En su país natal el organista holandés Fred Van Zegveld supo hacer de las suyas con varios emprendimientos, por ejemplo siendo parte de la banda ‘’Roek's Family’’ con la que publarian el disco ‘’Get Yourself A Ticket’’ de 1969, pero tal vez uno de los puntos discográficos más notorios de su carrera fue este álbum en solitario, ‘’Hammond Organ Dynamite’’, publicado en 1969.
Poca información hay dando vueltas por ahí en la red sobre el autor, hay un comentario común que dice que es en realidad el estudio estaba preparado para grabar a otro artista, el cual no se presentó a la grabación, el buen Fred Van Zegveld andaba por ahí y aprovechando el momento entró al estudio con su banda y así salió el disco a la luz.
‘’Hammond Organ Dynamite’’ es un álbum típico de época con su sonido Hammond, sus reinterpretaciones de temas de The Beatles y sus búsquedas con miras amplias. Con el jazz de trasfondo y el órgano Hammond como líder de la producción, el disco presenta una serie de pistas en su totalidad instrumental y con mucha injerencia de las composiciones del artista, aunque también con algunas reinterpretaciones de temas conocidos, tres más específicamente, dos del repertorio de The Beatles y el "Whiskey" original de Errol Garner.
Es un sonido que sabe ser suave cuando quiere, con momentos muy agradables de jazzy blues y piezas cortas de jazz fusión, y cuando quiere se acerca al rock y explota con alguna composición mucho más poderosa.
El sonido del Hammond se adecua a cada situación de manera maestra, con sutilezas, suavidades y arreglos delicados en temas de pop, con vertiginosidades un poco mayores en algún jazzy blues cuando la ocasión lo amerita y con explosiones cuando se meter en algo de rock, o jazz rock, con un sonido mucho más frontal.
El disco es totalmente instrumental, hay un par de bluses altamente deliciosos, en los que suele aparecer una guitarra de fondo tirando algunas bases y no mucho más que eso más allá de sus segundos de gloria en el tema ‘’Round About 12’’, de todas formas no es necesario ya que el órgano interpreta lo justo y necesario para que la experiencia de su sonido solo haga brillar al sonido.
Hay mucho por escuchar aquí en el sentido de intensidades y búsquedas, la lista de tracks no es homogénea, todo el álbum es, aunque instrumental y aunque ejecutada por el mimo combo de músicos, una búsqueda de muchas cosas sucediéndose.
Es un álbum con su rock, su psicodelia, sus momentos de improvisación, sus búsquedas sonoras, piezas en su mayoría no tan extensas, y con su vena jazzera atravesando cada pasaje de las interpretaciones. No es un sonido excepcional ni mucho menos progresivo salvo por alguna suerte de fugaz momento improvisado donde sueltan las líneas un poco, pero no mucho más que eso, en general es un álbum que cuida los momentos y se maneja por un lugar estándar en la ejecución.
Publicado bajo el sello Park, el disco es una pieza extraña más allá de los conocedores de la psicodelia underground de epoca y de los amantes del sonido Hammond de época que puedan llegar a encontrar interés en esto.
Hacia finales de los 60s, con la explosión del órgano Hammond como recurso mucho más portátil y practico que un piano, este instrumento/sonido se convirtió en una pieza fundamental para el estilo de varios géneros, en especial el rock psicodélico, el rock progresivo, y por supuesto también el jazz y jazz fusión. Este lanzamiento refleja la fiebre que hubo con los lanzamientos jazzy blues y aledaños con sonidos caracterizados por el órgano Hammond.
Las miras de esta producción brillan por un quehacer que se refleja en una búsqueda creativa que llama la atención inmediatamente. Aunque con pocas pistas, arreglos solo instrumentales y nada de voces, se las arreglan para crear todo un mundo muy creativo instrumentalmente hablando, de fusiones, inventos y vanguardias. Un sonido que está a la altura de su época, discos que llaman la atención por lo profundo de su visión creativa y que eran el reflejo del caldo de cultivo creativo que se estaba gestado en el momento y que darían como resultado una enorme cantidad de producciones discográficas extremadamente virtuosas y creativas.
El flautista Jeremy Steig había tenido hasta entonces una muy prolífica producción discográfica, especialmente ligada al jazz, y para su disco ‘’Legwork’’, de 1970, esto no sería la excepción, siendo un trabajo muy ligado al jazz y a su ejecución líder de la flauta traversa, aunque en este caso el artista se encamina más hacia la experimentación abstracta instrumental, tal vez de estilo free jazz, además de encontrarse hacia el camino de las fusiones típicas de por aquellos años, como elementos de blues o funk.
El trabajo tiene mucho en su interior, mucho estilo, grooves pegadizos, muchas improvisaciones, mucha visión de búsqueda y experimentación, incluso The Beasty Boys llegaron a samplear algo de este disco, más especialmente de la pieza ‘’Howling For Judy’’. Dicho track se encarga de abrir el disco y está compuesto por un riff pegadizo interpretado en flauta sumado a la ejecución unísona de otras dos o tal vez tres flautas más que funcionan en una creación única en su gama, para cualquiera que tenga oído y algo de gusto por la música de la época sería imposible no quedar fascinado con esta pieza maestra, es un groove que ya desde 1970 anuncia mucho de lo que vendría a futuro.
Este trabajo es muy amplio aunque haya voces y sea aparentemente improvisado, que de improvisaciones tiene mucho, mucha buena zapada, aunque también mucha idea y planeación hay aquí para que todo este proyecto funciona y sus innovaciones salgan a la luz. No es tan común, incluso para la época, que una flauta lidere el sonido total de un disco, y que no solo lo lidere, sino que lo protagoniza, lo improvisa, lo dirige y moviliza con una fuerza creativa inagotable. Jeremy Steig demuestra ser un incansable creativo y un hábil ejecutante de su instrumento, con un el cual crea nuevos mundos.
Hay mucho en el disco por explorar, desde la agradable ‘’ Hot-Head’’ con aire de blues, y forma de blues, toda una sesión blusera en la que participa una guitarra eléctrica pero sigue siendo la flauta la protagonista, una buena jam sesión de blues es todo lo que necesita un disco de la epoca para completarse hacia su perfección posible, y aquí liderado por una flauta, mucho mejor aún.
‘’Alias’’ comienza con unas baterías funk y se mantiene por esa línea durante toda la pista, otra pista que si no fue sampleada debería serlo porque tienen mucho en su interior y tiene mucho momento que tranquilamente podría ser parte de una creación aparte. Esta pieza de cuatro minutos es, al igual que la ya nombrada ‘’Howling For Judy’’, momentos de un groove de adelantos y sonidos que reverdecen en su presencia, revitalizan al disco y tienen miras hacia el futuro con sonidos funk groove pegadizos. Más de los momentos que reflejan el fino trabajo que hizo el compositor para entrelazar varios arreglos de flauta a la vez.
Hasta allí ya hay mucho explorado sobre el disco pero todo ese mundillo del funk no es lo único que caracteriza al disco. Tal vez ‘’Howling For Judy’’ es lo que llame la atención del disco por su vinculación con los The Beasty Boys, peor lo cierto es que hay mucho más que explorar aquí en cuanto a sonidos y experimentos. Algo que caracteriza a varios de los discos de Jeremy Steig es lo amplio de sus miradas y su alcance con las composiciones, y por supuesto esta no sería la excepción, ya que en este trabajo hay lugar también para la vanguardia y la experimentación no solo ‘’pop’’ sino también hacia momentos oscuros.
Ya en ‘’Nardis’’ tenemos un sonido de un estirpe totalmente diferente a lo que se espera del disco, con Steig haciendo gala de más de sus habilidades, recursos, técnicas, imaginería, y búsquedas sonoras, en una pieza de once minutos de duración que explora hacia terrenos de jazz de vanguardia, en una pieza de estructura estándar y sonido en el que aparecen únicamente contrabajo y flauta. Aquí cada instrumento tiene su momento para lucirse y sacar de la galera su improvisación, para terminar con los motivos de composición que sonaban al comienzo de la pieza.
Otros momentos de experimentación en el disco, con ‘’Permutations’’ con el trio completo haciendo de las suyas pero en modo más libre y no tanto dependiendo de un patrón percusivo particular, allí parece que las líneas de batería se abrieron comenzando con un sonido casi indeterminado para recaer sobre momentos de jazz. O también aparece la pieza ‘’Piece Of Freedom’’ con la que cierra el disco, otro momento de amplitudes y búsquedas, esta vez si ya de mayor vanguardia y búsqueda sonora indeterminada. Toda este producción está ligada profundamente, entre otras cosas, al jazz, estilo que determina a fuego toda su producción sonora general.
