Este estilo recuerda inmediatamente a grupos como El Chicano, o en su defecto claramente al gran Santana y su sonido fundacional en este mundo del fusión, el rock, el jazz y los ritmos afro cubanos. En este caso, Bwana proviene de Nicaragua, y ha logrado un sonido muy embebido en ese estilo y muy bien plasmado desde la calidad de ejecución y las sesiones.
Similar también a otros estilos afro funk del tipo del estilo de bandas como Osibisa, o grupos como Mandrill, Malo, o Sapo, que siempre jugaron con todos estos elementos, reformulándolos y replanteándolos en distintas composiciones, pero siempre con esa característica de ritmos robustos, sesiones con percusiones, rock y mucho sabor.
Bwana parece tener un rumbo hacia el mundo fusión afro cubano, pero más hacia el mundo percusivo, el fusión más de sesión y exploración. Si bien Bwana tiene canción, el mayor cuerpo sonoro que parece obtenerse de aquí son las sesiones caracterizadas por aplicaciones en percusiones latinas y atascos con mucho ritmo y percusión.
Es un mundo de sesión con el que es posible volar, pero no es una sesión libre porque sí, sino que es un mundo muy bien planeado de antemano, con progresiones bien pensadas, ritmos estudiados, pasajes y arreglos que fueron organizados para funcionar en la sesión, por ende, todo lo que ocurre aquí funciona por una línea bien organizada.
A partir de allí la magia ocurre y las sesiones se desatan, muchas veces recordando estrictamente al Santana de esa época, y otras veces con aires propios de Bwana, ya con sonoridades propias, arreglos melódicos proveniente de lo centroamericano, e inventos que insisten en la sesión y con inspiración del género, pero no motivos propios del grupo.
El nivel de los ejecutantes es el requerido para la tarea, mucha percusión especializada, excelentes solos de guitarra y todo un conjunto unificado en un mismo sonido, funcionando en una amalgama sonora muy bien combinada. En este disco la canción es la excusa, la excusa perfecta para que la banda se vuelque a la sesión con percusión, la especialización del grupo.
Pareciera Bwana también manejar su propia lógica en las composiciones, con muchos atascos que no tienen el sentido que se podría esperar, sino que vuelven hacia otros lugares, cambiando la lógica y apareciendo otras percusiones, de distintas intensidades y formas. Este grupo se ha metido en un sonido característico, pero lo ha utilizado a su favor.
Además de todo el sonido que está emparentado con el rock psicodélico, hay algo de psicodelia experimental allá hacia el final de la pieza ‘’Chapumbambe’’, con algunos efectos de sonido experimental y experimentación, poca pero interesante.
Bwana es otro ejemplo de la explosión del rock latino en la escena psicodélica rockera contracultural norteamericana, una influencia iniciada en la epoca y tomada por muchos en el momento, un estilo en sí y una forma de reinterpretar, a la jazz fusión, los estilos centroamericanos, afro cubano.
Este grupo publicó solo dos discos, ambos hacia 1972, siendo el primero de ellos, el de la portada blanca, el que contó con mayor éxito y generó buena fama en el área al grupo, llegando a ganar premios y tocar en eventos importante. Bwana supo tener su momento y nos ha dejado un gran sonido en este estilo tan característico, logrando marcar su propio sello en el genero.
En el Maravilloso Mundo de Ingesón
es un álbum sumamente encantador, vanguardista y lisérgico. Tan sólo remitámonos
a Junio de 1968, Colombia, un grupo de jóvenes inspirados quizás en toda la
ebullición musical que se venía gestando en el mundo artístico, ya los Beatles habían
publicado Revolver y Sgt. Pepper's
Lonely Hearts Club Band, The Jimi Hendrix Experience ya había publicado el monolítico Are you
experienced?El LSD y los alucinógenos estaban cada vez más ligados
con una floreciente contracultura, unos se abrían con mucha convicción frente a
estos cambios, otros eran más timoratos y medían los próximos pasos a dar.
Los Speakers sin lugar a dudas no era una banda timorata, decidieron abrazar muchos tópicos que la
contracultura empezaba a irradiar, no tuvieron miedo en tomar el volante y
crear, crear sin ataduras, sin expectativas comerciales, crear con el único
objetivo de transmitir tanto las inquietudes más sencillas como las más
intrincadas de su joven alma.
