31 dic 2019

Salvador Dalí - Être Dieu (Ópera-Poema) (1974)

El movimiento del surrealismo no se manifestó tan considerablemente en la música como sí lo hizo en la literatura y la pintura, pero vale la pena recalar en esta obra que es uno de los grandes hitos que el movimiento supo dar en materia sonora y que a la vez es un trabajo que reivindica enormemente al surrealismo. En 1927, Salvador Dalí comenzó a escribir el libreto para su autoproclamada opera-poema ‘’Être Dieu’’, junto con Federico García Lorca, pero esta, por varias razones, quedó trunca, y no sería sino hasta principios de los 70s cuando retomaría el proyecto, al cual le daría vida definitivamente.

Estamos hablando de un muy ambicioso proyecto musical ideado por Dalí, una autentica opera experimental de un tamaño gigantesco y que conoce de una producción de un nivel exquisito. Se trata de una ópera poema audiovisual dividida en seis partes y con libreto no solo de Dalí sino también de Manuel Vázquez Montalbán, ambos terminarían de escribir el libreto luego de extensas charlas que tendrían juntos. La música de la obra fue compuesta por Igor Wakhevitch, un brillante compositor francés reconocido por sus innovadores trabajos y por ser un gran compositor de música de cámara y un innovador incansable de músicas experimentales, electrónicas, etc., Wakhevitch era el compositor ideal para musicalizar esta obra.

A lo largo de los seis episodios que dura la obra se explora incansablemente las posibilidades de la composición sinfónica y de la creación sin fronteras que combina cuanto elemento se les haya ocurrido. Cada parte cuenta con su propia forma y sus propios delirios: arreglos de cuerda, percusiones, electrónica, discursos dramáticos, poesía surrealista, coros celestiales, arreglos vocales, rock y efectos especiales; todo esto mezclado y volcado en una única música tan diversa y rupturista como surrealista, provocativa, mística y decadente.

La música sirve perfectamente para ilustrar los paisajes sobre los que Dalí recita sus escritos y además improvisa en el momento con sus ocurrencias y delirios varios, tanto en español como en francés, haciendo ‘’Gala’’ de su típico estilo excéntrico y elocuente, por demás rupturistas y provocativo. Durante la grabación, Dali se negó a seguir el texto de Montalban palabra por palabra y comenzó a improvisar alegando que "Salvador Dali nunca se repite". 


El trabajo se llama ‘’Ser Dios’’ y justamente se presenta a Dalí como Dios. Sus salidas de tono llegaban a incluir parlamentos propios atacando con saña las reivindicaciones más urgentes del momento: la democracia, el divorcio o el aborto, todo ello, téngase en cuenta, en un texto firmado por Vázquez Montalbán. El libreto es un reflejo de la propia personalidad de Dalí, tratando temas además como la creación, el nacimiento, la muerte, reencarnación y demás temas metafísicos objeto de estudio del pintor español. Si bien la obra se grabó en 1974, no fue sino hasta 1985 cuando fue publicada, y no fue para nada un éxito comercial, tuvo una tirada de apenas 500 copias, y además venía con un extenso booklet, hoy se convirtieron en inconseguibles piezas de coleccionismo.

Ya que Dalí es quien encabeza esta enorme producción podría decirse que se trata de una obra ‘’surrealista’’,  ya que de otra manera no sería posible consignar esta música bajo una etiqueta concreta, es tal el grado de experimentación y delirio de estos sonidos que para concebirlos teóricamente habría que detectar los distintos condimentos que se unieron para dar vida a la enorme masa creativa que es el producto final.

La obra fue ideada varias décadas antes de su lanzamiento por el mismo Dalí pero si no fuese por la participación de Igor Wakhevitch tal vez la obra no hubiese sido posible, Wakhevitch era tan talentoso creando músicas ‘’surrealistas’’ e innovadoras tanto como lo era Dalí para crear sus pinturas; esa presencia en la composición dio lugar a que todo el ideario e imaginario musical que Dalí tenía en mente se pudiera hacer realidad. 