Tal como en este disco se refleja, hay mucha tela que cortar en las producciones proto fusión psicodélicas de Jeremy Steig, epoca predilecta para el artista creador que dejaría varios trabajos en esa línea, aportando muchísimo al arte de por aquellos años. Desde sus comienzos con ‘’Piece Of Freedom’’ de 1964, el ya nombrado en este blog ‘’Jeremy & the Satyrs’’ de 1968, o siendo parte del trio de Bill Evans en ‘’What’s New’’ de 1969, entre tantísimos lanzamientos posteriores.
¿Jazz psicodélico? La psicodèlia en sus años mozos alcanzó ciertos coqueteos con muchos géneros, entre ellos la electrónica, las vanguardias o la música sinfónica, y también entre ellos el jazz. Aunque en realidad el jazz ya era algo que andaba dando vueltas por ahí en el caldo común de cultivo del hipismo: como música predilecta de la generación Beat, como un elemento no tan primordial como el rock para el movimiento pero si en ebullición en la época y por ende siendo parte de las miras de muchos jóvenes rockeros del momento, y como una de las tantas decantaciones hacia donde fluyeron los experimentos e influencias que propició la psicodelia. El término ‘’jazz psicodélico’’ puede ser un slogan más de los tantos existentes dentro de todo este caldo primordial de vanguardias rockeras y experimentos aledaños, pero de alguna manera funciona aceptablemente para poder ilustrar en palabras aquella cosa que fue resultado de músicos de jazz acercándose a la tendencia contracultural, o en todo caso resultado de músicos de rock hippie acercándose al jazz.
Es imposible abarcar en una sola concepción lo que podría entenderse como jazz psicodélico, puesto que muchísimos fueron los experimentos que ocurrieron en este fructífero terreno de amalgamas, fusiones e inventos del cual quedaron un sinfín de grabaciones. Como todo estilo psicodélico, el jazz psicodélico, si es que existió algo como tal, tuvo que beber de la cultura de la generación de la flor para poder entender de qué se trataba esa estirpe multicolor de viajes introspectivos, extensas improvisaciones y acercamiento a culturas milenarias. Muchas veces se dice que el jazz fusión se origina del jazz combinado con el rock, pero generalmente se pasa por alto que cuando comenzó a surgir este fenómeno del fusión, el rock se encontraba en su etapa psicodélica y que por ende la psicodelia jugó un rol importante en dicha evolución del jazz. Aunque este jazz también tenía sus miras, con evoluciones previas desde el free jazz, con el comienzo de jazz espiritual, con la llegada de Ravi Shankar y su influencia y acercamiento a músicos de jazz, etc.
El álbum ‘’Baiyina (The Clear Evidence)’’ publicado en 1968 por Pat Martino se encontró en su aparición discográfica entre medio de todos aquellos fenómenos, y sus sonidos no quedaron atrapados en ningún slogan, sino que en el mismo se experimentó mucho, resaltando especialmente que dos de los cuatro tracks del mismo disco son extensas sesiones de improvisación con secciones internas, sonidos de tanpura (instrumento hindú) de fondo en lo que se refleja la influencia de oriente, y el estirpe psicodélico al cual se intenta y seguramente se logra llegar, con ambientes más que de una instrumentación volátil, áurica, cargada de misterio, búsquedas, misticismo, etc.
Se podría tender un puente entre este disco y su relación con algunos estilos del jazz de vanguardia por venir para la época, tanto con el jazz espiritual y el jazz fusión. Es fácil acceder a la relación de este con sonidos espirituales en jazz posteriores logrados por Alice Coltrane, Phaoroah Sanders o Don Cherry. Por otro lado, las extensas sesiones plagadas de misticismo y experimentos dejan una sensación en el aire como de jazz fusión temprano, el jazz está, y la psicodelia también por lo tanto el rock o al menos la influencia de la cultura de la libre improvisación, el delirio y la búsqueda introspectiva.
El álbum es una suite dividida en cuatro pieza, dos tracks por lado del vinilo original de época de 1968, con Pat Martino en guitarra acompañado por Bobby Rose en la segunda guitarra, Gregory Herbert en alto y flauta, el bajista Richard Davis, el baterista Charlie Persip, Reggie Ferguson en tabla y Balakrishna en tampura. En la portada del disco aparece una inscripción que dice ‘’A psychedelic excursion through the magical mysteries of the Koran’’, con una clara referencia a su acercamiento al Corán, libro sagrado de los musulmanes.
Las piezas del disco llevan nombres de elementos del Corán, incluyendo instrumentos hindúes que dan una sensación psicodélica muy alta en todo el disco, ya que el tanpura aparece de fondo y a lo largo de todo el sonido del disco, sin embargo esta inclusión del tanpura suena algo anticuada y muchas veces parece descompaginada de los demás instrumentos. Aquí hay drones, instrumentos hindúes, extensas improvisaciones en sesiones de extensión, declaraciones de intereses psicodélicos en un sonido proto fusión que aunque a veces anticuado también por momentos con sensaciones de que se está haciendo algo en buena forma para la época pre fusión y con un carácter bastante personal. Los resultados del disco no fueron abiertamente comerciales, es un trabajo con profundidad y un aparente interés y sentimiento por Martino en atreverse a incluir todos estos elementos en una misma cosa.
Al inicio de su carrera el guitarrista estadounidense Pat Martino trabajó para algunos músicos de jazz como Don Patterson, Jimmy Smith, Jack McDuff o Jimmy McGriff, pero hacia 1966 comenzaría a liderar sus propias sesiones y comenzaría a volcar sus propias visiones en sus lanzamientos solistas. Hacia 1968 aparece también otro disco de Martino de declarada influencia oriental, llamado simplemente ‘’East’’.
Así como la aparición del sintetizador Moog y su revolución electrónica tuvieron lugar al mismo tiempo que la era psicodélica, y en muchos casos se vincularon, fue el new age y todo el comienzo del bagaje espiritual oriental en occidente lo que también tuvo su origen prototípico hacia mediados de los 60s, también vinculándose mucho con la corriente hippie. Tal vez el disco por excelencia citado como el precursor en ese terreno de new age sea el temprano ''Music For Zen Meditation And Other Joys’’ de 1965 por Tony Scott, pero hubo otros elementos en la época que también marcaron los momentos prototípicos de esta nueva era.
Si bien ya había habido incursiones de la música hindú en los Estado Unidos, entre discos de fusiones con el jazz hacia finales de los 50s, como por ejemplo los primeros discos del mismísimo maestro del sitar Ravi Shankar publicados hacia esa época, la aparición primordial y aceleración de la invasión de la cultura de la India en los Estados Unidos se dio durante la década de los 60s, con acentuación desde mediados de la misma en adelante, especialmente por su vinculación con la psicodelia hippie. En esos años aparecieron varios discos que se vincularon íntimamente con la contracultura, influenciándola y retroalimentándose en un cruce de culturas que significaba el llegar de maestros de la India a los Estados Unidos como también el partir de viajeros buscadores o iconos del pop occidental hacia la India en busca de instrucciones espirituales y musicales.
En esa época aparece otra figura clave para los momentos prototípicos del new age y/o de la fusión oriente/occidente, como lo fue el saxofonista, flautista y compositor de jazz neoyorkino Paul Horn, quien fue uno de los que cayó bajo la influencia de la llegada del maestro Ravi Shankar a los Estados Unidos, de hecho Horn participó de la grabación del disco ‘’Portrait Of Genius’’ publicado 1965, del mismísimo Shankar, además de llegar a ser Horn quien introdujo al músico indio a algunos de los músicos más prominentes de Los Ángeles. Bajo la enseñanza de Ravi Shankar, Horn se introdujo hacia las formas y exigencias de la música clásica de la India.
En ese año Horn comienza a desarrollar una predilección particular por desarrollar un carácter étnico en su propia música, gracias a esas experiencias, comienza a experimentar la composición hacia esos terrenos, lo que lo terminaría convirtiendo en una figura importante para futuros géneros y desarrollos. En 1966 Horn viaja a la India para estudiar meditación trascendental, momento en el que aprovecha para incursionar en sus grabaciones con algunos de los músicos más prometedores de dicho país.