Muchas bandas contemporáneas del
continente midieron mucho más sus pasos, prefirieron hacer una transición mucho
más segura, para así no perder contratos con sus respectivas discográficas o simplemente
por temor a no ser comprendidos por el público. Los Speakers ciertamente rompieron
con todas estas expectativas y decidieron respetar lo que en principio sentían
que era el camino que debían seguir. Es así como tomaron la fundamental decisión,
la de producir de forma independiente su nuevo álbum, nada más acertado o quizás
desafortunado ante ojos timoratos ya que evidentemente sea cual fuere el
resultado de la grabación, la distribución del Lp siempre iba a tener una mayor
limitación y menor alcance.
El ímpetu creativo puede más que
las expectativas realistas, este grupo de jóvenes sentía muchas ansias por dar
un gran paso hacia adelante, y no era para menos, Sudamérica tenía mucho por aportar
al mundo musical, y este primer paso, el de romper con ciertas directrices como
la de cantar en inglés, tenían que ser asumidas con convicción y con esperanza.
Esperanza de que algún día la música elaborada con tanto cariño, llegue al
corazón de algún joven y así sembrar la semilla de la libertad. Un hecho que, según
mi perspectiva, es el concepto central de este álbum.
El contexto musical dentro del
cual se encontraba la banda era muy interesante, otras bandas colombianas como Los
Flippers o Los Yetis se encontraban también siguiendo tendencias nuevas, pero
aún recurriendo en muchos casos a los covers, y a combinar el cantar en español
con el inglés. Por lo tanto a nivel de Sudamérica, al momento de gestar este nuevo
álbum, Los Speakers estaban a la vanguardia. Quizás en Brasil se pueden
encontrar ejemplos contemporáneos de experimentación psicodélica, también en
Argentina, principalmente en las grabaciones más vanguardistas del naciente
sello Mandioca. Pero en esencia lo que Los Speakers estaban a punto de grabar, estaba
un paso por delante con respecto a muchas de estas bandas o producciones. Os
Mutantes de Brasil habían logrado un contrato con Polydor para la grabación de
su álbum debut, mientras que Los Speakers colombianos fueron rechazados por
todas las disqueras importantes de su país, a nadie le interesaba producir aquella
delirante música que este grupo de soñadores tenían en mente.
El 1968, la banda se encontraba
compuesta por el colombiano Humberto Monroy en el bajo, el italo-colombiano Roberto
Fiorilli en la batería y el multiinstrumentista español Rodrigo García. Entonces,
luego de ser rechazados por las disqueras, deciden encarar el álbum de forma
independiente, por lo cual crean su propio sello, denominado Producciones Kris.
El siguiente paso era encontrar un estudio de grabación, es así como contactan
con Manuel Drezner, dueño de los Estudios Ingesón, quien aceptó prestarles el
estudio para la grabación del álbum bajo una interesante condición que los
mismos músicos le habían propuesto: el álbum de la banda incluiría una curiosa
publicidad que aludiera al estudio, es así como la obra resultante se habría de
llamar En El Maravilloso Mundo de Ingesón.
Una vez contento el dueño del
estudio con la publicidad que habría de obtener, Los Speakers empiezan en Junio
de 1968 a grabar un verdadero hito, un álbum que probablemente significó un
punto de ruptura dentro de la escena musical colombiana, o si esto es demasiado
romántico, al menos podemos considerar que este álbum debió de significar la ruptura y apertura de nuevos caminos, ya sea para los seguidores de la banda o para los hippies curiosos que se atrevieron a escuchar el álbum.
Sería inoportuno decir pues, que En
El Maravilloso Mundo de Ingesón, significó un clásico instantáneo en la escena
de rock psicodélico Sudamericano, por supuesto que no. Hay evidencia de que un
año después, en 1969, Polydor publicó el álbum en México, lo cual es realmente extraño, pero muy
probablemente dicha tirada tuvo una escasa repercusión. Tampoco tengo conocimiento de cuantas
copias logró vender la banda, pero dada la hermosa presentación del Lp, que
venía con un libreto y una falsa píldora de ácido (que era en realidad goma de
mascar), dudo mucho que la gente pudiera resistirte a no comprar el álbum, al
menos los más aventureros debieron de estar muy atraídos por este Lp al momento
de su publicación.
