domingo, 22 de junio de 2025

Reynols - Polos Mosco (1999)

 Reynols es la derivación de todas las cosas que ha dado la música, un ente de éter encarnado en el mundo, que se plasma en la materia y en el devenir humano a manera de don musical, por lo que sus intervenciones musicales y sus discos son dones otorgados al humano, capaces de generar su, en suerte, despertar. Reynols es una materia sonora indeterminada de calidades profundas, dones complejos de abordar por su honda simpleza y su humilde empatía por la creatividad en estado puro. Esta entidad no tiene principio ni fin, solo manifestaciones, elucubraciones fulgurantes que se plasman a lo largo de sus experiencias creativas de muy diversa índole en lo referido a la música hacia sus muchas direcciones, siempre en su estilo tan particular e indeterminado para mucho de lo que se conoce popularmente, aunque lo popular es bien conocido e de influencia para Reynols.

No hay explicaciones que alcancen para determinar qué es Reynols, o como ocurrió, o como se manifiesta, y tal vez esos misterios habría que dejarlos en su lugar, pero ocurre que sus manifestaciones artísticas resuenan en una serie de proyectos musicales altamente interesantes, los que se presentan y suministran mucha lumbre que cortar para quien guste de este tipo de expresiones.

La inventiva de este grupo de seres es muy particular, manejan una elocuencia creativa cuya frescura se ramifica en todo lo que hacen, pueda ser aquello comprendido o no, no importa. Pero lo que ellos manifiestan está en un lugar ulterior, tanto lo que dicen desde lo expresado verbalmente, como lo que manifiestan de forma instrumental. Todo su fluir artístico es una cosa indeterminada, un afortunado acto expresado por un azar cuyo origen pareciera ser alguna fuente pura de manifestación, es el reflejo de un estado incierto y complejo para el humano, y fluye hacia la materia sonora mediante el médium que es Reynols. Todo lo manifestado por el grupo cuenta con un sentido total y cada elemento de sí mismo responde a una misma cosa inexplicable e inentendible para la fortuna convencional, por lo que su idioma musical no es una cosa sencilla de abordar y mucho menos de interpretar a ciencia cierta. Toda esa cosa que se intenta interpretar acerca de Reynols y su música, es tan solo un lejano vislumbramiento que procede del sesgo propio del humano, haciendo la salvedad que el ver sin tapujos de por medio no es una cosa sencilla.

La esencia existencial de la manifestación Reynols ha generado interés y finalmente el aprecio de muchos artistas a lo largo del mundo, es que hay en todo ello, en todo eso expresado y en la historia de los sucesos pasados del grupo, un carácter de lo etérico y una sencillez que se ramifica volcándose desde un no lugar hacia ciertos sucesos artísticos, manifestados hasta alcanzar un sinfín de estados musicales. 

Hay en todos esos sucesos nombrados una cualidad de misteriosa simpleza, una alegría por la expresión, una fuente inagotable de ideas creativas que se suceden cual reflejo de algo inentendible que procede de algún lado y llega hasta nosotros utilizando a Reynols como medio de expresión y a la música como medio de manifestación.

Reynols tiene editados más de cien discos en todo el mundo, a través de sellos norteamericanos, ingleses, alemanes, franceses y japoneses. La discografía de Reynols es enorme, ampliamente variada y ha ayudado a esparcir una influencia que ha alcanzado ecos fenomenológicos a lo largo de todo el planeta, dicho esto no resulta extraño el concebir que el grupo se ha codeado con muchos personajes de la vanguardia del mundo, tocando en vivo en el Lincoln Center de Nueva York en abril de 2000, compartiendo conciertos en vivo junto a Sonic Youth, o grabando discos junto a elementos como The Nihilist Spasm Band, Acid Mothers Temple, Pauline Oliveros, entre otros.

‘’Polos Mosco’’ de 1999 es una de las primeras manifestaciones discográficas de Reynols, una experiencia no primaria, pero sí original desde lo discográfico. De todas formas, esto no fue un impedimento porque poco después del lanzamiento de este disco y del comienzo de su experiencia musical colectiva, Reynols estaría ya en contacto con artistas de renombre en el mundo, expresando que no hay un principio para su experiencia sino una azarosa continuación de un tramo que provino y continuó hasta cierto punto, pero que no concluyó, sino que se hizo carne como reflejo parcial de una cosa total. Todo esto refleja también que en las manifestaciones de Reynols hay una cosa llamativa, una inocencia creativa que hace que todo lo que expresen se convierta en un acto de felicidad, con esa ambivalencia lograda por ellos que va desde la simpleza creativa hasta el hermetismo más particular debido a lo poco recurrida que es la música fuera de su estado comercial para los públicos masivos.

No es facil acercarse a las expresiones musicales de Reynols, debido a ese carácter que en lo convencional pueda ser entendido como una suerte de vanguardismo, expresado entre creaciones indeterminadas que surgen desde la experiencia como banda, grupo, con baterías, distorsiones, acoples, cantos libres, ruido sin atadura, construcciones sonoras y arremetidas sin la determinación previa de un prejuicio artístico. No hay una formalidad creativa que restrinja la experiencia musical de Reynols, sino que todo lo ejecutado posee ese grado tan alto de libertad como para manifestarse en un campo de amplitud exacta. No hay caracteres que restrinjan su experiencia, solo un acto de expresión per se. 

Hay mucho qué explorar en este disco, así como hay mucho por explorar en toda la experiencia musical de Reynols, y tal vez su principal don sea aquel mismo don con el que cuenta el vanguardismo propiamente dicho, que es el de trascender las instituciones para volverse sus manifestaciones en nuevos valores creativos, esto en Reynols en una constante y todas sus creaciones son enseñanza pura, desafíos desde lo musical que surgen y están, con un don tan particular como excitante y misterioso, listos para ser planteados a la experiencia humana.

Cod: #1815

viernes, 20 de junio de 2025

Angus MacLise - The Invasion Of Thunderbolt Pagoda (1999)

La psicodelia fue, en su momento, una derivación de todos los vanguardismos ocurridos hasta allí durante el siglo XX, tomando elementos desde el surrealismo, el dadaísmo, luego la música concreta y la electrónica más intelectual, la música de vanguardia, el minimalismo, las orquestas experimentales, y la música experimental en general. Todo ello convergió en la psicodelia, terminando de convertirse esta en un compendio de elementos de vanguardia que no hicieron más que nutrirla, inspirara, darle sustancia para los experimentos que en ella tendrían lugar, para terminar incluso de convertirse la psicodelia misma en uno de los vanguardismos más importantes del siglo XX.

Esta importancia radica en el hecho de que la psicodelia sirvió como fenómeno que contribuyó decisivamente al trocar de la vanguardia desde un lugar exclusivo e intelectual, para pasar a ubicarse esta hacia terrenos de la música popular, de allí el nacimiento del rock psicodélico, con todas sus ramificaciones, inventos e innovaciones importantes traídas para la evolución del rock y la música popular desde allí en adelante. 

Pero el nacimiento de este rock psicodélico, que mucho tuvo de impacto en la música popular al romper muchas convenciones y traer la experimentación al campo de la música grabada, fue tan solo un aspecto derivado de la psicodelia y el ámbito del underground, que era donde se fermentaba todo ese real caldo de cultivo en el que las generaciones de jóvenes artistas plasmaban sus experimentos en muchas áreas del arte y así se retroalimentaba todo el entorno. Desde los lugares como la poesía de vanguardia o más bien la literatura en general, el cine, la pintura, escultura, teatro y ni hablar de la música, etc. Todo ello estaba allí y era parte del caldo de cultivo en el que jóvenes, artistas e intelectuales circulaban creativamente y se enriquecían del floreciente ambiente artístico que tuvo lugar ya desde primeros años de la década de los 60s en los Estados Unidos, e incluso posiblemente también desde algunos años antes.