Si bien Horn ya había mostrado algún interés por ese costado ‘’etnico’’ o ‘’religioso’’ participando en discos como ‘’ Zen: The Music Of Fred Katz’’ de 1957 por Fred Katz, o publicando ‘’Jazz Suite On The Mass Texts’’ en 1965, es su llegada a India lo que lo haría volcar definitivamente hacia el costado más profundo de su carrera y su carácter personal. Hacia 1967 aparece la publicación de su disco ‘’In India’’, un disco que sigue siendo temprano en muchos aspectos, tanto en su relación con lo ‘’new age’’, como en su participación de la aceleración de la llegada de la cultura religiosa milenaria de dicho país a los Estados Unidos, como también siendo el mismo Horn un personaje que propició dicha llegada ya desde algunos años antes con su cercanía a Ravi Shankar y su trabajo conjunto.
‘’In India’’ representa el comienzo del viaje del artista, ya despegado un tanto del jazz tradicional y del costumbrismo del estilo de vida de Hollywood. El disco significa el comienzo de su viaje, la introducción del artista hacia la música de la India, con un carácter nostálgico y calmo que se desenvuelve en todas las piezas, entre el comienzo del rigor técnico y la fascinación sinsera por alguien comenzando un viaje de autodescubrimiento, además de ser una representación accesible de este tipo de música y una buena manera de comenzar en este estilo. El trabajo cuenta con tres adaptaciones del mismísimo Ravi Shankar de melodías clásicas especialmente adaptadas para el disco. Las piezas fueron grabadas en Nueva Delhi y cuentan con estudiantes de Ravi Shankar tocando con Horn. Las piezas son relativamente no extensas para lo que suele ser un raga original, pieza de ensueño que no dejan de demostrar el profundo costado milenario de toda esta cultura.
Para la época, el rock había dado de qué hablar con sus incursiones de raga rock y la aparición posterior de este término en 1968. El jazz había hecho lo suyo con su fórmula de east meet west en algunos trabajos anteriores hacia finales de los 50s, y también estaría haciendo lo suyo en ese terreno la música new age, que con su ‘’Music For Zen Meditation And Other Joys’’ de Tony Scott, ya de 1965, marcaría un precedente temprano entre la fusión oriente/occidente, el encuentro de culturas disimiles en una misma grabación y la incursión de una música del otro hemisferio en la cultura occidental. La fascinación de Paul Horn por la cultura de la India y su irrupción en este terreno con sus publicaciones discográficas ya especializadas serían otro peldaño más en la cadena evolutiva que se desarrolló progresivamente entre India y Esados Unidos y que representó un puente musical entre hemisferios disimiles hasta entonces.
Por su parte, a los hippies y bohemios del momento, imbuidos en la cultura de la época entre alucinógenos, búsquedas introspectivas, sexo libre, contracultura y experimentación artística, les cayó muy bien la aparición de la música de oriente que vino a encajar en sus miras hacia búsquedas supuestamente más profundas. Por su parte, a los maestro y músicos orientales les interesó la idea de extender sus fronteras musicales y espirituales al resto del mundo, aunque para estos últimos puede que les haya resultado a la vez interesante como también disímil y complejo de aceptar el tener que incursionar en un mundo de fusiones y comercios que comenzaba a globalizarse cada vez más y por ende sobre el cual podían perder control alguno.
Hoy en día con internet y redes funcionando de puente, con velocidad inmediata, entre culturas de cualquier lugar del planeta, parece fácil decirlo, pero en aquella época de entre los años 50s y 60s esto recién comenzaba a tomar noción en la cultura universal, con la globalización musical y la repercusión de géneros en las escenas de todas partes, abriendo fronteras, ampliando influencias, aunque también marcando limites, pero además haciendo de la música un algo de consumo universal, la aparición de los discos de larga duración y de los medios de comunicación cumplieron un rol importante en este fenómeno de difusión de culturas disimiles hacia otros hemisferios del planeta.
Discos como ‘’Fantasias For Guitar And Banjo’’ de 1963 por Sandy Bull, así como otros lanzamientos como ‘’The Seal Of The Blue Lotus’’ de 1965 por Robbie Basho, ‘’Rainy Day Raga’’ de 1966 por Peter Walker, o ‘’Holy Music’’ de 1966 por Malachi, demuestran que el folk estuvo a la altura y tuvo la visión de la vanguardia, tanto así como para ubicarse en una época temprana en cuanto a su relación con lo ‘’oriental’’ que había comenzado a llegar a la música de los Estados Unidos, demostrando que la relación de lo oriental con la música de occidente no comenzó exclusivamente con el rock y mucho menos siendo un fenómeno único de The Beatles.
Por otro lado, ‘’Fantasias For Guitar And Banjo’’ es un disco muy adelantado también en su relación con lo ‘’psicodelico’’, siendo 1963 un año muy temprano para un disco como este que abre con una sesión de veinte minutos con motivos en guitarra acústica con aires orientales, sumado a batería y banjo, un sonido único para su época, adelantado, muy enraizado ya en sonidos y culturas que recién se terminarían de madurar años más tarde en discos desde 1966 en adelante.
La visión que tuvo Sandy Bull ya para 1963, con esa fusión de lo acústico con lo oriental, y su especialización en cuerdas y géneros, dan cuenta de una noción avanzada para su época. ‘’Fantasias For Guitar And Banjo’’ es un trabajo liderado por la guitarra y banjo acústico de Sandy Bull, y el cual comienza con la ya nombrada suite de veinte minutos ‘’Blend’’, una pieza muy compleja que transita varios estados, entre introducción, motivos y desenlace, utilizando escalas orientales en guitarra acústica y encontrándose con lo psicodélico incluso de manera más profunda de lo que lo harían sonidos de discos muy posteriores, por lo que se trata de una visión de adelanto.
Esta odisea estilística de 21 minutos y 57 segundos cuenta con un don de influencia oriental entre la música de Oriente Medio y la India, con fusiones entre jazz, folk y estilos orientales también, por ende también con un aire místico ya encaminado hacia la música popular que lo acerca a lo psicodélico, con una dosis de experimentación alta dentro de la música popular, siendo a la vez una pieza extensa de exploración, experimentación e improvisación similar a una jam session hippie, además de, según dicen algunos, ser uno de los primerísimos sonidos de ‘’musical del mundo’’. ‘’Blend’’ es tanto una declaración de intereses, como de valores y adelantos, grabada por Sandy Bull y acompañada por el baterista de jazz de Ornette Coleman, Billy Higgins.
En realidad el disco se compone en su totalidad por cinco piezas instrumentales, ‘’Blend’’ ocupaba todo el lado A del vinilo original, mientras que el resto del álbum, el lado B, sigue por la línea acústica entre guitarra y banjo, continuando con piezas como ‘’Carmina Burana Fantasy’’ que es una reinterpretación de Carmina Burana, un canto goliardo proveniente de entre el siglo XII y XIII, obra del compositor alemán Carl Orff, además de aparecer la reinterpretación de la pieza ‘’Non Nabis Domine’’, un himno latino proveniente de la tradición de los caballeros templarios y las cruzadas, compuesto por William Byrd.
El resto del disco se completa con ‘’Little Maggie’’, pieza de autoría por el propio Sandy Bull, una canción sencilla para guitarra y banjo, disco que se completa a su vez con ‘’Gospel Tune’’, que en realidad es otra sesión de extensión considerable con sus diez minutos de largo y sus sesiones interesantes, ya con Sandy Bull en guitarra eléctrica haciendo un monologo brillante de estilo góspel / blues que dan cuenta de las mayores miras del artista y terminan de ampliar otro de los tantos lugares que exploraría el sonido del mismo.
Para 1963, este tipo de saltos estilísticos, fusiones y emprendimientos varios era toda una novedad, un enfoque poco ortodoxo que Bull creó en parte gracias al compartir un departamento con el maestro del laúd nubio Hamza El Din. Entre sus desarrollos personales, sus estudios y sus influencias, Bull terminó creando un disco que no tendría grandes ventas por sus fusiones atípicas y tampoco contaría con grandes famas, pero que luego sin saberlo habría terminado creando un trabajo que cuenta con altos dones de innovación y búsquedas que para su época eran una novedad.
Incluso para su segundo disco, ‘’Inventions’’ de 1965, Bull continua por una senda de adelanto para su época. Tenía mucho tiempo por delante con sus invenciones, sus fusiones, sus formas personales de ejecución, su incursión en la imitación del estilo de ejecución del sitar con su guitarra y sus fusiones que lo acercan por mucho a la psicodelia y sus tantas virtudes ya nombradas. Bull luego pasó por una rehabilitación por problemas de drogas y continuó afortunadamente su vida con varios trabajos discográficos más. Este pequeño apartado es creado en su memoria y para resaltar alguna de las tantas nociones que el artista ayudó a promocionar en su época con sus visiones.