Retornado al tema ligado a la
grabación del álbum, es evidente que los Estudios Ingesón eran el lugar ideal
para desarrollar con gran libertad todas las lisérgicas ideas que tenía en
mente la banda. El solo hecho de que en pleno 1968 tuvieran a disposición una
grabadora de varios canales ya le suma mucho a la producción y al sonido ya que
en muchos casos la precariedad en la que aún estaban muchos estudios en
aquellos años no propiciaban el mejor ambiente para la grabación de este tipo
de propuestas decididamente vanguardistas.
Musicalmente el álbum transita
por distintos estadios, pero siempre me resultó curioso el hecho de que el álbum
abriera con el sonido de un tipo caminando de lo más tranquilo y que de repente
sea aparentemente arrollado por un tren a toda velocidad. ¿Qué quisieron denotar
con esto?, quizás el tipo que camina despreocupado es la sociedad retraída,
conservadora, inerte, mientras que el tren que lo termina arroyando es la nueva
generación, que con mucho ímpetu y ganas de cambio, empiezan a colocar hitos que
en muchos casos romperán con el orden gris y pusilánime conservado hasta ese
momento.
En ese sentido uno de los puntos altos
de este álbum es la canción Oda A La Gente Mediocre, cantada y compuesta
por el baterista Roberto Fiorilli, la letra refleja perfectamente el
concepto y búsqueda del álbum:
Abre tu mente a tiempo
corta con el pasado
vete hacia el futuro
emplea tu fantasía
libérate en este día
echa tus complejos fuera
abre tu mente a los sueños
¿No es acaso esta letra el fiel
reflejo de una época?, donde las inquietudes espirituales se hacían patentes en
la juventud, quizás se visualizaban muchas utopías, si, pero nadie puede negar que
detrás de toda esa intención de ruptura y libertad yace una semilla que siempre
asomará ante el hastío y necedad de una vida rutinaria, que convierte y reduce la
vida humana en simples números y documentos de identificación, que nacen,
crecen, se reproducen y mueren sin mayor trascendencia.
¿Pero de que clase de trascendencia
estamos hablando?, pues tan solo me remito a aquella necesidad prístina de
querer dejar algo en favor de la sociedad, por más minúsculo que sea. No consagrar
la vida únicamente al ego, sino, intentar al menos ayudar o contribuir en
mejorar la cotidianidad humana, por ejemplo, la música recomendada y reseñada
en este blog, le sirve a muchas personas, quizás para hacer catarsis o simplemente
para hacer más manejable su rutina, es así como el arte puede contribuir en
alegrar nuestros días, por más monótonos que estos nos resulten, en algún
punto, la música siempre estará, y Los Speakers sabían esto perfectamente. En
la canción Reflejos De La Olla, compuesta por Rodrigo García, la letra nos
dice:
…este mundo de dementes
nos resulta ya inmamable
escuchad lo que os digo
no penséis que en este mundo
sois vosotros el ombligo
porque es un error profundo…
En 1968 la hostilidad en las calles
era patente, hoy en día damos todo por sentado, andar desalineado por la calle
no era una cuestión irrelevante como lo es hoy, no obstante aún hoy y siempre, persistirá
el hecho de tirar la piedra y esconder la mano, de increpar ética y moral cuando en
realidad bajo las cuatro paredes de casa, se es todo lo contrario a lo que se
predica. Y si, Los Speakers comprendían contra quienes se enfrentaban, contra
esa mentalidad arcaica de posguerra que poco a poco iba haciendo pedazos muchas
vidas mediante la prédica consumista:
…por qué insultas a tu hermano
¿porque tiene el pelo largo?