Ese ambiente fue el lugar donde floreció el hipismo y de donde surgieron muchos referentes y/o bandas icónicas que aún se recuerdan hoy en día como precursoras. Desde Timothy Leary y su revolución ácida, hasta Grateful Dead y sus fiestas de ácido, artistas innovadores como Andy Warhol, o la misma Velvet Underground, etc. En ese ambiente se construyeron muchos referentes que son figuras hoy en día, pero también hubo personajes que se reusaron a la búsqueda de la popularidad y lo masivo, prefiriendo quedarse en la periferia para no relegar su arte a algo que encaje con el montón, y por ende emprender un viaje artístico lo más auténtico posible, toda una decisión filosófica de vida.

Quedan muchos rastros artísticos de esa vanguardia de la baja escena estadounidense, algunos referentes que generalmente también han sobrevivido al paso del tiempo pero no con una fama masiva sino muchas veces como personajes de culto reconocidos por los allegados a esas artes más marginales frente a lo popular, desde novelas y poesía de escritores como los poetas de la generación beat y otros, cine alternativo experimental como las películas de Ira Cohen, entre otros cineastas, y en música también hay mucha tela que cortar. 

De esa época fue el origen de la música minimalista, vanguardia que estuvo allí en ese momento del underground cuando surgió la psicodelia, por lo que estos géneros llegaron a codearse gracias a los artistas que circulaban el ambiente y llegaron a realizar muchos experimentos de forma conjunta. La psicodelia originaria pareciera algo crudo, ya luego se vertió hacia la música popular y la generación del rock la tomó para la creación del rock psicodélico, pero antes de esa generación, hacia los primeros años de la década de los 60s, pareciera que la psicodelia se encontraba en sus orígenes y, aun sin el encuentro con el rock, ya gozaba de un carácter muy profundo en cuanto a lo experimental, expresada muchas veces en forma de música drone, ejecutada en aquelarres experimentales, expresada en rituales por artistas con curiosidades místicas, lo dicho en su encuentro con el minimalismo, además de todo ese mundillo vanguardista que se nutrió de lo experimental.

Arte por Angus McLise

De los tantos personajes de ese underground psicodélico aparece un nombre que es el que Angus MacLise, un personaje que fue fiel reflejo del típico joven contracultura de la época, que se negó a llevar una vida formal y rechazó muchas convenciones, tal fue el punto, tanto se negó a ser encasillado, que rechazó las formalidades en su producción artística, cosa que lo llevó a rechazar también la búsqueda de fama para reafirmar así su pertenecer a un lugar de oscuro under creativo. En parte este artista es conocido porque fue el primer baterista que tuvo la formación de la mítica Velvet Underground, banda que en algún punto comenzó a refinar sus producciones alternativas para darle forma de canción y así buscar más afinidad con lo popular. Angus MacLise se negó a esa propuesta y abandonó la banda de inmediato cuando esta decidió tomar ese camino. En su lugar, el artista prefirió seguir pululando por ese ambiente más bajo pero de mayor libertad, su obsesión fue la de la libertad sin concesiones, y en ese lugar llega el planteamiento que es el de hacer el arte por hacerlo, por convicción y pasión, y no por una búsqueda de fama o popularidad.

Angus MacLise nació en Bridgeport, Connecticut, el 4 de marzo de 1938, trabajó en multimedia y en el movimiento Fluxus, diseñó su propia caligrafía, fue poeta místico, actor, editor, librero y viajero por el mundo. También fue miembro fundador del Theatre of Eternal Music junto a La Monte Young, grupo participe de la creación de los primeros minimalismos, grupo por el que pasarían músicos como John Cale y Terry Riley, entre tantos otros. Como músico MacLise tomó clases de percusión latina, estudió técnica de jazz, música de danza medieval europea y percusión de forma libre.

La vida de Angus MacLise fue una de bohemia, dedicó gran parte de su existencia terrena a viajar por el mundo, a experimentar con su arte al cual nutria con experiencias con otros artistas, conociendo personas y aprendiendo de cada lugar. En sus propias palabras: ‘’Seguí un camino a través de la poesía, la caligrafía, la música y el viaje, vibrando con tantos seres como fuera posible’’. MacLise mantuvo una estrecha relación con la mayoría de las figuras creativas de su época, especialmente más con algunos, entre ellos el artista Ira Cohen, un poeta, cineasta, fotógrafo y artista visual que también viajó por el mundo. 


Ira Cohen fue además el creador de lo que él denominó como la ‘’Mylar Chamber’’, una sencilla sala de paneles con bisagras cubiertos por películas reflectantes de Mylar. El espacio que funcionó, entre 1968 y 1971, en un loft de la calle Jefferson de Nueva York, donde el artista creó algunas de las imágenes más míticas de finales de los años sesenta. A través de contactos Ira Cohen invitó a los visitantes a interpretar su propio yo en este pequeño teatro, entre ellos Jimi Hendrix, William Burroughs, Vali Myers, Jack Smith, Alejandro Jodorowsky, Lionel Ziprin, Ching Ho Cheng, Petra Vogt, Charles Ludlam, John McLaughlin y el grupo de rock Spirit. Por supuesto, Angus MacLise también pasaría por esa cámara y sería fotografiado.

Las creaciones de Ira Cohen pasaron también por la realización de algunos films experimentales, dirigidos por él mismo, entre ellos ‘’Kings With Straw Mats’’ y ‘’Brain Damage’’. ‘’The Invasion of Thunderbolt Pagoda’’, de 1968, fue originalmente otra de sus películas, un mediometraje experimental dividido en tres partes: "The Opium Dream", "Shaman" y "Heavenly Blue Mylar Pavilions", que muestra el quehacer de unos personajes oscuros y sus andanzas entre opiáceos y rituales extraños. El film fue creado y dirigido por Ira Cohen, con participación de Angus MacLise como parte del reparto de actores, MacLise también se encargaría de componer la música que luego sería utilizada como banda de sonido de la película. 

El film pertenece al under psicodélico de la época y con el tiempo se ha convertido en un elemento de culto referente para el cine alternativo o experimental. En este film Cohen utiliza sus inventos con reflectantes de Mylar para capturar las escenas de muchos momentos del mismo, por lo que muchos de los momentos de la película transcurren por un lugar de alteración visual de estilo psicodélico.

Angus MacLise en el Mylar Chamber, foto por Ira Cohen

La música compuesta por Angus MacLise es tan incierta como el film mismo, por lo que resulta perfecta para musicalizar dicho delirio fílmico. Esta música también es un reflejo del arte de MacLise, algo amplio, indeterminado, totalmente experimental, lisérgico, casi como un fragmento de la psicodelia misma, una concepción musical en la que no hay comienzo ni final, solo una cosa sucediéndose cual ambiente psicodélico perdido en un ritual de oscuridades y misterios. La música de la película es una cosa que se sucede sin cortes, de principio a fin dentro de una ejecución muy extensa de casi media hora de duración. Estos sonidos son un reflejo de la inquietud del artista por nutrirse de muchos elementos, por lo que en esos ambientes indeterminados convergen percusiones de tipo hindú, con drones también salidos de tampuras hindúes, y otros agregados como voces, órganos, flautas y guitarras. Esta musical tiene un vinculo directo con el minimalismo, debido a que toda la producción sonora es una cosa indeterminada que fluye en una misma aura, casi como el minimalismo mismo, la influencia está a la vista, y es un reflejo del vinculo intimo que tuvieron la psicodelia con el minimalismo, compartiendo estrechos lazos con la espiritualidad de la India, cohabitando el mismo ambiente creativo y teniendo en común esa inquietud por experimentar y salirse de las convenciones.