Este es otro delirio más de los Ya Ho Wa 13, músicos que eran parte de una comunidad de jóvenes ‘’espirituales’’ creada en torno a la veneración de su líder ‘’Father Yod’’. Vivian en comunidad en las colinas de Hollywood, se auto sustentaban económicamente, y permanecían como un grupo excéntrico con actividades que ellos solos conocen y que mantenían en secreto.
El grupo contenía un núcleo central de 150 personas aproximadamente, con actividades varias, principalmente todo giraba en torno a Father Yod y al culto a su persona, se sabe que ‘’Father Yod’’ tenía 14 esposas y 3 hijos. También se sabe que promovían la salud natural, las dietas vegetarianas orgánicas, la vida en comuna, y otros ideales.
Nada bueno puede pasar cuando un grupo de gente sigue ciegamente a un líder, y especialmente en terrenos de los espiritual, pero lo bueno de esta historia es que entre estos fanáticos había algunos músicos, y dentro de sus actividades auto gestadas decidieron incluir la música, armando una banda, creando su propio estudio de grabación y grabando por ellos mismos un sinfín de discos.
Entre su producción hay muchísimo material y variado en su sonido, alguno con canciones, aunque en general su material gira en torno a la música improvisada, música de rock se sesión, atascos generalmente libres en tiempo y forma, con instrumentaciones liberadas, búsquedas espontaneas, cantos o recitaciones y ambientes de delirio que solo ellos sabían manejar a la perfección.
Lo característico de dichas sesiones es que, al ser producidas por un grupo con prácticas ‘’espirituales’’ y actividades afines, la música que generaban rondaba en torno a esas tierras de misterio, misticismos, exotismos ambientales de rock, rituales místicos, y búsquedas varias hacia ese lugar de misterio tan psicodélico y ritual.
Hay muchos trabajos de ese calibre dejado por el grupo y rescatado en el tiempo, los discos originales deben ser prácticamente muy difíciles de conseguir, pero se los rescató y reeditó en un lanzamiento que compila buena cantidad de ellos, en 1998. También hubo lanzamientos discográficos modernos.
Aunque la historia detrás de esta gente sea perturbadora, el material música que dejaron es alucinante, música de sesión psicodélica instrumental con recitaciones y búsquedas de los misterioso a través de la música, un emprendimiento plagado de exotismos y con arribos a lugares instrumentales insospechados y que solo se puede alcanzar con el rigor de la improvisación de rock libre, que suele llevar a los músicos a momentos de descubrimientos artístico, exploración, aprendizaje y unión a través del arte.
‘’I'm Gonna Take You Home’’ de 1974 es otro de sus tantos lanzamiento y cuenta con ese calibre de música psicodélica instrumental de rock, en cinco sesiones libres de exploración rockera, búsqueda musical sin ataduras o ideas preconcebidas sino de emprendimiento de salida pero sin seguridad a donde se puede llegar. No es un material para cualquiera, es música psicodélica muy inmiscuida en la experimentación, la búsqueda instrumental y lo mistico.
Ellos comenzaron lanzado discos en 1973 y desde entonces, durante varios años, se mantuvieron constantemente produciendo cosas, que en general se trataba de música improvisada grabada de una sola toma, sin ensayos. Aunque sólo nueve discos fueron producidos y puestos en libertad, se rumorea que más de 65 discos fueron grabados por el grupo, pero se perdieron en los últimos años. La mayoría de los álbumes fueron publicados en pequeñas series de 500 a 1000 copias, por en el sello ‘Higher Key Records’, propiedad del grupo, y fueron vendidos al público en general en el restaurant propiedad de Father Yod.
Dentro de la proto psicodelia (o acaso dentro de la psicodelia propiamente dicha) hubo algunos irreverentes que ya hacia mediados de los 60s hacían de las suyas pero con un carácter bastante avanzado dentro de la idiosincrasia hippie, de irreverencia contra las instituciones, sátira política, caos, y búsquedas sin forma ni formalidad, o tal vez solo se trataba del desenfreno, expresado sin límites, de una creatividad virgen y pura que surgía como espasmos creativos espontáneos y que no pretendían ni por asomo acercarse a cualquier convención musical más que la de sonar y replicarse en un disco que, por lo pronto, no era seguro que a alguien le fuera a gusta, pero que tampoco eso les significaba una limitación.
La proto psicodélica, como cualquier origen prototípico de cualquier género, puede llegar a significar muchas cosas, como los cantos de Maria Sabína bajo efectos de hongos psilocibios nativos publicado en un disco en 1957, o lanzamientos de spoken Word como’’Re-birth’’ de 1961 por el filósofo Gerald Heard, o tal vez el ‘’This Is It’’ de 1962 por el filósofo espiritual gurú del hipismo Alan Watts, entre otros. Pero una cosa puede resaltarse de esa etapa temprana y es que se comenzaban a debatir, correr y reformular muchos estándares del convencionalismo popular o de las convenciones de la tradición. La música hizo mella de eso y no pudo evitar reflejar ese ambiente de ruptura del hermetismo imperante ya desde la juventud en las personas, para mostrarlo de manera sonora en producciones que muchas veces eran inentendibles, especialmente antes de la aparición del rock, o incluso también ya habiendo aparecido el rock en la escena.
El rock trajo una formalidad, una plataforma en la que esa irreverencia logró encontrar algún cauce y manifestarse de forma más ordenada, efecto siendo aprovechado por bandas y compañías que vendieron por millones y cambiaron el rumbo de la música popular. Y si bien el rock tuvo su encuentro con la psicodelia y sus ramificaciones fueron enormes, aun en los bajos hubo quienes insistieron con esto de mantenerse puros en lo que a la psicodelia respecta. Psicodelia, o sea una manifestación que choca contra lo conocido por la civilización popular y busca romperlo desde adentro, atacando los valores podridos de las instituciones, replanteándolos de forma caótica de manera que ya no hubiera bases firmes donde pararse sino mas bien un caos donde la manifestación final sea el medio presente de ejecución y no hecho artístico consumado cual disco cuadriculado preparado para imprimirse y venderse por millones.
El rock de los 60s trajo avances, pero también significó la promoción de un estándar, y por tanto de una limitación a la cual adaptarse si se pretendía sobrevivir en la música. Antes del rock, en la proto psicodelia, pareciera haber una liberación a la que no cualquiera logró acceder en los años posteriores de psicodelia hippie. Si bien el hippismo puro fue un delirio en sí, tenemos en la proto psicodelia trabajos muchas veces inentendibles y que hay que bucear en sus idiosincrasias e historias para poder acercarse a algo que pueda llegar a ser su significado, si es que lo tienen en absoluto.
El folk también fue utilizado como plataforma en la que varias agrupaciones estadounidenses aprovecharon la andanada para salirse del cauce moral, o tal vez sea para continuarlo, continuar el ambiente de hipismo contracultural que se venía gestando poco a poco desde principio de la década y que los más atrevidos ya comenzaron a reflejarlo en lanzamientos discográficos desde mediados o incluso principio de los 60s. En ese ambiente de psicodelia temprana tenemos ya el ‘’This Is It’’ de 1962 por Alan Watts que ya mostraba un desenfreno por la ejecución y una falta de temor alguno por las formalidades. O de 1965 el ‘’Sing Ballads Of Contemporary Protest, Point Of Views, And General Dissatisfaction’’ por The Fugs, era otro artefacto delirante de este ambiente.
Por su parte The Godz, que provenían de la misma escena del Lower East Side que The Fugs, también hicieron de las suyas y mostraron su encantador desencanto. Hacia 1966 aparece ‘’Contact High With The Godz’’ de The Godz, que un principio nadie comprendió y recibió críticas no favorables. Para el momento se había adelantado a muchos, metidos en la vanguardia de la canción sin ataduras, metidos en la propia psicodelia como pocos, haciendo música sin limitaciones más que nada de lo moral, y manifestando un arte vivo que puede ser visto de reojo por la exigencia que surge de los músicos avanzados en técnicas y estudios.
Tal vez no sea lo más acertado llamar ‘’canciones’’ a estos sonidos, son más bien pistas acústicas de un folk con baterías, ejecutadas de forma intencionalmente imprecisa, cual músicos vírgenes que planean grabar algo desde el amateurismo más inocente, y que sin saberlo seguramente plantaron bases para sonidos sin precedentes aun para el momento y dejaron la semilla para la inspiración de mucha gente que luego de las décadas comenzó a verlos con ojos de culto.