lleva el tuyo como quieras
mientras no te quedes calvo
Te la pasas criticando
a la nueva generación
no es más santa que la tuya
pero en fin, tampoco es peor
Tienes limpia tu conciencia
que te pones a juzgar
la decencia y la indecencia
en la vida de los demás
Yo mi amigo te conozco
eres un hipócrita más
como hay muchos en el mundo
como siempre los habrá…
En este punto la canción Historia
de un loto que floreció en otoño, compuesta por Fiorilli, parece ser una
metáfora al surgimiento de una nueva generación: la contracultura floreciente
representada en una flor de loto. Pero en lugar de un típico final idílico, la
letra refleja de forma muy inteligente la inevitable retracción a la que llega todo
fenómeno cultural, hecho que se vislumbraría muchos años después con la disolución
o mutación de la contracultura en otras manifestaciones de diversa índole:
…florecer significaba un
esfuerzo terrible
ya que había algo que andaba
mal
el calor y la luz ya no eran
suficientes
y había una apatía general que
lo inhibía
y entonces sucumbió
no por miedo
sino porque su vida se
extinguió al florecer
fue la última manifestación de
su presencia
dejó una marchita flor sobre
las aguas y se fue
pero prometió volver en el próximo
otoño…
Volviendo al análisis musical,
este álbum presenta detalles muy interesantes, por ejemplo la utilización por
parte de Roberto Fiorili de unos bongoes “árabes” en la canción Oda A La Gente
Mediocre, así como el sonido de las guitarras eléctricas ejecutadas por Rodrigo
García, que se distinguen e interactúan entre si de forma parcialmente caótica y
experimental, creando un ambiente sumamente psicodélico, emulando en cierta
medida sonidos de la música de oriente medio. La canción titulada Un Sueño
Mágico, compuesta y cantada por Humberto Monroy, es otra de las incursiones
abiertamente psicodélicas del álbum, el sonido lisérgico de las guitarras más el
efecto de la voz te sumergen en un breve viaje psicodélico hacia el centro del
alma.
Detalles experimentales se pueden
percibir en todo el álbum, evidentemente la banda utilizó el estudio como un
instrumento musical más, lo cual le añade mucho más carácter y originalidad a
esta hermosa obra. Pero, en lugar de terminar el álbum sonoramente en la cima, Los
Speakers, deciden volver a pisar tierra y dejarnos un mensaje que siempre
estará vigente. La canción Psalmo Siglo XX, era de la destrucción,compuesta
por Fiorilli, relata el circulo vicioso en el que inevitablemente la humanidad siempre
estará y del que probablemente nunca saldremos, ese círculo donde la política
se diluye en violencia, amenazas de guerra, paranoias y mucha egomanía mesiánica:
…pero en la superficie hay
guerra y desolación
¿hasta cuando crees posible
mantener la situación?
¿es acaso hasta el día en que
opriman el botón?
Si eso pasa
puede ser la solución
de los muchos problemas que
nos tienen en tensión
Sin embargo
la pregunta es si esta
situación
no podrá arreglarse sino con
la explosión…
En síntesis y a modo de
conclusión de la presente reseña, puedo afirmar con gran seguridad que el álbum
En El Maravilloso Mundo de Ingesón es uno de los mejores de la década de
los 60s en Sudamérica, una obra que a nivel de originalidad y vanguardia está a la par de los
grandes álbumes de esa década, ya sea en Argentina o Brasil. Por otra parte,
espiritualmente hablando, esta obra es el fiel reflejo de una generación juvenil
que vio la gran oportunidad de romper con los acomplejamientos transmitidos por
sus padres, no con un afán pirómano, sino con una perspectiva constructiva.
Hubo mucho caos, por supuesto, eso no se puede negar, pero las drogas presentes
o no, fueron solo un elemento más y no se puede pretender caricaturizar a toda
una generación como un “acontecimiento tribal absurdo que puso las drogas de
moda”.
Por supuesto que definiciones reduccionistas como la mencionada anteriormente
son simples maquinaciones que pretenden desacreditar propuestas artísticas que
le hablaban directamente al oyente, a un oyente que veía cómo el mundo
recobrada sus colores luego de tanta pólvora y muerte en el ambiente. Lamentablemente
hoy en día la influencia de la contracultura en la juventud masiva es casi
inexistente, hoy en día las nuevas tendencias juveniles más mainstream abrazan
con furor el consumismo y el hedonismo como filosofía de vida. No obstante,
frente a un contexto tan totalizador como este, álbumes como el que reseñamos
en este post, no hacen más que recordarnos que aquellos caminos depresivos
hacia la acumulación pueden ser burlados mientras mantengamos firme la intención
de seguir alimentando el alma con música, con arte.