La presencia de Dalí no solo fue importante por ser quien ideó gran parte de la obra sino que al ser una personalidad tan fuerte atrajo a innumerable cantidad de otros personajes notables. De la obra participaron, la notable soprano Eva Brenner, las actrices Delphine Seyring y Catherine Allegret, musicos como Jean Pierre Castelain y Francois Auger, sin olvidar la presencia de Brigitte Bardot y Marilyn Monroe, y por supuesto, la orquesta sinfónica de París. 

Cod: #1401

18 dic 2019

İlhan Mímaroğlu & Freddie Hubbard - Sing Me A Song Of Songmy (1971)

Hijo de un famoso arquitecto turco, Mimaroğlu se mudó a Nueva York en la década de 1950 y finalmente se convirtió en un inventor y pionero integral, relativamente poco conocido en el reino de la composición electrónica y de vanguardia. Mimaroğlu prosperó como compositor por derecho propio, trabajó como productor para Atlantic Records , donde creó su propio sello discográfico, Finnadar Records , en 1971, grabando y lanzando obras de una amplia gama de titanes musicales, incluidos Charles Mingus, John Cage, Ornette Coleman, Edgar Varese y, con un efecto un tanto extraño, Freddie Hubbard.

Mimaroğlu usó su influencia como productor ejecutivo de Atlantic Records para producir un álbum de música de vanguardia inusualmente de alto presupuesto. Finalmente este trabajo, compuesto por él mismo, se llamó ‘’Sing Me A Song Of Songmy’’ y fue lanzado en 1971. La música de esta obra es una fusión de jazz post-bop con música concreta, poesía y fragmentos de texto, y unida por un fuerte mensaje contra la guerra.

En la portada del disco aparece una inscripción que dice: ‘’ Una fantasía para cinta electromagnética, interpretada por Freddie Hubbard y su quinteto, con recitadores, coros, orquesta de cuerdas, órgano hammond, sintetizador y sonidos procesados, compuesto por İlhan Mímaroğlu’’, ese es un reflejo perfecto de lo que es el trabajo, aparecen todos esos elementos juntos en una misma música, con un jazz fuera de lugar y un espíritu de experimentación absoluta que hace del sonido mantenerse en la vanguardia continuamente.


Es una música vanguardista que mantiene un aire de tensión y misterio constante, y que ofrece al oyente una aventura que se va renovando continuamente, no es posible jamás prever qué es lo que va a seguir a continuación, un juego de trompetas y efectos electromagnéticos en un ambiente tranquilo, que se continua en un coro recitando algún escrito (de Fazil Husnu Daglarca, u otro poetas), a lo que le sigue una sesión de cuerdas sobre la que una voz sigue recitando algunas palabras, a lo que le sigue una sesión de jazz con aires free, etc., y así se mantiene continuamente en un bucle decadente y políticamente contestatario. 

Freddie Hubbard y su quintento participan de manera formidable y a la altura de las circunstancias, pero este no es un álbum de Hubbard sino de Mimaroğlu, quien fue el ideólogo, mentor y creador de todo lo que acontece musicalmente en la obra, y el jazz por supuesto no es principalmente el protagonista del sonido, sino que se entremezcla con los tantos estilos, inventos, ocurrencias y/o agregados sonoros que aparecen marinados en la suma musical final.

“Songmy” en el título es una referencia a “Son My”, un pueblo en el sur de Vietnam, la ubicación del asesinato en masa, violación y mutilación de unos 400 civiles desarmados por el Ejército de Estados Unidos en su campaña de Vietnam, en 1968. El material del álbum tiene un tono fuertemente sociopolítico, basado en eventos contemporáneos de alto perfil como los tiroteos de Kent State, los asesinatos de Sharon Tate y sus amigos, la guerra de Vietnam, y las crecientes protestas estadounidenses contra la guerra. En general, el álbum no fue un éxito comercial, pero ha sido relanzado en CD y continúa cosechando críticas positivas como un trabajo importante de la música de fusión de vanguardia / jazz del siglo XX.

Cod: #1400

17 dic 2019

John Lennon & Yoko Ono - Unfinished Music No. 1: Two Virgins (1968)

Esta experiencia retiene el espíritu heredado del fluxus por parte de Yoko, y el cual llega a través de ella hasta John, ambos en esos momentos estaban en la cúspide de la fama mundial y tenían el dinero y la posición suficiente para hacer lo que quisieran y realmente lo hicieron, con un lanzamiento que pocos hubiesen esperado pero que retrata de lleno a estas dos almas desafiantes y contestatarias.