Su música no es la dulce incompetencia de The Shaggs que fallaron intentando alcanzar la gloria y que finalmente dejaron algo encantador, ni el romántico manifiesto hippie folk ‘’Have A Marijuana’’ de David Peel & The Lower East Side que luchaba en las calles y proclamaban la libertad a los gritos y bajo alucinógenos. The Godz no tenían otra cosa más que su naturaleza viva y sus impulsos más primitivos, por lo que parecieran no tener precaución por el sonido o cualidad de sus ejecuciones, sus arremetidas son momentos acústicos indeterminados que fluyen al son de una aura extraña, muchas veces con sus instrumentos sonando llamativamente desencajados, con ritmos polirítmicos extraños y cantos convencidos de lo que dicen o no dicen.
No tenían miedo de sonar incompetentes, con canciones sin forma, arremetidas de un arte sin hogar y de pocos seguidores, música incierta, formas desprolijas pero que cuentan con un aire propio de ser lo que quisieron y no representar a nada en su época. El virtuosismo está en el espíritu no en la formalidad de alguna técnica de ejecución de la que nunca saldrán jamás.
The Godz se formó en Nueva York por Jay Dillon en teclados, autoarpa, voz, Larry Kessler en bajo, violín, voz, Jim McCarthy en guitarra, flauta, armónica, voz, y Paul Thornton en batería, maracas, guitarra. El grupo dio con el sello discográfico "ESP Disk", un sello dedicado a la música libre, especialmente al free jazz. Larry Kessler tuvo la oportunidad de trabajar como vendedor para el sello "ESP Disk", se hace amigo del director artístico y diseñador gráfico del sello Jay Dillon quien se une a los Godz. Stollman, el jefe de ESP Disk, firmó con el grupo, el álbum "Contact High With The Godz" fue grabado en septiembre de 1966.
He aquí otro artefacto de la era proto progresiva, que inspiró a muchos de los artistas continuadores del progresivo, y continuó demostrando que la extravagancia más pretenciosa de las obras psicodélicas sí podían lograr llegar a buen puerto, incluso consolidándose como una fuerza en su época y llegando a dejar una marca en una era.
Con una colección de inventos, cancines pop, momentos sinfónicos y rock de power trio liderado por órganos, Clouds plantea nuevas formas para la época, con una fórmula que cada vez se estaba intensificando cada vez más en el ambiente y que haría que las bandas del momento desencadenaran los sucesos irreversibles en el desarrollo de la música popular a partir de allí.
Hay una extravagancia que manejan muy bien, cierto delirio, cierto descontento artístico, que los lleva a construir este disco que se sale de muchos estándares cancioneros y ofreces muchas alternativas dentro de la canción popular, que para la época ya tenía una plataforma de aparición magistral dentro de trabajos de culto.
La duración promedio de los temas es corta, por lo que se llega a once tracks en el disco, con una cantidad de propuestas variadas de excelente manufactura compositiva. Hay canciones aquí pero también hay búsquedas de romper con la misma, momentos orquestados, momentos de improvisación, rock pero con ese sonido particular del órgano hammond del momento, baladas, y en general queda esa esencia en el aire de rock proto prog, de obra conceptual, de obra psicodélica compleja y rompedora de pisos, con sus búsquedas innovadoras y sus propuestas que vienen de otros lugares.
Podría ubicarse a Clouds, junto a otros artistas que fueron los encargados de marcar la era psicodélica y hacerla direccionar, gracias a sus inventos discográficos, hacia la era progresiva, con gente como Don Shinn, The Crazy World Of Arthur Brown, The Nice, Renaissance, entre otros.
La historia de la banda no tuvo un desenlace como pudo tener con otros afortunados y talentosos en la escena inglesa, pero Clouds logró varios títulos y membresías entre la consideración del público y de sus contemporáneos, inspirando a músicos, planteando nuevas e inspiradoras formas, codeándose con Brian Epstein en la primavera de 1967, y llegando a publicar ya en 1968 su primer disco, este álbum conceptual que sería un eslabón importante en la escena inglesa.
Tal vez no lograron el acercamiento a lo masivo, y su historia fue algo incierta, especialmente hacia el final de su corta carrera. Comenzando hacia mediados de los 60s y terminando de separarse hacia 1971. En medio de ello se consolidan como trio, algo power trio peor no de rock pesado sino de un rock fino, de fulguraciones y adelantos para el momento en la escena inglesa y la psicodelia en general.
el grupo tocó mucho en el club Marquee de Londres a finales de los años 60, especialmente hacia principios de 1967, junto a bandas como The Nice, The Syn (posteriormente Yes), Jethro Tull, The Yardbirds y Jimi Hendrix. Un joven David Bowie en su momento escribió un entusiasta artículo de periódico sobre la banda, del que se puede encontrar un facsímil en el sitio web de la banda.
Esta es una aventura musical de vanguardia, un invento, una innovación que para su época estaba bien ubicada, ya que suele atreverse a decir que incluso también se trata de rock progresivo, es que lo que aquí ocurre implica el surgir sucesivo de partes de rock que aparecen entre ambientes experimentales. De lo que más sabe este lanzamiento es de ambientes, momentos de delirio dentro de los que ocurre todo, como si de un experimento y un sonido conceptual se tratase. Es dentro de ese contexto donde surgen los elementos varios que enriquecen al sonido, entre gritos y voces, recitaciones habladas, y por supuesto esas partes de rock que dan la sensación de lo progresivo y pervierten aún más lo perverso.
Las continuas partes de rock surgidas en un sinfín de momentos, se pierden sucesivamente entre otras partes, con recitaciones, ruidos, delirios, instrumentaciones, fenómeno que deja en el aire esa sensación de que progresiones relacionadas con el rock están ocurriendo. Las partes de rock surgidas tienen que ver con momentos instrumentales, arremetidas acertadas y bien dinámicas entre lo que pareciera ser algo de música rock psicodélica. Las partes instrumentales se vuelven llamativas debido a que las mismas fueron ejecutadas por auténticos músicos de sesión de mucha calidad, entre los que estaban, entre otros, miembros de Focus.
Aunque el elemento que más sobresale por sobre todo lo demás es esa voz masculina que se encarga de recitar, con dotes expresivos y una voz profunda, algunas recitaciones que terminan de desparramarse durante todo el trabajo y vuelven el asunto hacia tierras de recitaciones y palabra hablada. Un sinfín de poemas son recitados con intensidad a lo largo de todo el trabajo.
El álbum fue creado por el conocido cantante holandés Ramses Shaffy, quien también participa en piano y voz en el mismo disco. El cantante y actor holandés-francés Ramses Shaffy se hizo popular durante la década de 1960, especialmente por sus canciones enérgicas y conmovedoras con las que sedujo a los holandeses, quienes, al menos hasta finales de los años 60, eran conocidos por su falta de extravagancia. Se dice que durante los años 60 todo el mundo en Ámsterdam estaba enamorado de él.
El disco puede llegar a no ser sencillo de escuchar debido a la extravagancia del mismo. Dividido en dos extensas partes, de entre 20 y 25 minutos cada una, y que ocupaban cada una un lado original del lanzamiento época en vinilo, se presenta toda una aventura musical en la que no hay canciones sino dos extensas partes de incursión sonora y experimentación instrumental.
Seguramente se trata del álbum más ‘’extravagante’’ de Ramses Shaffy, o por lo menos en el que experimentó más, saliéndose de los sonidos populares y la canción. En gran medida esto es típico de la época, este tipo de extravagancia que solían surgir en las discografías de las bandas y artista solistas del momento no aparecían por casualidad. Había en la era hippie una fascinación por los vanguardismos, fascinación que encajó a la perfección con la cosmovisión del artista de época que buscaba en la psicodelia una forma de romper con los estándares e instituciones, la vanguardia no tardaría en llegar y complotar con la psicodelia del momento.
Esas vanguardias provenían de las escuelas europeas de música electrónica y concreta, de orquestas vanguardistas, e incluso antes de ello, de vanguardias como los surrealistas, dadaístas y futuristas, todo ello terminó de arribar a la década de los 60s en gran forma, y hacia finales de la década se vieron revitalizadas al encontrarse con la música popular. Este encuentro hacía que muchas veces la música de aquella época dorada no sea tan sencillo de escucha, pero es un buen ejercicio el de escucharla para romper con la estructura eterna del mote del hit cancionero popular que enloquece a las masas sedientas de divertimentos vanos.
En el inconsciente colectivo suele estar instalada la noción de que la música tiene que ser una canción, y si es pegadiza y exitosa se vuelve mucho más atractiva, percepción por la que se llega a despreciar cualquier música que se sale de estos requerimientos morales. Esta tendencia pareciera estar instalada a fuego en la percepción sobre la música, que nace de la percepción humana en sí misma, y que por supuesto se ve reflejada en las elecciones musicales de la mayoría.