Las grabaciones musicales de Angus MacLise quedaron archivadas en su época, pero con los años han comenzado a aparecer en la palestra pública gracias a algunas publicaciones independientes. Ya en 1988, Fierce Records lanzó un sencillo con algo de su música. Luego otros sellos han hecho su parte, apareciendo en 1999 el cd llamado ‘’The Invasion of Thunderbolt Pagoda’’, un lanzamiento que compila, entre otras cosas, la música creada por el artista para la película que lleva el mismo nombre, de ahí el título de dicho lanzamiento. A partir de ese lanzamiento de 1999, otras varias publicaciones de larga duración han sido liberadas a lo largo de las últimas décadas, y con ellas, algo del basto material musical dejado por Angus MacLise ha logrado salir a la luz y llegado a la superficie. Este prolífico artista siempre pertenecerá a un lugar del arte más ‘’marginal’’ por su condición tan experimental como creador, pero su legado es basto y vale la pena explorarlo, especialmente para amantes de la lisérgica y las artes alternativas.

Cod: #1814

sábado, 14 de junio de 2025

Liquid Visions - Endless Plasmatic Childhood Overdose (2000)

Liquid Visions es otro elemento de la escuela psicodélico espacial contemporánea, amantes de la psicodelia y el krautrock, artistas que fervientemente han mantenido vivo ese lugar espacial que alguna vez estuvo vivo y que ellos de alguna manera continuaron. Además, es otro de los tantos proyectos de los que participó Dave Schmidt (aka Sula Bassana), un fructífero artista, músico y creador de un sinfín de proyectos con sus respectivos discos, mucho ha aportado a la música psicodelia espacial contemporánea, dando mucho de qué hablar.

La banda se originó en Berlín hacia finales de los años 90s, circulando en el mundillo de la época del rock libre, el rock psicodélico, la música de sesión, haciendo uso de show de luces en vivo y ejecutando conciertos hipnóticos. Su primer disco data de 1998, cuando comenzaron discográficamente a verter su imaginación con un primer lanzamiento de rock psicodélico plasmado en canciones cortas de rock.

Pero pronto eso cambiaria, evolucionando el estilo desde lo discográfico, cosa que también se vería reflejada en sus shows en vivo. En el año 2000 aparece su ‘’Endless Plasmatic Childhood Overdose’’, un nombre de ensueño lisérgico que plasma esa visión con una grabación en vivo de un concierto dado por la banda, una música que evolucionó más allá de la canción, para dirigirse ya hacia otro lugar en el éter, una búsqueda que los llevaría hacia lugares clásicos de la escena local, sonidos de lisérgica espacial pura. El disco cuenta con tan solo tres piezas, tres ejecuciones de rock de sesión, estilo en que la banda demuestra su maestría y su propensión devocional, porque aquí se vuelcan hacia la nada con una serie de muy extensos viajes de rock en movimiento, rock que, en sesión, en velocidad, en el rigor de la zapada cósmica, se va mutando hacia distintos momentos internos de la ejecución, que busca ampliarse por naturaleza, se reafirma mutándose entre tantos pasajes de distinta intensidad, cambios de riff, etc.

La banda es ágil y lo demuestra no vacilando ni un momento en su ejecución. Toda la sesión en correcta, etérica, con una calidad de grabación buena pero que pareciera obtenida de un bootleg, o sea con una ejecución que cuenta con el rigor de la improvisación casual del vivo que se diversifica entre las tantas ocurrencias instrumentales del grupo.

El disco es entretenido, tiene su sutilidad cuando lo quiere, con momentos de suave fluir y suave devenir, pero también cuenta con un poderío rockero cuando así también es requerido, siempre en la calidad técnica de la jam impoluta, pero con mayores intervenciones solistas y agregados en movimiento.

Este carácter de extensa sesión en vivo es uno de los aspectos que más supo sobrevivir de la psicodelia de antaño, la sesión como un elemento en sí mismo, que rompe con la canción y sirve de forma magistral al show que en vivo se está brindando. Este estilo recuerda a la faceta más rockera del krautock alemán de antaño, dentro del estilo de The Cosmic Jokers, o Ash Ra Tempel, que eran bandas maestras en la sesión y prácticamente inventaron estos sonidos jam espaciales plagados de momentos, solos de guitarra, agregados de sintetizadores, entre tanto más que vaya apareciendo en el rigor devocional de la ejecución improvisada.

El grupo no vivió más allá de mediados de los 00, entre tanto habiendo dejado esos dos primeros discos y otro tres más que aparecerían entre 2002 y 2006. En sí se trató de un grupo de sesión, por el que desfilaron una interminable cantidad de músicos pero siempre manteniendo ese espíritu de búsqueda sonora, libre improvisación rockera, psicodelia, música de rock espacial y mucha dedicación con músicos especializados en la jam sesion y la experimentación instrumental libre.

Cod: #1813

martes, 10 de junio de 2025

The Dream Syndicate - The Universe Inside (2020)

Esa portada lisérgica es toda una declaración de valores artísticos, y la música contenida en el disco lo reafirma con creces, llegando a respetar, desde la mirada moderna, mucho de lo que ocurría en la psicodelia de antaño y que, como influencia, estos músicos volvieron a traer para esta obra de rock psicodélico muy rica y entretenida. Aunque presenta música más moderna, vale la pena recalar en este disco por su profundidad y sus codeos con varios caracteres que lo reafirman al mismo como un elemento muy interesante de la psicodelia más moderna y el rock experimental.

Que el disco esté compuesto solo por cinco tracks refleja el hecho de que la duración de los mismos es extensa, en su totalidad consistente en largas sesiones de rock donde desfilan los elementos agregados a la fina mezcla psicodélica, desde aparición de saxos que anuncian cierto acercamiento al jazz o jazz rock y que abren un poco más las miras de todo más allá del propio rock. 

Hay canción, pero también hay mucho de los psicodélico, es rock pero no duro ni nada pesado, es más bien una música liviana que flota y fluye hacia adelante con soltura, no se detiene en cambios del tipo progresivos sino que se avanza displicente y transciende la duración corta de la canción popular. En ese sentido han cometido un riesgo al adentrarse en esa sonoridad extensa y poco arraigada a lo comercial, pero de todas formas la banda siempre ha hecho lo que quiso y su discografía es reflejo de toda esa aventura.

A todo esto, también las sesiones suelen transitar por cambios de estados internos, la extensa duración de cada tracks da pie a que ello pase, por lo que muchas veces no solo tenemos aquí alguna suerte de canciones extendidas, sino toda una música de rock psicodélica que suele transfigurarse hacia distintos lugares, pasando por reposos y momentos calmos, hasta llegar a lugares bastantes experimentales y por qué no de auténtica psicodelia. 

Son sesiones que surgen, fluyen hasta ceder en una baja de intensidad, donde se mantienen en momentos psicodélicos, para luego volver a surgir en una nueva sesión, como en un continuo reposo y tensión en el que la música fluctúa.

Puede ser que sea un sonido poco relacionado a la música más convencional/comercial, pero para el que esté acostumbrado a salirse del cauce para escuchar cosas alternativas, entonces este disco le resultará agradable, y hasta accesible si se quiere debido a que la música fluye y no es compleja en términos progresivos o armónicos. Cuando la sesión se desata hay como un aire de trama monotemática, una suerte de avanzada hipnótica en el que todo avanza y se vuelve bueno para la escucha, cómodo para sonar y escuchar. Para los amantes de lo psicodélico esto es un buen material que deben acceder, porque puede ofrecer muy buenos momentos de ensueño.

En esos momentos de lisérgica el grupo demuestra su amplitud, su búsqueda, su arsenal de efectos para reconstruirse con facilidad hacia momentos experimentales, con roces con lo vanguardista, la sesión, las improvisaciones, arreglos de viento y algunos momentos inciertos creados por la imaginería artística del grupo en su conjunto. Hay aquí tramas muy bien logradas y un sonido psicodélico de gran logro.