El estilo de los chilenos
de Aguaturbia siempre fue, por lo menos en sus discos de estudio, el de un rock
muy acertado, que no vacila y por lo tanto genera revuelo, además de tender
puentes hacia la psicodelia contracultural norteamericana con similitudes en
ejecuciones y por un estilo rockero que suele asemejarse. Esa personalidad que
tuvieron los llevó a causar ruido con sus discos, primero por las portadas de
los mismos, y seguido a eso, por el muy buen sonido rockero pesado y
psicodélico que manejaban, una insignia de la psicodelia chilena y un punto de
referencia ineludible del rock fundacional de Latinoamérica.
A diferencia de muchas
otras bandas latinoamericanas, Aguaturbia no toma aun elementos folkloricos
locales, sino que presenta un sonido netamente rockero pesado, con muchos
agiles solos de guitarra eléctrica, adición del blues y acercamiento a lo psicodélico.
Todo este repertorio los llevó a ser referentes en su país natal, referentes en
Latinoamérica y referentes entre los conocedores de la psicodelia universal.
Sus discos, con pocas tiradas originales, son hoy elementos codiciados en el
coleccionismo del mundo psicodélico.
Como universalmente suele
pasar con los artistas pioneros, Aguaturbia tuvo un paso rápido y con solo dos
discos en la escena rockera de Chile, discos con poca tirada, y siendo la banda
fuertemente castigados por la crítica y medios, pero su desenfado y su estilo
rockero pesado marcaron la escena y lograron ser posteriormente reivindicados
como lo que realmente eran, una banda pionera y de gran influencia. La
inocencia que tuvieron para ejecutar sus acciones artísticas, sus discos y su
sonido es tal vez otro carácter importante en estos músicos que para entonces
eran unos jóvenes muchachos que estaban comenzando sus carreras profesionales y
que de pronto se encuentran con la fama y la controversia.
La banda es formada en 1968 por la pareja de Carlos Corales y Denise, el
baterista Willy Cavada y Ricardo Briones en el bajo. Ya armados, comenzaron a
ensayar en septiembre de 1968, dejándose llevar por la influencia de los
sonidos más psicodélicos como de bandas como The Jimi Hendrix Experience y
Jefferson Airplane, aunque también en sus orígenes y gustos había música de
soul y blues el estilo de canto de Denise se inspiraba en Janis Joplin, Aretha
Franklin y Billie Holiday.
En 1970 aparecerían sus dos primeros y únicos discos publicados en la época, comenzando con el homónimo ‘’Aguaturbia’’, un hito del rock psicodélico chileno, que causó revuelo y marco el puntapié para nuevos sonidos. Este primer disco está compuesto por varias reinterpretaciones de temas de rock extrajero y con algunos otros tracks creados por la banda con lo que también causarían revuelo, como la pieza ‘’Erotica’’.
Ya para su segundo lanzamiento aparecería ese mismo año su ‘’Volumen 2’’, otra pieza de rock muy acertada, un rock actualizado, con carácter propio, una guitarra eléctrica especializada que sabe muy bien lo que está ejecutando, y una voz femenina que marca tendencia y da un toque especial al rock de la banda.
Este disco contó con una nueva polémica que fue la portada insignia del mismo, con los rostros de los músicos y de fondo pudiéndose apreciar a la cantante del grupo, Denise, crucificada, imagen inspirada en la obra ‘’Cristo de San Juan de la Cruz’’ de Salvador Dalí.
El disco posee varios rock pesados al estilo de manufactura de la banda, mucha dinámica y poder, mucha vena rockera, y una frescura en la composición que hace de los temas un pasaje muy agradable y divertido. Los temas de esta banda no son de molde y tiene una personalidad propia, seguramente esa frescura es la que hizo que llamaran la atención en su momento y la sigan llamando. La pieza llamada simplemente ''Evol'', es un track de casi nueve minutos, un atascos pesado, duro y puramente rockero psicodelico, una autentica delicia con toques experimentales y un aire proto progresivo.