Este álbum cuenta con una sensación de misterio que lo envuelve y lo protege, en sí la banda misma tuvo ese halo de culto psicodélico a su alrededor, por lo que no eran una banda más de cualquier escena, eran un grupo particular, con sonidos encaminados en mayor parte hacia arreglos acústico, aunque también se codeaban con el rock, y por supuesto con la psicodelia, además de agregar muchas vece a sus composiciones sonidos de instrumentos autóctonos de Japón.
Creada en 1984, la banda Ghost floreció lentamente, tocando al principio solo música improvisada y de forma libre, esencia musical que marca a fuego sus ejecuciones discográficas. Cuando comenzaron a grabar por primera vez en 1988, música ya había virado hacia composiciones pero que nunca perdieron su aura mística y psicodélica.
Su discografía comienza en 1990 con el homónimo ‘’Ghost’’, una bella pieza musical plagada de misterios y bellezas internas, entre predominancia de instrumentación acústica y muchos elementos de lo ritual y místico de la psicodélia. Aunque contiene buena dosis de improvisación, las composiciones no fueron pensadas a la ligera, todo este disco debut es un expendio de momentos delicados, bellos arreglos acústico que se van desenvolviendo en el tiempo y el espacio, sensación por la que suele decirse que este disco es ‘’espacial’’, cuota con la que cuenta realmente.
El trabajo es variado en su amplitud, desde canciones acústicas, hasta momentos con intervención de batería o momentos de aire ritual donde la canción pasa a un segundo plato y los ambientes y sonidos místicos copan el protagonismo del disco. Lo que fundamenta el sonido del disco son los arreglos de guitarra acústica, estos forman parte del sonido vital de este disco y en general de muchas de sus grabaciones, siendo la base desde donde parecen partir sus miras y desde donde luego surgirán los demás agregados instrumentales, como bajo, batería, flauta, entre otros.
Hay muchos momentos muy auténticos de la banda, los tracks rituales como ‘’Moungod Te Deum’’ o ‘’Moungod Radiant Youth’’ son momentos que intensifican la sensación misteriosa del disco y a la vez le brindan un aire diverso con sonidos que se salen de lo esperado. O la bella ‘’Ballad Of Summer Rounder’’, una pieza de casi diez minutos que comienza con intervención austica y canto pero a lo que en el desarrollo se le suma una batería, una pieza de culto.
El disco comienza con el tema ‘’Sun Is Tangging’’, el cual abre el disco con una gran explosión sónica antes de comenzar la canción, ese detalle marca el comienzo de un estilo, y es un estamento que determina que no va a ser un viaje común y corriente. Aunque el disco presenta canciones, la mayoría se las arregla para estar muy bien condimentadas para sonar a los Ghost y para salirse del cauce corriente de las cosas. Muchos misterios sonoros hay dando vueltas, vientos oscuros, momentos rituales, explosiones, auras de luz y búsquedas articulares en las composiciones.
No es un sonido de virtuosismos, es más bien una búsqueda interna y sentida de exploración musical, con un aura propia, su personalidad, sus misterios, sus búsquedas exploratorias, sus vanguardias, y sus miras hacia desarrollar una música de carácter propio que, desde su escena y hasta el momento de la disolución de la banda, lograron alcanzar sus seguidores y fanáticos.
Por lo místico del sonido y las remembranzas que se pueden tejer de muchos momentos, la relación con lo psicodélico es directa. También parecen beber de lo ‘’escénico’’ de las vanguardias japonesas, del rock, y el folk. El homónimo ''Ghost'' fue lanzado originalmente por ‘’P.S.F. Records’’ en 1990, y reeditado por Drag City en 1997. La canción Sun is Tangging también apareció en el recopilatorio Tokyo Flashback Vol. 2 de 1992.
Este artefacto se podría ubicar entre la psicodelia y el rock proto progresivo, en realidad tiene mucho de zapada instrumental, todo el disco es instrumental, pero al recorrer varias partes internas y tratarse tan solo de cuatro extensas piezas, entonces queda una sensación de complejidad en el ambiente. Un sonido pesado de power trio con gran oficio para la zapada bluesera-rockera, por lo que los solos de guitarra no faltan. El rock que manejan es un rock pesado, rockero, rocanrolero, con ejecuciones que funcionan muy bien en la agilidad de sesiones amplias e improvisadas.
En esencia esto es psicodélico hasta la medula, cuatro piezas instrumentales con accesos internos hacia tierras de volatilidad rockera guitada por una guitarra electrica, con suciedad, ambientes, acercamiento a lo ritual y al delirio. Las cuatro piezas cuentan con pasajes internos, instrumentales e aparentemente improvisados, en los que la banda se vuelca hacia la libre ejecusion rockera, la jam sesión instrumental, en lo que demuestran ser maestros.
Las cuatro piezas que componen el disco cuentan con una característica similar, que es el hecho de que abren y terminan las sesiones con un motivo prefijado, la composición con algún riff o arreglo particular, siendo en el interior de ello, el desenlace en el que viajan hacia momentos de improvisaciones con mucha libertad.
Aunque también en ‘’The Gator Society’’ proponen un sonido que va más allá del rock, con la creación de ambientes misteriosos, donde esa característica tan hippie de lo ritual tiene lugar, cuando lo que comienza como un rock pesado termina siendo un pasaje por algún templo etérico en el espacio. Allí viajan muy lejos del rock insmiscuyendose hacia tierras desconocidas y misticas por naturaleza. El disfrute psicodélico que se puede obtener de muchos pasajes de este disco es absoluto, siendo a banda un grupo de músicos con miras hacia un más allá bastante lejano que los hacía extender sus composiciones de rock hasta lugares insospechados.
Para los amantes del sonido hippie y especialmente los amantes del sonido rock improvisado y las sesiones libres esto puede llegar a ser una perla, todo este trabajo se fundamenta en la improvisaciones, siendo el rock una excusa para liberarse de muchos moldes preestablecidos, para utilizarlo como plataforma desde la cual partir hacia una música que, aunque muy típica de la época, era la música ‘’nueva’’ del momento y ello trajo frutos en forma de influencia a mucho que lo que ocurriría luego en la escena rock y en la ‘’época de oro’’.
Este disco es una perla de rock olvidada en el tiempo y rescatada a veces por el mundillo de los amantes de la psicodélia, un trabajo que es estandarte de su generación en cuanto a reflejar lo que ocurría en ese ambiente creativo de las escenas de rock de la época en todo el mundo, en tanto a mucha improvisación, muchos solo de guitarra eléctrica, sonidos duros de rock & roll, momentos instrumentales, e ingreso a momentos de misticismo musical, rituales de rock.
''Goldenrod'', fue una banda norteamericana de rock acido/psicodelico de entre mediados y fines de los 60 que estuvo en proyectos donde fueron teloneros o tocaron con Elvis Presley y The Doors, entre otros. Eran provenientes de California y el grupo estaba integrado por Ben Benay en Guitarra, Jerry Scheff en Bajo y Toxey French en Batería. El interés del conjunto en la música pesada y la improvisación dio lugar a la grabación de su primer y único álbum, que se grabó en 1969 en Hollywood, bajo el sello Chartmaker Records.
Luego de este proyecto todos los músicos se dedicaron a sus asuntos. Ben Benay continuó su carrera guitarrista de sesión. Grabó con Barry McGuire, "Steely Dan", T-Bone Walker, BB King, Barbra Streisand, "Beach Boys", Cher, John Mayall y muchos, muchos más. Jerry Scheff se unió al grupo de Elvis Presley en 1969, donde trabajó hasta 1977. Era el bajista en el álbum "LA Woman" de la banda "The Doors" (y, si no fuera por la muerte de Morrison, incluso podría convertirse en miembro de él). Visto en los discos Ray Manzarek, Bob Dylan, Barry McGuire, Elvis Costello, etc. Toxey French grabado con Patti Dahlstrom, Free Movement, etc.
Detrás de esta producción estaba el sello ‘’Alshire’’, que se dedicaba a lanzamientos generalmente comerciales, sello asociado a Jerry Cole, un prolífico músico bastante comercial que para la época estuvo detrás de varios lanzamientos psicodélicos. La tarea creativa de Cole para la época, su visión, su prolífica producción y creatividad lo convierten en un artista con material muy amplio, muchísimos lanzamientos bajo su nombre o pseudonimos, incluso él se convirtió en un músico de sesión muy solicitado para la década de los 60s, trabajando con The Byrds, Nancy Sinatra, The Beach Boys, y Paul Revere & the Raiders, entre muchos otros.