A veces más en lo psicodélico, a veces entrando también en arreglos de viento más marcados, pero siempre siendo un sonido en movimiento que avanzan hacia lo indeterminado en cuanto a la concreción de algo que empieza y termina comercialmente pronto. Incluso pareciera que todo el disco, todos los tracks, fueran una continuación de si mismos como formando una obra que no termina en su totalidad sino tratándose de una sesión de cinco tracks que en conjunto forma algo ulterior, toda la obra en su totalidad.

‘’The Universe Inside’’ se lanzó el 10 de abril de 2020, producido por John Agnello, Adrian Olsen and The Dream Syndicate. Grabado por John Agnello and Adrian Olsen en Montrose Recording (Richmond, VA). The Dream Syndicate está formada para el disco con Steve Wynn en voz principal, guitarra y harmónica, Jason Victor en guitarra, Chris Cacavas en teclados, Mark Walton en bajo, Dennis Duck en batería, y además del disco participaron algunos invitados como Stephen McCarthy en sitar electrico, guitarra, bajo, voces, etc., Marcus Tenney en saxo y tromnpeta y Johnny Hott en percusiones.

Cod: #1812

sábado, 7 de junio de 2025

Dalíborovo Granje - Dalíborovo Granje (2015)

Muchas veces ocurre algo con estas bandas experimentales y es que no se encuentran en una identidad particularmente definida por un genero especifico, sino que, por la misma búsqueda sonora que llevan a cabo, llegaron a construirse en un encuentro de varios estilos, lo que hace que no sean una cosa u otra, aunque a grandes rasgos estén dentro del rock. 

La falta de identidad en una sola cosa y el arraigo a las ideas de su propia búsqueda y funcionalidad hacen que no gusten de ser tildados como algo en particular, y por lo tanto se requiera de una escucha amplia y entendida de lo que ha sido ejecutado en la grabación, ejercicio que requiere, ni más ni menos, tan solo una simple acción, que es la escucha atenta, esa escucha capaz de captar la esencia de lo que está ocurriendo sonoramente.

Hay Dalíborovo Granje una búsqueda con un sonido prístino desde la frescura, una mezcla de ideas e intensidades que resulta de ellos un sonido de dinamismos muy ricos. Las guitarras lideran las líneas de composición, y la banda fluye entre los inventos que fluyen en el accionar creativo colectivo. Hay varios motivos en lo musical, desde lo progresivo que aparece las composiciones como un elemento que se va instalando tímidamente y hace muchas veces de las pistas una interesante manera de variar entre partes. Lo psicodélico también está ahí y hace de algunos momentos la delicia para lo volátil, lo experimental. Momentos en el que el sonido calmo en un poderío y se vuelca hacia estados de sutil lisérgica, algunos combinados.

Entre esa calma psicodélica suele aparecer otro elemento que es el de la música tradicional de algunas culturas de donde se suele extraer ese aire de misticismos y psicodelias, y de donde la psicodelia original supo tomar también mucho de su aire místico, y se trata de la música del medio oriente, además de otros elementos de la cultura balcánica y otros sabores momentáneos de algunas músicas del mundo. 

Ese elemento tradicional surge también en los momentos álgidos de rock y progresión, por lo que parecen haber bebido de algunas fuentes de inspiración de algunas culturas y haberla ubicado entre sus ejecuciones como conociendo el origen de estas influencias y sabiendo utilizarlas a su favor, ya sea desde lo técnico hasta lo compositivo y áurico.

Algo de rock pesado o stoner hay también aquí, muchas veces las progresiones suben y se genera un cambio brusco de intensidad hacia una psicodelia dura o un sonido pesado, escenificado por la guitarra eléctrica distorsionada que de pronto se eleva en su favor y vuelca un poderío allí para virar el destino de la composición.

Como también ocurre con las bandas con cierta ligazón a lo psicodélico, es que suelen manejarse con maestría, o por lo menos costumbre, en la música de sesión improvisada. Ese ejercicio es una gran herramienta para desenvolver las creatividades de cada músico, construir una identidad grupal a fuerza de cohesión improvisada, y entre tanto también una manera formidable de componer, por la gran cantidad de arreglos, momentos, ideas, texturas, etc., que surgen en las sesiones y que, si son trabajadas, pueden dejar interesantes composiciones resultantes.

Se dice que uno de los modus operandi creativos de la banda es el de la búsqueda compositiva a partir de sesiones de rock improvisadas, siendo una música en su totalidad instrumental, que luego termina enfocándose en la repetición de algunos momentos en principio improvisados, 

Al final de cuentas, la banda se maneja por entre un sonido de luces y sombras, con momentos oscuros, distorsiones pesadas que recuerdan al stoner más puro, pero a su vez con una visión de la composición que hace que estén al presenten en un andamiaje de estructuras que, desde los arreglos puramente instrumentales, se suceden y dan cuenta de una alta imaginación y creatividad. Hay una variedad en lo que respecta a todas las composiciones en su conjunto, y hay una frescura en la producción sonora que hace que, aun siendo algo medianamente complejo, pueda ser escuchado y disfrutado como una cose que sucede y tiene su goce en la frescura de la dinámica y la composición.

Daliborovo Granje es una banda nacida en Croacia y formada en 2014. El nombre de la banda es un término croata que significa Las Ramas de Dalibor. Desde su nacimiento y hasta la actualidad el grupo ha publicado tres álbumes, dos de estudio y una grabado en vivo en 2023, siguiendo siempre por esa senda instrumental de rock experimental con toques progresivos y psicodélico. Las jams también son una parte muy importante de su vida musical cotidiana, muchas de las cuales han sido subidas a YouTube.

Cod: #1811

viernes, 6 de junio de 2025

La Banda Esquizoide - Leg0land (2019)


Cuenta la leyenda que en un despótico planeta llamado Leg0land, un par de personajes tachados de esquizoides, decidieron rebelarse contra la propia pusilanimidad autodestructiva, es así como construyeron una especie de opereta catártica que relatara el estilo de vida de aquel planeta, un estilo de vida monótono, donde la servidumbre y el silencio eran inculcadas en las escuelas, universidades y centros de trabajo. No había manera de escapar, así que nuestros personajes esquizoides desarrollaron una marcada misantropía que los llevó a recluirse lejos de los de los ciudadanos comunes y corrientes. En las catacumbas de la locura, vieron cómo sus vidas se apagaban, pero uno de ellos exclamó: '¿Nos rendiremos tan fácilmente sin antes haber dado siquiera batalla?'

Es así como decidieron levantarse en contra de su propia obnubilación, sacudieron su letargo, enfilaron sus instrumentos cual herramientas de alguna extraña alquimia, y decidieron musicalizar su historia para así redimir sus heridas, la aflicción de todos los que nos sentimos esquizoides en medio de una jungla de placeres y esclavitud.

Aquel trio de locos concibió un álbum hipnótico pero autocrítico, vehemente y a su vez sensible. Lograron transmitir la ansiedad de una sociedad como la de Leg0land, sometida a constantes conflictos bélicos, eventos circenses, pan, vino y mucho silencio. El silencio que deriva en una mortal permisividad, aquella que encapsula la esencia y te convierte en un numero más, en una simple cédula de identidad andante, que nace, crece, se reproduce y muere.


La Banda Esquizoide fue un power trio de rock progresivo peruano que logró amalgamar de forma magistral diversos géneros como el blues, el funk, la psicodelia, etc., una propuesta que dentro de la escasa escena progresiva de la ciudad del Cusco, brilla por su dinamismo, locura y valentía. La banda como tal, duró de forma intermitente un par de años, desde el 2018 hasta el 2021 aproximadamente, no obstante, nos dejaron un álbum conceptual magnífico, que quizás no ostenta una producción de alto nivel, pero su musicalidad es tan poderosa, que aún con las evidentes carencias a nivel de producción, es un deleite escucharla en su totalidad, desde el minuto cero hasta el final.