Para tratarse de un álbum publicado por John Lennon este disco cuenta con poca repercusión musical, no gusta demasiado al público en general, pero esto no habla mal del disco sino que habla más del público en sí, el cual está acostumbrado a escuchar canciones pegadizas y que busca en la música exactamente eso, algo fácil y que lo entretenga; pero esas no fueron las ansias de John y Yoko a la hora de grabar lo que grabaron en esta ocasión.

Y cada vez que nos enfrentamos a algún tipo de música ‘’experimental’’ (etiqueta que sirve para deshacernos de la música que no entendemos) surge el interrogante común de ‘’qué es música?’’, es algo pegadizo? son solo canciones? ss un hit radial sonando las 24 hs por todos lados? Muchas veces nos exponemos a esto, a usar la música como un entretenimiento fugaz y nos alejamos de la posibilidad de tener un encuentro más íntimo y profundo con lo que estamos escuchando.

‘’Two Virgins’’ se encuentra lejos de lo que cualquiera podría esperar de un disco de John, no contiene canciones, solo se trata de dos extensas sesiones de quince minutos cada una, ocupando originalmente cada una un lado completo del vinilo, en las cuales se registran las aventuras sonoras de esos dos personajes que por demás estaban jugando con la sonoridad, experimentando y jugando con efectos de sonido como reverberaciones, delay y distorsiones.

Ubicados en la casa de John, en Kenwood, el 19 de mayo de 1968, ambos festejaron su encuentro de forma poco habitual, pasaron el rato con una máquina de cinta Brenell en el estudio que poseía la vivienda, para crear un collage de sonido, un pastiche musical nacido de arrebatos sonoros, gritos, gemidos (ya se imaginaran de quienes son esos típicos gemidos), charlas, mescladas con otros arrebatos musicales arrancados de pianos, mellotrones y baterías, e incluso también se puede escuchar alguna canción sonar de fondo.


Todo lo que tenían al alcance de la mano fue utilizado para recrear este ambiente sonoro personal que refleja las inquietudes artísticas más íntimas de estos dos iconos, y que culminaron en una creación ignorada por muchos y odiada por muchos otros; e incluso si por algo llamó la atención este disco no fue por su música sino por su portada, que consistía en una foto de John y Yoko posando completamente desnudos.

Las fotos de portada y contraportada fueron tomadas por Lennon y Yoko usando el disparador automático de la cámara. En la primera aparecen frontalmente, desnudos, de pie y abrazados, mirando a la cámara. En la contraportada aparecen igualmente desnudos y de pie pero de espaldas y girados, mirando también a la cámara. La sesión fotográfica no tuvo lugar en Kenwood, sino en el sótano del apartamento de Ringo Starr en el 34 de Montagu Square, Marylebone, donde la pareja residió un tiempo a finales de 1968.

La portada fue un escándalo y el álbum se distribuyó dentro de una funda de papel marrón con un recorte ovalado que permitía ver tan sólo las caras de la pareja. Esta funda llevaba impresa una referencia bíblica en la parte trasera: "Estaban los dos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse uno de otro." (Génesis, 2:25). Las copias del álbum serían embargadas por obscenas en algunas jurisdiciones de Estados Unidos (por ejemplo 30.000 de ellas en Nueva Jersey).

Aunque se mostrara opuesto a la portada, Paul McCartney contribuyó con una cita que puede leerse en la parte inferior de la portada: "Cuando dos grandes santos se reúnen, es una experiencia humilde. Las largas batallas para probar que era un Santo." John Lennon afirmaría posteriormente que en realidad alteraba tanto a la gente y a las autoridades por tratarse de dos "ex drogadictos fuera de forma".

‘’Unfinished Music’’ forma parte de una trilogía de álbumes en los que John y Yoko documentarían su vida personal. ‘’Two Virgins’’, de 1968, inaugura esta serie de discos. El segundo sería ‘’Life with the Lions’’, publicado en Mayo de 1969. Y el último de la serie sería ‘’Wedding Album’’, publicado en noviembre de 1969, con el que celebrarían su boda.