Una fusión de blues y rock pesado, tal vez heavy psyh, con mucho de atascos y un dinamismo que los hace volar en cada ejecución. ‘’Volumen II’’ fue grabado originalmente en estudios RCA y producido por Camilo Fernández. Este, tanto como el primero de la banda, son clásicos indiscutibles del rock chileno.
Existe muy poca información oficial acerca de los orígenes del grupo, y lo poco que hay son solo suposiciones y teorías desparramadas por fanáticos en el internet, donde se suele decir que se trata de un grupo peruano ya que varias de las tiradas del disco que publicó la banda fueron hechas justamente en Perú, o también se suele decir que se trata de un grupo con base en México, pero con músicos de varias nacionalidades, o en su defecto también que puede tratar de un disco grabado en los Estados Unidos.
Lo poco que ha quedado de toda esta historia, y seguramente lo más interesante, es este disco homónimo llamado ‘’La Kábala’’, de 1972, un trabajo por demás desconocido, ubicado entre las rarezas y con misterios ocultos en su historia que pocos conocerán. Es una obra que está a la altura de lo que se puede esperar de la música ‘’rock’’ latina de época, con sesiones, aplicaciones libres, pero siempre dentro de la canción y los ritmos latinos.
Musicalmente es una obra interesante, un trabajo a la altura de su condición de desconocido y under, o sea una fusión de ritmos latinos, elementos de rock, algo de jazz, latin funk, y la psicodelia que eventualmente va apareciendo como un condimento más entre las sesiones, como agregados sonoros, órganos ácidos o pasajes oscuros.
En general es una obra amplia en su concepción musical, siempre dentro de estilos latinos, pero fluctuando entre sus distintas vertientes en estilos de la época, por lo que hay varios motivos sonoros para escuchar en la lista de temas. En su mayoría se vuelcan hacia ritmos con percusiones y letras simpáticas, ritmos latinos tipo salsa, pero fusionados dentro del estilo del disco.
Los más psicodélico del disco tal vez pueda encontrarse en la ambientación de la música de acuerdo a la época, teclados cavernosos, funk, o ritmos, fusiónes y canciones con aires de sesión improvisada, además de la inclusión de varios instrumentos que terminan de confabularse hacia ese aire de ejecuciones libres tipo sesión, sin necesariamente tratarse nunca de zapadas libres.
Hay algunos momentos misteriosos en el disco, donde tal vez traten de retratar el concepto de la kabala, aunque las letras cantadas en español no denotan ningún mayor misterio. Hay en esto también una dosis de ‘’exotica’’ dando vueltas por entre la mezcla, con esa dosis erótica que aplica la voz femenina encargada de la voz principal.
Motivos no faltan para generar ese misterio acerca del origen del disco y sus músicos, el disco contiene referencias diversas que remontan a varias representaciones regionales, desde temas como ‘’Miami Beach’’, ‘’Lindo Panamá’’ o ‘’Rio de Janeiro en Carnaval’’, pero finalmente la preponderancia de ritmos centroamericanos dan una cuenta sugerente acerca de donde podría provenir este proyecto.
En su época, en 1972, el disco fue editado en Perú, México, Panamá, Ecuador y El Salvador, y hay una reedición no oficial contemporánea, todos seguramente totalmente complejos de conseguir.
El disco es una rareza, difícil de conseguir, pero entretenido para escuchar, con una historia oculta y un misterio de su origen. El trabajo es interesante, con acercamiento a la psicodelia y especialmente dedicado a sonidos centroamericanos.
Laghonia es otra de las tantas bandas que ha dado el rock peruano de época, una escena muy fructífera en cuanto a bandas y discos, país que tiene mucho por aportar a la noción que es posible formarse sobre el rock latinoamericano y psicodelia de aquel momento. Por aquellos años en Perú surgieron una serie de bandas clásicas en la escena local y todas referentes ineludibles de los fenómenos rockeros latinoamericanos, aun con cierto estigma underground, poco conocidas y/o valoradas, con sonido de culto por lo tanto estigmatizadas por el oyente promedio, malconsideradas como ‘’rarezas’’, ignoradas por las grandes masas, y tal vez también con escena locales no tan fervientes en cuanto al rock, por lo que no pudieron prosperar de manera tan determinante como otros artistas rockeros en otros países latinoamericanos.