El génesis de La Banda Esquizoide se da en la ciudad del Cusco, en torno a tres músicos talentosos, Adrián Eduardo Gastañaga Palomino en el bajo, Pedro Augusto Cruz Boza en la batería y Juan Sebastián Villafuerte Ochoa en la guitarra. En un principio se reunieron para hacer covers y así montar algún show. Pero en uno de sus primeros ensayos, el guitarrista Sebastián Villafuerte llegó con una canción propia y con gran entusiasmo la tocó para el resto de la banda, la canción en cuestión llamada Avispas, generó un impacto en la banda y Adrián Gastañaga en el bajo y Pedro Cruz en la batería empezaron a colorear la canción con sus aportes creativos. Había nacido por lo tanto La Banda Esquizoide, el proyecto inicial de covers pasó a un segundo plano y se dedicaron a componer lo que más tarde fue el álbum conceptual denominado Leg0land.

Una primera impresión al toparse con este álbum es la portada, que desde mi punto de vista personal representa de forma fidedigna la distopía cotidiana, un inminente estilo de vida circense donde todos competimos por algo, donde todos somos simples piezas de alguien (¿quien? vaya uno a saber), donde todos recurrimos en algún punto de nuestras vidas a escapismos para evitar la realidad. Leg0land deja de ser entonces aquel planeta ficticio que mencioné al inicio, y se convierte en un álbum donde uno puede verter sus más profundas alegrías, tristezas, satisfacciones e insatisfacciones, para así hacer catarsis y luchar por ser feliz en medio de la locura. Por lo tanto, Leg0land no es un camino hacia el abismo, es desde mi perspectiva personal, la travesía musical de una persona herida hacia la búsqueda del tan esquivo equilibrio, si, las heridas quizás nunca se irán, pero nadie podrá doblegar las ganas de vivir y de crear, siendo esa constante creatividad quizás el motor de una prístina felicidad.


El álbum empieza con la parte B de la canción Avispas, ¿por qué con la parte B?, según contó el bajista Adrián Gastañaga es porque la canción habla metafóricamente de los aviones de guerra que bombardean un determinado pueblo, y como las guerras nunca tuvieron un claro sentido, ¿por qué la canción debería tener sentido?

Avispas en sin duda una apertura sensacional para el álbum, tanto la parte B como la A, rebosan de energía, el poder innato que tiene un power trio que alcanzó un gran nivel de compenetración musical, es más que evidente. La maestría de Sebastián Villafuerte en la guitarra es más que solo técnica, estamos ante un guitarrista que transmite algo más que simples acordes, Sebastián sabe cómo contar una historia con la guitarra, por su parte Adrián Gastañaga en el bajo no se queda atrás y añade poderío y precisión, entrando de forma magnífica en la dinámica de un auténtico power trio, por su parte Pedro Cruz en la batería amalgama todo con un talento y versatilidad innegable. Estamos pues ante una banda que por asares cósmicos quizás, logró amasar un nivel de conexión musical luminosa.

Luego de Avispas, viene el primer interludio titulado Desde el Otro Lado_ negocia con tus experiencias, este track de tan solo 42 segundos nos evoca una vía de escape, el personaje enciende una pipa y comienza a divagar en una nebulosa. Estos interludios los considero necesarios para darle a uno, un respiro para así terminar de asimilar lo escuchado y prepararse rápidamente para la siguiente embestida musical.


Llega entonces uno de los puntos altos de álbum, la canción titulada Marcas en el Espacio_(), una especie de blues progresivo y espacial donde se yacen ciertas reminiscencias de aquellos bombardeos acontecidos en la canción Avispas, esa mordaz melancolía que inunda a toda persona que ha perdido algún ser querido en alguna guerra, esa ausencia hiriente e implacable que es representada de forma magistral por la guitarra pulsante de Sebastián y la vigorosa base ejecutada por Adrián y Pedro. En la primera parte de la canción el bajista Adrián nos relata en las voces, una sentida historia, una hermosa metáfora que rememora a aquel que ya no está. Una vez más la versatilidad de la banda alcanza niveles verdaderamente orgásmicos, Adrián, Pedro y Sebastián, conducen la canción con agudeza y sensibilidad. En la segunda parte de la canción vuelve a aparecer la voz de Adrián y cual golpe de realidad, su voz rasposa nos remite al duro asfalto y a los escombros inertes, la banda recrudece el clima y la letra nos dice: ¡gritaré más fuerte para descansar! bajo el manto de su voz... Luego, sube una vez más el torbellino psicodélico y de esta manera se termina de coronar una canción simplemente sensacional.

El segundo interludio del álbum se titula Aún Debemos Seguir Cantando_ criadero de aves crow, al igual que el primer interludio dura 42 segundos, y se puede oír una serie de patrones experimentales del bajo o lo que fuere, con algún tipo de efecto, se percibe también el sonido cavernario de algunos cuervos quizás. Todo ello da paso a la canción Dis_Country_APT_¿cuanto más vas a descubrir?, este tema nos plantea una metáfora más que interesante, la letra dice: ...tienes un problema, sólo ves el cielo y al final se te nublará, las nubes extintas en el firmamento y en mi...

Ciertamente la monotonía de una vida citadina nos hace desarrollar algún tipo de dependencia hacia alguna actividad escapista, ciertas etapas de la vida resultan verdaderamente escabrosas pero eso no debería ser aliciente para evitar a toda costa la realidad, y el hecho de abusar de los escapismos en cierto punto termina constituyendo una forma más de cobardía y derrotismo. Por lo que mi percepción personal de la letra podría referir este hecho, el andar anclado a una alfombra mágica que si bien es cierto, le da algo de color al día a día, no podemos depender únicamente de ello para ser felices, así como buscamos esas dimensiones extrasensoriales que son alcanzadas con algún estimulante, también debemos atrevernos a enfrentar la compleja realidad, una realidad con distintas dimensiones que vale la pena surcar para bien o para mal, no se trata de estar feliz las veinticuatro horas del día, se trata quizás de equilibrar e intentar danzar entre la felicidad y la inexorable tristeza.


Mención aparte merece el desarrollo musical de la canción Dis_Country_APT_¿cuanto más vas a descubrir? la cual transita diversos estadios brillantemente ejecutados por Adrián, Pedro y Sebastián, con la hermosa aparición de una flauta traversa luego de la primera parte de la canción, inundablemente esta canción ostenta una gran magia progresiva, cuya cúspide llega precisamente en el tramo final donde la banda saca a relucir una vez más todo su poderío musical, el bajo y la batería construyen una base sumamente magnética, mientras la guitarra enardecida invade el ambiente de forma liberadora.

Le sigue el tercer interludio titulado El Cantar del Mío Esquizoide_traident sabor sandía, dura 39 segundos y se acontecen una serie de experimentaciones sonoras sombrías que nos remiten a algún tipo de delirio mental del cual quizás, estamos próximos a salir. Posteriormente llega la canción principal que da nombre al álbum: Leg0land, cuya duración ronda los 14 minutos, está dividido en once pasajes, esto no lo planteo yo, lo hizo la propia banda en un afiche donde explicaban el contenido de las canciones del álbum. A mi entender, cada uno de esos pasajes que componen Leg0land, representan la última travesía por los confines de la conciencia atormentada de un personaje Lego (entiéndase como personaje Lego a un ser que vive en un mundo de Legos, aquellos famosos juguetes construidos a partir de bloques de construcción); un personaje con tendencias esquizoides, que se enfrenta contra su propia resignación y pusilanimidad, y que en lugar de rendirse, decide dar batalla, abrir los ojos e intentar sonreír, ¿o es que acaso también permitiremos que nos quiten aquellos simples motivos que nos hacen felices?

