Esa presencia minimalista en algunas piezas tal vez tenga que ver con el concepto reflejado en el título del álbum, un ‘’presente eterno’’ sucediéndose en esas líneas que se perpetúan incesantemente en bucles polifónicos, atascos de mínimas posibilidades pero de un origen y desenlace desconocido y por lo tanto de posible eternidad. Esto sucede justamente en la pieza ‘’Bass Figure for Ballatune’’, en la que no hay comienzo ni final sino una trama que aparece y concluye pero que pareciera ser un fragmento de algo mucho mayor e irrefrenable. Esta noción de ‘’presente eterno’’ también tiene que ver, por supuesto, con toda la influencia del misticismo oriental que emana Don Cherry con su música, provenida del budismo y de las concepciones generales de los maestros espirituales de esa región y sus visiones de ‘’percepción del ahora como manera de conocer lo imperecedero’’.
Con este trabajo se podría tender una analogía con otro de sus trabajos, el llamado ‘’Ritmo Eterno’’, de 1968, ya que ambos manifiestan en su título ese concepto de ‘’lo eterno…’’, algo eterno que se sucede, que se presenta en la música, algo que utiliza estos experimentos compositivos como una manera de hacerse presente en el ámbito material, para llegar a los oyentes y transmitirle esa sensación de algo imperecedero, continuo, irrefrenable, como un rio que avanzan intempestivamente con su cauce.
Esta es una música intimista, sutil, delicada, con un profundo dejo místico, religioso, ritual, que no pierde jamás el vanguardismo, la bohemia, la búsqueda de trascender obstáculos culturales, una forma de expresión que, al igual que con otros artistas del jazz espiritual, encarna en cuerpo propio eso mismo que intenta transmitir, por lo que nos encontramos casi con una música de ritual, casi como transportándose al interior de un templo, con sus sonoridades y armonías inquietantes, sus ambientes de ensueño ritual, la búsqueda de ‘’lo divino’’, etc.
En esa inquietud por experimentar artísticamente otras culturas Cherry incursiona en la implementación y uso de diversos instrumentos, cuencos y flautas, diversos instrumentos de cuerda, con los que pinta una serie de variadas tramas plasmadas en las cinco piezas que componen el álbum. Esta es otra característica del Cherry de esa época, presenta álbumes que, aunque sí transitan por un mismo estilo fusión experimental, aun así se las arregla para que cada piezas del trabajo sea única e irrepetible, que transite por una idiosincrasia sutil pero concretamente diferente a las demás, presentando una paleta creativa muy amplia.
Hay algunos momentos más meditativos y relajados, otros, como ‘’Love Train’’, con sus tramas en saxo más tensas y tal vez con reminiscencias a lo urbano, pero sin perder el misticismo, o piezas donde aparece, como se dijo antes, el minimalismo; la colección de sonidos es variada y en ella podemos descubrir varios momentos en los que encontrarnos, en general tendiente a la relajación y la contemplación, pero también se presentan como una oportunidad de experimentar la vanguardia, las visiones experimentales, las ocurrencias y extravagancias sonoras, etc., todo un repertorio imaginario de un músico con miras hacia un más allá artístico.
Cod: #1473
No hay comentarios:
Publicar un comentario