De todas formas, hubo entre estas bandas muchos lanzamientos muy significativos, discos que tenían mucho para decir, trasmitir, y por supuesto para sonar. El espíritu joven de la época, el espíritu underground, compartido por los muchos artistas emergentes que se negaban a estilos tipo ‘’la joven guardia’’ o estilos muy comerciales, esos jóvenes rupturistas fueron los encargados en plasmar en Latinoamérica los primeros grandes álbumes de culto regionales de rock y psicodelia. Siempre con el estigma ambivalente de la creatividad sin concesiones y armados con una astucia que hacía que aprovecharan de la mejor manera los recursos de sonido que tuvieran a su alcance, creando muchas obras que vale la pena seguir reviviendo y teniendo siempre presente, especialmente en Perú, cuna de muchos hitos de rock.
Laghonia surge hacia 1965 bajo el nombre de New Juggler Sound, grupo fundado por los hermanos Saúl y Manuel Cornejo, pero que pronto cambiaría su nombre al de Laghonia, incluyendo un órgano hammond en su formación. Tras el lanzamiento de algunos simples por parte del grupo cuando aún funcionaban como New Juggler Sound, publican su debut discográfico formal en 1968 ya como Laghonia y bajo el sello discográfico ‘’MAG’’.
El grupo supo publicar tan solo dos discos, el primero de ellos de 1970, ‘’Glue’’, un disco más rockero y psicodélico con referencia al rock psicodélico universal y con uno de los primeros sonidos del Hammond B2 en su haber como banda en la zona. En su primer lanzamiento todavía estarían en sonidos de rock psicodélico más estrictos, pero hacia la segunda obra el grupo comenzaría a mutar sus visiones.
El segundo álbum de Laghonia, el llamado ‘’Etcétera’’, originalmente editado en 1971, pareciera continuar a senda creativa de la banda, y es verdad que en esta segunda entrega el grupo se vuelca hacia una búsqueda más amplia en cuanto a las composiciones, con algunos tracks que parecieran tener un aire progresivo y composiciones con bastante personalidad. El grupo presenta este trabajo ya con otras miras, sin tanto un rock pesado, blusero y con riffs, sino adentrándose en este caso hacia la canción y hacia el mundo del rock progresivo, por lo que hay algunos experimentos de rock interesantes en la lista de temas que ofrece desarrollos ricos para apreciar, como tracks como ‘’Mary Ann’’ o ‘’I'm A Niger’’.
Pese a continuar por las ondas psicodélicas, ya lo sonidos presentados cuentan con una dosis de madurez y visión, ya alejada de la ebullición rupturista de la juventud y con un planteamiento no tan duro, pero sí más elabora, centrado, con miras hacia la búsqueda y la experimentación en composición.
Buena parte del disco es ya con aires de canción melódica, las pistas ‘’Someday’’ o ‘’Everybody On Monday’’ dan prueba de ello, y entre tanto, en algunos temas las progresiones y arreglos surgen no abruptas, sino cono agregados adicionales, muchas veces hacia los finales de los temas, sumándose a esta noción melodiosa de la canción popular, una interesante mirada que unifica sutilmente dos mundos en una misma cosa y que con ello se crea un disco muy entretenido. No es un disco de rock progresivo cerrado, sino que se maneja por el rock y más que nada la canción, a partir de allí, los distintos arreglos que proponen brotan como un aire fresco que da al disco una sensación interesante de búsqueda y creatividad.
Mientras grababan su último álbum ‘’Etcetera’’, Eddy y Alex dejaron la banda para emprender un viaje espiritual. Así terminaron el disco Manuel, Saúl, Carlos y David, pero al poco tiempo la banda se separó. Tras el colapso del grupo, Los hermanos Cornejo y Carlos Salom formaron posteriormente We All Together. Tanto Laghonia, como We All Together, y tantas otras banda peruanas como Telegraph Avenue, Traffic Sound, Gerardo Manuel & Humo, Los Holy's, etc., forman parte de una camada histórica del rock peruano.