La canción Leg0land, es quizás una gran alegoría contra el auto abandono, contra la renuncia total ante lo que nos hace felices, es indudable que debemos subsistir en medio de toda esta maquinaria, pero, y aquí reside una gran cuestión, queda en cada individuo el poder luchar por buscar algún resquicio de tiempo en medio de tanta monotonía, y en esos pequeños pero valiosos momentos de libertad, hacer lo que a uno en verdad le hace feliz, sea cual fuere esa actividad, nunca renunciar a la poderosa energía creativa que redime muchas heridas, y es que el arte también está para sanar, y en líneas generales eso es Leg0land, un álbum catártico y sanador, un álbum donde puedes liberar tus más hondas tristezas y encumbrar tus más prístinas alegrías, porque no se trata de llegar a un punto fijo e inmutable, la travesía vital nunca se aquieta, hoy caminas por un campo de algodón, mañana será un campo de espinas y viceversa, encontremos entonces, las herramientas que nos permitan sostener el corazón sin perder totalmente la cabeza.


Musicalmente la canción Leg0land es la más progresiva del álbum, tiene melodías preciosas, pasajes conmovedores, la inclusión una vez más de la flauta traversa, ejecutada por el músico invitado Hugo Gonzales del Castillo, que acompaña la melodía de uno de los primeros pasajes de la canción, es una amalgama precisa y hermosa. La sensibilidad melódica del inicio deriva luego en causes rockeros y bluseros, perfectamente canalizados por los tres integrantes, bajo, batería y guitarra parecen tener un romance cósmico. Posteriormente irrumpen unos coros liberadores, cual grito en forma de purga o purificación, para luego volver al pasaje donde la letra nos dice: tardaste en reaccionar, mudo de tanto gritar, planeando el encierro con tu luz... Luego de este pasaje llega, sin lugar a dudas, el punto más alto del álbum y es cuando aparece Sebastián emulando la melodía de la letra con la guitarra, Adrián y Pedro acompañan este pasaje de una forma tan armónica que se crea un clima completamente psicodélico, progresivo, espiritual y sanador, concluye así una canción preciosa y conmovedora con mayúsculas.

El álbum como tal culmina con una especie de posludio titulado Acto final_ balcón y ventana, es el broche final que nos remite una tarde cualquiera en medio de los ruidos de una ciudad, en el balcón de alguna sala de ensayo con los amigos, ya los fantasmas se han ido y sopla un viento de paz, al menos hasta la próxima batalla.

Mis más sinceros agradecimientos a Adrián, Pedro y Sebastián, por atreverse a crear una obra que quizás nunca goce de popularidad pero que, por el contrario, sé que impactó y seguirá impactando de forma sanadora en todos los que escuchamos a corazón abierto cada una de las secciones y pasajes de Leg0land.

El álbum ya no está en Spotify, si resulta factible ojalá en algún momento los ex integrantes de la banda puedan resubir el álbum a las plataformas digitales donde ya no está disponible, no obstante el álbum completo está en youtube y puede escucharse clickeando en este enlace.

Cod: #1810

jueves, 5 de junio de 2025

Space Invaders - Invasion On Planet Z (2013)

Esto es como actualmente se podría entender al krautrock, kosmmic music y/o rock espacial. Esta es una escuela de rock cósmico de Europa y el mundo, Space Invaders es el resultado de la unión informal de músicos provenientes de otros proyectos, que eventualmente se unieron a hacer más y más música en este conjunto especializado por demás en músicas espaciales improvisadas. Esta jam band comenzó allá por 2009, en el Festival Burg Herzberg, donde varios músicos se unieron en una jam en el escenario, suceso del que luego saldría este proyecto de improvisaciones: el guitarrista de sesión Mike Häfliger (Spacenote), el bajista Paul Pott (Zone Six), y Dirk Bittner y Dirk Jan Müller (de Electric OrangeE) se reunieron también para algunos eventos. Diversos conciertos en vivo siguieron con invitados como Mani Neumeier y Damo Suzuki. La formación actual se completa con el baterista Dennis Gockel (Weltraum).

La funciona principal del proyecto es la música improvisada en vivo, sesiones de rock espacial improvisadas en, generalmente, larguísimos atascos libres de rock, donde la búsqueda sonora no puede faltar y muchos condimentos como solos de guitarras eléctricas distorsionadas y ritmos hipnóticos siempre están presentes. El primer álbum de esta experiencia cósmica es el llamado ‘’Invasion On Planet Z’’, el cual es el resultado de un alucinante concierto en vivo llevado a cabo en febrero de 2013 que tuvo lugar en Zofingen, Suiza. El trabajo contiene cuatro extensas sesiones que oscilan entre los diecisiete y veinticinco minutos cada una. El disco fue pubicado en 2013 por el sello discográfico Nasoni Records.

Esta música es una experiencia inmersiva en mundos en movimiento, donde el sonido de la banda nunca se detiene, siendo un viaje cósmico estético muy agradable en principio, también muy delirante y mágico a la vez, por último, el movimiento, las guitarras y agregados en sintetizador vuelven a los viajes en auténticos trips hipnóticos.  La psicodelia no puede faltar porque todo esto es un viaje per se, entonces la música se vuelve un elemento perfecto para el trip lisérgico.

Los cuatro tracks parecer tramas espaciales, momentos ejecutados con la libertad de la propuesta de rock sin composición sino ejecutado de manera improvisada, lo que deja el lugar para que cualquier cosa pueda ocurrir, siempre dentro de los lugares por los que se maneja el grupo. Las guitarras aportar y dirigen, entre ritmos y solos fuzz especializados en el espacio. Las tramas se suceden y todo va ocurriendo en un horizonte de sucesos en el que los acontecimientos presentes se van mutando a sí mismos en diferentes estados dentro del viaje lisérgico siempre con motivos cósmicos espaciales. El viaje no se detiene y el disco se compone de cuatro extensos viajes instrumentales de puro goce espacial.

Dentro la exploración, la música suele tener una linealidad repetitiva, monotonal, un lugar de donde la banda se toma para despegar hacia la nada. Esa aparente simpleza armónica es utilizada como un don en todos los momentos, ejecutada por evidentemente maestros del rock improvisado y es enriquecida por una colección de efectos que dotan a los instrumentos de una volatilidad de hipnotismos e instrumentos que se fusionan a sí mismos en distintos estados.

También tienen lugar elementos como los cambios de intensidades, la aparición de otros instrumentos como percusiones, los momentos para los solos individuales o la conjunción de todos los instrumentos, los agregados etéricos en sintetizador, o las redirecciones que cambian el lugar de la sesión y la conducen hacia otros estados y más momentos exploratorios. 

No hay desperdicio en estos sonidos ya que nada se pierde, todo es aprovechado en este mundillo de la improvisación y especialmente en este tipo de viajes cósmicos en los que cada músico puede lucirse no solo con alguna improvisación sino con absolutamente cualquier cosa que pueda aportar sonoramente y que inmediatamente quedara sumergida en el caldo de sonidos creado por el colectivo en movimiento de músicos en acción directa. 

Hay distintos motivos en cada una de las cuatro pistas del disco, siendo cada pista una colección de diversos momentos desparramados en lo interno de cada viaje. No hay nada de más y todo lo que ocurre está plasmado con el rigor de la experiencia de los ejecutantes y con el riesgo de ser grabado en un evento en vivo, evidentemente no ha fallado, sino todo lo contrario, una experiencia psicodélica de mucho goce. La producción incluye cuatro jams extensos, grabados y mezclados profesionalmente, respectivamente, y masterizados en el estudio ‘’Fleisch’’, lugar de la banda Electric Orange.

La escena krautrock alemana de época no pasó desapercibida desde su origen hasta hoy. Tanta escuela, tanto genio, tanto sonido y búsqueda electrónica hicieron que Alemania se convirtiera un exportador de música espacial por excelencia, tanto por los viejos hitos, como por sucesores intermedios, hasta por bandas puramente contemporáneas que siguen funcionando hasta hoy. En el medio han ocurrido estos experimentos que muchas veces suelen reunir a diversos ejecutantes de estas escuelas, y de distintas generaciones, en una sola misma experiencia.