Muchos emprendimientos precedió Cole, en su mayoría proyectos fugaces con lanzamientos que intentaban explotar los sonidos psicodélicos del momento y convertirlos en artefactos de consumo. Sus producciones, proyectos y lanzamiento psicodélicos incluyen, entre otros, a ''What's Happening!'' de 1967 por The Mind Expanders, ‘’Give Me Some Lovin'’’ de 1967 por The Projection Company, ‘’Are You Experienced’’ de 1968 por T. Swift & The Electric Bag, ‘’Mac Arthur Park’’ por 1968 The Stone Canyon Rock Group, ''Up Up And Away'' de 1968 por The Generation Gap, o los ''Psychedellic Guitars'' y ''More Psychedellic Guitars'' de 1967 publicado bajo nombre de Jerry Cole. Otro de los lanzamientos en los que estuvo involucrado Cole fue ‘’The Inner Sounds Of The Id’’ de 1967 publicado bajo el nombre The Id, aunque con este lanzamiento ocurre aquello de que a veces, entre las chatarras que se lanzaban, solían salir cosas interesantes.
‘’The Animated Egg’’ es otra de las tantas producciones lideradas por Jerry Cole, un proyecto nacido bajo su mano y creado con sus propias composiciones. El disco se compone por todos instrumentales psicodélicos muy a la hippie, beat rock, funky, toques de surf, blues ligero, liderado instrumentalmente en su mayoría por la guitarra eléctrica de Cole caracterizada por el sonido fuzz acido. Si bien no es una obra maestra y está pensado desde la explotación de lo psicodélico, tampoco lo hacen tan mal, con piezas ligeras que reflejan el ambiente hippie del momento, perfectas para musicalizar cualquier baile de la época. El disco cuenta con diez piezas cortas instrumentales, en su mayoría ligeras, fáciles de digerir, con una dosis muy alta de ese estirpe de la música de baile hippie. La guitarra eléctrica lidera con agilidad las piezas del grupo, y aunque el materia haya sido grabado con eficacia en poco tiempo, también es un mérito el sonido limpio y entretenido que resultó de esta empresa psicodélica.
Aunque no estaba seguro del resto del personal cuando se le preguntó a Cole sobre el LP muchos años después, los posibles acompañantes incluyen a Edgar Lamar y Don Dexter en la batería, Tommy Lee y Glenn Cass en el bajo, Billy Joe Hastings y Norman Cass en la guitarra, y Billy Preston en el órgano. El disco ’The Animated Egg fue reeditado bajo el nombre de ‘’Guitar Freakout’’ en formato CD y LP en el 2008, incluyendo el disco de The Animated Egg además de contener algunos tracks de sus tantas otras producciones de época.
Otra particularidad con la que cuenta este disco y la cual se suma a los tantos intentos desesperados del sello por vender refritos psicodélicos a como de lugar, es que para 1968, este disco fue relanzado también bajo otro emprendimiento de la casa como lo era la orquesta 101 Strings. Lo que ocurrió fue que al disco ‘’The Animated Egg’’, sumado a otras pistas tomadas del disco ‘’The Inner Sounds Of The Id’’, se le reimprimieron encima arreglos de cuerda de la orquesta, se cambiaron el orden y los nombres de las pistas, se le buscó una portada diferente y se publicó como una novedad bajo el nombre de ‘’Astro Sounds From Beyond The Year 2000’’ por la orquesta 101 Strings en 1968. Suena descarado pero a la vez es una reversión interesante del material de Cole, ya publicado bajo la 101 Strings, con sonidos psicodélicos que nos recuerdan que de estos aquelarres comerciales a veces solían quedar joyas muy interesantes.
Incluso en la era de la revolución juvenil, el mercado regia, los jóvenes compraban, y las empresas aprovecharon ese fenómeno de la psicodelia y el rock para vender aún más. Aprovechando esta moda pasajera del rock, e incluso cuando muchas veces este rock demostró que no era moda por su producción de obras impresionantes, las compañías incluso también aprovechaban el momento. Álbumes enteros eran creados por músicos de sesión en pocas horas y a bajo precio, se publicaban rápidamente, y se arrojaban a las estanterías de las disquerías emulando el estilo predominante por el gusto popular juvenil del momento, en este caso en la era hippie el estilo era la psicodelia. A veces, la portada colorida y la pretensión de querer pertenecer por fuerza, hacían creer al consumidor desprevenido que el contenido era de un artista popular y/o talentoso, cuando muchas veces no lo era.
Esta explotación de la psicodelia llevó a las compañías a producir grandes chatarras musicales buscando así aprovechar la moda y vender discos. Muchos fueron los casos, incluso se conoce al psychsploitation como ese fenómeno de discos generalmente comerciales, cuadriculados, con sonidos obsecuentemente aburridos, con canciones que buscaban descaradamente el hit pegadizo, emular los sonidos de época, o generalmente también eran refritos instrumentales de temas conocidos de artistas muy populares, como The Bealtes, Rolling Stones, Jimi Hendrix, etc.
Aunque ese fenómeno no termina allí, muchas veces esos discos eran de baja calidad y poca creatividad, aunque a veces, pese a las condiciones en las que eran concebidos, se lograban crear sonidos bastante interesantes, y de allí salían perlas de la psicodelia que suelen sorprender. Artistas solistas, bandas de rock, proyectos comerciales fugaces, músicos de jazz, y hasta algunas orquestas terminaron haciendo refritos instrumentales de hits de la época o se volcaban a la psicodelia de manera comercial, buscando la popularidad, obsecuencia y éxito comercial.
También ocurría que esas incursiones comerciales descaradamente buscadoras de éxito, finalmente lograban el éxito comercial, tal vez con todo un disco o tal vez con alguna melodía que se volvía pegadiza en un lanzamiento. Muchas veces un refrito instrumental se volvía un éxito, lo cual generaba problemas legales con la banda dueña de la melodía. Aunque no tiene nada que ver con Jerry Cole, pero es un caso interesante, es lo que hizo The Andrew Oldham Orchestra, una orquesta que en 1965 publicó un disco con refritos instrumentales de temas de The Rolling Stones llamado ‘’The Rolling Stones Songbook’’.
El ‘’problema’’ comenzó cuando esta orquesta tomó el tema ‘’The Last Time’’ de dicha banda, pero reversionándolo de manera muy creativa, convirtiendo el tema original en una cosa instrumental nueva e interesante, y con una melodía innovadora y mucho más excitante que la canción original. The Rolling Stones pronto tomaron acciones legales y se quedaron con los derechos de autor de esta reinterpretación. Esta historia ultra conocida se corona ya en la década de los 90s, cuando la banda de rock inglesa The Verve ‘’toma prestada’’ esa melodía creada por The Andrew Oldham Orchestra para componer su himno de rock ‘’Bitter Sweet Symphony’’. Luego hubo problemas legales y demandas por parte de The Rolling Stones para con The Verve, hasta que The Rolling Stones terminaron cediendo los derechos. Pero lo más interesante de esto es ver como una orquesta de refritos instrumentales creó algo original a partir de una reversión y con ello cambiaron el curso de la historia de la música, incluso el gran mérito de todo esto lo merece The Andrew Oldham Orchestra, que creó algo hermoso a partir de un tema de The Rollings Stones, e incluso The Verve lo único que hizo fue robar esa melodía inconclusa y crear su canción. Pero el gran mérito de esa pequeña historia lo merece la orquesta de refritos The Andrew Oldham Orchestra.
El primer disco de la banda estadounidense The Electric Flag es a la vez la banda sonora de la película homónima ‘’The Trip’’ de 1967 como también uno de los primeros discos en contener el sonido del sintetizador Moog en su haber. El trabajo es una muestra de la música de la película que representa, una colección de pasajes sonoros instrumentales que reflejan a las claras la idiosincrasia hippie en cuanto más pueden hacerlo. Una buena colección de tracks psicodélicos, en su mayoría cortos, de no más de un par de minutos cada una, que son pequeños trips de delirio sonoro.
En sí no es un gran disco, es más bien un muestrario de lo que pasa en cuanto a lo musical en la película, no parece haber una idea cohesiva que unifique todos los tracks más allá de que todos son pequeños viajes sonoros conglomerados en un disco que musicaliza una película llamada ‘’El Viaje’’. Tal vez podría tenerse una referencia de a donde se quiere llegar conceptualmente con este disco más allá de que sea un intento comercial en su época.