Cod: #1399

15 dic 2019

Anna Lockwood - Glass World (1970)

La artista y compositora de sonido nacida en Nueva Zelanda, Annea Lockwood, recibió capacitación formal en varias instituciones,  se trasladó a Inglaterra en 1961, donde estudió composición en el Royal College of Music de Londres. Asistió también a cursos de verano en Darmstadt y completó su formación en Colonia y Holanda, estudiando música electrónica con Gottfried Michael Koenig. A fines de la década de 1960 y principios de la de 1970, Lockwood actuó y compuso en toda Europa, pero hizo de Londres su hogar, ya que regresó allí en 1964.

Lockwood comenzó a innovar primeramente en el escenario, su álbum legendario nació de una serie de conciertos aún más legendarios, organizados en Londres a fines de enero de 1968, ‘’The Glass Concert’’. Lockwood describe The Glass Concert como "una presentación en vivo de dos horas totalmente organizada que comenzó en la oscuridad total y fuera del escenario, con una exploración de los sonidos que podrían surgir de sacudir una hoja de micro vidrio del micrófono, por ejemplo.''

''Solo eso. Luego pasaría a otra forma de vidrio y la exploraría, barras de vidrio rodando por un panel inclinado de vidrio, etc. Después de treinta minutos, nosotros [Lockwood realizamos el concierto con su entonces esposo Harvey Matusow] nos mudamos al escenario y trabajamos con grandes estructuras, como un enorme móvil cuyo panel más grande tenía seis pies por seis pies, o árboles hechos de botellas , o 'cortinas' hechas de tubos de vidrio muy delgados de cuatro pies de largo.''

Esta presentación también conto con un espectáculo de luces que funcionaba entre los vidrios, creando prismas en las esculturas, reflejándose en la audiencia. Las películas filmadas por Matusow se proyectaron sobre un fondo, cada una de las cuales se correlacionaba con los sonidos cuando era necesario. O no. A veces, la oscuridad era tan vital como la luz, y la Tierra Media se sumergía en una misteriosa negrura silenciosa, que de repente se hacía añicos por un nuevo tintineo, campanilla o ruido.


Los conciertos con vidrio de Lockwood llamaron la atención y produjeron que se dedicara un artículo para la revista Northern California new-music journal Source, y llamaron la atención del productor sudafricano Michael Steyn, quien la alentó a Lockwood  a grabar con piezas de vidrio para su sello Tangent. Trabajaron durante dos años en una pequeña iglesia resonante en Londres para documentar un verdadero catálogo del tono y el timbre de los materiales; Lockwood deseaba presentar cada sonido como si fuera una pieza musical en sí mismo. Este vívido trabajo finalmente llegaría al vinilo en 1970, bajo el nombre de The Glass World.

Este trabajo es tan particular como enriquecedor y llamativo, se trata de ni más ni menos que una serie de grabaciones realizadas obteniendo las sonoridades extraídas de instrumentos, utensilios y otros elementos exclusivamente de cristal, es más, en el disco se pueden leer estas palabras, a forma de subtítulo: "Una exploración de la complejidad de los sonidos procedentes exclusivamente del cristal".

Con placas de vidrio alámbrico, discos de vidrio, trozos de vidrio verde, tubos de vidrio, láminas de micro-vidrio, frascos de vidrio y otras encarnaciones del material, Lockwood propuso extraer el alma mater sonora de elementos sobre los que pocos apuntan su atención para hacer música o para trabajar musicalmente, elevando una mirada sencilla y una búsqueda sonora simple pero con un espíritu vanguardista y artístico complejo, y obligando a llevar a cabo una escucha distinta a lo habitual, una escucha que se enfoque en el elemento sonoro raso y concreto, en el material musical crudo. 

Los sonidos no dejan de ser llamativos, porque no estamos acostumbrados a semejante forma musical, estas no son composiciones ni mucho menos, son extractos sonoros de materia prima sonora. "Quería atraer a la gente para que realmente escuchara intensamente", reflexionó Lockwood una vez. "Realmente escuchando. Quería una inmersión profunda en los sonidos de sí mismos, para el público".