Cod: #1809

martes, 3 de junio de 2025

Zone Six - Zone Six (1998)

La música psicodélica contemporánea cuenta con exponentes que han dejado muy en alto el quehacer del género, aun retroalimentándose de los ecos de muchos frutos pasados que han creado los géneros psicodélicos y espaciales etéricos, y trayendo esa influencia hacia las ultimas décadas de la música contemporánea. Los últimos álbumes de Zone Six aún perduran hacía pocos años atrás, lo que anuncia aún persiste un trabajo perdurable de la música cósmica hasta su llegada a la actualidad. Tal vez la psicodelia como tal ha sido difícil de replicar para las bandas más modernas, hablando de la psicodelia y no del rock psicodélico ni espacial, la psicodelia desde sus pulmones más oscuros y bajos, esa es una historia que poco se ha replicado salvo por algunos delirantes que la han explorado. Pero la musica psicodelica/progresiva cósmica experimentó otra suerte, con un mundillo cósmico que supo resurgir en muchas encarnaciones a lo largo del mundo.

La música de rock cósmica ha sido un pilar para muchos proyectos más contemporáneos, llegando a retornar a lugares muy importante en cuanto a sus logros discográficos, esto alcanzado gracias a las nuevas tecnologías y los nuevos exponentes y ejecutantes y sus visiones, técnicas y habilidades; también lo cósmico se ha fusionado con muchos estilos, desde el stoner, el progresivo, el rock psicodélico mismo, entre otros, lo que ha hecho sobrevivir esa visión ‘’kosmike’’, haciéndola expandirse hacia varias e impensadas direcciones, hacia nuevos cosmos por donde supo seguir expandiéndose. Pareciera que lo cósmico en los músicos experimentales de rock más contemporáneos ha sido un fetiche, un goce recurrente al cual recaer, y los que con soltura lo han ejecutado, ha dejado resultados a la vista sorprendentes.

Zone Six se originó hacia agosto de 1997, se dice que en ese momento Dave Schmidt (aka Sula Bassana. Interkosmos, ex Electric Moon, ex Liquid Visions etc.) recibió una invitación para participar de un concierto en vivo junto a la banda del cual era miembro, Liquid Visions, evento en el que la banda finalmente no podría tocar. Tras lo ocurrido, Dave tuvo la motivación de formar una nueva banda para poder participar del mismo evento, suceso del que finalmente terminaría surgiendo Zone Six. La idea era preparar extensas improvisaciones de rock espacial. Dave formó una nueva banda con Hans-Peter (guitarrista de Liquid Visions) a la guitarra, Claus (quien tocaba la batería en Liquid Visions poco antes) a la batería, y él mismo, Dave, en bajo. 

Esta formación ejecutó en una sola noche una serie de improvisaciones, que además serían grabadas en la sala de ensayo de la banda The Butlers, en cintas compactas de 8 pistas. Durante los días siguientes, Dave mezcló y produjo las sesiones, agregando algunas sobre grabaciones e interludios en su pequeño estudio de grabación casero. Tras ello, se unió todo el material y así nació el primer álbum de Zone Six. De este material, se realizó una edición en cinta de tamaño reducido para el primer concierto a principios de septiembre de 1997. En 1998, la música se complementó con voces y se publicó el álbum debut que hoy conocemos a través de Ealry Birds Records, solo en CD.

Este álbum debut de Zone Six es un viaje espacial repartido en varias pistas, ejecutado originalmente todo de improvisaciones en una jam session a lo largo de una sola noche de improvisaciones del trio, e incluso se dice que el material original estaba integrado por extensas sesiones de muchos minutos. Lo que parece haber ocurrido con eso fue el trabajo posterior de producción en el que el material fue cortado, alterado, agregándole otros instrumentos como sintetizadores, además de la fantástica voz de Jodi Barry quien repartió su canto sobre todas las grabaciones instrumentales resultantes. Hay dos versiones de este disco, la que contiene la versión original del trio ejecutando las sesiones originales, y otra ya que sería el disco oficial de la banda como se lo conocería formalmente.

En 1998 aparecería ‘’Zone Six’’, el homónimo disco de la banda, ya con la post producción y dividido en trece tracks, un auténtico experimento capturado en vivo por la banda en estudio y obtenido de improvisaciones espontaneas, rock psicodélico puro y duro. Hay mucho por escuchar dentro de este trabajo, claramente mucha sesión improvisada, siendo prácticamente todo lo que ocurre aquí una ejecución orgánica psicodélica con intervenciones del trio y variantes que flotan, surgen, bajan y resurgen en un sinfín de momentos y tramas distintas. Momentos de caos, momentos tensos, momentos de rock o incluso de dub, momentos electrónicos también experimentales, y una guitarra eléctrica muy inspirada que aporta una ejecución que ensucia todos los momentos con sus efectos lisérgicos y solos improvisados.

El trabajo es muy extenso, por lo que la escucha es fácil de que pueda perderse, hay muchos ligares allí por donde transitar, mucha exploración eléctrica del trio, y también mucha experimentación sonora psicodélica. Al haber sido alterado el material original es que no se termina de aprecia en material original, más bien se pueden apreciar los distintos fragmentos distribuidos a lo largo de todo un extenso disco.

El rock psicodélico y/o espacial contiene por sí mismo una fibra de misticismo muy fuerte, y esta no sería la excepción, con un sonido embebido en el cosmos, varios momentos con ambientes etéricos y búsquedas cósmicas por excelencia, explorando las galaxias y trasladándose hacia territorios lejanos. Se puede tender una similitud hacia los experimentos de la banda fantasma alemana The Cosmic Jokers de principio de los 70s. se trata de experimentos aledaños, música cósmica surgida de improvisaciones, extensas sesiones luego alteradas en estudio para enriquecer su delirio.

La música de rock psicodélico, y más aún el rock cósmico, improvisada en extensas sesiones, deja como resultado en la grabación de estudio un campo fértil que propicia la experimentación. Su carácter volátil, evidentemente etérico, amplio, con poco margen al error y mucho margen a que absolutamente cualquier cosa pueda ocurrir, da como fruto una paleta sobre la cual trabajar y experimentar de manera libre. A partir de allí comienza a correr el ingenio de los creadores/productores de la música y con lo cual, a partir de una buena producción e ingenio, pueden surgir cosas muy experimentales, es ese el caso del sonido de dicho primer disco de Zone Six.

Cod: #1808

domingo, 1 de junio de 2025

Quill - Quill (1970)

Se dice que los músicos de este proyecto eran en su gran mayoría muliinstrumentistas, lo que no resultaría raro de concebir debido a la calidad creativa que manejan musicalmente en el disco. No se trata de rock a secas y tampoco de rock psicodélico a secas, aquí hay una búsqueda desde el rock, la canción, la música popular, pero ya entrando en terrenos de consistentes progresiones ocurriendo por aquí y allá, una búsqueda que queda manifiesta desde un principio, lo que hace del disco una buena experiencia para la escucha, con sus detalles, intensidades y búsquedas internas.

No se trata de estricto rock progresivo, pero esto ronda entre el rock de época con toques psicodélicos y entre el rock progresivo futuro, que a menudo se volvería más complejo. El homónimo Quill, publicado en 1970, es un artefacto que le hace honor a su época y a su estilo, con composiciones atrevidas dentro de la canción que proponen algunas formas inusuales desde donde plantar la escucha. No es música rock sensilla, es una aventura por la canción, por tierras de inventiva y una ornamentación instrumental bastante amplia.