Esta experiencia del rock ‘’latino’’, este sonido enriquecido con vientos y percusión, tiene una gracia muy bella, un disco psicodélico a lo ‘’latino’’ en cuanto a algunas de las tantas y variadas características que la música latina puede ofrecer según el país, en este caso con percusiones y vientos traídos de la salsa, riffs pesados traídos del rock y guitarras fuzz traídos de la psicodelia juvenil contracultural de la época, todos elementos que se terminan de conjugar en una misma cosa muy entretenida, enaltecida con ritmos robustos y pegadizos, y una guitarras distorsionadas de delicia.
Sin lugar a dudas que una de las virtudes de este sonido es el ritmo, con las percusiones, la fusión de rock con el aire de salsa que termina de dejar un sonido muy rico, un rock psicodélico con mucho sabor que ciertamente no pasa desapercibido, en un disco que no tiene nada de más ni de relleno, con muchos momentos entretenidos y todo un significativo de principio a fin.
Muchas veces este disco recuerda al Santana de la época, con atascos de improvisación con percusiones y fusiones con ritmos latinos, aunque al contrario de Santana, Grupo Pan no parece codearse tanto con el fusión o el jazz, sino más bien directamente con el rock con cierta dureza, y por supuesto con la salsa que marca todas la composiciones de esta robusta fusión con ingredientes y elementos variados.
Es un disco de rock que sabe tener sus solos de guitarra, sus guitarras fuzz y buenos riffs, pero estos se fusionan a los ritmos latinos y de manera maestra, una fusión en ritmo y velocidades que fluye con facilidad pese a su sofisticación, lo que denota la calidad de los músicos ejecutantes, entre arreglos de viento y pasajes muy divertidos. Es imposible desembarazar la herencia caribeña del sonido, esta participación fundamental de ritmos de salsa en el disco dota a las composiciones no solo de un don percusio muy fuerte, sino que también da a las melodías un cause particular proveniente de los infinitos pormenores de esta influencia latina traída a este rock por estos músicos provenientes de experiencias con banda de salsa.
Hay un manejo maestro de las fusiones, y de las intensidades, con momentos rockeros pesados, con momentos de salsa pura, momentos instrumentales en atascos o solos, y momentos de fusión entre el rock y esa herencia latina. Entre tanto el disco se va desenvolviendo y con ello se despliega toda la fuerza que ese sonido latino rockero tiene para ofrecer.
El reflejo final de esta andanza es un una experiencia muy divertida, bailable, enriquecida, virtuosa, con mucho para decir, una fusión que sobresale de muchos de los discos convencionales psicodélicos de época, locales o extranjeros, que suelen contener canciones per ser, pero no es el caso del Grupo Pan que presenta toda una experiencia muy variadas de composiciones y arreglos aun dentro del espectro del rock de canción.
Se trata de un disco fundacional del rock latino y del rock venezolano, publicado en Venezuela en 1970. La banda se forma por iniciativa de Carlos “Nené” Quintero, quien contó con el apoyo de su hermano Jesús “Chu” Quintero, ambos junto al baterista Gustavo Colón forman el trio fundamental de la banda. El grupo pronto comenzó a tomar fuerza y con ello se sumaron los músicos Alfredo Padilla en percusión, David Azuaje y Carlos Guerra en trombones, Ruben ‘’Micho’’ Correa en guitarra líder, y Henry Camba en la trompeta.
Publican un único álbum en 1970, el llamado ‘’Pan’’, bajo el sello ‘’Souvenir’’ en diciembre de 1970. La banda permanece unida hasta alrededor de 1973, habiendo dado varios conciertos en festivales importantes. Luego de eso ese año comienza a disolverse, dando lugar a otros proyectos.
El disco pasa a enriquecer las ricas filas de las obras fundamentales del rock psicodélico surgido en Latinoamérica, en este caso un disco nacido con la estirpe local de Venezuela, y que, cantado en español, es otro ejemplo de las tantas obras sobresalientes de psicodelia local latina.