Cod: #1398

5 dic 2019

King Crimson en vivo en el Luna Park, Buenos Aires, Argentina - 08/10/19 (Concierto)

Estuve allí en el momento indicado, en el instante preciso, para presenciar el regreso de King Crimson a la Argentina, una vuelta esperada por muchos fans y seguidores, y por muchos otros que, como yo, no somos tan fanáticos conocedores del grupo (más allá de lo esencial) pero que de todas maneras nos aproximamos al fulgor que significaba la vuelta de estos enormes músicos conglomerados bajo un nombre que es sinónimo de vanguardia, ingeniería musical y rock progresivo de punta.

La banda tocó en Argentina el 8 y 9 días de Octubre (de 2019), fechas que nadie quiso perderse y que cualquier conocedor de buen rock se prestó a presenciar, y que nos dejó a todos pasmados y muy emocionados por ser privilegiados de presenciar semejante despliegue de virtuosísimo y calidad musical. El programa de tres horas de la banda incluyó regularmente material de doce de sus trece álbumes de estudio, incluidas muchas de las canciones de su álbum Seminal de 1969 "In The Court of the Crimson King", descripto  por Pete Townshend, como una "obra maestra extraña".

En una linda noche de Octubre, la banda arribó al país con su música, en la que fue su segunda presentación por estas tierras, y nos tomó por sorpresa a todos los espectadores con una performance arrolladora, cada músico se abocó a su tarea y juntos funcionaron como una real maquina progresiva que hizo lo que quiso musicalmente y nos sobrepasó a los espectadores; haciendo uso y despliegue de su virtuosismo musical, cada músico fue un icono viviente, un representante del real rock progresivo. 

Justo al comienzo del concierto, justo antes de que este comenzara, nos dieron el mensaje de que la banda ‘’nos invitaba a guardar las cámaras y/o celulares’’ para disfrutar así del concierto con todos los sentido y no perdiéramos energía en filmaciones, esto fue más que una simple ‘’invitación’’ porque a los ‘’atrevidos’’ que se animaban a sacar algún celular para registrar lo que acontecía en el escenario se los reprendía apuntándolos con un potente puntero larser que arruinaba cualquier intento de registro, así que en todo el concierto estuvieron presentes rayos laser que eventualmente eran apuntados a la gente para evitar que estos filmaran.


Esta ‘’invitación’’ a que no se filmara o grabara la música dejó la sensación de que la banda estaba realmente comprometida con lo que estaba interpretando y que buscaban tender un puente con los espectadores a través de la música, de la cual participaban y eran parte tanto los ejecutantes como los oyentes; también este compromiso fue parte del concepto en que los temas fueron ejecutados, surgiendo una atmosfera conceptual que comprendía todo el show, en la que no solo aparecieron los temas propiamente dichos sino que también hubo tiempo para, por ejemplo, que los tres bateristas con los que contaba la formación (si, tres baterías!) hicieran alguna que otra improvisación, perfectamente sincronizada y organizada de manera que funcionaran los tres como un bloque homogéneo.

La banda funcionó en esta ocasión como un septeto, con Fripp en guitarra, por supuesto, además de Tony Levin en el bajo, Jakko Jakszyk en la guitarra y la voz, Pat Mastelotto en la batería, Jeremy Stacy en la batería y el teclado, Gavin Harrison en la batería (sí, ¡3 baterías!) y Mel Collins en saxo y flauta; esta formación se encargó de realizar un prolijo y esmerado repaso por las mejores composiciones de la banda. 

No puedo precisar exactamente todos los temas que interpretaron porque no soy tan fanático del grupo y hubo interpretaciones que excedieron a mi conocimiento, pero se pudo apreciar que hicieron un repaso variado de muchos temas de muchos de sus discos, interpretando especialmente muchos temas de su primer mítico disco, el mítico "In The Court of the Crimson King".

La escucha de este show significó poner en marcha a la percepción en estado puro, al recibir semejante choque de energía artística y musical, venida de un sonido que estaba harto plagado en detalles, arreglos, pasajes, sofisticaciones, innovaciones, improvisaciones y solos, melodías épicas y composiciones, algunas, extremadamente complejas; todo esto exigía erigir una atención plena para seguir el ritmo de una serie de músicos que comprendieron muy bien lo que significa la música del grupo y encarnan en cuerpo propio la historia viva de una agrupación que pese a los diversos cambios que ha sufrido a lo largo de las décadas aun así siempre ha sabido dejar de qué hablar.