Pocas similitudes hay con este emprendimiento hacia otras cosas, porque ya para 1970 parece ser un disco no necesariamente del todo psicodélico, y para nada lisérgico, aunque esa influencia creativa de la juventud artística de la flor está presente como un aire fresco como influencia en el sonido de esta banda. Cabe resaltar la presencia de Quill en el festival de Woodstock de 1969, presentación que no quedaría plasmada en la película del festival pero que sí refleja el codeo del grupo con ese ambiente, con tantos músicos del festival y con el ambiente creativo de la época.


Tal vez lo más psicodélico del disco sea ‘’Yellow Butterfly’’, una canción al estilo de la primera época de Pink Floyd, un tema con entonación oscura y armonías sumergidas en un ambiente de ácidos y baladas multicolor. 

Aunque el resto del disco no sigue por esa línea tan acida, la canción que se presenta aquí no tiene tanto que ver con eso, más bien con la canción de entonaciones vocales prístinas y arreglo frescos. Es en ese dinamismo en el que la banda se maneja a la perfección y es en ese terreno en el que la canción y todas las ideas preestablecidas fluyen, allí está el brillo del disco, los arreglos no se mezquinan en su inventiva para plasmarse hacia un terreno muy rico instrumentalmente, los aires progresivos no dejan de presentarse en estas canciones.

No se trata de un disco porque sí, no se trata de un conjunto de canciones quemadas de un vinilo, no se trata de un intento meramente comercial, esto es más que eso, es una obra de sofisticaciones, declaraciones de significación, estamentos compositivos que llevan a la canción a un lugar de mayor nivel al común. En esa época también había bandas comerciales, pero la aparición de proyectos (y otros muchos) como estos dan lugar a que algo pasaba allí y no era algo intrascendente. 

De entre las siete composiciones del disco, se pueden encontrar piezas particulares, como ‘’They Live the Life’’, un elemento de casi diez minutos con composición de rock y una sección interna de percusiones que termina explotando en una cacofonía delirante y que lleva a la música totalmente a otro lugar fuera de lo común. Otro momento destacado por su particularidad es ‘’Shrieking Finally’’, el track de cierre del disco y tal vez la pieza más sofisticada del mismo, un track de casi ocho minutos de duración, una canción retorcida, enriquecida por un sinfín de parte y elementos, un track progresivo de calidad excelsa, una suma de todas las habilidades del grupo agrupadas en una sola cosa maestra.

Finalmente, la escucha de este trabajo deja muy buenas sensaciones para quienes tenga oídos exigentes, porque han trascendido la música de rock a secas y han planteado nuevas bases para la música popular dentro de terrenos progresivos. Quill es de esas bandas que han publicado discos maestros no apreciados en su época, y que siguen siendo un desafío e incógnita aun hoy ante la consideración general, pero que en su lanzamiento está contenido todo un mundo impredecible, aún en la canción ‘’popular’’, pero siendo todo un desafío para encarar, analizar, internalizar, etc.

Quill tuvo un papel destacado en la escena local de Boston, con orígenes hacia 1966 y consolidándose como grupo hacia 1967 bajo liderazgo de los hermanos Jon y Dan Cole, grupo también integrado por el tecladista Phil Thayer, el baterista Roger North de la banda Catharsis (ambos músicos de formación clásica) y el guitarrista Norm Rogers de Morning Star Blues Band.

En la primavera de 1969, Quill fue contratado para tocar en ‘’The Scene’’ de Steve Paul en la ciudad de Nueva York. Esa noche en particular, luego del concierto, varios miembros de Quill terminaron en el escenario para una zapada nocturna con Johnny Winter, Stephen Stills y Jimi Hendrix. Su actuación, según la leyenda, resultó en que Quill fuera contratado para actuar en Woodstock. Gracias a su aparición en The Scene y al haber sido contratados para tocar en Woodstock, Ahmet Ertegün firmó a la banda un contrato de grabación con el sello Cotillion de Atlantic.

Cod: #1807

sábado, 31 de mayo de 2025

Hairy Chapter - Eyes (1970)

Sonidos bluseros pesados es lo que encontrarán aquí, sonidos acercándose a un rock heavy y con mucho condimento de blues, un sonido que tiene su parentesco sonoro con otras bandas bluseras pesadas de la época como muchas las había por todo el mundo. Este estilo es un referente y una marca maldita del sonido de la época, una modalidad que sobrevive en muchas bandas, under o no, de la actualidad: blues, rock pesado, riffs, distorsiones, solos de guitarra y atascos eléctricos.

Otro estilo que es parte de la formula rockera del momento, que destilaba un sonido pesado que comenzaba a surgir en las bandas de la época, el elemento del blues que estaba más fuerte que nunca y ya se había fusionado hace algunos años al rock y la distorsión, y un sonido que era parte de la evolución del rock de la época, a partir del cual algunos comenzaron a endurecerse más aun mientras que otros tomarían caminos hacia tierras de mayores complejidades.

Muy poca información hay dando vueltas de esta agrupación alemana, nacida en Alemania y habiendo tomado ese camino hacia el rock pesado. Estuvieron activos durante pocos años hacia finales de los 60s y principio de los 70s. El que sería su primer disco fue publicado en una edición que intentó ser comercial y vender el material, bajo un nombre de banda diferente y bajo un nombre de publicación también alterno. 

Pronto la banda cambiaria su rumbo y publicaría su disco ya bajo Hairy Chapter, y apareciendo dicho primer material en cuestión como un disco llamado ‘’Eyes’’. La portada pareciera mostrar el rostro de un cadáver, tal vez a modo de protesta para cortar con ese intento comercial que se le quiso dar al material en la primera publicación.

‘’Eyes’’ es un disco pesado de rock eléctrico, liderado por guitarras distorsionadas, sesiones duras, y un combo que se maneja en general muy bien por estas tierras. Mucha composición con riffs duros fue aplicada en esta fórmula rockera que no falla en su intento pesado, en muy buena forma para ser 1970. También el blues no falta y se combina de manera formidable con las composiciones de la banda.

Por su parte también la banda supo experimentar una evolución artística a la vista en los tan solo dos discos de estudio publicados, siendo este, ‘’Eyes’’, de 1970, su primer lanzamiento, tal vez el más crudo de ambos, el más rockero aun ligado a la canción y a la sesión de rock que es lo que marca la sustancia de estas composiciones.

Luego el grupo proseguiría con ‘’Can't Get Through’’ de 1971, su segundo lanzamiento discográfico, continuando con el sonido de rock pesado pero esta vez con acercamiento hacia el mundo de lo progresivo y las composiciones más metódicas, más pensadas hacia esos andamiajes compositivos complejos.

Hairy Chapter estaba compuesto por Harry Titlbach en la guitarra, Rudolf Oldenburg en el bajo, Rudi Haubold en la batería y Harry Hunte en la voz, su disco Eyes fue publicado en 1970 bajo el oscuro sello OPP World Wide.

Pocas bandas alemanas del momento alcanzaron ese acierto en la intensidad y llegaron a sonidos pesados dentro del blues, sus lanzamientos tuvieron repercusión, pero Hairy Chapter no sobrevivió mucho más que eso. El ingeniero de este disco fue Dieter Dierks de Cosmic Jokers.

Más allá de los inevitables emprendimientos comerciales inherentes a la condición humana, el rock de esa época se encontraba en una de sus más importantes encarnaciones y en un estado de fulguración total. Ya habían pasado décadas y estilos dentro del rock & roll y el rock psicodélico, entre otras encarnaciones, y ahora era el turno de ese recrudecimiento de los sonidos populares que habían puesto en boga bandas como Black Sabbath y que habían adoptado y continuado muchos otros.

El estilo continúa hasta el día de hoy, evolucionando posteriormente hacia un sinfín de sub géneros, pero en su época fue comenzado por varias banda de todo el mundo que siguieron esa onda y la replicaron bajo sus propias visiones.

Cod: #1806