La película a la que refiere este disco es la homónima ‘’The Trip’’ de 1967, un film hippie y de ''psychsplotation'' por excelencia, censurada en algunas partes del mundo, escrita por Jack Nicholson, y dirigida por Roger Corman, un especialista en hacer cine con poco y en aprovechar la tendencias del momento, por lo que para finales de los 60s esta producción tenía que salir a la luz aprovechándose la oleada psicodélica. El film trata de un joven, interpretado por Peter Fonda, que experimenta con un trip acido, y básicamente todo ocurre en esa perspectiva. Muchos momentums y estados transita en protagonista en su viaje hacia lo interno. Y tal vez podría tenderse esa relación de paralelismo con la música de este ‘’disco’’, que pasa por momentos de misterio, momentos gratos, momentos divertidos, pero también momentos de mal viaje y desazón.
Al tratarse de piezas cortas, el álbum cuenta con buena cantidad de tracks, dieciocho en total, por lo que hay una diversa cantidad de inventos sonoros para escuchar. Pequeñas melodías, improvisaciones, delirios, alguna referencia a la música raga, malos viajes, entre otros. Algunos momentos interesantes del disco son, ‘’Fine Jung Thing’’ como una zapada blusera con ritmo de funk y muy buenas intervenciones eléctricas por la guitarra solista de Mike Bloomfield, o ‘’Peter Gets Off’’ otra pieza que también parece una improvisación pero esta vez liderada de forma solista por un saxo. O los pequeños trips sonoros como en piezas como ‘’Joint Passing’’, ‘’Inner Pocket’’ o ‘’Flash, Bam, Pow’’, o sino la blusera ‘’Gettin' Hard’’, una improvisación lenta de blues con solos de guitarra eléctrica.
Para 1967 había tan solo un puñado de discos en los que aparecía el Moog en su sonido, y lo que resalta de esos trabajos es lo muy bien ejecutado que estaba siendo ya para esa época este sintetizador, viéndoselas en trabajos muy experimentales de psicodelia, entre otros lanzamientos comerciales varios de tipo ‘’moogsploitation’’. Para ser una tecnología que recién estaba surgiendo es llamativo lo bien utilizado que está el sintetizador en muchos discos primarios del momento, aun sumergidos en el ambiente psicodélico, aunque vale aclarar que, pese a que el Moog sí aparece en este disco ‘’The Trip’’, no tiene una intervención preponderante sino más bien aparece como detalles en varios momentos sueltos.
El encargado de las aplicaciones electrónicas en ‘’The Trip’’ fue Paul Beaver, un entusiasta promotor de esta nueva tecnología del sintetizador Moog, como músico, y con colaboración de Bernie Krause, se convirtió en promotor comercial de Moog en la Costa Oeste de los EE. UU. Su promoción especialmente en el mundo de las bandas de rock hippie sirvió de enlace para llevar la música electrónica incluso también a otros de los primeros álbumes, todos psicodélicos, en contener el sonido del sintetizador en su haber, como ‘’Psychedelic Percussion’’ de 1967 por Hal Blaine, ‘’New Sound Element Stones’’ de 1967 por Emil Richards, ‘’Pisces, Aquarius, Capricorn & Jones Ltd.’’ de 1967 por The Monkees, ‘’The Notorious Byrd Brothers’’ de 1968 por The Byrds, entre otros.
The Electric Flag fue una banda estadounidense de rock pero con mucha intención hacia el blues, creada y liderada en 1967 por el gran guitarrista Mike Bloomfield, quien venía de la experiencia de ser parte de The Paul Butterfield Blues Band. Bloomfield, junto al tecladista Barry Goldberg y el baterista Buddy Miles, y con otros músicos como el vocalista Nick Gravenites y el bajista Harvey Brooks, tuvo la ambicion de crear algo así como él llamo "música americana", tomando inspiraciones del blues de big band de BB King, T-Bone Walker y Guitar Slim (Eddie Jones), sino también en los sonidos soul contemporáneos de Otis Redding, Steve Cropper, Booker T. & the MG's y otros. También se inspiró en las formas tradicionales del country, el gospel y el blues.
Inicialmente la banda se llamaría American Music Band, pero Bloomfield organizó la banda que se conocería como The Electric Flag en la primavera de 1967, buscando un sonido propio al incluir instrumentos de viento. La banda alcanzó su apogeo con su segundo disco, el lanzamiento de 1968 ‘’A Long Time Comin' ’’, una fusión de estilos de rock, jazz y R&B que se ubicó bien en la lista de álbumes pop de Billboard.
Este álbum de pop y rock hippie cuenta con mucho arreglo sinfónico, lo que lo ubica entre los álbumes ambiciosos de la época, entre los trabajos conceptuales del momento, y además lo acerca a los orígenes del rock progresivo por sus ideas innovadoras y sus búsquedas compositivas, junto a álbumes tempranos del género como ‘’Days of Future Passed’’ de 1967 por The Moody Blues, ‘’Vanilla Fudge’’ de 1967 por Vanilla Fudge, o ‘’The Thoughts Of Emerlist Davjack’’ también de 1967 por The Nice. Todos estos álbumes tempranos, aunque con propuestas diversas entre sí, comenzaron a dejar entrever que una nueva música estaba surgiendo en el rock y se estaba desprendiendo del rock hippie, una nueva música de rock que continuaría mucho de la psicodelia pero ahora con otros elementos y sofisticaciones.
‘’Rotary Connection’’ de Chicago se propuso hacer algo muy ambicioso desde el ámbito del rock de época, aunque en realidad el disco no es tan rockero en cuanto a guitarras sucias y riffs pesados, esto es más bien un invento que va por entre el pop y el soul, con inventos propios y reversiones de algunas canciones de Bob Dylan, The Rolling Stones y Sam & Dave, a las cuales estiraron y convirtieron en cosa propia de la banda, hasta tal punto en que las convirtieron en algo totalmente diferente a lo original, irreconocibles.
Todo el disco es un auténtico experimento en el que desfilan trazas de góspel, electrónica, raga, psicodelia, jazz, música clásica, baladas, ubicadas en el entorno de la canción pero estas estando ornamentadas con arreglos de cuerda y voz y siendo estiradas de manera que funcionan muchas veces con introducciones, desenlaces, partes álgidas y finales, todo una esmerada visión proyectada hacia la producción y composición. Su ambición y extravagancia supieron dar inspiración a los progresivos de la primera ola. El disco es una gran experiencia, no de rock pero de la psicodelia más ambiciosa, uno de esos típicos delirios creativos de la era hippie en la que músicas de distintos estirpes culturales que combinan con orquestas, coros y mucha experimentación. Pequeñas piezas que sirve como conectores, experimentación de estudio, fusiones y mucha experimentación, son más características que desfilan en esta producción de grandes visiones.
El trabajo es todo un experimento, y como tal puede que a muchos no les guste, pero este tipo de arremetidas prototípicas siempre son importantes para la evolución y el no estancamiento de la música popular, permitiendo los productores de época muchos inventos que hoy en día serían imposibles, por lo menos para el ámbito de la música masiva y popular, ya que en el ámbito del under y las vanguardias eso ya existe y sigue existiendo hoy en día.
Rotary Connection fue una banda estadounidense de soul psicodélico, formada en Chicago en 1966. La banda, altamente experimental, fue ideada por Marshall Chess, hijo de Leonard Chess, fundador de la discográfica ‘’Chess Records’’. Marshall fue el director e ideólogo de la etiqueta Cadet Concept Records, y estaba interesado en desarrollar música experimental que fuera más allá del blues y el rock que habían hecho popular a ‘’Chess Records’’. Esto lo llevó a centrar su atención en el floreciente movimiento psicodélico de la época. El productor y tecladista Charles Stepney (posteriormente productor de Earth, Wind & Fire ) también estuvo a cargo de la producción.
Marshall reclutó Charles Stepney, un vibrafonista de formación clásica, arreglista y productor. También reclutaría a los Bobby Simms, Mitch Aliotta , y Ken Venegas, músicos que participarían del primer disco del proyecto. Sidney Barnes, un compositor dentro de la organización de Records Chess, también se unió al proyecto, al igual que Judy Hauff. También contaron con un elenco de cantantes que alternaban entre el soul y el celestial (incluida una joven artista también de ‘’Chess Records’’, llamada Minnie Riperton). Además de unirse el guitarrista Phil Upchurch y el baterista Morris Jennings.
El grupo lanzó seis álbumes durante su tiempo de vida, producidos y arreglados por Charles Stepney para ‘’Chess Records’’. Su primer album, el homónimo ‘’Rotary Conecction’’, puede parecer un experimento incomprendido pero es apenas el comienzo discográfico de una banda que publicaría más artefactos en los siguientes años.