarse y salir más allá de las crueles convenciones de la música contemporánea. 

Siguiendo el ejemplo de algunos experimentadores electrónicos, como John Cage, el grupo comenzó a experimentar con micrófonos, amplificando sonidos crudos, resortes de cama, láminas de vidrio, latas, gomas, pianos de juguete, vibradores sexuales y una variedad de chatarra de metal; una aplastada vieja trompeta, chelo y saxo tenor, mientras que un sintetizador casero de unos 48 osciladores, junto con el primer sintetizador Moog en Europa, dio al sonido neo-primitivo un toque inimitable. Ellos fueron los primeros experimentadores con el uso de sintetizadores para transformar los sonidos.

En un principio ellos ejecutaban composiciones de su propia autoría que involucraba la ejecución de sonidos electrónicos en tiempo real o música electrónica viva. Pero en el verano de 1967 el grupo abandonó la música escrita y planeada y la reemplazó con la improvisación y la escucha crítica. Los ensayos y los conciertos se iniciaban en el momento adecuado mediante una especie de combustión espontánea y continuaban hasta que se producía el agotamiento total. La música podía ir a cualquier parte, deslizarse en una unidad autorregenerada o caer en un caos irrevocable, ambos eran objetivos valiosos. 

En la realización de ‘’Friday’’, grabado en Londres en mayo de 1969, participaron Frederic Rzewski en piano, Alvin Curran en fliscorno, Richard Teitelbaum en sintetizador, Franco Cataldi en trombón y Gunther Carius en saxofón, aunque cada músico en particular se salía de su rol y podía ejecutar cualquier instrumento que se le ocurriera, ya que el sonido de esta experiencia musical no solo fue creado solo con instrumentos sino con pequeños elementos a los que le iban arrancando sonidos y quejidos.


Al igual que algunos otros colectivos artísticos improvisacionistas, como los ingleses de AMM o los canadienses de The Nihilist Spasm Band, la gente de Musica Elettronica Viva también planteo incursiones y nuevos desafíos sonoros basados en la improvisación y en la destrucción de las convenciones musicales populares, de ello, de su trabajo, quedó un sonido muy difícil de clasificar, por el nivel profundo de su carácter experimental y por las diversas formas en que podemos abordarlo.

El trabajo ‘’Friday’’, publicado en 1969, consta únicamente de una sola pieza, pero esta dura alrededor de cuarenta minutos, en ella se puede escuchar un real experimento musical, con un trasfondo electrónico que se desparrama y se presenta como una combustión que cohesiona los ambientes extraños por los que circundan constantemente. A lo largo de toda la pieza se transcurre por diversas intensidades, construidas por ruidos, quejidos, voces, golpes, acoples arrancados de un sintetizador y de sus instrumentos, realmente no hay un límite en lo que se hace sino que se trata de improvisación pura y estricta en la que lo que va surgiendo es lo que se graba, captado en crudo tal cual fue reproducido al momento de la improvisación.

Es música cruda, tosca, laboriosa y, a menudo, extraña. El LP consiste en una única actuación en vivo de 40 minutos, dividida en los dos lados del disco, y está dominada por una calidad vaga, confusa e indistinta. Es la música que parece calculada para no causar una impresión, para formar un zumbido de fondo en el que los sonidos se mezclan perezosamente, e incluso los ruidos más desagradables simplemente se convierten en otro componente del dron general.

Nadie se parecía a ellos en ese momento, aunque solo sea porque nadie más tenía la misma tecnología. (Al menos de una manera, eso era literalmente cierto: el sintetizador Moog de Teitelbaum era el único en Europa en ese momento). Pero entre la paliza de ruidos y quejas vocales, deja entreverse el espíritu vanguardista que, pese a ser amateur, experimentó más de la cuenta y sobrepasó muchas convenciones, creando una música vaga que merece ser escuchada cuidadosamente para apreciar cada pasaje, en el que aparecen diversos elementos consecutivamente y que no merecen sonar simplemente de fondo. No hay término medio con esta música, o se escucha con atención o no se escucha.

Cod: #1343

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